Punky, Mary Poppins y una infancia solitaria
1985
Camino en reversa
Me despojo del presente
viajo a contratiempo
Desgarrando el subconsciente.
Cierro mis ojos,
te busco dentro
En lo profundo de mi alma
Entre la soledad y el miedo
Me llevas, campo abierto,
Tus ojos tristes,
tu pelo al viento
Corres inerte, entre recuerdos
Y sueños desobedientes.
Te encuentro clandestina,
Solitaria y fragmentada
Cada día una nueva herida
Cada noche se cuela una lágrima.
Acaricio tu cara
No pasa nada
Seco tus cachetes empapados
me acurruco a tu espalda.
Otra lágrima se cuela
En tu remendada cara
Ya todo pasó,
Olvida esas palabras, el dolor
Que no encajas.
Todo está bien
Del otro lado de espejo
Mira mi rostro
Calma tus miedos
Corre al desliz del tiempo
Choca conmigo mira dentro
Abrázame en silencio
Vuelve a mi, se mi cielo.
Una nana se esfuma
Como acordes al viento
El aroma a mamá,
se esparce en silencio.
El perdón viene
la paz nos da consuelo.
Abrazo tu historia
En mi crecido reflejo.
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La infancia es el periodo más importante de la vida de un ser humano. En ella se desarrolla el carácter, la autonomía, la confianza en sí mismo y sobre todo se sientan las bases del amor propio. Una infancia validada y bien cuidada crea adultos fuertes, seguros de sí y capaces de manejar las situaciones de la vida. Somos el resultado de las experiencias, somos lo que absorbimos de niños, lo que aprendimos del entorno. La forma en la que vemos la vida es el resultado de esos primeros cinco años de nuestra existencia.
Por eso la importancia de una crianza que respete y valide, un niño es un ser que piensa y razona, que crea, cree y desea ser independiente. Saber guiar a ese niño es de vital importancia para que en un futuro pueda sentirse seguro y a su ves, sea capaz de crear un camino mucho más sano para él y todo su entorno. Hay que romper con la creencia de que el niño no sabe, no puede o no tiene la capacidad; si lo dejas ser puede sorprender de la forma más maravillosa que existe, así que tu solo tienes que crear un puerto seguro donde sea capaz de resguardarse cada vez que lo necesite. Hazlo por todos esos niños que hoy de adultos se han dado cuenta que nunca tuvieron ese puerto seguro.
Al analizar mi vida y volver el tiempo hacia mi niñez me llega a la boca un sabor a grosellas, el que las ha probado sabe que son agrias con cojones pero a su vez no puedes comer solo una. Recuerdo que en casa de "Tití Cana" había un palo de grosellas y aún tengo el recuerdo vivo de ir por el pasillo que daba al monte detrás del rancho donde "abuelo Berto" guardaba su guagua y buscar dos o tres de ellas, "arresmillarme" como gremlins y seguir mi día como si nada, olvídate de lavarlas antes de comerlas el fregadero quedaba demasiado lejos.
No puedo decir que tuve una niñez horrible pero hubo sus rarezas. Aún siento que me resulta complicado hablar de ella. Es como si algo dentro de mi pecho se estrujara, quisiera entrar en una especie de dimensión desconocida y volver allí, debajo de aquel palo de grosellas, o tal vez subiendo la cuesta que conducía a la casa de mis abuelos cada tarde al salir de la escuela. Sobre todo volver a ver a "Tití Cana" en el balcón esperándonos con un manjar en la mesa.
Extrañar es parte de la vida, querer volver a ciertos momentos también. Por eso desearía quedarme con esos instantes bonitos. Con las mil veces que vi Marry Poppins en la sala de mi tía y hartando a todos los primos de ella (literal fueron mil) Con las travesuras, como meter las barbies en el agua de la lavadora para que luego la ropa quedara como poodle recién bañado o llenar la marquesina de jabón cuando llovía para resbalar por ella, caer como guanábana al suelo y esconder la ropa mojada en la cesta de medias limpias en el cuarto de mi primo. O jugar "casita pobre" con una caja de cartón junto con tu hermana después de que un aguacero destruyera la de ricos creada con la caja de la nevera nueva e tití. Me quedo con el recuerdo de mi mamá contando cuentos y cantando nanas en las noches y con papi poniendo música a un nivel que rayaba la locura. Me quedo con el olor a casa y lo rico que se sentía dormir oliendo las batas de mami. Recordando a mi primera amiga Punky (en verdad existía solo en mi imaginación), mi primera obsesión Gloria Trevi y la canción "pelo suelto" (no podía ser ninguna otra, tenía que ser la polémica Gloria) Quisiera olvidar la otra parte, esa que aún se siente latente en cada fibra.
A mis casi cuarenta vengo a darme cuenta que cada uno es dueño de las desiciones que toma pero también es responsable de ellas y el efecto que tienen en el entorno.
En mi hogar existía amor, de eso no cabe duda, pero también habían muchas heridas sin sanar. Hoy me doy cuenta que mami era una niña rota al igual que mi abuela y mi tía. Que trataron de romper un círculo que las consumió hasta lo último y que a su paso y sin querer nos arrastraron con ellas. Amo y abrazo su historia aunque me resulte difícil y aunque no logre comprender su complejidad. Pero entiendo que si no lo hago seguiré cometiendo sus mismos errores.
Crecí junto a miles de narraciones de cuentos de Adas que imaginaba y contaba a mi tío José mientras pintaba la casa, hablando sola y creando un mundo que solo existía en mi imaginación; ignorando que dentro de todo ese universo del "nunca jamás" existía una niña que se sentía sola, insegura y que nadie lograba entender del todo.
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