CAPÍTULO 4
Se ha convertido en una rutina mis salidas al bar de mi Miguel, pero es que la verdad esto me gusta, esto despertó alguien en mí que no existía, algo que realmente tenía guardado y no logro liberar hasta que todo sucedió.
Ya estoy lista, voy bajando las escaleras cuando me encuentro con Danniel, él me regala una sonrisa y yo me dispongo en salir, pero antes de terminar de cruzar la puerta escucho como Danniel me llama.
— Ava. ¿Podemos hablar? —dice Danniel.
—¿Debe ser ya? —pregunto —podemos hablar mañana cuando llegue —digo.
—Hablemos ya, es importante lo que quiero decirte —suspiro y decido devolverme a escucharlo.
—Te escucho —digo algo impaciente, realmente mi carácter ha salido a flote.
—Me gustaría que vivieras en la capital cuando termines la universidad —me sorprendo y se van las palabras, nunca había imaginado vivir en la capital, lejos de mi familia, lejos de él —mis padres están de acuerdo, han dicho que puedes escoger un departamento donde quieras, ellos te lo pagaran y yo te conseguire un lugar adecuado para que puedas hacer tus pasantías.
—¿Por qué? —es lo único que logro decir en el momento —¿Por qué? Mis padres quieren que me vaya.
—Ellos no quieren eso Ava —Danniel suspira y continua —en la capital puedes descubrir nuevas cosas, cambiar un poco, nuestros padres quieren que explores, no quieren ver que te quedes sola aquí.
—No creo que sea momento para hablar de eso, hablamos después.
Me despido de mi hermano y me dirijo a la puerta, estoy pensando seriamente lo que Danniel acaba de decirme, nunca me había planteado vivir en la gran ciudad, me había imaginado una vida aquí con mis padres y él...
Ahora, con este cambio en mi vida pienso que me sentaría bien vivir en la capital, tendría mi espacio y sería una nueva oportunidad.
Dejo esos pensamientos de lado y continuo a la salida, me monto a mi auto y conduzco hasta el bar de Miguel donde me encontraré con Luciana y unos compañeros, estoy estacionando el carro cuando logro ver a mis amigos.
—Estás preciosa como siempre —dice Sergio, con una sonrisa coqueta —si me gustaran las mujeres nunca te negaría un polvo.
—Lástima, porque estoy lista para follar —digo con una sonrisa y todos sueltan una carcajada.
Entramos al bar directo a nuestra reserva, la he pasado bien estos últimos meses, la verdad he sabido ocultar mi dolor y no dejar que nadie me vea derrotada.
Me he vuelto un hielo como Miguel, jure no volverme a enamorar y lo estoy cumpliendo, salgo con mis amigos, me divierto, la paso bueno y si alguien me parece atractivo, pasamos un rato agradable lleno de mucha pasión, hasta ahí, no pasa de un polvo, no estoy dos veces con nadie.
La estamos pasando genial, hoy hay un DJ que toca increíble y sabe animar la fiesta, estoy bailando con todos mis amigos, cuando logro ver que Lukas entra al bar.
—Mierda —digo muy bajo.
Veo a Lukas acercarce hasta donde me encuentro con mis amigos.
Lukas se sigue acercando y me preocupo, no quiero dañar mi noche con discusiones que no llegan a nada, la estoy pasando increíble, Lukas está casi a un metro de donde estoy y veo que dos chicos del bar tratan de agarrarlo, pero él logra esquivarlos.
—Ava... hablemos —dice mientras se acerca.
—No te me acerques, no quiero, ni voy a hablar contigo.
—Amor, por favor, habla conmigo —sigue acercándose a mí.
—Mierda Lukas no quiero hablar contigo —grito —no somos nada, no soy tu amor, ya lo dejaste muy claro.
Lukas queda frente a mí y me toma del brazo, me da un jalón que me hace chocar y caer, al caer me golpeó la cabeza con una mesa, me levantará de inmediato con ayuda de Luciana, pero estoy un poco mareada.
—En tu vida me vuelves a tocar —digo tratando de gritar, pero no creo hablar muy fuerte, todo me da vueltas, siento que me voy a desmayar, el golpe ha sido bastante fuerte.
—Perdón Ava —dice Lukas.
—¿Perdón? ¿Quién te dijo que podías venir aquí y tocar a mi hermana? Estás jodido Lukas, ya te lo había advertido, no te acerques más a ella, déjala en paz —dice Miguel mientras se lanza sobre Lukas.
—Miguel.
Trato de llamar a mi hermano, no escucho nada, veo borroso y pierdo el conocimiento en ese preciso momento me desmayo y no sé qué pasa.
No puedo decir que causó el desmayo, pudo ser el golpe o el alcohol que ya estaba en mi sistema.
Abro los ojos y estoy en mi habitación, me siento un poco desorientada y me duela la cabeza como nunca, ni tomando todo el alcohol del bar había sentido este dolor.
Empiezo a recordar todo lo que paso y me hierve la sangre, no sé qué hacía él ahí, ya lo tenía muy claro, no quería volver a verlo.
Trato de levantarme y al girar veo a mi madre en una esquina de mi cama y me pego un buen susto, su rostro refleja preocupación y estoy segura de que es por mí, estos últimos meses he cambiado mucho y no para bien que digamos, siempre me dice que deje todo lo que estoy haciendo, pero la ignoro.
—Buenos días, madre, ¿Qué haces ahí? —pregunto ofreciéndole una sonrisa.
—¿Cómo te siente? —pregunta ella.
—Bien, madre, estoy bien —respondo un tanto irritada, estoy cansada de la misma pregunta todos los días.
—Ava... —hace silencio por un momento —Ava, debes parar esto, tú no eres así, no te destruyas por alguien que no ha sabido valorarte y cuidarte cuando te tuvo.
—Joder mama, estoy bien, he cambiado por mí, no me gusta la vida que llevaba, me siento bien tal y como estoy ahora —le grito a mi madre y me arrepiento después de decir eso, nunca le había alzado la voz a alguno de mis padres —lo siento mamá.
—Solo te digo esto porque me preocupo por ti, todos estamos preocupados, no queremos que te pase nada, apenas tienes 21 años, puedes conseguir alguien mejor, que si te valore, dice ella.
—Me voy a ir a vivir a la capital cuando terminen las clases —digo a mi madre para tratar de cambiar de tema, me arrepiento en el momento que suelto esas palabras.
—¿Danniel hablo contigo? —pregunta —no creas que te estamos obligando, pero sería algo bueno para ti.
—Sí, he tomado la decisión de irme a la capital, voy a hacer mis pasantías allí y me quedaré viviendo en ella.
Termino de hablar con mi madre y ella sale de mi habitación, estoy asimilando lo que le dije, no sé si quiero irme a Canberra, pero creo sería algo bueno para mí.
Continúe con mi nueva rutina, realmente me agrada, me siento cómoda y libre, las clases en la universidad me dejan agotada, ya estoy en el último semestre y he tenido que viajar a la capital un par de veces para el papeleo de mi apartamento, sí, decidí ir a vivir a la capital, mis padres me regalaron un apartamento hermoso, creo que podría vivir en el, el resto de mi vida, es relativamente sencillo, está ubicado en un excelente lugar.
Danniel me ayudo a conseguir mis pasantías en la empresa VACHERS, es una empresa la cual diseña y pinta cuadros para exponerlos y así venderlos en obras grandes, mi hermano dice que apenas vieron mis bocetos, no dudaron en aceptarme, aunque creo que él me ayudo, ya que la empresa es del padre de uno de sus amigos.
—¡Ey!... —dice Luciana sacándome de mis pensamientos —¿En qué piensas tanto?, debemos terminar esto, es nuestra última semana y todo debe salir bien.
—Si cerebrito —digo mientras ella me fulmina con la mirada —está bien Lucina, he terminado mi parte, no falta nada más.
—Por eso eres mi mejor amiga —dice —siempre tan eficiente.
—Solo por eso soy tu amiga —digo con mi voz fingiendo molestia, pero no aguanto la risa.
Entregamos los últimos trabajos de la universidad y nos dirigimos a mi casa, hoy decidimos descansar, hemos tenido unas semanas de mierda, donde no he logrado descansar y mucho menos he tenido tiempo de salir con mis amigos, a divertirme un rato.
Miguel se encuentra en la capital porque está terminado de remodelar un bar en uno de los puntos más fluidos de esa ciudad y estoy completamente segura de que será todo un éxito. Él siempre ha sido muy bueno para estos negocios, dejo la universidad y se dedicó a esto, y de verdad que le ha ido super bién, mi padre no le tenía mucha fe, pero ha quedado sorprendido.
—Mamááááá —grito desde mi habitación —¿puedes ayudarme con esto por favor?
—Cariño, enseguida voy —me responde ella, estoy nerviosa, hoy nuestros amigos nos han invitado a Luciana y a mí a una despedía, ya que las dos nos iremos a vivir a la capital este lunes —Listo, esta bellísima como siempre, mi dulce Ava.
—Mamá, no me mires así, que me harás llorar y entonces adiós maquillaje —digo a mi madre.
—Te voy a extrañar —dice y veo sus ojos ponerse rojos —¿Me vas a echar de menos?
—¿Mamá, si quieres me quedo contigo? —digo sonriéndole —Me quedaré contigo y papa.
—Ni lo sueñes mocosa, coge tu gran trasero y ve a disfrutar de la capital, aquí estaremos para cuando lo necesites.
—Te amo madre —digo mientras la abrazo.
Termino de arreglarme y bajo las escaleras, ya me están esperando, creo que se me ha hecho tarde, como de costumbre, espero divertirme hoy y beber hasta no saber cómo regreso a casa, me lo merezco, hace varios días no salía a divertirme por los finales de la universidad.
—Los voy a extrañar —digo brindando con nuestras copas.
—Nosotros a ustedes —dicen todos a la vez.
—Pueden venir cuando quieran, las puertas de mi casa están abiertas para ustedes —digo con una sonrisa.
—Quedo grabado —dice el loco de Sergio —iré todos los fines de semana.
Así, entre charlas, tragos, bailes y muchos chistes, se nos fue la noche, de verdad que me he divertido, hace días no la pasaba tan bien, me siento un poco triste al dejar a mis amigos y mis padres, aunque sé que la capital será de gran ayuda para mí. Eso es lo que pienso.
NOTA DEL AUTOR
Como ya es costumbre les dejo esta notica por aquí, si la historia les está gustando, dejen su estrella y comentario, no saben lo importante que es para mí leerlos y saber que les parece esta historia.
Sin más que decir que chuchito los bendiga y los proteja para que continúen disfrutando la historia.
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