-¡Listos o no!¡Allí voy!-El Alfa se dejó de apoyar en la pared, quitando las manos de su rostro para girarse y ver la sala del departamento vacía. Sonrió al escuchar las risitas contenidas de sus cachorros detrás del sofá. Esta vez les dejaría ganar pero a Noeul no.

Caminó directo a los cuartos, revisando en el suyo para luego ir hasta el de los gemelos.

-Llamas a eso un escondite, Noe -Preguntó el Alfa, con una risita malvada mientras movía sus dedos maléficamente hacia el escondite entre los peluches donde se encontraba Noeul

-Hiciste trampa-Se quejó el Omega, con mejillas rojas mientras apuntaba al Alfa con un dedo-No se vale-Dijo sacudiendo un peluche

-Te encontré, eso es lo que importa-El Alfa se acercó y el Omega se pegó a la pared-Ahora te voy a atrapar

-¡No te acerques!-Advirtió Noeul pero aún así Boss siguió avanzando, mas sus pasos fueron detenidos por un peluche que se estrelló en su cara

-¡Ahora sí no escaparás !-El Alfa se acercó al Omega quien gritó, comenzando a lanzarle todos los peluches que estuvieran a su alcance, mas fue detenido cuando el pelinegro lo alzó en su hombro, cargándolo, mientras caminaba hacia la sala en medio de lo que eran sonoras carcajadas. Las risas de los gemelos se unieron a la del par cuando vieron los pucheros de Noeul provocados por haber perdido, otra vez. Y no eran tan inocentes como para saber que el motivo oculto tras el hecho de que su padre siempre persiguiera al Omega para atraparlo iba más allá del amor que les profesaba a ellos al dejarlos ganar-Es tu turno de contar

-No es justo -se quejó con un puchero mas no ablandó a nadie en la sala

-Perdiste y es tu turno de encontrarnos. Así son las reglas- Puchereó, sus ojitos brillando en lástima hacia el Alfa -Sin excepciones

-No hereden esa insensibilidad de su padre-Aconsejó mientras miraba a los pequeños fijamente-A los Omegas usualmente nos gusta que nos consientan, tal vez demasiado, pero al parecer alguien le omitió esa parte importante de nuestra naturaleza al señor Boss Corazón de hielo Chaikamon aquí presente- Comentó con ironía y Boss contuvo la carcajada-Eres un mal ejemplo como Alfa, ¿sabías?

-¿Y que debería hacer según tú para consentirte y mantenerte feliz? ¿Tomar tu lugar en las escondidas o dejarme atrapar por ti?

-Podrías empezar por eso-Dijo con una sonrisa y el Alfa rodó los ojos

-Sí como no, prefiero ser un mal ejemplo a dejarme atrapar por ti-Le enseñó su lengua y eso fue suficiente para que la personalidad infantil de Noeul Consentido Nuttarat explotara en uno de los pucheros más adorables que Boss había visto en su vida y no supo en que momento se había acercado lo suficiente como para apretar las mejillas del Omega con sus ojos fijos en los labios abultados del mismo-Mira ese puchero de Omega malcriado. ¿Ya ves por qué no puedo dejarte ganar?-Le preguntó, deslizando sus manos a ambos lados del rostro del Omega y entonces fue cuando sus ojos que se conectaron que lo volvieron a sentir. Ese ligero temblor que flaqueaba sus piernas cada vez que sus miradas se cruzaban, atrayéndose como polos opuestos de un imán. Y eran esos los momentos que los hacían sonreír como un par de adolecentes

-¿Van a besarse?-La voz de Nanon los sacó de su interacción de miradas y ambos adultos observaron como los gemelos los miraba con grandes ojos atentos-¿Un beso de lengua?

-¿Quién les enseñó eso?-Preguntó Boss alterado de que sus cachorros de cinco años conocieran algo así como un beso de ese tipo y no los inocentes en las mejillas a los que usualmente estaban acostumbrados

-Tío Bible-Dijeron al unísono con simpleza mientras se encogían de hombros y Boss gruñó en frustración, haciendo una nota mental de asesinar a Bible por enseñarle tales cosas a sus hijos y cuando iba a inventar una escusa coherente del qué ambos estaban en una posición que sus por cachorros catalogaban como sospechosa a la hora de compartir un beso, el timbre de la casa sonó, interrumpiéndolos

-Después hablaremos de esto-Musitó Boss mientas caminaba hacia las puertas con sus mejillas rojas-¿Prim?- Se sorprendió al ver a la pelinegra frente a él, sonriéndole como si fuera normal visitar a alguien así de imprevisto

-¿Puedo pasar?- Ella le preguntó y él solo asintió, apartándose para dejarla pasar ya que sería una descortesía de su parte preguntarle que quería en la puerta, sin embargo cuando vio a Noeul observarlo con una ceja alzada y de brazos cruzados deseó no haberla dejado pasar. Esa era una faceta que nunca pensó ver de ese Omega fanático a colarse a su casa.

-¿Y tú eres?-Preguntó la Omega con una sonrisa que no importaba lo brillante que se viese para Noeul era la más falsa

-Él es Noe...-Miró a Boss sereno- Mi vecino- Ouch, no esperaba esa presentación. Rió con ironía. Al parecer no llegaba ni al rango de amigo. Así que solo era él vecino. Una mano pequeña fue extendida hacia él

-Es un placer conocerte, Noe. Soy Prim compañera de trabajo de Boss -Correspondió al saludo con una sonrisa

-Igualmente Prim, como ya te dijeron solo soy Noeul Nuttarat, el vecino- Sonrió con falsedad- Supongo que es hora de que me vaya. Linda noche-Y fue cuando cerró la puerta del departamento del Alfa que miró la oscuridad del vacío pasillo. Miró alrededor y gruñó al verse envuelto en la soledad.- Mierda, estoy solo otra vez.

Lloro
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