CAPÍTULO 35
¡MIERDA!... y más mierda. Digo mientras sigo mirando la aplicación. ¿Cómo pudo fallar? Se supone que las inyecciones no fallan si la aplicabas con regularidad.
Me siento en la taza del baño y lo único que hago es llorar, yo no puedo ser mamá, no puedo ser mamá en esta situación. Tengo casi tres semanas de retraso, no me había dado cuenta por todo lo que ha estado pasando. Mañana apenas salga de juicio, voy a ir donde mi doctora, espero que esto no sea un embarazo.
Regreso a mi cama hecha un manojo de nervios, no he parado de llorar, le ruego a chuchito que vuelva y me ayude, que por favor no esté embarazada, si llego estar embarazada debo decirle a Alan porque no puedo tomar una decisión sola.
No logre dormir nada, toda la noche la pase del baño a la cama, he vomitado todo lo que he comido en mi vida, los nervios me están jugando una mala pasada.
Me levanté super temprano, la cama me incomoda mucho, así que decidí arreglarme y repasar los correos que me envió el abogado con preguntas que posiblemente me hagan hoy.
Bajo las escaleras hasta llega a la cocina donde ya estaba mi madre preparando el desayuno, ya sé a quién salí tan madrugadora.
—Buenos días, madre —me acerco y dejo un beso en su mejilla.
—Buenos días, cariño —ella me devuelve el gesto —¿Mala noche? —pregunta.
—¿Se nota mucho? —me siento en una de las sillas para seguir observando lo que hace.
—Tantico, pareces oso —nos reímos de lo que acaba de decir.
—Los nervios del juicio —digo, pero mis nervios no son por eso, a decir verdad, el juicio quedó en segundo plano después de enterarme de que posiblemente estoy embarazada.
—Cariño... todo estará bien, estamos seguros de que ganaremos —dice ella mientras empieza arreglar la mesa.
—Eso espero.
Me paro y le ayudo a terminar de arreglar la mesa y llevar lo que vamos a desayunar. Ya todo está listo cuando mis hermanos, Luciana y mis padres llegan para ahora sí, iniciar a comer. Mi apetito está activo hoy, me comí todo lo que mi madre me sirvió, más agarré dos porciones más de frutas y un pedazo de pan. A este paso voy a engordar muy rápido.
Terminamos nuestro desayuno y nos dirigimos al juzgado, el abogado ya llego y nos está esperando para dar últimos detalles a lo que será una gran mañana o día entero, este al ser el juicio final tendrá varias sesiones y será largo.
Llegamos y Danniel me abraza al instante, entramos al juzgado en parejas, mi madre y mi padre, Miguel y Luciana y por último Danniel y yo.
Al entrar nos encontramos con el abogado quien se encargó de hacer unas sugerencias y decirme algunas cosas que podía decir cuando volvieran a llamarme al estrado para seguir con mis declaraciones, aunque dijo que posiblemente no era necesario porque el juez y el fiscal tenían todo lo que se necesitaba y no hay petición por ninguno de los dos lados.
Entramos a la sala donde ya se encontraban todos, éramos los únicos que faltaban, al entrar el juez nos miró y nos indicó que ya podíamos tomar asiento.
—Siendo las 9:30 am daremos por iniciado el juicio donde se dictará sentencia al acusado Lukas Willians por los cargos que son: maltrato a su pareja en diferentes ámbitos físicos, carnal, violento y psicológico, intento de asesinado, chantaje e intento de secuestro —dice el juez para así dar un martillazo con ese objeto de madera que ellos tienen.
Mientras el juez hablaba mi pie no dejaba de moverse, mis uñas permanecían en mi boca, realmente los nervios me estaban matando. Todo lo que pasara hoy sería la definitiva.
Veía mi reloj de mano y siento que el tiempo se había detenido, no llevábamos ni una hora aquí y yo sentía que llevábamos años, lo único que deseaba era que esto terminara ya, que yo pudiera estar tranquila.
—Se levanta la sesión, daremos un receso de 30 minutos. Cuando regresemos dictaremos la sentencia porque no hay más pruebas y preguntas por ninguna de las partes —dice el juez y sin más todos empiezan a salir.
Yo salgo detrás de mis padres y seguido de mí, mis hermanos y Luciana. Mi amiga se acerca al verme tan nerviosa y me abraza.
—Todo va a estar bien —me dice mediante un susurro, la abrazo aún más fuerte, en busca de no un, no sé qué...
—Eso espero... Realmente estoy muy nerviosa —digo para así terminar nuestro abrazo.
Todo se acerca y empezamos a discutir sobre las posibilidades que tenemos de ganar este caso, todos están muy seguros de que ganaremos. Yo estoy dudando mucho, por los alcances de la familia de Lukas.
Pasado el tiempo de receso entramos a la sala. Todo está en un silencio profundo, llego el día, el momento, el tiempo de saber que será de mi vida, de la de Lukas a partir de ahora.
El fiscal empieza hablas...
—Luego de analizar las pruebas, testimonio y los cargos imputados al señor Lukas William y de acuerdo con el artículo 30 del año 1998 bajo el código penal 04, se le solicita al juez penal una condena para el señor... —siento que todo se detiene.
El fiscal hace silencio por un momento y siento que toda mi sangre reposa en mis pies, me siento en el aire, mi estómago duele y todo me da vueltas. Trato de apegarme a algo, ser optimista, pero siento que no ganaré.
—Se le solicita al juez penal —continúa el fiscal —una condena de 84 meses y 20 días de cárcel al señor Lukas William —dice, pero continúa hablando, creí que había terminado.
—Pero... —ahí está, él, pero, lo sabía, sabía que no era tan bueno, no era real y más, cuando observe el rostro de Lukas, no tenía expresión alguna —el señor Lukas ha pedido una fianza la cual será evaluada por el juez.
El juez empieza a leer y se nota muy serio, con cada parte que leé frunce más su ceño. Al terminar de leer me mira y luego a Lukas, esta vez le dedica la sonrisa que me dedico a mí.
—De acuerdo con el artículo 105 del año 2006 bajo el código penal 68 se le otorga la fianza al señor Lukas William —con las palabras del juez todo se me viene abajo, sabía que esto sería difícil, pero no perdía mis esperanzas —la condena será rebajada a 42 meses los cuales pagara la mitad con un monto de 500.000 dólares, 10 meses tendrá que pagarlos con obras sociales y los 11 restantes serán pagos en casa. Tiene prohibido salir de la ciudad, el país o a más de 5 kilómetros de su residencia. Tiene prohibido acercarse a la señorita Ava Meyer a menos de 10 metros, si viola alguna de esta petición la fianza será cancelada y tendrá que pagar los 84 meses de cárcel sin ningún permiso.
Miro a mis padres y veo que mi madre está llorando, aferrándose al cuerpo de mi papá, mientras que mis hermanos se les nota la rabia en la cara.
—Al terminar de leer la sentencia damos por terminado este proceso —da dos golpes con su martillo y se para.
—Esto no termina aquí, está siendo la persona más injusta y vendida —grita Miguel desde su lugar.
—¿Está diciendo que me vendí? —retrocede el juez y le apunta a Miguel —que no se le olvide quien es la ley aquí.
—Una ley que no sirve, que se vende al mejor postor —deseo que haga silencio, esto lo podemos resolver de otra manera —¿Cuánto le dieron? Diga, posiblemente le podemos dar más.
—¡Miguel! —exclamo cuando veo que empieza a caminar hacia Lukas —basta —digo con las lágrimas recorriendo mis mejillas —podemos apelar, por favor no hagas más difícil esto —me mira y solo veo tristeza en sus ojos.
—¿Cómo puedes estar tan tranquila? —dice y sin más sale de la sala.
¿Tranquila? Si supiera como estoy por dentro, si sintiera mi miedo, dolor, mi rabia, mi tristeza y desilusión, comprendería en realidad como me siento.
Miro una última vez a Lukas antes de salir y este me dedica una sonrisa triunfante. ¿Cómo no? Paso por encima de todos.
Salgo y voy directo al baño, necesito un baño con urgencia. Camino lo más rápido que me lo permiten mis pies y veo como Luciana camita detrás de mí. Entro al baño y me dirijo de inmediato al cubículo, boto todo lo que pudo entrar en mí esta mañana.
—¿Te encuentras bien? —dice Luciana desde afuera.
—Sí —digo con las pocas fuerzas que tengo, realmente me siento muy mal.
—Pero por Dios, Ava —me sujeta de las mejillas —no estás nada bien, estás muy pálida.
Me sujeto fuerte de sus brazos, todo me da vuelta, siento que mis piernas me tiemblan, no logro sostenerme por mí. Todo se va oscureciendo y lo último que siento es como me desplomo en los brazos de mi amiga.
—Miguel... —es lo último que escucho al perder el conocimiento.
Ah, me quejo al abrir los ojos, la luz me molesta mucho y siento una pulsada en mi cabeza. ¿Dónde estoy?
Empiezan a llegar los recuerdos de todo lo que ha pasado estos últimos días, la infidelidad de Alan, el juicio, mis sospechas de embarazo. Todo se ha acumulado, todo vuelve como un bucle haciendo presión en mi pecho.
—Despertaste —se acerca Luciana.
—No, sigo dormida —digo y ella intenta reír —¿Dónde estoy? —pregunto.
—¿No recuerdas? —niego —te desmayaste a la salida del juicio, te trajimos al hospital.
—¿Dónde están mis padres? —pregunto.
—Tu padre llevo a tu madre a descansar, has dormido toda la tarde —miro por la ventada y efectivamente ya ha oscurecido —tus hermanos están afuera haciendo unas llamadas. Te hicieron unos análisis para saber que ti...
No termino de hablar porque en ese preciso momento entre el doctor con unos documentos en la mano, los cuales venía leyendo y se veía muy feliz, no creo que me vaya a dar una mala noticia con el entusiasmo que tiene.
—Señorita, ¿Cómo se siente? —pregunta dedicándome una sonrisa.
—Bien, supongo —digo y él vuelve a sonreír —¿tengo algo malo? —pregunto.
—No, por el contrario, es algo muy bueno —mira a Luciana y de nuevo me dedica toda su atención.
—¿Algo bueno? No hay algo bueno que te haga perder el conocimiento —digo y él vuelve a sonreír, me está irritando su sonrisa.
—Bueno, está usted embarazada —¿embarazada? Me pregunto, aunque ya lo sospechaba, quería considerar que podría ser un error.
Iba a decir algo cuando entraron mis hermanos, mis lágrimas vuelven a humedecer mis mejillas, ya perdí la cuenta de todo el tiempo que llevo llorando. Luciana me mira y me dedica una sonrisa.
—¿Ya salieron los análisis? —pregunta Danniel y yo miro al médico haciéndole un gesto de negación.
—Si, la señorita está un poco deshidratada, sus defensas están bajitas y su presión a estado irregular, eso fue lo que ocasionó el desmayo —le agradezco al doctor con la mirada, ahora me toca esperar que Luciana no diga nada.
NOTA DEL AUTOR
Gritos de gente histérica, cuando comencé la historia nunca paso por mi mente que Ava tendría bebe, todo ha ido cambiando al paso del tiempo.
¿Cómo les pareció el capítulo? ¿Se esperaban esta noticia? ¿Es justo la condena de Lukas? ¿Debe Ava hablar con Alan?
Creyeron que los dejaría sin capítulo, pues no, yo les dije que esta semana les traía otro capítulo, tarde, pero se los deje.
COMENTEY DEJE SU ESTRELLA PARA QUE SIGAMOS CRECIENDO. LOS AMO.
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