CAPÍTULO 18
Puedo jurar que escuche la voz de mi madre, pero creo que es más producto de la imaginación, pero como puedo imaginar estando muerta y ahí. En ese instante empiezo a sentir un dolor insoportable y me quejo, trato de abrir los ojos, pero esta vez es una luz que me lo impide; no, no es la luz del túnel, ¿Qué cómo lo sé? Escuché como personas hablaban y pude reconocer esas voces de inmediato.
—¿No ha despertado aun? —escucho a alguien preguntar, esa voz es de Danniel estoy segura, nunca podría olvidar, es voz tan grabe —¿Va a despertar cierto? ¿Ella va a despertar? —se le quiebra la voz al decir esas palabras.
—Ava es fuerte y estoy seguro de que luchara por estar con nosotros, le falta mucho por hacer y por vivir —dice alguien más, pero esta vez no reconozco la voz, dejo de escuchar, quiero escuchar más, pero empiezo a escuchar solo susurros.
¿Dónde estoy? ¿En mi apartamento aun? ¿Los golpes no fueron tan severos como los sentí o simplemente estoy durmiendo? ¿Todo lo que paso fue producto de mi imaginación? ¿He dormido por tanto tiempo que he soñado cosas tan caóticas? No lo creo, ya que despierto con un grito desgarrador gracias al dolor que siento por todo mi cuerpo.
—Ahr... Aaaaa —grito como loca, todo lo que ha ocurrido pasa en un instante frente a mis ojos y siento miedo, mucho miedo de que Lukas pueda estar aquí y continuar con lo que estaba haciendo.
—Ve a llamar al doctor —grita alguien mientras se acerca a mí —está bien, todo está bien, mi dulce niña —lo miro y reconozco ese rostro y esa voz tan carrasposa, mi padre.
—Duele mucho, duele padre, duele —le digo mientras lloro, me duele todo el cuerpo, las piernas, siento una punzada en el pecho, otras dos en mi abdomen.
—No te muevas cariño, ya viene el doctor —veo como entra el doctor y seguido entra Danniel.
—Ha despertado, señorita, dígame ¿Cómo se siente? —se acerca el doctor y empieza a revisar mis ojos —lleva cuatro semanas inconsciente.
—Duele, me duele todo —digo dirigiendo la mirada a mi padre —es un dolor muy insoportable.
—Haremos exámenes para ver cómo se encuentra, ya que usted llegó en un estado muy crítico y es un milagro que este viva, también le diré a la enfermera que le apliquen medicamento para el dolor —dice el doctor.
Veo como el doctor se aleja y sale de la habitación, mi padre me agarra de las mejillas y veo como las lágrimas resbalan por sus mejillas, volteo mi mirada y veo que Danniel está muy rígido, pero tiene los ojos muy rojos estoy segura de que ha llorado mucho.
—Padre, no llores —digo limpiando sus lágrimas.
—¿Cómo no quieres que llore? Creí que te perdería, sabes que eres lo más valioso que tiene esta familia —dice mientras trata de abrazarme consumó cuidado.
—Padre, tuve mucho miedo, tengo mucho miedo —las lágrimas que estaba tratando de aguantar empiezan a salir y no se detienen.
—Mi preciosa y dulce, niña, ¿Por qué no hablaste? ¿Por qué no confiaste en nosotros? —dice mi padre y veo que Danniel sigue en el mismo lugar, contemplándome como si lo que está viendo no fuera cierto.
—Tuve mucho miedo, no quería que les pasara nada.
—Sabes que él no es capaz de hacernos nada —esta vez habla Danniel mientras me sigue mirando como si no fuera real que estuviera ahí —¿Lo sabes, cierto?
—No debiste luchar tu sola con esto —dice mi padre.
—De verdad no sé cómo todo llego hasta este extremo, creí que nos amábamos hasta que no aguante más y decidí terminar con todo esto tras la infidelidad —suspiro y sigo mi relato —pero Lukas empezó a seguirme, amenazarme, primero fue en el bar de Miguel, por eso decidí volver a la Canberra al otro día de haber llegado a Brisbane, luego empezó a enviar fotos de todo lo que hacía.
—¿Sabes que somos tu familia? ¿No? No debiste ocultarnos esto, ¿Sabes cómo está nuestra madre? ¿Sabes cómo nos sentimos al verte tirada ahí casi muerta? Lo frustrante que fue no saber todo lo que te estaba haciendo ese hijo de puta —dice Danniel.
—¿Sabes el miedo que tenía? Estaba vigilando todo lo que hacía, donde estaba y con quien estaba, un día llegue a mi apartamento y Alan estaba esperándome afuera, él lo supo de inmediato y ¿Sabes que me hizo? —no termino de decir, ya que los dolores se intensifican y empiezo a ver borroso.
—No tienes que ser tan duro con ella, no hay que presionarla, por el momento hay que agradecer que está viva y con nosotros ya después podemos pedirle explicaciones para poder encerrar a esa escoria —dice mi padre un tanto preocupado.
—Voy por el médico —dice Danniel saliendo de la habitación.
—No deben alterarla, en estos momentos se encuentra muy delicada de salud y saben que las cirugías que tuvo no fueron muy fáciles, por el momento hay que mantenerla estable y dejar que descanse si quieren que se recupere rápido —escucho decir al doctor y sale después de decir esas palabras y aplicarme medicamento para el dolor más algunos calmantes.
¿Cómo será mi vida desde ahora? Es tal el miedo que me invade que estoy completamente segura de que lo que era y lo que comencé a ser se quedara en ese momento donde creí que mi vida había acabado.
Desperté nuevamente con dolor, pero esta vez menos intenso, todo está oscura y mis nervios empiezan a crecer, siento que Lukas puede llegar a terminar lo que empezó, empiezo a moverme y tratar de bajar de la cama donde estoy, pero alguien se acerca y la reconozco de inmediato.
—Cariño, no puedes moverte —habla mi madre mientras enciende las luces, quiero abrazarla y ella parece leer mi mente porque me abraza al instante.
—Madre, tengo miedo —mi madre me abraza aún más fuerte.
—Mi dulce niña, no tengas miedo, aquí estamos contigo, no volverás a estar sola nunca más —lloro, lloro mucho en brazos de mi madre.
—¿Y si quiere terminar lo que no pudo hacer? —digo con el miedo reflejado en mi voz.
—Nada te pasará cariño, aquí estamos para ti —me sujeta de las mejillas y me mira a los ojos —cariño, no permitiremos que te vuelvan hacer daño.
—No quiero morirme madre, todo fue tan horrible, creí que moriría en ese momento —repito una y otra vez mientras mi madre da palmaditas en mi espalda para tranquilizarme.
Han pasado cuatro días desde que desperté y a los únicos que he visto ha sido a mis padres y a Danniel, le pregunte a mi madre por Miguel y dijo que estaba resolviendo cosas, se me hizo raro, ya que Luciana tampoco ha venido.
Estos días han sido muy tormentosos, me levanto gritando a mitad de la noche creyendo que alguien llegara hacerme daño, mis nervios están en un nivel donde nunca estuvieron y sé que mis padres están sumamente preocupados por lo que estoy pasando.
Ahora que estoy más consiente, logro ver mi estado y es realmente deplorable, tengo un pie completamente enyesado hasta la mitad de mi muslo, tengo tres heridas en mi cuerpo, una en el abdomen, otra en mi pecho y una muy, pero muy cerca de mi cuello diría que unos centímetros más y realmente no estaría contándolo. Mi rostro parece como si hubiera pasado un tren por él, realmente los morados han disminuido, pero aún lo tengo muy hinchado.
—Ava —entra Luciana y corre hacia donde estoy —pensé que ibas a morir, no sabes el miedo que sentimos cuando te encontramos ahí tirada, parecías muerta.
—No parece que me extrañaras —digo en un tono divertido —¿Por qué no habías venido? —ella baja la cabeza y no dice nada —¿Qué me estás escondiendo Luciana?
—Ava no sabes cómo se pusieron tus hermanos cuando te encontramos —no responde mi pregunta y eso me preocupa.
—Eso ya lo sé —respondo —¿Qué me estás ocultando y donde está Miguel? —vuelvo y pregunto.
—No tengo el derecho de decirte nada —dice ella alejándose un poco.
—¿Le ha pasado algo a mi hermano? —digo con los nervios invadiendo mi sistema.
—Ava —me llama ella, pero yo sigo perdida en mis malos pensamiento y rogándole a chuchito que Lukas no le haya hecho nada a Miguel —Ava, Miguel está bien —dice ella y me relajo un poco, pero no lo suficiente.
—¿Entonces por qué no lo he visto? —suspiro —¿Por qué no ha venido a verme?
—Ava, él ha estado todo el tiempo contigo, estas semanas que estuviste inconsciente fue el quién estuvo a tu lado, no ha querido entrar desde que despertaste porque se está culpando de todo lo que te ha pasado —suelta todo sin omitir alguna palabra.
—¿Por qué se culpa? Si él lo único que ha hecho es cuidarme.
—No soy quién para decirte todo esto —dice ella.
No sé por qué se culparía, ninguno es responsable en lo que ha pasado, soy la única responsable en de ello, ya que no busque ayuda a tiempo.
Debo iniciar mi recuperación y esperar que puedan agarrar a Lukas, no puedo estar tranquila mientras él siga por ahí como si nada.
Las terapias han sido lo más difícil, tendré que pasar más de un mes sin caminar y necesitando ayuda para muchas cosas que frustrante es que te hagan todo y que cada persona que te vea lo haga con lástima, mis cambios de humor han incrementado a un nivel que ni yo puedo soportarlos, sé que le estoy agotando la paciencia todos.
Hoy me dan el alta y no sé qué vaya a pasar de aquí en adelante, no tengo trabajo, no quiero regresar a mi apartamento y mucho menos deseo volver con mis padres, si regreso a casa lo más probable es que el padre de Lukas me siga insistiendo en quitar los cargos en contra de su hijo y si regreso a mi apartamento todo lo sucedido allí me atormentará día y noche.
Por tal razón hemos decidido que me quedaré en el apartamento de Danniel hasta que logre vender el mío y conseguir algo cerca de él para estar más segura hasta el día del juicio.
—¿Estás lista? —pregunta mi madre cuando entra.
—Casi lista, ¿Me podrías ayudar con eso? —digo señalándole las muletas que se encontraban lejos de la camilla.
—Listo cariño, vamos que nos están esperando —mi madre agarra mis cosas y me ayuda a salir.
—¿Con quién nos iremos? —pregunto al ver que no está mi padre y ninguno de mis hermanos.
—Cariño, tu padre nos está esperando en casa, Danniel tuvo una reunión de emergencia y ya sabes que Miguel no ha querido verte, tú ya sabes el por qué —dice ella.
—Ok mama, debo hablar con Miguel, él no tiene la culpa en nada de esto —digo suspirando.
Llegamos al estacionamiento y reconozco ese carro al instante, de él se baja Luciana y le recibe las maletas a mi madre y del lado del conductor se baja Alan y me ayuda a subir.
—¿Cómo te sientes? —Pregunta Alan mientras me ayuda acomodar el pie que tengo inmóvil.
—Mejor, creo —digo dedicándole una sonrisa, me mira con esos preciosos ojos y me pierdo en ellos por un rato.
—Hay que irnos —dice Luciana interrumpiendo mis pensamientos.
Alan se monta al auto e inicia el camino, nos demoramos en llegar porque la clínica estaba muy alejada de la residencia de Danniel y el tráfico estaba terrible.
NOTA DEL AUTOR
Deberían amarme, he subido cinco capítulos en un tiempo relativamente corto y espero pueda subir los otros lo más rápido posible, como saben tengo casi la novela completa, pero le estoy haciendo unos cambios, espero que Ava pueda sanar y amar de verdad, de corazón lo espero porque siento que ha sufrido mucho y no se lo merece.
Que chuchito los bendiga y proteja para que sigamos disfrutando de AVA y nuestras vidas.
ESPERO VER SUS ESTRELLAS Y MUCHOS PERO MUCHOS COMENTARIOS, GUARDO LA ESPERANZA DE QUE COMENTEN Y ME CUENTEN QUE TAL LES PARECE LA HISTORIA.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro