Después de unas cortas vacaciones quede con ganas de más. Creo que me he acostumbrado mucho a no trabajar, aunque mi trabajo es todo lo que me gusta.

Desde que volvimos de Brisbane no he hablado mucho con Alan y eso se siente un poco extraño, llevamos cuatro meses de haber formalizado nuestra relación y nunca habíamos estado tan distante.

Hoy empiezo otra vez mi vida laboral después de las vacaciones y lo único que quería para empezar con el pie derecho era ver o tan siquiera escuchar a Alan, pero ni eso.

—¡Ava! —me llama Mateo cuando voy entrando al ascensor, estaba tan metida en mis pensamientos que no lo había visto —¿Qué tanto piensas? Te estaba llamando desde que bajaste de tu auto —de verdad que no lo escuche.

—Señor Bustamante —lo llamo por su apellido, pero frunce el ceño —perdón, Mateo —digo esta vez y se ríe —pienso en mi trabajo —digo mientras sonrió.

—No parece, ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? —ufff... de maravilla, creí.

—Tranquilas —contesto sin más que decir o a lo mejor no quiero revelarle los detalles.

—¿Tranquilas? —como intenso mi jefe.

—Sí, estuvieron muy bien, junto a mi familia... usted ¿Cómo estuvieron sus vacaciones? —pregunto para evadir su interrogatorio.

—Geniales, buenas, más que buenas —dice con una sonrisa.

—Suena que las disfruto mucho —él sonríe ante mis palabras.

—No te imaginas.

Me bajo en un piso antes que él y me despido. Entro a nuestra sala y me sorprende lo impecable que está, es como si Daren no hubiera estado en todo este tiempo.

—Buenos días —digo cuando ella entra.

—¡Ava! ¿Cómo estás? —pero tanta amabilidad aterra.

—Bien y ¿Tú? —chuchito escucho mis plegarias, esta mujer ha dado un cambio a simple vista.

—Bien. ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? —pregunta sonriendo y me aterroriza, ¿La cambiaron o le hicieron un exorcismo?

Hablo con ella un rato y también me cuenta como estuvieron sus vacaciones. Hizo un viaje con su novio a Cancún, unas playas muy hermosas en México, se le vio muy radiante y feliz cada vez que hablaba de su novio.

Todo mi día ha trascurrido con la normalidad de siempre, con una excepción de que Alan no me ha dejado ni un mensaje, me empieza a parecer extraño y estoy sospechando que algo me está ocultando.

—Cariño. ¿Podemos vernos esta noche? —decido dejarle un mensaje a ver si cuento con un poco de suerte y me contestas. Puedo preguntarle a Danniel si algo está pasando en la empresa, pero no quiero parecer obsesiva.

Pues no conté con suerte porque nunca respondió mi mensaje, cada vez me parece más raro y ha llegado un punto el cual me molesta. Nunca he ocultado mis cosas ante él, quisiera que hiciera lo mismo conmigo, pero es muy cerrado.

Llego a mi casa, nada cansada, a decir verdad. Hoy solo hicimos inventarios y chismear todo el día, he hablado mucho con Daren y es todo lo contrario a lo que me mostró al principio, me hizo saber que nunca le caí mal, solo que no confía mucho en las personas, también me hizo saber que tuviera mucho cuidado con lo que se dice de mí y el jefe que ella sabe que nada pasara entre nosotros, pero no está de más cuidar tu imagen.

Luego de una ducha y haber disfrutado de un delicioso arroz chino ya estoy a punto de quedarme dormida cuando escucho sonar mi teléfono, no me he preocupado en mirar quien es cuando conteste.

—¿A quién se le ocurre llamar a esta hora? —digo y escucho como la otra persona se ríe.

—¿Me dijiste que podía llamarte a la hora que quisiera? —dice esa voz ronca que tanto me gusta.

—También dije que confiaras en mí y no lo haces —respondo, estoy emocionada de escuchar su voz, pero también estoy un tanto dolida con todo esto que está haciendo.

—Estuve muy ocupado y no pude contestar tu mensaje.

—Una semana estuviste ocupado, una semana donde no nos hemos visto ni hablado —me he repetido que no debo hacerme ideas, pero él no me colabora.

—Estoy solucionando algo para que podamos estar bien —no quiero imaginar eso que está solucionando.

—¿Qué es? —pregunto, pero él no responde —solo dímelo, joder, estoy preocupada por ti, desde que te viniste de Brisbane no he estado tranquila.

—No puedo decirte ahora —vuelven mis recuerdos, mi pesadilla de que él pueda serme infiel.

—¿Tienes a alguien más? —puede sonar absurda mi pregunta porque solo llevamos una semana distante, no me contesta —¿Hay alguien más? —vuelvo y pregunto.

—No —responde, pero no de manera segura, no como yo quiero.

—Hablamos después —termino la llamada.

Si es un engaño, no podría perdonarlo, me jure nunca perdonar algo así. Sé que me ha dicho que no, pero hay algo que me esconde, no quiero dudar de él, pero no me la deja fácil.

Para ser sinceros no dormí mucho y para complementar me levanté con un dolor de cabeza terrible. Decidí ir a la oficina en taxi, no quiero manejar, así como estoy, lo más seguro es que me duerma en el camino y quiero evitar un accidente.

Voy entrando al edificio, pero veo que Daren se baja de una moto, así que decido esperarla, está muy sonriente con el chico que manejaba, así que deduzco que ese es su novio.

—El amor está en el aire —digo cuando se acerca a saludarme.

—¿Se nota mucho? —pregunta un poco apenada.

—Un poco —respondo con una sonrisa.

Terminamos de entrar y vamos hablando muy a gusto cuando nos encontramos a Mateo, lleva una cara como si no hubiera dormido en toda noche. Posiblemente, me veré igual que él.

—Si no los conociera diría que tuvieron una larga noche —dice Daren en todo divertido.

—Yo solo tuve una noche pensativa —respondo.

—Yo tuve una noche agotadora —dice mi jefe y me sorprendo.

—¿Caliente? —pregunta Daren acercándose a él, mirándolo fijamente.

—Que no te sorprenda, esta muchachita siempre es así —me dice y me sorprendo aún más, tienen demasiada confianza.

—Es mi primo —dice Daren. Que pequeño es el mundo, con razón tanta confianza.

Terminamos nuestra charla y nosotras nos bajamos en nuestro piso. Recibo a los señores García una pareja extranjera que quiere hacer un retrato para ponerlo en su matrimonio.

Llevo mucho rato dibujando, así que decidimos parar un momento para poder almorzar y luego seguir con el trabajo. En el almuerzo la pareja me relata un poco de todo lo que han vivido y me sorprendo, el señor García tuvo un duro pasado con su antigua pareja, pero logro superar todo gracias a Amanda, su futura esposa.

Daren se nos unió a nuestra charla y relata lo bien que va con su novio, al parecer esta es su primera relación formal y la lleva muy bien. Ojalá yo pudiera decir lo mismo, mi primera relación fue un completo fracaso que me llevo al borde de la muerta y la segunda está en un hilo de desconfianza.

Terminamos por hoy nuestro trabajo y me voy a casa a descansar, voy muriendo, me duelen las nalgas, las manos, los pies y el dolor de cabeza no se ha ido, pero para completar súmele la acidez que tengo.

Llegando a casa lo único que hago es tirarme a mi cama, pierdo la noción del tiempo y me quedo dormida hasta el siguiente día, me he levantado con los ojos muy hinchados, creo que dormí más de lo necesario.

Voy en el taxi rumbo a mi trabajo, decidí ir de nuevo en taxi porque no quiero manejar, además quede en ir al bar después del trabajo con Daren. Me la estoy llevando muy bien con ella.

—Me has abandonado. ¿Podemos vernos hoy? —no he conocido a nadie más dramática como lo es Luciana, estos últimos días ha estado muy pesada.

—Hoy no puedo —envió carita triste —trabajo hasta tarde y luego voy a salir un rato con Daren.

—¿Me estás cambiando? —sus dramas.

—¿Podemos salir el sábado? —cambio su pregunta por una mía, quiero verla a ella y a Tania.

—¿El sábado a las 2:00 pm en el mall? —responde como si ya tuviera todo planeado.

—Nos vemos el sábado.

Entro a la sala y ya está la familia García lista para empezar. Termino con ellos, a eso de las 3:00 pm decidimos hacer todo seguido porque tenían cita en un restaurante que les costó hacer la reserva.

—Ava. ¿Puedes ayudarme en algo? —pregunta Mateo entrando a la sala.

—Sí, dime —respondo y él saca dos cajas pequeñas de color beige.

—Quiero hacerle un regalo a alguien, pero no sé cuál le gustará —son unas pulseras preciosas, tienen un dije de sol y en la mitad una esmeralda preciosa.

—Eso depende de para quien sea —se nota que deben ser para una pareja porque las pulseras son a juego.

—Son para mi novio —suelta sin más y veo como me mira fijamente esperando que diga algo.

Estoy literalmente sorprendida, nunca pensé que Mateo fuera gay, no tiene pinta de serlo y no lo veo nada mal, pero es que cuando lo conocí sentí que coqueteaba conmigo, que equivocada estaba.

—No sabía que tenías pareja —de seguro que tengo una cara de sorpresa por cómo me mira y se ríe.

—Llevamos muy poco tiempo y no sé si le guste.

—Están preciosas, de seguro le encantaran —respondo.

Me sonríe y sale con una sonrisa aún más grande. Nunca creí que a Mateo le gustaran los hombres. Cada día me sorprendo más en esta empresa.

—¿Ya estás lista? —pregunta Daren entrando a mi pequeña oficina.

—Termino algo y listo —termino de enviar los correos y apago el computador.

—Hoy te llevaré a un bar muy bueno —sonríe y sale de mi oficina, le sigo los pasos mientras niego con la cabeza.

—Tendrás que ir al bar de mi hermano para que veas que es un buen bar.

—Estaré esperando la invitación.

Entramos al ascensor y es mucha coincidencia, no, pues es su empresa y trabaja en el piso de arriba. Mateo nos saluda y entramos al ascensor.

—¿Ya tienes el regalo? —Daren le pregunta a Mateo y él asiente mirándonos —Mateo llegará un poco más tarde porque tiene que ir por su pareja —dice Daren y yo asiento.

Salimos del ascensor y vamos muy bien hasta que a mi pie se le ocurrió cambiar la dirección y torcerse de una manera horrible. Mateo me agarra de la cintura para evitar que caiga al suelo.

Sujeta fuerte mi cintura y me lleva hasta uno de los sofás que hay en la recepción, nunca me había torcido el pie de esta manera y duele como un culo, Mateo intenta masajear mi pie, pero se detiene al escuchar esa voz.

—suéltala —dice con su voz roca y muy enojado.

—¡Mierda! —digo lo más bajo que he podido hablar en mi vida.

NOTA DEL AUTOR

Aquí está el otro, aún queda más, así que no se vaya que el otro ya está cargando. Espero estén disfrutando los capítulos de hoy, como pueden ver los capítulos están más corticos, decidí hacerlos así para mayor comodidad del lector y el escritor.

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