ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 2
No doy avisos de lemon porque obviamente el título lo dice.
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No sé en qué momento comencé a reírme por las tonterías que JungKook me contaba, tampoco sé en qué momento me convenció de jugar billar con él, ni siquiera sé cuál es el objetivo de este juego, pero aquí estoy. Doy un sorbo a la botella dejándola a un lado, tomo aquel palo alargado que empuja las bolas de colores sobre la mesa y JungKook ríe divertido.
— Espera—se acerca y se posiciona detrás de mí—Debes tomarlo así—corrige la posición de mis manos, su perfume masculino pero suave llega a mi nariz, su torso está pegado a mi espalda—Ahora inclínate un poco y golpea la bola—se separa retrocediendo. Hago lo que me dijo y tres bolas entran en el agujero, miro a JungKook con una sonrisa, pero su celular interrumpe el momento.
— Ya vuelvo—dice alejándose. Lo veo salir del bar y decido regresar a la barra, tomo mi bolso que dejé a los pies de la silla colocándolo sobre esta, termino de beber mi botella dejándola vacía sobre la barra, cuelgo mi bolso en mi hombro dirigiéndome al baño, siento un ligero mareo y sé que debo dejar de beber, saco mi celular consiguiendo un mensaje de Hoseok que no me molesto en ver.
Son las once de la noche, tengo que volver al departamento, mañana tengo que trabajar.
Recojo algo de agua con mis manos del grifo mojando mi rostro, tomo unas de las servilletas que hay para secarse y lavo mis manos. Termino saliendo del bar cuando JungKook tarda de más, miro a ambos lados de la calle sintiendo la brisa nocturna, junto a su moto se encuentra hablando seriamente sosteniendo su celular en su oreja, respira profundo rodando los ojos cuando decido acercarme.
Luce hermoso recostado de esa moto negra, sonrío divertida por los pensamientos traviesos que pasan por mi mente. Niego con la cabeza cruzándome de brazos y poco después, JungKook cuelga.
— ¿Por qué saliste del bar?
— Pagué todo, descuida—me encojo de hombros—Yo...tengo que volver a casa.
— ¿Tan temprano?
— Tengo trabajo mañana—me acerco un poco tambaleante, JungKook abraza mi cintura con sus brazos y me mira de una forma que me derrite.
— No te vayas—pide.
— Tú trabajas de noche, yo tengo que levantarme temprano—niego con la cabeza intentando soltarme.
— Te recuerdo que también trabajo por el día en la oficina—comenta divertido—El trabajo en el bar por la noche es opcional, estoy comenzando a considerar la idea de dejarlo.
— ¿Por qué?
— A Sana no le gusta.
— Ah—me limito a decir—Pues...—tomo una bocanada de aire—Yo creo que te ves bien sirviendo tragos.
— ¿Sólo sirviendo tragos puedo verme bien? —se acerca peligrosamente a mis labios. Sonrío como idiota sintiendo el alcohol correr por mis venas, deslizo mis manos de su pecho a su abdomen permitiendo que esos lindos labios toquen los míos, es un beso intenso y de esos que crean ese sonido morboso que sólo ambas bocas juntas pueden hacer.
JungKook baja sus manos a mis caderas y una de ellas a mi trasero, suelto un jadeo bajo entre sus labios, muerdo su labio inferior jalando un poco tomando el atrevimiento de acariciar su intimidad por sobre el pantalón, él suelta un jadeo también y ambos sonreímos cómplices de lo que viene después.
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Caigo en la cama escuchando risitas de parte de ambos, los labios del pelinegro tienen sabor a licor pero me parecen tan dulces que es imposible no besarlos, JungKook se deshace de mi suéter y acto seguido me deshago del suyo dejándolo caer al suelo, aprovecho de quitar su camisa pasándola por su cabeza, nos dedicamos a quitarles las prendas al otro entre besos subidos de tonos y algunas caricias, toma mis muñecas colocándolas por sobre mi cabeza, comienza a bajar al inicio de mis pechos dejando besos húmedos y algunos mordidas, su miembro roza mi entrada desesperándome más queriendo sentirlo dentro.
Mi respiración para entonces es más que agitada, me sigue torturando unas horas más y no puedo evitar quejarme, JungKook sonríe divertido sabiendo lo que provoca, su otra mano sube por mi muslo derecho, lo aprieta y sigue subiendo peligrosamente mientras su boca ataca mi cuello, suelto un gemido cuando sus dedos llegan a ese punto íntimo, introduce dos de sus dedos comenzando a penetrarme con ellos sin dudar, mis manos aún sobre mi cabeza se aferran a las sábanas gimiendo con gusto, arqueo mi espalda e inclino mi cabeza hacia atrás sin pensar con claridad.
JungKook continúa con lo suyo, su respiración caliente en mi cuello y mi oído me excita más, el cosquilleo en mi vientre hace presencia y quiero que se detenga, pero no soy capaz de decírselo. No pasa mucho en el que siento llegar al orgasmo, mi cuerpo comienza a relajarse mientras mi respiración es agitada, JungKook saca sus dedos y besa mi boca rozando mi labio inferior con su lengua. Correspondo dicho beso permitiendo que nuestras lenguas jueguen, se separa interrumpiendo nuestro beso, lo miro sacar del bolsillo de su pantalón un preservativo, lo ayudo a colocárselo y cuando lo logro vuelve a recostarme en la cama con él sobre mí.
Mis piernas abrazan su cintura automáticamente, se acomoda entre mis piernas y se introduce quizás un tanto brusco, miro sus ojos brillantes por poco tiempo ya que une mis labios con los suyos, cierro los ojos sintiendo las primeras embestidas ser duras y un tanto fuertes, JungKook libera mis labios separándose sólo un poco, esconde su rostro en mi cuello moviendo sus caderas en un frenesí, escucho mi cama sonar un poco por los movimientos bruscos mientras acaricio su espalda y muerdo su hombro ligeramente.
— JungKook—digo su nombre entre gemidos, una de sus manos aprieta uno de mis muslos con cierta fuerza, mis uñas se introducen en su espalda y lo escucho maldecir.
— Mierda—gruñe apartando mis muñecas, pero es inevitable no querer acariciarlo, su boca baja a uno de mis senos jugando con él, lo succiona cómo cual bebé y lo muerde, de nuevo mis manos en su espalda intentan rasguñarlo y él vuelve a apartarlas colocándolas a ambos lados de mi cabeza—Jae, no hagas eso—dice con voz grave sin detener las embestidas.
Cuando ambos teníamos sexo no podía dejarle marcas ni nada parecido en su piel, ¿Por qué? Porque Sana lo notaría cuando estuviera con él en la cama.
JungKook llega al orgasmo primero que yo, de hecho, no alcanzo a tenerlo del todo, pero si él lo disfrutó no puedo quejarme. Su respiración es agitada como la mía, nuestros cuerpos sudorosos no parecen del todo agotados y de hecho cuando estoy con JungKook una ronda no es suficiente.
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Sentada a horcajadas sobre él me parece que lo disfruto un poco más, el ritmo de los movimientos lo coloco yo, pero no por mucho tiempo, JungKook mueve mis caderas jugando con su boca con mis senos sacándome más gemidos, dejo que juegue con ellos, los apriete, los acaricie, los muerda y los bese cuanto quiera. Me hace dar algunos saltitos sobre él y no puedo evitar aferrar mis manos a su cabello oscuro sintiendo mi vientre bajo tensarse antes de liberar dicha presión.
Ambos llegamos al orgasmo por segunda vez, busco sus labios besándolos al encontrarlos por unos segundos. En la tercera ronda estoy apoyada con mis rodillas y mis manos en la cama mientras puedo escuchar los golpes de ésta con la pared por las embestidas bruscas, JungKook jala de mi cabello un poco, el chocar morboso de nuestros cuerpos sudorosos es lo que se escucha en la habitación, dejo que acaricie y haga de mí lo que le plazca, pero cuando siento alcanzar el clímax no puedo más.
Estoy agotada en todos los sentidos.
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La maldita alarma del despertador hace que mi cabeza duela lo suficiente para levantarme, con un golpe de mi mano lo callo restregando mis ojos, bostezo y estiro mis brazos, pero me quejo un poco, absolutamente todo mi cuerpo me duele. Miro la cama encontrándome desnuda debajo de las sábanas, por supuesto, era de esperarse que Jeon JungKook no estuviera aquí.
— Mierda—chasqueo la lengua pasando mis manos por mi cabello enredado—Lo hice otra vez—bostezo escuchando mi celular, busco mi pantalón en el suelo y sólo para estirar mi brazo siento mi cuerpo quejarse, tener sexo rudo siempre deja consecuencias, sé que pasaré unos días así, contesto la llamada sin ver quien es— ¿Diga?
— Lo siento, ¿Te desperté? Creí que estarías despierta a esta hora...
Hoseok.
— Está bien, mi despertador...acaba de levantarme—restriego mis ojos bostezando de nuevo— ¿Qué quieres, Hoseok?
— Bueno...estoy saliendo de casa...hacia la tuya.
— ¿Qué?
— Lamento si fui entrometido ayer, pero sabes que me preocupo por ti, linda—usa un tono dulce conmigo—Te invitaré el desayuno, esta vez no aceptaré un no, así no irás sola al trabajo.
— No estoy vestida todavía—digo y literalmente no estaba vestida.
— Descuida, puedo esperar en recepción.
— Está bien, comenzaré a arreglarme—cuelgo bostezando otra vez, mi cabeza duele cuando intento levantarme, ¡Todo me duele de hecho! Me miro al espejo del cuarto notando algunas marcas en mis muslos donde se aprecian las formas de unos dedos largos, recuerdo que JungKook se molestó un poco cuando intenté rasguñar su espalda, respiro profundo mirando mi cuerpo desnudo en el reflejo del espejo.
"Sabes que está mal y eres incapaz de detenerlo, ¿Enserio quieres seguir viviendo así? ¿A qué le temes, JaeSoo?"
Intento ignorar la voz de mi cabeza porque no conozco la respuesta...o quizás sí pero no quiero responderla.
Muchas suelen comentar en este tipo de escenas cosas como: ay ni que fueran conejos.
Pues dejenme decirles (para las que no sepan), hay parejas que soy muy activas sexualmente y no me refiero a las parejas jóvenes, no es extraño que una relación tóxica (porque lo es) y rara como la de JungKook y JaeSoo sea de esta manera en la intimidad.
Muchas dijeron que JaeSoo necesitaba ayuda en todos los sentidos y sí, la necesita. Honestamente no pienso burlarme de nadie ni intento manchar la imagen de los chicos, esto es un fanfic, nuestro JungKook (ni nadie de BTS) es de esta manera en la vida real.
Al menos no que no nosotros lo sepamos.
Espero ir aclarando estos puntos antes de que hayan malentendidos.
PD. Una seguidora me hizo este meme y me reí xD
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