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CAPÍTULO 14

Vamos a un viaje del trabajo, este viaje lo han dado porque la empresa ha tenido muy buenas ventas gracias a las pinturas de los últimos meses.

Llevo una semana tratando de hablar con Alan, pero no me he atrevido a siquiera pulsar el botón de enviar o siquiera llamarlo, tengo miedo de lo que me pueda decir y sé que sus palabras me destruirán aún más.

—Tierra llamando a Ava —grita Luciana en mi oído y me hace pegar un brinco.

—Estás loca —le digo.

—No tanto como tú, has estado más que distraída esta semana, ¿Me vas a decir que tienes? —pregunta.

—¿Por qué no quieres hacer tu relación publica con Miguel? —digo lo primero que me viene a la mente tratando de cambiar el tema y veo como se entristece el rostro de ella y me arrepiento.

—¿Te lo ha contado? —pregunta y sin más me confiesa todo.

Me lo dice todo y empieza a llorar, veo como caen lágrimas por sus ojos, mi intención no era ponerla en ese estado.

—No llores, me haces sentir culpable —digo mientras la abrazo.

—¿Por qué me tuve que enamorar de tu hermano? —dice.

—Mira que no elegimos a quien amar, me enamore de un hijo de puta que me maltrato una y otra vez que me hizo ver como la culpable y para colmo me puso los cuernos con la peor persona que he conocido —suspiro —Y ahora mi corazón ha decidido sentir cosas por un tipo el cual destroce con palabras hirientes.

—Estamos jodidas, maldita, loca —dice mientras se ríe.

—Estamos jodidas, pero yo más que tú.

Deshacemos el abrazo y nos dirigimos a la playa donde están todos nuestros compañeros con la intensión de pasar un rato agradable y poder distraernos de nuestras penas.

Cantamos y contamos anécdotas frente a la fogata y este momento me recuerda cuando hacía este tipo de cosas con mis hermanos y algunos amigos de ciudad Brisbane.

Después de ver como Luciana y Miguel pudieron arreglarse y por fin contarle al mundo entero que se aman como nunca lo han hecho, tome la decisión de ir a hablar con Alan y tratar de que las cosas se arreglen, aunque no hay nada que arreglar, nunca tuvimos nada.

Llego a la recepción y me acerco a una de las chicas y lo primero que hago es preguntarle por mi hermano.

—¿Me podrías decir donde encuentro la oficina de Danniel? —ellas me miran un poco extraño, pero las ignoro.

—¿Nombre, tiene cita con él? —preguntan y decido jugar de nuevo mis bromitas, estoy segura de que esta vez no saldrá tan mal como la última vez.

—Soy su prometida... Ava... —veo como las chicas hacen cara de sorpresa y una de ellas coge el teléfono.

—¿Nunca vas a cambiar? —siento que me hablan y de inmediato reconozco esa voz, me giro y le doy un abrazo.

—Ya no hay necesidad, ya encontré a mi prometido —digo soltando una carcajada.

—Tú de verdad estás loca —dice Tania, quien acompañaba a mi hermano —si sigues así tu hermano nunca se casará.

—Ya está apartad para una chica —le guiño el ojo y miro a las chicas de recepción, les ofrezco una sonrisa y ella la devuelven al instante.

Me voy con mis dos acompañantes.

Entramos a la oficina de Danniel y nos quedamos hablando un rato, aunque no le digo a que he venido, simplemente evadí su pregunta. Dice que me llevara a saludar a Alan porque estoy aquí y en ese momento empiezo a sentirme nerviosa, ya que unas horas antes le había escrito que si podíamos hablar, pero nunca recibí respuesta.

Entramos a la oficina de Alan de golpe sin ni siquiera llamar para que nos autorizara la entrada, cuando lo veo abro mis ojos como platos y de inmediato cae la decepción sobre mí.

—Joder Danniel, no te enseñaron a tocar —dice Alan mientras se aparta de la chica y si Alan estaba muy a gusto besando a la pelirroja mientras tocaba su culo sin ninguna vergüenza.

—Lo siento, no sabía que estabas en esta, Ava vino a la empresa y le pedí que pasara a saludarte, pero lo hice en un muy mal momento - yo pierdo todo el valor y me esconda detrás de mi hermano, no quiero que Alan vea cuanto me ha afectado encontrarlo en esta situación.

—Lo siento, es que no es capaz de dejar las manos quietas —dice la chica mientras se acomoda el vestido y me ofrece su mano indicándome su nombre, el cual no logro escuchar por estar en mis pensamientos profundos.

—Yo soy Ava —le digo brindándole una sonrisa totalmente falsa.

—¿Danniel ella es? —Pregunta Dará, Dani, Dana, Dacha, en fin, no logre memorizar su nombre.

—Soy su novia —digo y Danniel niega en un tono divertido al escucharme tartamudear, pero le dirige una mirada a Alan que nunca había visto o si la vi cuando se enteró lo que paso en Brisbane la última vez que estuve cerca de Lukas.

—Mentirosa —esta vez es el turno de Alan para hablar —desde cuando los hermanos pueden ser novios —dice y muerdo el interior de mi mejilla por la rabia que ha empezado surgir en mí.

—Ava es mi hermana, pero siempre se presenta o se comporta como la pareja de alguno de nosotros ante cualquier mujer —dice y la peli roja lo mira un poco raro —entre mi hermano y yo para ser más específicos.

—Soy un poco posesiva con mis hermanos, además ya tienen pareja, entonces me encargo de que solo sean para ellas —digo mientras me aparto de Danniel le sonrió a cada uno —debo irme, tengo algunos pendientes en el trabajo, solo pasaba a saludar.

—Querías hablar conmigo —dice Alan en un tono que puedo notar como sarcasmo y burla, apretó mis manos para no decir algo que haga ver lo que siento en estos momentos.

—No era nada importante, otro día podemos hablar —sin más me despido y salgo de esa oficina como alma que lleva el diablo.

Si me preguntas como llegue a mi apartamento no les podría contestar esa pregunta porque ni yo misma sé, quede en un trance del cual salí cuando llegue justamente a la puerta de mi apartamento.

Entre con una velocidad increíble, me quité toda la ropa que llevaba puesta y me metí a la ducha, deje que cayera agua fría durante mucho tiempo, llore todo ese tiempo sabiendo que la única culpable de esto era yo, ya que rechace a Alan de la peor manera cuando él quiso intentar algo serio conmigo.

Me pongo mi pijama y decido acostarme, estoy casi dormida cuando un toque insistente en mi puerta me hace levantar de un brinco, últimamente estoy tan prevenida con eso del acoso que no abro mi puerta hasta saber quién es, me llevo una gran sorpresa cuando veo quien está tras esa puerta.

—Mierda, Alan ¿Qué te ha pasado? —me mira sonríe.

—¿Sabes que eres como una deidad para mí? —me acaricia la mejilla mientras lo entro arrastra al apartamento.

—¿Qué es eso? —le pregunto.

—Es, como se dice, ¿diosa? —dice mientras se ríe y pude notar lo muy ebrio que se encuentra.

—¿En qué momento has tomado tanto? No hace mucho, estabas a punto de follar con esa pelirroja y mírate.

—¿Follar? —Bufa mientras me agarra las mejillas —sabes que no puedo follar con nadie, que no sea contigo, me hice adicto a ti, cuando beso a alguien solo pensó en ti y hoy cuando te vi ahí parada y me miraste así, me di cuenta de que lo había cagado todo.

—No puedo amar a nadie, sabes, me hicieron tanto daño que no soy capaz de volver amar —Alan planta sus labios en los míos y los deja ahí, sin moverlos, sin moverse, solo, sintiendo el tacto de sus dulces y suaves labios con aquel simple toque.

—Yo te puedo amar como nunca lo han hecho —dice separándose de mí —eres mi deidad.

Así, sin más palabras, cae encima de mí gracias a lo ebrio que se encuentra, lo arrastro hasta llegar al cuarto, donde empiezo a quitar su ropa, observando lo hermoso que es, creyendo que podría estar segura a su lado.

Me muevo un poco incómoda por el peso que siento, abro mis ojos y veo a Alan casi que encima de mí, tiene una de sus piernas envueltas en las mías, su brazo rodeando mi cintura y como si no fuera suficiente su cabeza está en mi pecho, siento que me aplasta.

—Me estás aplastando, no puedo respirar, —digo, pero Alan se apodera un poco más de mi cuerpo, me resigno y vuelvo a quedarme dormida entre sus brazos.

Me despierto y lo que veo son esos grandes y profundos ojos que me observan y me intimido en el instante.

—Buenos días, loca —dice mientras planta un beso muy sonoro en mis labios.

—Buenos días, sexy —digo devolviéndole el gesto, el beso empieza a subirse un poco de tono y siento como Alan mete su mano debajo de mi pijama y llega hasta uno de mis pechos y lo aprieta, gimo de puro placer, se posiciona entre mis piernas y siento como su erección choca con mi sexo y mis músculos internos empiezan a contraerse.

—Extrañaba tanto esto —dice separándose de mí.

—Y yo te extraño a ti —digo mientras le planto otro beso en sus labios.

—Me vuelves loco.

Me besa de nuevo con esa intensidad y nos despojamos de nuestras prendan, extrañe tanto su toque, sus besos, el sentirlo dentro de mí, estoy a punto de tener un orgasmo maravillo, pero el sonido de mi celular nos interrumpe, lo ignoro, pero vuelve a sonar, lo dejo que suene hasta que terminamos y lo próximo que escucho es el timbre.

—Mierda —maldigo y me pongo de pie, no espero a nadie, así que no tengo la menor idea quien pueda ser. Alan me sigue, veo quien es y maldigo aún más.

—¿Quién es? —pregunta Alan al notarme nerviosa —joder, es mi madre y no puede verte así, ve a ponerte algo mientras yo la recibo —Alan asiente y vuelve a mi habitación y yo me encargo de abrir la puerta.

—¿Qué te tiene tan ocupada que no podías contestarles una simple llamada a tus padres? —me doy cuenta de que mi padre está junto a mi madre, «ESTOY MUERTA» pienso en ese instante o más bien hoy Alan se queda sin con que seguir complaciendo.

—Madre, ¿Por qué no me avisaron que venía? ¿Si no estuviera en casa como hubieran hecho? —digo un poco indignada.

—Agradece que no abrí y dejé que tu papá viera que la de los gritos era su hija —susurra mi madre en un tono divertido, mi madre siempre ha sido muy abierta conmigo, todo lo contrario, a mi padre todavía cree que soy una niña.

—¿No me vas a saludar? —pregunta mi padre un poco indignado y me tiro a sus brazos.

—Los he extrañado tanto —digo abrazándolo un poco más fuerte.

—Tanto que no atendiste nuestras llamadas —dice mi madre.

Nos dirigimos a la cocina donde mi madre empieza a preparar algunos alimentos, le digo que no es necesario, pero ella insiste.

Veo salir a Alan ya arreglado, él se dirige a la cocina cuando veo que mi padre se pone de pie y lo fulmina con la mirada, luego me mira a mí con ojos de pregunta y lo único que puedo hacer es encoger mis hombros.

—¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí? —pregunta mi padre, follarme a su hija, es lo que puede estar pensando Alan.

—Soy un amigo de Ava, ella dejó que me quedara, ya que estaba muy tarde cuando terminamos de preparar la presentación del trabajo —mi padre asiente y le extiende la mano, yo, yo me desilusiono al instante quería que mis padres supieran lo que somos o lo que creía que éramos, pero al parecer él no quiere eso.

Mi madre le pide a Alan que se quede a cenar con nosotros, yo deseaba que se fuera, pero él acepta y no puedo decirle nada más, en toda la cena pase en silencio y Alan no deja de mirarme.

Alan se levanta, se despide de mis padres y yo decido acompañarlo a la puerta, antes de que pudiera irse le pregunto.

—¿Por qué, por qué has dicho que eres un amigo?

—Eso era lo que tú querías —dice mirándome a los ojos.

—Pensé... Eso es lo que tú quieres, venir y decirme miles de palabras lindas, después hacer como si nada hubiera pasado —suspiro y continuo —que te den, vete a la mierda Alan.

Después de decirle eso le tiro la puerta y me dirijo a mi habitación como un rayo y doy un portazo que estoy segura, se escuchó en todo el edificio.

Tengo un montón de sentimientos encontrados y para ser sinceros llegué a creer que de verdad había arreglado las cosas con Alan, que seguramente estábamos empezando algo real, algo más que solo follar en una noche de calentura, no había sentido vergüenza al que mi madre me haya pillado con él hasta el momento que se presentó a mi padre como un amigo del trabajo. Pero ahora me queda claro que todas sus palabras bonitas no son más que mentiras.

Lo sabía, no debí creer nunca en sus palabras y mucho menos dejar crecer estos sentimientos, pero que irónico no puedes mandar o controlar tu propio corazón, puedes ocultar o disimular tus sentimientos, pero no los puedes detener.

Como pude creer en un hombre que en la tarde estaba a punto de coger en su oficina y luego llego a mi apartamento extremadamente ebrio diciendo que quería algo conmigo, claro lo que quería era follar y ahí cuando creí poder volver a querer de nuevo mis muros se apodera de mí y de una forma aún más fuerte.



NOTA DEL AUTOR

¿Qué les parece este capítulo? Un poquito de drama, yo tenía esperanza de que esos dos llegaran a tener algo, pero ahí está Ava con sus muros nuevamente y Alan siendo el mismo chico caliente. ¿Ustedes ven posibilidades de algo? Cuéntenme en los comentarios.

Sin más que decir que chuchito los proteja y nos leemos en el siguiente capítulo.

APÓYEME CON UN VOTO Y UN COMENTARIO, LES AGRADECERÍA DE TODO CORAZÓN SUS COMENTARIOS, REALMENTE SON IMPORTANTES PARA Mí.

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