CAPÍTULO 20
Si me pareció agotador empacar, el desempacar le ha ganado, me gasté casi todo el día en arreglar las cosas más necesarias, esta vez no tuve tanta ayuda porque solo estábamos Tania, mi madre y yo.
Luciana no pudo ayudarme porque tenía una reunión muy importante en la empresa. Extraño trabajar, espero encontrar algo pronto.
—Tania, estoy muy agradecida contigo, no sé qué hubiéramos hecho con mi madre —salgo a despedirla dándole nuevamente las gracias por todo.
—No hay de que agradecer, estoy para ayudarte, además tú me has ayudado más —dice mientras me guiña un ojo y se despide.
Estoy segura de que se trae algo con Danniel.
Entro de nuevo a la casa luego de despedir a Tania y decido darme una ducha para relajarme y poder dormir más cómoda, cuando salgo veo a mi madre acostada leyendo y me invade la nostalgia, esta mujer siempre ha estado para mí.
Me subo a la cama y la abrazo, ella se sorprende un poco.
—Madre. ¿Crees que pueda con todo esto yo sola? —pregunto.
—Cariño, no estás sola, siempre estaremos contigo —dice haciendo más fuerte su abrazo.
—Me harás mucha falta, te echaré de menos —digo mirándola a los ojos.
Me acurruco más a mi madre y me quedo dormida en sus brazos, no sé cuándo volveré a estar así con ella, voy a disfrutar estos últimos días que esté acompañándome.
Nos levantamos muy temprano a terminar de organizar, ya que es poco lo que falta. Mi madre decidió que deberíamos organizar una comida para invitar a todos por la ayuda y el haber estado tan pendiente de mí.
Estaba muy concentrada con mi madre terminando de empacar las cosas de la cocina cuando el timbre nos sorprendió bastante, al abrir me topo con un ramo de rosas color anaranjado, las recibí y firme, entre y mi mamá se quedó mirando un poco raro.
—¿Quién las manda? —pregunta de inmediato.
—No lo sé madre, estoy igual de sorprendida —respondo.
—Pues quitemos nuestras dudas y lee la dedicatoria —dice señalando la tarjeta.
—Que intranquila señora Meyer —me rió y decido abrir la tarjeta.
«Te deseo grandes cosas de aquí en adelante, que puedas superar los obstáculos de la mejor manera, ya que eres una persona sumamente fuerte y valiente, lo has demostrado, felicidades por tu nuevo hogar».
Alan.
—Ese chico está enamorado de ti —dice mi madre con una sonrisa.
—Madre, son simples rosas, un simple regalo de bienvenida, además Alan no le gustan las relaciones serias —digo.
—¿Cómo sabes que es un simple regalo de bienvenida? ¿Cómo sabes que no quiere nada serio? —me bombardea con sus preguntas.
—Él me lo dijo, además yo no le gusto -suspiro -además estoy jodida.
—Creo que le gustas —dice alejándose —no creo que estés jodida, solo estás lastimada y muy herida.
Estas rosas no significan nada, me lo repito mentalmente, no quiero ni estoy preparada para tener algo con alguien, así sea simplemente por satisfacción o simples noches de follar, no quiero estar cerca de ningún hombre en estos momentos.
Estoy con mi madre en el súper comprando lo que necesitamos para la comida que organizo, ella quiere hacer una comida muy buena, aunque no veo la necesidad de esforzarse tanto porque con esas manos todo lo queda delicioso. Estoy haciendo fila para pagar y siento como mi celular vibra en mi bolso.
—Hola, ¿cómo estás? —me sorprende que Alan me esté llamando, no suele llamarme.
—Hola, ¿Bien y tú? —respondo.
—Me alegra mucho, quería saber si recibiste las flores.
—AAA las flores, si, muchas gracias, están hermosas —digo con un tono de voz bajo.
—¿Quién es? —pregunta mi madre, tan atenta como siempre, aparto un poco el teléfono y le respondo, me guiña el ojo, pero yo le doy la espalda.
—Qué bueno que te hayan gustado, las escogí pensando en ti —dice y siento como mis mejillas arden.
Termino la conversación preguntándole si estará en la comida que mi madre ha organizado; ya que estoy completamente segura de que ella lo invito.
Después de llegar a casa mi madre se encargó de todo en la cocina, literalmente todo porque soy un desastre en ella, yo decidí darme nuevamente una ducha y vestirme bien para la cena.
Todos llegarán y estábamos platicando cómodamente en la sala mientras nos tomamos unas copas de vino, mi madre se acerca e informa que ya la cena está lista y que podemos ir al comedor.
—Quiero agradecerles a todos por estar cerca de mi hija, dándole apoyo en estos momentos tan difíciles —dice mi madre mientras estamos comiendo —sobre todo a Luciana porque sin ella podríamos estar pasándola peor.
—Madre, no pienses esas cosas, debemos agradecerle a chuchito que me pudo salvar —digo mirándola a los ojos.
—Luciana nos fue de mucha ayuda —dice Miguel mientras la mira con esos ojitos de enamorado.
—Lo dices porque es tu novia —Luciana casi se atraganta con la comida y yo me echo a reír.
Seguimos con nuestra comida muy a gusto, platicamos y decimos una que otra barbaridad; esto me es tan agradable, solo falta mi padre para sentirme completamente feliz.
—¿Tienes novia? —le pregunta mi madre a Alan mirándolo a los ojos.
—No, señora —responde él sosteniendo la mirada a mi madre.
—Recuerdo que cuando nos conocimos dijiste que eras un compañero de Ava —vuelve a hablar mi madre.
—Madre... —la miro un poco avergonzada porque ella sabe muy bien lo que estaba haciendo el día que llegaron sin avisar.
—Me disculpo por eso, no quería causarle problemas a Ava —dice Alan, esta vez mirándome.
—Causas más problemas al decir eso —mi madre lo sigue mirando mientras le habla.
—Madre, ya —la interrumpo.
Mi madre deja el tema e inicia hablar con Danniel quien ha estado muy cerca de Tania y si mi sexto sentido no se equivoca esos dos ya están en algo. Terminamos la cena y nos dirigimos de nuevo a la sala a seguir bebiendo y hablando de cosas triviales.
—¿Volverás a trabajar? —pregunta Luciana.
—Nada me haría más feliz —respondo —estoy buscando algo donde pueda ser útil lo que hago.
—Te ofrecí un puesto en mi empresa
—habla Alan esta vez.
—Sabes que no puedo desarrollar todo lo que sé en tu empresa —digo mirándolo.
—El jefe me ha preguntado mucho por ti, sabes que antes de renunciar había resultado muchos retratos para ti —dice Luciana.
—No sé si quieran contratarme de nuevo, sabes que es difícil conseguir trabajo allí y además fui muy irresponsable al dejar el trabajo de esa manera —digo en un tono de voz bajo.
—Estoy segura de que estarán encantados de contratarte de nuevo —dice Luciana.
Terminamos nuestra conversación y Danniel decide marcharse con Tania, los despedimos y seguimos con nuestra plática hasta que Miguel se va con Luciana y solo quedamos Alan y yo, ya que mi madre hace un tiempo se fue acostar porque se sentía muy cansada.
—Ava. ¿Podemos hablar? —pregunta Alan.
—Claro, dime —respondo mientras me siento.
—Sabes que empezamos muy mal y realmente me gustaría iniciar desde cero —dice mientras se acerca.
—No te acerques —le digo y él se detiene —no estoy preparada para nada, no me siento capaz de empezar nada con nadie por el momento.
—Lo entiendo, pero déjame intentarlo, me gustaría tener algo contigo —dice y mi corazón da una vuelta de emoción.
—Sabes que no ha pasado mucho tiempo de lo sucedió y no estoy segura de nada, no te prometo nada y mucho menos quiero darte esperanzas de algo que no sé si funcionara —le digo mientras me levanto.
—No importa, solo déjame estar cerca de ti y demostrarte que realmente quiero algo serio contigo —dice —me arrepiento de como empezaron las cosas contigo.
—No te prometo nada, Alan.
Terminamos nuestra conversación y Alan decide marcharse a su casa, no le toma mucho tiempo, ya que estamos a menos de cinco minutos de distancia, nos separan unas cuantas casas.
Cuando sierro la puerta me recuesto en ella y pienso en todo lo que ha pasado hasta el momento y las palabras que me ha dicho Alan, me da mucho miedo volver a confiar y más en un hombre como Alan, porque como él lo dice, entre nosotros comenzó todo mal y no sé si pueda funcionar algo.
Llego a mi cuarto y mientras me cambio me vuelve a bombardear mi madre con sus preguntas, no quiero hablar de lo que acaba de decirme Alan, ya que fue como un balde de agua fría, fueron palabras que no pensé escuchar de su boca.
—¿Cómo que comenzaron de la peor manera? —allí viene ella con sus preguntas.
—Madre, sabes lo que paso entre Alan y yo, tuvimos algo, pero en realidad no fue nada —respondo sin tener ninguna escapatoria.
—Le gustas, te lo dije —aquí está ella recalcando lo que ya había dicho —¿Te gusta? —pregunta.
—No lo sé, no sé qué siento por él, además no creo estar preparada para una relación y mucho menos en estos momentos —suspiro y me tiro a la cama.
—No puedes cerrarte a tener algo, ya te lo he dicho, trata de sanar tu corazón, pero al mismo tiempo de intentar algo nuevo, puedes encontrar a alguien que realmente te ama —me dice y sale de la habitación.
No sé si pueda volver amar como ame a Lukas, pero sí sé que en mí habitan unos sentimientos por Alan que han crecido a medida que pasamos justos, pero no logro descifras si es solo atracción, si me gusta físicamente o este teniendo sentimientos más profundos por él.
No logre dormir mucho pensando en lo que dijo Alan y las palabras de mi madre, sigo pensando en eso, pero no puedo darme una oportunidad en estos momentos, empezar algo con alguien sería arrastrarlo a mi infierno y no quiero cargar con otro peso encima.
Estoy con mi madre en el centro comercial esperando a mis hermanos, ya que ella se irá mañana y decidimos pasar un rato solo en familia. Ella está emocionada porque verá a su amado esposo después de tantos días y triste porque no verá a sus hijos por un largo tiempo.
—Madre, sabes que nos veremos la próxima semana —dice Miguel acariciando sus mejillas.
—No es lo mismo como tenerlos todos los días a mi lado —responde ella.
-Sabes que te queremos demasiado a ti y a nuestro padre, además no falta mucho para navidad —dice esta vez Danniel.
—Espero que todos vengan con su pareja para qué la casa este llena —dice, pero yo bajo la cabeza.
—Tenlo por seguro que allí estarán ellos con sus novias y quien quito tengan sorpresa y te hagan abuela y a mi tía -digo en un tono divertido para cambiar el tema.
—Sería un excelente regalo —dice ella abrazándonos.
Terminamos nuestro almuerzo y decidimos hacerle un regalo a mi madre y mi padre, así que entramos a una tienda y compramos unas cadenetas a juego muy preciosas, mi madre al principio no quería, pero insistimos que queríamos que las tuvieran.
Regresamos a la casa muy cansadas así que decidimos acostarnos de inmediato, ya que mi madre tendrá que viajar mañana temprano y debe descansar, aunque el viaje es en avión, igualmente es muy agotador.
—No quiero dejarte sola —dice mi madre mientras me abraza, este es mi nuevo ritual, dormir en brazos de mi madre, la extrañaré mucho.
—No estaré sola, sabes que tus hijos estarán junto a mí —aunque trate de ser fuerte, el miedo me invade, desde el incidente no había estado sola y me aterra, pero mi madre debe volver a su vida.
—¿Me llamarás? —pregunta —no importa el momento, si necesitas ayuda debes llamarme y hacérmelo saber, no te guardes todo.
—Nunca más —le digo —nunca más te esconderé nada.
Así, al igual que estos últimos meses, me quede dormida en brazos de mi madre mientras acariciaba mi cabello, las madres tienen ese don de hacerte sentir segura, de hacerte sentir que están para ti sin importar que, así es mi madre.
NOTA DEL AUTOR
Aquí está el capítulo. De todo corazón agradezco el apoyo que le están dando a AVA no saben lo feliz que me pongo cuando veo un voto, un comentario o lo guardan en sus listas.
Que chuchito los bendiga y les regale mucho tiempo para que sigan disfrutando de AVA.
Sin más que decir, sigan disfrutando de AVA, denle mucho amor. COMENTE, VOTE Y SI LE GUSTA COMPÁRTALO CON SUS AMIGOS.
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