CAPÍTULO 40
—¿Cómo están mis sobrinos? —pregunta esta vez Miguel, quien lo viere diría que es el padre.
Todos nos quedamos viendo y esperando la respuesta del doctor, siento que pasa una eternidad, y de su boca no sale ni una sílaba.
—Entonces ¿Cómo están mis hijos? —esta vez pregunta Alan y me sorprendo, mucho, sí, me sorprendo en grande.
—Tranquilos todos —dice el doctor —los bebes están bien, pero eso no indica que no estuvieron en peligro, al igual que su esposa —dice el doctor mirando a Alan.
—No es su esposa, no son nada —dice Miguel, muy enojado.
—Lo siento —se disculpa él —debe guardar reposo, lo que tuvo fue una amenaza de aborto, y aún no sabemos cuál fue la causa de ello —yo sí, y esa causa me las pagará —con su estado de salud debe tener más cuidados, la dejaremos esta noche para monitorearla y mañana podrá ser dada de alta.
No salgo de una para meterme en otra, apenas llego a la capital con ganas de trabajar y arreglar las cosas con Alan y sucede esto.
—Como diga doctor, estaremos pendiente de ella —dice Danniel esta vez.
—No se pueden quedar todos, que se quede una sola persona con ella —dice el doctor antes de retirarse.
—Yo me quedaré con ella, además debemos hablar —dice Alan ganándose una mirada desaprobatoria de parte de mis hermanos.
—Escuchaste que debe descansar y ya la quieres alterar —habla el intenso de Miguel.
—No se preocupen, yo me quedaré con ella —habla Dahiana y sé que ha sido para calmar él ambiente —si algo sucede les avisaré.
Ninguno dice nada y mucho menos hace gesto como si quisieran abandonar la habitación, creo que es lo mejor, lo mejor es quedarme con Dahiana.
—Llamaré a Luciana, ella puede quedarse contigo —vuelve y habla Miguel. A este paso parece más mi padre.
—No, no hay problema en quedarme con Dahiana, además Luciana tiene días muy pesados y no quiero molestarla.
—Déjala, Miguel, deja que Dahiana se quede con ella, es muy buena compañía, además fue ella quien la trajo a la clínica —le dice Danniel a Miguel.
—Pero nos vamos todo, no quiero que tu amigo se quede cerca de ellos —dice mientras le señala a Alan la salida.
—Miguel, por favor —le digo antes de que salga —sabes que ya habíamos hablado de esto —me fulmina con la mirada y sale detrás de Alan.
—Cualquier cosa no dudes en escribirme, eres muy terca —dice Danniel mientras deposita un beso en mi frente —por favor, Dahiana, cuídalos.
—Nada les pasará estando conmigo —le responde antes de que él salga.
Nos quedamos las dos y todo entra en un silencio que poco a poco me parece incómodo, sé que Dahiana tiene miles de preguntas que quisiera que yo se las responda.
—Tienes exactamente doce semanas —dice ella rompiendo el silencio y me sorprende.
—¿Cómo sabe eso? —aquí la pregunta sobra.
—Cuando llegamos te hicieron análisis y una ecografía, ahí supe que estabas embarazada, aunque ya tenía sospecha por lo que dijiste antes de perder el conocimiento —como lo pensé, la pregunta sobra.
—¿Por qué no me dijiste que los bebes estaban bien? ¿Por qué dejo que me preocupara de esa manera? —es absurdo que no me haya dicho que los bebes estaban bien.
—Quería que el doctor te dijera todo, además si yo te decía que estaban bien no me ibas a creer —dice ella mientras se acerca.
—¿Por qué no le habías dicho? —pregunta cuando sujeta mi mano.
—Lo iba a hacer, a eso regresé, a decirle todo, de los bebes, de cuanto lo amo, que no puedo sacarlo de mi cabeza —ella sonríe —pero justo y sucede esto el mismo día que regreso.
—Yo lo sabía, te lo dije, los dos están sufriendo.
—Pero llego Dora, me llena de inseguridad... está embarazada —un sollozo sale de mí y no sé cuándo inicie a llorar —luego me hace esto, ella quería que mis bebes... —no termino la oración porque Alan entro.
—¡Hermosa! Yo también te amo, tampoco puedo estar sin ti, te aseguro que si tú no regresabas seria yo quien iría por ti.
—Miguel te mataría, es más, te matará —digo sorbiendo mis mocos.
—¿Crees que eso me importa? —dice mientras camina hacia mí —con tal de estar contigo moriría mil veces, iría hasta la china, entregaría todo de mí por estar contigo.
—No digas eso —acaricio sus mejillas, por fin lo toco después de tanto tiempo, casi dos meses lejos de él.
—Es lo que siento, es lo que haría por ti.
—¿Y Dora? ¿Qué sientes por ella? Ella está embarazada, no puedes dejarla sola —digo.
Cambia su semblante al instante, se aparta de mí y agarra su cabello con un poco de frustración, me mira y después niega.
—¿Tú aún piensas que te engañe? —pregunta.
—Yoo... —me detiene y continúa hablando.
—No te imaginas toda la mierda que he pasado, créeme que jamás se me ha pasado por la mente, engañarte y mucho menos hacerte daño, eres la mujer que quiero. Tú eres la persona que me saco del hueco e infierno en el que estaba, la mujer que me hizo creer de nuevo en el amor, la única mujer que necesito en mi vida.
—Las fotos, el beso, las llamas y salidas, todo eso me hizo dudar, siempre mantenías con ella, su aroma estaba impregnado en ti cada que nos veíamos —ahora entiendo por qué empecé a odiar el perfume de ella.
—Créeme que si hubiera querido estar con Dora ni siquiera me hubiera acercado a ti —dice y se acerca de nuevo.
—Sabes por todo lo que pase... —no quiero excusarme con eso, pero siempre entran mis dudas.
—Nunca te haría algo así, ya te dije que eres la única mujer a la que amo y con la única mujer que quiero formar una familia —mi corazón se late desenfrenadamente con lo que acaba de decir.
—¿Él bebe de Dora? No puedes abandonar un hijo —aunque quisiera que solo fuéramos nosotros cinco, no puedo ser egoísta.
—¿Le creíste a la loca? —pregunta —desde que inicie contigo nunca me he acostado con otra mujer y menos con Dora.
—¿Las fotos? —sé que estoy haciendo muchas preguntas, pero quiero aclarar todas las dudas para estar en paz y tranquila y si se puede feliz junto a mi chico sexy.
—Sabes que nunca me quito esto —me enseña la pulsera a juego que compre esa tarde, que salimos a divertirnos —puedes ver que en ninguna foto salgo con ella, tampoco tengo esto, enseña el tatuaje pequeño que tiene en un lado de su hombro «tatuaje que no tiene mucho tiempo».
Es verdad, en ninguna foto sale con la pulsera y el tatuaje no se ve por ningún lado, ¿Cómo se me pudo pasar estos detalles?
—No te voy a negar que las fotos son reales —una punzada en mi corazón, aunque sé que esto fue cuando no estábamos juntos, siento celos —pero todo eso pasó hace más de dos años, no pensaba conocerte y mucho menos creí que me iba a enamorar hasta los huesos de ti.
—Lo siento tanto —digo mientras trato de abrazarlo —te hice pasar por mucho.
—Hermosa, no tienes la culpa de nada, solo hay una culpable y pagará todo esto.
Tomo su rostro y acaricio, sus mejillas, sus pómulos están muy delgados y me siento culpable, culpable de su sufrimiento, las ojeras son notables.
—Estás tan delgado —digo mientras las lágrimas siguen humedeciendo mis mejillas.
—Tú estás igual que yo, supuse que por estar con tu familia estarías bien.
—Ojalá... nunca deje de pensarte ni un segundo —acerco su rostro más al mío.
—Pero sigues siendo la misma chica de la que me enamore —dice —te amo incluso más que antes.
Rompe el poco espacio que nos separaba y planta sus labios en los míos, me da un beso tierno, beso que necesitaba hace mucho. Pone su mano en mi vientre y me estremezco, por primera vez está tocando ese pequeño bulto, ese bulto que son nuestros hijos.
Se aparta y sonríe, baja su mirada a donde tiene su mano y levanta la sabana que cubre mi cuerpo. Sus ojos se cristalizan y veo como empiezan a bajar lágrimas por sus mejillas.
—No sabes lo feliz que me haces —se inclina y besa mi vientre -nunca les faltara nada.
—Todos me decían que estarías muy feliz, aunque en un principio no les creía.
—No sabes todo lo que he anhelado ser padre, es de las cosas que más deseaba —dice y un sollozo sale de él, está llorando como un niño, pero ahora sé que llora de la felicidad.
Miro hacia un lado y no veo a Dahiana en ninguna parte, no sé en qué momento salió, pero le agradezco por darnos nuestro espacio, necesitamos esto, necesitamos sanar, perdonarnos para poder ser felices.
Alan corre una silla que hay cerca y se sienta a mi lado, no ha soltado mi mano desde que la agarro, cree que puedo escapar, pero nunca más haré eso, nunca más huiré de mis problemas.
Con sus caricias en mi vientre y su agarre en mi mano logro conciliar el sueño, duermo tranquila, y ya no están esos sueños que me atormentas, ahora me siento plena.
Al abrir mis ojos lo primero que veo es el rostro de él, del hombre que logro abrir mi corazón, que me hizo creer de nuevo en el amor y quien me hizo madre de tres.
Analizo cada parte de él, se ve tan precioso, tan tranquilo; miro esas pequeñas ojeras que lo hacen ver cansado. Me arrepiento tanto de no haber contestado ninguna de sus llamadas, sus mensajes; pudimos haber no sufrido nada, enterarnos juntos de los bebes.
—Lo siento tanto —digo en un susurro mientras acaricio su mejilla.
—¿Por qué lo sientes? —pregunta él y me sorprendo un poco, supuse que aún dormía.
—Pensé que estabas dormido —digo.
—No he podido dormir —responde —tus caricias me relajan, no te detengas —dice cuando intento separar mi mano.
Sujeta mi mano y la posiciona nuevamente en su mejilla, su mirada, esos ojos que me hipnotizan cada vez que lo miro.
—Por todo esto —digo y siento como mis ojos se humedecen nuevamente —todo esto es mi culpa.
—Nada de esto es tu culpa, hermosa —ahora es el quién acaricia mis mejillas.
Se levanta y se acerca mucho más hasta dejar su rostro a pocos centímetros del mío.
—Te amo tanto —dice mientras pega nuestras frentes —te amo tanto que no podría vivir sin ti.
—Yo también te amo.
—No quiero que me ames porque yo te amo, quiero que me ames porque así lo siente.
—Alan... —sostengo sus mejillas y hago que me mire —si así lo digo es porque lo siento, te amo tanto que no soporto estar lejos de ti, te amo tanto que quiero toda una vida contigo y nuestros hijos, te amo tanto que estaba dispuesta a perdonarte.
—Perdóname, perdóname, por dejarte sola, por hacerte dudar, por traicionarte, por no hablarte con la verdad —dice mientras besa mi rostro en cada intervalo de palabras.
—No tengo nada que perdonarte —digo mirándolo a los ojos —o si, por no decirme la verdad y confiar en mí.
—A partir de hoy todo será diferente, no habrá secretos entre nosotros.
—Eso espero —digo.
—Debemos arreglar muchas cosas, debemos hablar bien y saber que será de nosotros ahora —suspira y sonríe —ahora no solo somos dos, somos cinco.
Hablar así es raro, pero es verdad, ahora somos cinco, mis padres tuvieron casi quince años para conformar una familia de cinco y yo solo voy a tener nueve meses, qué loco es todo esto.
—Debemos casarnos —dice Alan después de un rato.
—No me quiero casar, no quiero casarme por la excusa de mis hijos —digo muy seria.
No quiero casarme, miento, si quiero casarme; pero no quiero que se vea como una obligación, quiero que sea algo natural, algo que nos nazca.
—No quiero casarme Alan —repito.
—¿No quieres casarte conmigo? —pregunta.
—No quiero casarme porque estoy embarazada, cuando me case quiero hacerlo porque es lo que deseamos, lo que anhelamos en ese momento.
—Pero yo quiero casarme contigo, llevamos más de un año de conocernos —dice un poco enojado.
—Por eso mismo no quiero casarme.
—Dijiste que me amabas, eso es suficiente para que nos casemos.
—Alan, no me voy a casar, no quiero casarme en este momento, tengo otras prioridades.
No vi en qué momento abrieron la puerta, pero sé que nada bueno va a resultar de eso, Miguel es un hermano más que protector y con todo lo que he pasado con Alan empezó a detestarlo.
NOTA DEL AUTOR
Gritos de alegría y no saben cuánto, hoy AVA alcanzo las 16k de lecturas y es un sentimiento muy hermoso. Recuerdan que cuando inicie celebraba hasta las 10 lecturas, pues nunca lo dejaré de hacer y agradecerle a cada uno de ustedes por dedicarle tiempo a esta hermosa historia.
Este capítulo está escrito con mucho amor y literal, algunos diálogos me apapacho el corazón, es que ellos son tan lindos y merecen tanto...
Agradezcamos al chuchito de Ava por escuchar nuestras oraciones de que los bebes estuvieran bien. En un capítulo anterior puse que faltaban como 5 capítulos, pero déjeme decirle que falta un poquito más, pero sé que disfrutaran mucho los que vienen.
De nuevo gracias, infinitas gracias por estar ahí pendiente de cada actualización, otra cosa, no sea malo, si está disfrutando de AVA comente así sea un emoji :) y deje su estrella que esto nos ayuda a que la historia sea un poco más vista...
Chuchito los cuidé y llené de bendiciones.
COMENTE Y DEJE SU ESTRELLA, LOS AMO...
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