La década de los 80', la llamada edad de oro para los rally, quien diría que la creación de un auto detonaría en el surgimiento de una de las mas espectaculares y peligrosas categorías del mundo motor.

El Lancia Stratos, un auto de motor central y tracción trasera, construido con el objetivo de destrozar a sus rivales en el rally. Para homologar el vehículo y así este pudiese competir la marca italiana se vio obligada a construir mínimo 400 unidades del Stratos para la calle si quería que la FISA (La Fédération Internationale du Sport Automobile, como se le conocia en aquel entonces a la FIA) le permitiese competir con su auto.

Fue allí que la FISA se percato que la cantidad de autos que las marcas iban a tener que fabricar para la homologarlos era demasiada, lo que no hacia atractivo para las marcas de autos entrar a competir en el rally, debido a esto a la FISA se le ocurrió la brillante idea de crear una nueva categoría del rally donde solo se pedía fabricar 200 vehiculos de calle para así homologar la version de competencia; el Grupo B había nacido.

Para estos vehiculos nuevos del Grupo B se pedía como requisitos mas importantes estar construidos sobre un chasis tubular recubierto con paneles de fibra de vidrio y tener un peso mínimo de 820kg. La potencia que era capaz de desarrollar los motores no estaba limitada, con esto teníamos autos que rondaban los 900kg d peso, produciendo alrededor de 500hp a diferencias de los autos del Grupo 4 que pesaban unos 1200kg y producían solo 250hp. El como los autos del grupo B lograban generar mayor potencia pese a ser mayoritariamente pequeños motores 4 cilindros, era gracias a la inducción forzada, aunque hubieron algunos pocos que compitieron con motores naturalmente aspirados como lo fueron Ferrari y Porsche.

En el 82 se disputo el primer campeonato del grupo B, campeonato que el Audi Sport Quattro termino llevándose entre manos aunque muy cerca de el estuvo el Lancia 037. El Audi gracias a su tracción en las 4 llantas dominaba en la nieve y tierra mientras que en los caminos de asfalto el poderío era de Lancia, el cual en la temporada del 83 tuvo su revancha con los alemanes, saliendo los italianos victorioso por míseros 2 puntos. Ya para 1984 el panorama del campeonato era que se disputaría de nueva cuenta entre Audi y Lancia, pero Peugeot con el 205 Turbo 16 4cil turbo de motor central termino por hacerse con el campeonato ese mismo año.

Llego el 85 y Lancia sosprendio con el Delta S4 montando sobre su motor 1.8lt 4cil un turbo cargador y un super cargador al mismo tiempo, sumado a eso lo habían equipado con tracción integral, sin embargo, Lancia para no perder su contundencia sobre el asfalto mantuvo al 037 en competencia, en las manos del piloto italiano Attilio Bettega, lamentablemente sufrió un accidente en uno de los tramos del rally perdiendo el control del auto impactando con un árbol perdiendo la vida en el lugar, afortunadamente su copiloto salió ileso. No fue hasta ocurrido este incidente que se hizo notar el motivo que causo la extinción a futuro de esta categoría, su nula regulaciones de seguridad.

En cuanto al mundial del 85 respecta, nuevamente Peugeot con el 205 turbo 16 arraso con su competencia.

El desempeño de los autos para este momento era bestial teniendo en su mayoría una relaciona peso potencia alrededor de 4.9kg/hp, tanto era la capacidad de estos autos que el piloto finlandés Henrin Toivonen al volante del Lancia Delta S4 vatio el tiempo de la mitad de los pilotos de f1 en el circuito de Estoril/Portugal. Esto extasió a los afición de la categoría, aunque al poco tiempo la vida le daría una dura lección tanto a ellos como a la FISA.

Ver estas brutales maquinas competir era todo un espectáculo, mayor incluso que el brindado por la máxima categoría del mundo motor, pero cometer un error en el Grupo B era firmar ti sentencia de muerte. se necesitaban urgentemente regulaciones para los autos y para los fanáticos, fanáticos los cuales se volvían loco interviniendo en tramos de la carrera, poniendo en riesgo su vida como la de los pilotos.

En la temporada del 86 uno de los Ford RS 200 cometió un error y termino perdiendo el control, arrollando a parte de la afición, culminando de paso con la vida de una mujer y dos niños. después de esto en el rally de Portugal los organizadores y la FISA trataron de ocultar el incidente, con el propósito de que no se cancelase la carrera, pero cuando esa información llego a los oídos de Ford no lo pensó mucho y retiro a sus equipo de la competencia, el chisme no tardo mucho en llegar a oídos de demás pilotos y equipos los cuales amenazaron con no correr si es que la afición no se controlaba. Y aquí es donde entra en escena Jane Marie Balestre, el presidente de la FISA para amenazar a los pilotos con quitarle su licencia si se negaban a correr.

Los pilotos sin mas forzosamente aceptaron y el competencia continuo hasta llegar a Córcega una montañosa isla en el mediterráneo donde los pilotos volvieron a alzar la voz en protesta para que la FISA cancelase algunos tramos del recorrido al ser sumamente peligrosos, Balestre nuevamente amenazo a los pilotos argumentando que no iban a cancelar ningún tramo del recorrido, que eran pilotos y que se comportasen como tal.

Entre los pilotos de ese año se encontraba Toivonen uno de los favoritos a llevarse el campeonato, muchos esperaban que cruzase la meta en posiciones de podio o que directamente se llevase la victoria a casa, pero nunca llego, la afición comenzó a preocuparse, mucho mas cuando una enorme nube de humo negro se hizo visible a la distancia, Toivonen había tenido un fuerte, perdió el control saliéndose del camina y al estrellarse el auto entro en estado de ignición para pocos segundos después explotar, como únicos testigos del incidente el auto que iba un minuto atrás de Lancia de Toivonen, el cual junto a su copiloto no pudieron hacer nada mas que ser meros espectadores.

Esto fue todo lo que quedo del Delta S4 de Toivonen, la categoría había llegado ya demasiado lejos, la muerte de la pareja disparo comentarios de diferentes medio donde se pedía que el Grupo B debía ser cancelado por el bien de los pilotos, pilotos los cuales volverían a comentar su desconformidad, Jane Marie Balestre lamento lo sucedido pero argumento que la muerte de este par no justificaba el fin de los rallys a este nivel, que simplemente era un caro tributo que se tenia que pagar.

Por lo ocurrido el equipo Lancia Martini anuncio su retiro de a categoría al final de la temporada mientras que las demás marcas no querían cargar con la muerte de ninguno de sus pilotos o copilotos dando como resultado que solo Peugeot y Lancia terminasen el campeonato forzando así a la FISA a dar por terminado el Grupo B y cancelar su sucesor, el Grupo S.

Hoy en día lo único que queda del grupo B aparte de sus amargos recuerdos son las maquinas que competían en la categoría, algunos siendo exhibidos al publico, otros aun siendo utilizados por gente temeraria y la gran mayoría, supongo, en colecciones privadas.