CAPÍTULO 11
Llegamos al lugar y todo está espectacular, tenemos un salón solo para nosotros y creo que Luciana se ha esforzado bastante y le agradezco, me siento muy cómoda acompañada de mis hermanos, mi mejor amiga que es casi cuñada, aunque no quieran aceptarlo y por los demás que sacaron un tiempo para acompañarme en este día.
Miro por todos lados y no logro ver a Alan por ningún lado y eso me desanima un poco, supuse que vendría, pero me imagino que esto debe ser muy íntimo para él, ya que no tenemos ningún tipo de relación, pero igual pensé que estaría.
—¿Buscas a tu galán? —pregunta Luciana.
—¿Supuse que lo habías invitado? —digo suspirando.
—Sí, lo invité, creo que llegara un poco tarde, puesto que tenía unas reuniones —dice y creo que mi semblante mejora un poco.
—Todo está precioso —le digo para cambiar la conversación —te lo agradezco, te has esforzado mucho.
—Te lo mereces, hermana —me dice, pero de inmediato dirige su atención en algo más para evadir mis preguntas.
No ha pasado mucho tiempo cuando veo entrar a Alan tan sexy e impecable como siempre y se me remueve todo, ahí logro entender que lo que siento por este hombre es más que un simple deseo y dedicación a complacernos.
—Feliz cumpleaños Ava —dice acercándose a mí mientras deposita un beso en mi mejilla, me abraza y susurra en mi oído —estás tan preciosa como siempre, espero me dediques parte de tu noche, loca.
—Muchas gracias —le respondo —tenlo por seguro que la mayor parte de mi noche estará dedicada a ti.
Terminamos con la cena y decidimos quedarnos un tiempo más tomando vino y hablando de asuntos triviales, aunque casi no he hablado, me la he pasado casi toda la cena pensando en esto que estoy comenzando a sentir por Alan.
Si me enamoro de este hombre, sé que soy la única que saldría herida y perdería, no quiero pasar de nuevo, por eso, así que voy a pensar en Alan como el hombre sexy con el cual me estoy divirtiendo y pasando un buen momento.
Son pasadas las doce y ya hay algunos con el alcohol en la cabeza, yo estoy como si nada solo he bebido unas dos copas, hoy no quiero estar ebria para cuando esté con Alan quiero disfrutar el momento.
Todos nos dirigimos a la salida y miro a todos los lados creyendo que alguien nos podría estar vigilando, sigo pensando en esas fotos de vez en cuando.
Cada uno nos dirigimos a nuestros destinos y como de costumbre, Alan es quien me acompaña, llegamos a mi apartamento y me quito los tacones, apenas entro, me duelen los pies, aunque la mayor parte del mi tiempo estoy encima de ellos, no me acostumbro, la mejor sensación es llegar a casa quitarme los tacones y el sostén.
—¿Estás bien? —pregunta Alan sacándome de mis pensamientos.
—Más que bien, ¿Quieres vino? —pregunto tratando de evadir su pregunta.
—No, hoy no quiero beber —dice y me sorprende.
—Estamos sincronizados el día de hoy o que —le digo con sarcasmo, aunque yo tampoco quiero beber nada que se trate de alcohol el día de hoy.
—Ava... —me llama, pero hace silencio de inmediato.
—Dime —el silencio sigue —¿Hice algo que no te gustara? —pregunto y él abre los ojos sorprendidos.
—Wau, la señorita Ava Meyer pensando que ha hecho algo malo, eso es nuevo —dice con una sonrisa.
—¿Qué ibas a decirme?
—Yo quiero hacerte un regalo —saca una caja pequeña del saco de su traje y me sorprendo —yo quise regalarte esto, si no lo quieres está bien.
—¿Qué es? —pregunto y él saca una pulsera muy hermosa, contiene varias piedras de diamante y esmeraldas entre caladas —no puedo aceptar esto, debe ser carísimo.
—Me sentiría muy mal si no lo aceptas —me dice con unos ojos suplicantes y no tardo en aceptarla.
—Es preciosa y un poco rara —le digo.
—Es como tú —me dice y esas tres palabras estrujan mi corazón.
Pasamos un rato hablando de mis pinturas, le ha surgido la idea de que quería saber más de ellas y no me he negado en contarle y me gusta como se ve de concentrado escuchando cada palabra que sale de mi boca y eso me gusta, me gusta que este tan interesado en saber lo que me gusta.
—¿Te estás burlando de mí? —pregunto indignada al verlo reír muy a gusto después de contarle de mi primer dibujo o más bien un garabato que solo le gusto a mis padres.
—Nunca haría algo así, es muy interesante lo que haces, hablas con mucho amor —dice —pensé que no tenías sentimientos como ese.
—Te sorprenderías si llegaras a saber más de mí —digo acercándome a él —estoy loca y jodida de por vida —digo mientras me apropio de esos labios que me enloquecen.
Me subo a su regazo y siento como acaricia mis piernas y empieza a subir hasta llegar a mi culo, el cual masajea de una forma espectacular, lo aprieta fuerte y gimo de puro placer, muevo mis caderas de una forma descarada y su erección empieza a crecer cada vez más y siento como todos mis músculos se contraen.
Nos separamos a falta de aire y aprovecho y me pongo de pie, él me mira con cara de asombro cuando decido arrodillarme y separarle un poco las piernas. Le quito la correa y desabrocho los botones de sus pantalones sin despegar mis ojos de los suyos, quito sus pantalones con todo y su bóxer y quedo fascinada con lo que veo, esta tan duro que se me hace agua la boca al instante y no dudo el llevar su pene y meterlo completamente a mi boca.
Alan gruñe y gime cada vez que paso mi lengua por la punta de su pene, esos sonidos son música para mis oídos, en este momento acelero los movimientos que haga y él se corre en mi boca, me encanta el sabor que tiene así que no dudo en tragarlo completamente.
Me pongo de pie y me deshago del vestido que llevo puesto y me monto en su regazo nuevamente, empiezo hacer movimientos suaves hasta que siento como vuelve a ponerse duro en el momento.
—Me vuelves loco —dice mientras penetra mi entrada con suavidad.
Empiezo a moverme a mi antojo, haga círculos, brinco y siento como aprieta mis caderas, mi orgasmo está cerca, pero quiero disfrutar un poco más, así que apretó mis músculos.
—No te detengas —dice —córrete para mí —me dice al oído y no me detengo, me corro gimiendo su nombre.
Toda la noche disfrutamos de nuestros cuerpos, nos dejamos llevar por el placer y lo bien que la pasábamos juntos.
Me despierto y lo primero que veo son esos ojos profundos, me miran como si tratara de descifrar o descubrir algo en mí.
—¿Qué es lo que tanto me miras? —pregunto.
—No lo sé —dice —te ves tan tranquila y diferente mientras duermes.
—Es porque mientras duermo me olvido de lo jodida que estoy y puedo sentir lo que era antes... —me quedo en silencio.
—¿Antes de qué? —pregunta y estoy segura de que no sabe nada de lo que ha sucedido en mi vida, Danniel no le ha contado nada y lo agradezco.
—Nada —digo mientras salgo de la cama —¿Quieres desayunar o tienes prisa? —digo para evadir cualquier pregunta.
—¿Desayunar? —dice en un tono divertido —¿sabes qué hora son? Ya es hora para un rico almuerzo —miro el reloj y maldigo, realmente quede exhaustas de la maratón de sexo.
—¿Podemos pedir algo?
—Tengo una mejor idea —dice —vamos a comer afuera, hay un restaurante que tiene un menú muy bueno.
No rechazo su invitación, nos arreglamos y él se pone el traje de la noche anterior.
Llegamos al restaurante y ordenamos, hablamos de asuntos triviales y él me cuenta un poco acerca de él y eso me hace sentir que podemos llegar a tener algo más que simples servidores de placer y se me encoge el corazón.
Me deja en mi apartamento y se marcha. Trato de organizar todo el desastre que hay, cuando estoy terminando de recoger las últimas cosas aparece frente a mí aquella caja de regalo que me entrego el vigilante cuando entre, la cojo y efectivamente tiene una dedicatoria «Aunque huyas siempre iré tras de ti, no importa por lo que pasemos debes estar solo conmigo», al leer este abro la casa y hay muchas fotos mías desde que llegue a la ciudad, algunas saliendo de mi trabajo con Carlos, otras bailando en el bar de Miguel.
Mierda maldigo en mis adentros, hay muchas fotos donde aparezco con Alan, unas saliendo del bar y otras entrando a mi apartamento, esto ya no me parece normal y estoy segura de que el responsable de todo esto es Lukas, decido llamar a Luciana para que me ayude con esto, no creo ser capaz de hacerlo sola y no quiero involucrar a mi familia en esto sé muy bien que podría pasar.
Espero que mi amiga pueda ayudarme y ruego de por Dios que no le cuente a Miguel, después de decirle que si podía venir un rato a mi apartamento que necesitaba hablar con ella.
—Luciana —la abrazo apenas llega.
-—¿Está pasando algo? —pregunta —me estás asustando.
—Debo contarte algo, pero quiero que me prometas no hablar de esto con nadie, mucho menos con mis hermanos.
—Realmente me estás asustando, estás embarazada - pregunta y yo me rió con esa pregunta tan absurda.
—Eso es una ridiculez —digo —solo prométeme que me ayudaras y no le dirás a nadie.
—Te lo prometo —me dice.
Le cuento todo sin omitir nada, le enseño las fotos y ella queda sorprendida al igual que yo.
—Debes decirles a tus hermanos —dice ella.
—No, no puedo, quiero solucionar esto sin involucrar a mi familia, si tú no puedes ayudarme lo entenderé.
—Ava esto es muy delicado, esto indica que él te está vigilando y en cualquier momento puede hacerte daño y no habrá nadie que pueda ayudarte —dice ella y lo entiendo, pero quiero resolver esto a mi manera.
—Sé cómo solucionarlo, solo tienes que ir conmigo a este lugar mañana después de salir de la oficina, me encontraré con Lukas ahí, solo quiero hablar con él y que por fin pueda entender que él fue el único que hizo algo mal aquí, que fue gracias a él que todo se dañó y quedo como esta.
—Aunque quieras hacerle creer a los demás que eres una loca y ruda, sigues siendo la misma chica ingenua que conocí —dice —eres un caso perdido.
—Ingenuo mi culo —le digo mientras sonrió.
—Eres dulce, ingenua, amable, con un corazón tan generoso y la mujer más hermosa, aunque quieras ocultar todo eso con esos muros que levantaste —me dice, Luciana me conoce muy bien.
—Tú eres la única que piensa que soy así, para otros estoy jodida, loca y no tengo corazón —digo suspirando.
Terminamos de hablar y le digo que tiene que hacer mientras yo hablo con Lukas, ella debe hacerse lejos, pero no tanto de donde me voy a encontrar con él, ella solo deba acercarse si llega a pasar algo fuera de lo normal, pero estoy segura de que Lukas no será capaz de armar un escándalo en un lugar tan público.
Luego de contarle todo hablamos un poco y decidimos pedir comida, ya que nos estábamos muriendo de hambre, está muy emocionada porque se mudará de casa de sus padres y eso me alegra, tendrá más espacio y privacidad y se lo merece, Luciana es una persona muy buena y le ruego a chuchito que logre hacerla mi cuñada, aunque estoy segura de que no tardara mucho.
El día en el trabajo ha ido muy bien, el jefe nos ha pedido bocetos a todos según él necesita a alguien que le pueda hacer un retrato de su familia donde se retracte lo mucho que se aman y dijo que aprovecharía los talentos que tiene en la empresa y claro daría una muy buena bonificación, yo no necesitaba el dinero, pero me gustaba mucho la idea de hacer un retrato familiar y claramente envié algunos de mis bocetos esperando que pueda elegirme.
Estaba muy nerviosa, ya que cada vez se acercaba la hora para poder enfrentar a Lukas, no sé cómo que vaya a ocurrir y de por Dios espero no pase nada fuera de lo normal y que por fin entienda que lo nuestro se terminó, que ya no hay nada que se pueda recuperar y que por favor me deje en paz de una vez por todas.
Me hizo sufrir de la manera más horrible y ahora no quiere dejarme ser feliz, solo quiero que los dos superemos todo y logremos sanar para así mismo tener vidas decentes.
—¿Nos vamos? —le digo a Luciana.
—Dame cinco minutos, debo terminar algo, si quieres me esperas abajo te lo aseguro que no tardaré.
—No tardes, sabes que no puedo llegar tarde, si me atrevo a llegar después estoy segura de que se puede ir —digo dirigiéndome a la salida.
Llegamos al restaurante donde nos cite a Lukas y me estoy muriendo de los nervios, lo único que quiero es que todo salga bien y poderme librar de Lukas de una vez por todas.
Luciana se queda donde le indique, pero nunca me quita los ojos de encima y se lo agradezco, le agradezco por estar hoy conmigo y apoyarme.
El tiempo va pasando y ya está llegando la hora la que le dije a Lukas, el tiempo siguió corriendo y paso la hora y Lukas no se apareció por ningún lado y mi miedo incremento y si la persona que me está enviando esas fotos no es Lukas y si solo es una broma de mal gusto, para ser sincera no sé quién pueda estar detrás de todo esto.
Luciana se acerca y me mira con esos ojos llenos de preocupación y yo le devuelvo la mirada con una sonrisa para tratar de tranquilizarla, aunque puedo estar igual o peor que ella.
NOTA DEL AUTOR
Me disculpo por los errores ortográficos que pueda llegar a tener, estoy subiendo los capítulos sin revisarlos a fondo, espero tener un tiempo libre y poder organizarlos como se debe.
¿Feliz o tristes con este capítulo, quien puede estar detrás de Ava?
COMENTEN, POR FAVOR NO ME DEJEN ASÍ, NO SE COMO LES ESTÉ PARECIENDO LA HISTORIA NI EN QUE DEBO MEJORAR, YA QUE NINGUNO COMENTA, LOS COMENTARIOS NOS AYUDAN A MEJORAR.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro