Cuando despierto Miguel ya no está, veo el reloj y son casi las cuatro de la madrugada, de verdad que no he logrado dormir mucho, no logro conciliar más el sueño y me quedo despierta hasta que sale el sol.
Ya han pasado varios días desde lo sucedido así que decido que hoy será un nuevo día, cargado de energía positiva. Llamo a Luciana para invitarla a uno de los bares de Miguel, sé que no se va a negar porque lo va a ver.
—¿Tienes planes para hoy? —le pregunto apenas ella me contesta —quiero invitarte al bar de Miguel, pero si tienes planes está bien.
—¿A qué hora nos vemos? —me pregunta —Pasas por mi o voy hasta tu casa.
—Yo paso por ti —le digo —ponte lo más guapa que puedas, paso a las ocho y espero que estés lista a esa hora —insisto.
Al terminarme de arreglar y dirigirme a la salida veo a toda mi familia en la sala, incluido Danniel quien no vendría hasta el próximo mes, me acerco y lo saludo, el me mira con cara angustiada.
—¿Vas a salir? —pregunta mi padre.
—Sí papá —le respondo —voy a salir con Luciana un rato.
—¿Podemos hablar antes de que te vayas? —qué más da, algún día teníamos que hablar y resolver esto —no te demoramos.
—Claro papa, no hay problema —me siento al lado de mi madre quien me mira con cara de angustia.
Aunque acepte hablar con mi familia sobre lo sucedido con Lukas, todavía no me siento bien, no me siento preparada para abordar este tema, pero será mejor decir todo en estos momentos y no volver a tocar este tema.
—Miguel nos ha contado todo —dice mi padre.
—¿Todo? —pregunto horrorizada y sorprendida.
—Yo escuche todo Ava —dice Miguel esta ves —yo estaba en las escaleras desde que el entro a la casa.
—¿Cómo te sientes? —este es el turno de mi madre, donde me pregunta con su rostro evidentemente preocupado —puedes decirnos la verdad.
—Me siento bien —digo soltando el aire que no sabía tenía retenido —ya saben, todo pasara, no me puedo dejar afectar por esto.
—No mientas Ava —Danniel habla después de permanecer en silencio en casi toda la conversación —sabes que no estas bien, se te nota.
Trato de sonreírle y mostrar la mejor cara, no quiero que se preocupen, eso me afecta mucho más.
—De verdad estoy bien —digo fingiendo una sonrisa —continuare con mi vida, voy a olvidarme y dejar todo esto atrás igualmente no creo que lo nuestro tuviera un futuro —miento, independientemente de lo que pasara entre nosotros siempre creí que Lukas podía cambiar.
—¿Quieres hacer algo? —me pregunta mi padre y me sorprendo un poco —dime, no importa que.
«Sí, quiero matarlos, desaparecerlos, olvidarme de una vez por todas de Lukas, arrancar este amor que siento por él, ese amor que me desgarra el alma o mejor quiero retroceder el tiempo y nunca haberme enamorado de el» Todo esto me llega al pensamiento, pero no logro decir nada.
—Ava... —insiste mi padre.
—No papá —contesto en un susurro —quiero dejar y olvidarme de todo.
Mi padre asiento y logro ver tristeza en sus ojos, mi familia siempre me ha cuidado también, ha estado conmigo dándome todo el amor posible, me protegen más de lo que se debe.
Terminamos la conversación y me dirijo hacia la salida, me giro y le digo a Miguel.
—¿Puedo pasar por uno de tus bares? —le pregunto, pero el me mira sorprendido —voy a pasar con Luciana.
—Claro —me dice él —solo dime en cual vas a estar yo le diré a alguno de los muchachos, para que las atiendan y separen un VIP para ustedes.
Le sonrió y salgo de la casa dirigiéndome a mi auto.
Me dirijo hacia el campus de la universidad, donde recogeré a Luciana, ya que ella vive en las habitaciones del lugar.
Cuando salgo del auto siento que todos me miran, no sé si es por el chisme que ya se ha regado o por lo que llevo puesto, llevo un vestido tan corto que siento como entra un poco de viento frio a mi entrepierna, llevo unos tacones plateados, mi cabello lo llevo recogido en una cola, pero con algunos mechones sueltos y el maquillaje ni se diga, no me acuerdo cuando fue la última vez que me vestí así, pero para ser sincera, no me siento muy cómoda, pero creo poder adaptarme a esto.
Veo como se acerca Luciana, ella también luce fantástica, siempre he creído que cualquier cosa que utilice se le ve bien.
—¿Nos vamos? —Le digo.
—Estas preciosa Ava, ¿piensas conquistar a todos los del bar? —me pregunta con un poco de diversión en su voz.
—Esa es la idea el día de hoy —le respondo —voy a follar con el primero que se acerque.
—Como si Miguel fuera a permitir eso —me dice ella frunciendo el ceño.
—No tiene por qué enterarse —le digo guiñando un ojo —vamos, no quiero llegar muy tarde.
—Como digas —hace un gesto de negación con su cabeza, pero se dirige al auto montándose en el lado del copiloto.
Yo me monto al auto y me dispongo a conducir. Minutos después estamos en el bar, había mucho tráfico y eso me irrito un poco.
Al llegar a el bar había una fila inmensa, no pensé que se llenara tanto, para ser sincera, nunca había venido a este lugar, pasamos por un lado y el chico que había en la entrada nos dejó entrar de inmediato, estoy segura de que Miguel ya había dicho que íbamos y eso lo agradezco.
—Esto es genial —le digo a Luciana —creo que nos divertiremos mucho hoy.
—También lo creo —dice ella.
Nos dirigimos hasta la reserva que nos había hecho Miguel y de inmediato nos traen las bebidas, estamos tomando algo que es dulce, pero a la vez se siente el alcohol «revolcón» Así nos dijeron que se llama, realmente esta delicioso.
Va pasando el tiempo y siento que el alcohol está haciendo su efecto, mi cuerpo se calienta y me veo con la necesidad de levantarme, me siento decidida a ir hasta la pista de baile, siento como mis pies se mueven solos y mis caderas danzan a el ritmo de la música y esto me gusta.
Regreso a donde estoy compartiendo con Luciana, me siento cansada, pero estoy disfrutando de esto, ¿por qué nunca me atrevía a venir a estos sitios? no sé porque, si provocan sensaciones deliciosas y de verdad se la pasa increíble.
—Voy a el baño —me dice Luciana y veo como se aleja.
—No te demores —le grito y continuo con mi bebida.
Veo como dos chicos se acercan hacia donde estoy, se ven realmente atractivos, siento que el alcohol me ha dado un poco más de confianza.
—¡Hola! —dice uno de ellos.
—¡Hola! —le respondo de inmediato.
—¿Podemos invitarlas a algo? —dice uno de los chicos —las hemos observado toda la noche y nos gustaría invitarlas a algo.
Asiento y el chico que nos ha estado atendiendo toda la noche nos trae una ronda más de bebidas, esta vez ya no es esa bebida dulce «Revolcón» esta vez nos traen tequila y al tomarlo siento como quema mi garganta, pero no importa, esto sabe increíble.
Llega Luciana y entablamos una conversación con los chicos, después de un rato nos dirigimos hasta la pista de baile, me siento muy borracha, jamás me había sentido así, pero esto es increíble, bailo desenfrenadamente con aquel chico hasta el punto de que siento como bajan sus manos por mi espalda y luego posa una de ellas en mis caderas, siento como se va acercando hasta el punto de que casi me besa. Si no fuera porque alguien me agarra del brazo y me jala, estoy segura de que me hubiera besado.
—Nos vamos ya Ava —escucho una voz y estoy segura de que es Miguel —estas muy ebria.
—No me quiero ir todavía —le contestó —la estoy pasando bien, muy bien.
—¿Quién eres tú? —pregunta el chico con el que estaba a punto de besarme —no ves que ella no se quiere ir.
—Cállate —le dice Miguel —Ava nos vamos ya, mierda, mis padres me mataran si te ven así.
—No me quiero ir —vuelvo y le digo —quiero quedarme otro rato.
—Joder Ava... Mis padres van a matarme —vuelve a decir Miguel llevándome del brazo —vamos, Luciana está esperando afuera.
Así fue como termino mi primera fiesta en mis 21 años de vida, la pase increíble, disfrute al máximo y creo que podre repetirlo más a menudo.
Me despierto y me duele la cabeza, duele como nuca ha dolido, trato de abrir los ojos y esa luz fastidia, mientras me acostumbro a la luz, trato de recordar todo lo que paso en el bar, una sonrisa se posa en mis labios, realmente la pase bien, aunque el dolor de cabeza me va a matar podría acostumbrarme a esto.
Después de darme una ducha bajo a la cocina y me encuentro con Miguel, paso por el lado de él un poco apenada.
—Buenos días —el me mira y sonríe.
—Buenas tardes —me dice negando con su cabeza, pero aun sonriendo —son casi las cuatro de la tarde, dormilona.
—Mierda... —digo en voz baja —sí que dormí.
—Cecilia te dejo sopa en el horno y ahí tienes una pastilla y zumo de naranja para esa resaca que se te nota a simple vista —me dice mientras se dirige a la salida de la cocina.
Debo agradecerle a Cecilia de verdad esa sopa me recargo y ni decir la pastilla que me ha dejado Miguel, es mágica me ha quitado el dolor de cabeza casi que de inmediato. Me dispongo a llamar a Luciana y saber cómo le termino de ir.
—Luci... ¿Cómo estás? —le pregunto a mi amiga
—Bien... Con un poco de dolor de cabeza, pero bien —me responde ella.
—Te llamaba —Guardo silencio un rato —¿Quieres salir? Algo tranquilo.
—Si es algo tranquilo sí —me responde ella —nada que tenga que ver con alcohol.
—Está bien, paso por ti a las seis.
Después de pasar un rato con Luciana regreso a mi casa, realmente me siento un poco más relajada, todavía llegan las imágenes de lo sucedido en ese hotel, pero trato de borrarlas de inmediato. Las noches son un infierno para ser verdad, no logro conciliar el sueño, sigo pensando en el idiota de Lukas, sigo torturándome al pensar que pudimos tener un futuro, pero decidió engañarme con la peor persona.
NOTA DEL AUTOR
Como siempre sigo dejando noticas por aquí, espero estén disfrutando de esta historia, no se olviden votar y comentar, espero comenten mucho diciendo como les está pareciendo la historia, ¿les gustaría que Ava le dé una nueva oportunidad al bombón de Lukas?
Esto sigue y lo que sigue esta para morirnos, nos leemos en el próximo capitulo y que chuchito los proteja.
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