16
¡Solamente le estaban cubriendo el turno! Bendito sea Dios.
Decenas y decenas de preguntas me habían inundado después de que salí del auto servicio directo a la carretera. Entre ellas había pensado sobre si le habían despedido, pero no.
Sentí alivio al momento en el que escuché su voz y le vi mientras sostenía mi orden en alto con una gran sonrisa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro