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CAPÍTULO 23

Aunque nos acostamos muy tarde, me desperté muy temprano como de costumbre, salí de la habitación y me dirigí a la cocina, no soy la mejor en la cocina, pero me defiendo con mis ricos sándwich, así que decidí prepararle el desayuno a Alan aprovechando que todavía estaba durmiendo.

Alan es un hombre supremamente organizado y tiene de todo en su refrigerador, a comparación con el mío que solo tiene pan y unas botellas de agua, soy un desastre.

Estoy tan concentrada en mis sándwiches que no vi a Alan hasta que hablo y me pego tremendo susto, por poco dejo caer lo que tenía en mis manos.

—Buenos días, loca —dice dejando un casto beso en mis labios. Hace mucho no me llamaba así.

—Buenos días, sexy, ¿Quieres desayuno? —pregunto mientras señalo mis sándwiches.

—Me encantaría —responde.

Preparo la mesa y nos sentamos a disfrutar mi especialidad, no soy buena en la cocina, pero estos me quedan como si fuera un chef de restaurantes con estrellas michelín, Alan disfruta su desayuno mientas me mira, no ha apartado su mirada y ya empieza intimidarme.

—¿Tengo algo en la cara? —pregunto.

—Sí —responde y yo me sorprendo —aquí señala mi labio y se acerca, yo empiezo a limpiar, pero él estampa sus labios a los míos.

—Mentiroso —digo un poco sonrojada.

—No mentí, tienes unos labios deliciosos —dice y toma asiento nuevamente.

—Debo llamar a un electricista para que pueda mirar que daño tiene mi casa —digo mientras llevo los platos a la cocina.

—No lo llames, te puedes quedar aquí —dice mientras se acerca y me abraza rodeando mi cintura.

—No creo eso conveniente.

—Ok, como quieras, yo los llamaré —dice y agarra su teléfono.

Mientras Alan llama al eléctrico, yo me ocupo de arreglar el desastre que deje en la cocina y tratar de arreglarme, Alan me ha prestado una camisa y sudadera para no estar todo el día en pijama.

Gracias a chuchito el daño no fue nada que no se solucionara cambiando la caja de breakers y así mi casa pudo tener luz de nuevo, le agradecí a Alan por su ayuda y me relaje en el sofá de mi casa, que bien se siente estar en casa.

Estoy tan emocionada, feliz y posiblemente enamorada, Alan se ha comportado tan bien conmigo que me es imposible hacerle un desplante y no piensen que, porque me siento obligada, todo lo contrario, quiero agradecerle todo lo que ha hecho por mí y todo el tiempo que ha estado a mi lado.

Desde lo sucedido no se ha alejado demasiado y cuando le es posible pasa por mi casa a ver como estoy.

—¿Estás perdida en tus pensamientos? —dice Luciana mientras mueve su mano frente a mis ojos, espabilo y la miro como cachorrito —¿Me contaras que te trae tan animada? —pregunta muy intrigada.

—Te lo contaré, pero promete que no le contaras a nadie ¿Sí? —digo y ella promete, espero que no le cuente a Miguel, aún no quiero que se enteren por si no llegara a funcionar.

Le cuento todo, con lujos y detalles, bueno, no tantos detalles, ella se emociona mucho más que yo, según esta muy feliz de verme sonriendo y con el brillo en mis ojos, ese brillo que me caracteriza según ella.

—Aunque realmente no sé qué somos.

—Ava. ¿Qué más quieres? Te pidió una oportunidad para iniciar las cosas bien, te ofreció su casa, te ha cuidado estos últimos días, incluso más que tus hermanos ¿Es obvio que son una pareja? —me llena de emoción que ella piensa así.

—Pero nunca dijo que somos una pareja, solo dijo que quería comenzar desde cero y de la mejor manera —respondo, pero dejo este tema porque no quiero confundirme con tales pensamientos.

—Tal vez este planeando algo —me guiña el ojo y continúa viendo la tele.

Paso toda la tarde con Luciana y le agradezco por la compañía, quedamos en salir el fin de semana a cenar con los chicos.

Luego de una ducha y estar cómodamente en mi cama tratando de dormir, pero el ruido de mi celular me lo impide, tengo varios mensajes de mi chico sexy, así que decido contestar.

—Preciosa. ¿Ya estás dormida? —pregunta en el mensaje.

—Casi, pero podemos hablar —respondo.

—Qué pena. ¿Te desperté? —no me despertó, pero si me espanto el sueño ahora será difícil dormir, pero no me importa hablar con él.

—No, estaba acostada, pero aún no dormía.

—Quiero llevarte a un lugar mañana. ¿Estás libre a las 5 pm? —para ti a cualquier hora, que pensamientos los míos.

—Sí, a esa hora estoy libre —mañana iré a una entrevista en una empresa pequeña, la cual necesita un pintor de retrato y eso encaja perfecto en lo que quiero, espero poder obtener ese trabajo.

—Entonces así quedamos, nos vemos mañana a las 5 pm, que descanses preciosa —cada vez siento más cosas por este hombre, cada vez sus palabras son más lindas. ¿A dónde me irá a llevar? Me quedo con ese pensamiento y así termino profunda hasta el día siguiente.

Hace mucho no dormía tan bien, para ser sincera, algunas ocasiones me levantaba con los nervios de punta por las pesadillas, pero últimamente esas pesadillas se han desvanecido y he podido dormir cada vez más, hoy fue uno de esos pocos días, dormí como un niño.

Me levanté a eso de las 7 am porque a las 9 am tendría la entrevista en la empresa Arte para tus sueños, estoy muy emocionada, espero conseguir el puesto.

Se preguntarán ¿Por qué no volví a mi antiguo trabajo? Para resumirles, me contactaron como lo dijo Luciana, pero decidí empezar de cero, así que rechace la oferta e iniciar con puestos más bajos, sé que estoy capacitada para dirigir el área de creación especial, pero por ahora quiero cosas más pequeñas.

Me levanto y me doy un baño el cual no tarde más de treinta minutos porque debo salir antes de las 8 y solo tengo una hora para arreglarme y tratar de desayunar algo.

Voy de camino en mi auto y agradezco que ya lo hayan traído, me mata el estar molestando a mis hermanos y creo que un taxi se demoraría más de lo necesario. Estoy algo nerviosa, pero confieso que no es por la entrevista, sino por la invitación de Alan. ¿A dónde me va a llevar? Lo he pensado toda la mañana.

Al llegar a la empresa me acerco a recepción y me presento, la chica me mira de arriba abajo escaneando cada parte de mi cuerpo, lo cual me molesta y me parece un poco innecesario, me da la información que necesito y me dirijo al ascensor sin ni siquiera despedirme y no porque sea grosera, todo lo contrario, la grosera fue ella por cómo me miro y hablo.

Llegue al piso donde me indico la chica y aquí me recibió una rubia muy, muy hermosa y muy al contrario de la mujer de recepción, esta se portó superbien conmigo, me indico que debía esperar un momento para que el dueño pudiera atenderme, yo asentí y me senté a esperar.

Estaba un poco perdida en mis pensamientos que no escuche cuando la chica me dijo que ya podía pasar hasta que se acercó y toco mi hombro, me levante un poco sorprendida y le agradecí.

—Buenos días, señorita Meyer, puede sentarte —me hablo un hombre el cual se ve muy joven, podría decir que tiene la edad de Alan o de alguno de mis hermanos, en fin, aparte de joven está muy, ¿Cómo dijera? Como chuchito manda.

—Buenos días, señor Bustamante —digo sentándome donde él me indico.

—Es usted muy joven —hay vienen las clásicas preguntas.

—Al igual que usted —se me salieron sin ni siquiera pensarlo o tal vez pensé en voz alta —lo siento.

—No hay porque disculparse, todos dicen los mismos —me dedica una sonrisa muy coqueta, creo que puede estar suponiendo lo que no es.

—Vi sus bocetos y me parecieron increíbles —dice sin más.

La entrevista terminó con mayor normalidad, aunque en algunas ocasiones creí que estaba coqueteando conmigo. Salgo de la oficina y él me sigue hasta la puerta.

—Será un placer trabajar con usted señorita Meyer —dice y me da un beso en la mejilla. Supongo que se está tomando mucha confianza.

—Lo mismo digo —respondo y sin más que decir me despido de su secretaria y salgo de ahí lo más rápido posible.

Probablemente, sus miradas hayan sido simplemente de mi imaginación y mi jefe no quiera una relación más allá de la de jefe y empleada. Salgo muy contenta porque a partir del lunes oficialmente tengo trabaja, se lo contaré a todos el domingo en el almuerzo, también llamaré a mi madre.

De camino a casa pasé por un restaurante para poder almorzar, necesitaba comer algo, estaba muerta de hambre, ya que mi tiempo se acortó y no pude desayunar, por ende, estoy con un filo.

Llegue a mi casa, eso de las 2:30 pm, decidí acostarme un rato y después levantarme arreglar, Alan me dejo un mensaje diciendo que pasaría por mí a las 5:30 pm.

Mierda, fue lo primero que dije al abrir mis ojos, cuando desperté eran las 4 y pasada, así que me di un baño superrápido y empecé a organizarme, opté por ponerme un vestido de color rosa claro, unos tacones blancos y de accesorios unos pendientes, dos pulseras y mi reloj. Mi maquillaje fue muy suave y decidí llevar mi cabello suelto; tengo el cabello muy largo, tendré que cortarlo muy pronto.

Estaba poniéndome un poco de perfume cuando escuche la puerta, no tenía que abrir para saber quién era porque son las 5:20 y seguramente Alan ya llego.

Agarro mi bolso y voy directo a la puerta, cuando abro me encuentro con un Alan extremadamente guapo, lleva un traje negro, con una camisa azul claro, esta vez no lleva corbata.

—Estás preciosa Ava —dice acercándose a mí y dejando un casto beso en mis labios.

—Tú también estás muy bien —digo y sierro la puerta.

Nos dirigimos al auto y Alan se encarga de abrirme la puerta para que yo entre en él, en el camino escuchamos música y hablamos de cómo ha sido nuestro día, no le he contado que ya tengo trabajo, pero espero contárselo en el transcurso de la noche.

—Llegamos —dice Alan saliendo del auto para abrirme la puerta.

—Que caballero —le doy un beso al bajar del auto.

Entramos al restaurante, todo se ve hermoso, estamos en uno de los mejores restaurantes de la ciudad y creo que posiblemente Alan acudió a sus conocidos, ya que en este restaurante es muy difícil conseguir alguna reserva.

Ordenamos lo que vamos a cenar y Alan ordeno un vino Domaine de la Romanee-Conti Grand Cru, me sorprendo porque este vino es realmente costoso, sé que Alan lo puede pagar, pero me parece un gasto innecesario.

—¿Estamos celebrando algo? —pregunto.

—Ya los verás —responde y me dedica una sonrisa.

Comemos con mayor normalidad y él me cuenta sobre algunos negocios que estado haciendo, los cuales le han salido muy bien, así que yo decido contarle sobre mi nuevo trabajo, el cual me tiene muy emocionada.

—Hoy tuve una entrevista para un nuevo trabajo —digo y él se sorprende, ¿Duda de mis capacidades? Es lo que pienso al ver su cara de sorpresa.

—Eso está muy bien, ¿Lo conseguiste? —me pregunta y me sorprende aún más su pregunta.

—Soy muy talentosa, no desaprovecharían mi trabajo —digo con algo de ironía.

—Desearía tenerte en mi empresa, pero te negaste a mi oferta.

—Sabes que tu empresa no necesita a alguien como yo, pero si quieres puedo hacerte un retrato —digo y él sonríe.

Terminamos nuestra comida y él sirve más vino y me toma de la mano.

—Ava, sé que ya te lo había dicho, pero quiero decirte y pedírtelo de la mejor manera. Sé que has pasado un mal rato y en estos momentos me gustaría estar contigo en las buenas y malos, ser esa persona a la cual puedas acudir cuando te sientas desorientada o necesites ayuda —hace silencio y siento como mis ojos se llenan de lágrimas, nunca nadie me había dicho esto —quiero que iniciemos desde cero y no hay mejor manera que esto ¿Puedo ser tu novio? —dice y no soy capaz de formular palabras.

—Alan... —es lo único que sale de mi boca.

—Si no se puede no tengo ningún problema, podemos ser amigos y esperar hasta que estés lista —dice, pero sus ojos tristes lo delatan.

—Si, si puedes, mejor dicho, quiero ser tu novia, me gustas —él se levanta y seguido me besa, es un beso lento, con amor y ternura, nos separamos y él me mira a los ojos.

—Estoy tan feliz, me haces sumamente feliz —dice mientras regresa a su silla.

Terminamos con el vino y nos dirigimos a la salida, Alan paga mientras yo lo espero a un lado, mientras lo espero proceso todo lo que ha pasado, siento como mis mejillas arden y podría apostar que estoy más roja que un tomate.

Alan sale y me abre la puerta del carro y entro, él hace lo mismo y empieza a conducir, todo el camino de regreso a casa estuvo muy tranquilo, hablamos de cosas triviales mientras escuchábamos música.

Llegamos a mi casa y Alan bajo para abrirme de nuevo la puerta del auto, este hombre está muy atento, digo para mí, bajo y camino hacia la puerta, lo invito a pasar y como era de esperar no rechaza mi oferta.

—¿Quieres vino? —pregunto.

—Sí —dice él mientras se quitó la chaqueta.

Mientras tomamos el vino seguimos hablando de pequeñeces que se nos vienen en mente, nos quedamos mirando durante un largo rato hasta que yo decido acercarme a él y darle un beso, un beso que al paso del tiempo fue subiendo de intensidad.





NOTA DE EL AUTOR

No puedo creer que ya estén los tres capítulos, solo falta el especial, espero los disfruten como yo los disfrute escribiendo. Me dio tanta emoción como Alan le pidió noviazgo a Ava eso no me lo esperaba.

Filo: Filo es tener mucha hambre.

Trataré de actualizar nuevamente esta semana, pero no les prometo nada, solo les digo que el próximo capítulo estará muy bueno y se lo gozaran tanto como yo.

Que chuchito los bendiga para que sigan disfrutando de AVA.

COMENTENMUCHO Y DEJEN SUS ESTRELLAS. LOS AMO.

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