Draco, Blaise, Theodore y Tabitha estaban acostados sobre el suelo alfombrado, miraban el techo y observaban como cambiaban las constelaciones.

—Hubo un tiempo en el que estuve obsesionada con las constelaciones.— Hablo Tabitha y Theodore la miro.— Papi estuvo semanas tratando de hacer un hechizo para que se vea así, y lo logró, a la semana me dejaron de gustar, pero no se lo dije.

Draco rio levemente.

—Escuche a papi hablar con alguien sobre el que no debe ser nombrado.— Draco se sentó y miro sus manos.—¿Creen que regrese?.

Tabitha sabía que sus padres eran mortifagos, y que también los padres de sus amigos lo eran.

—No lo sé.—Theodore se encogió de hombros y Blaise solo suspiro.— Mi padre casi nunca está en casa, solo llega a dormir.

Tabitha suspiro y miro a Draco, el chico estaba perdido en sus pensamientos, Draco podía imaginar miles de escenarios dónde él tendría que servir al Señor Tenebroso y eso le aterraba.

—Cariño, voy salir.— Nick entro a la habitación y miro a su hija.— Iré a casa de Cissy, no tardó.

Tabitha asintió y Nick se alejó.

—¿Quieren ir a nadar?.— Tabitha se acercó al mueble dónde tenía su ropa y saco un traje de baño.

—¿Estás loca?.— Blaise soltó una carcajada llena de ironía.— Está nevando, el agua está fría.

—Oh.— Tabitha suspiro y dejo el traje de baño en su lugar.— Bien, entonces haremos día de chicas.

Tabitha sonrió emocionada y los chicos la miraron con horror.

(...)

—¿Que es lo que tienen en el rostro?.— Nick los miro horrorizada, los cuatro chicos tenía la cara llena de un líquido rojo y viscoso, todos estaban serios, menos Tabitha que estaba sonriendo mientras alzaba las manos llenas del líquido.

—Señora Selwyn, ayúdenos.— Blaise de lanzo a los pies de Nick dramáticamente.— Nos va a matar.

—Tabitha, cariño.— Nick rio levemente.— ¿Que fue lo que hiciste?.

Tabitha se alejo corriendo y a los segundos volvió con un libro, se lo entrego a su mamá mientras señalaba la página.

—Cariño, esto es un libro de pociones de papi.— Blaise soltó un lamento.— Esto no se debe de poner en la cara. Síganme, niños.

(...)

—Y dime, Tabitha.— La psicóloga se acomodo en el sofá mientras miraba a la chica.— Cuéntame cómo estuvo este tiempo que estuviste en la escuela.

—Bien.— Tabitha tomo un libro que estaba sobre la mesa y lo hojeo.— Creo que me gusta un chico.

La psicóloga levanto una ceja, sorprendida, sonrió, era un buen paso para Tabitha.

—¿Así? Y cuentame acerca de él.

—Me hace llorar mucho y es enojón.— Tabitha sonrió recordando al platinado.— Le gusta tirar niños por las escaleras, pero yo sé que es bueno, me defiende de los demás.

—Los demás, ¿Se burlan de ti?.— Tabitha dejo el libro en su lugar y miro sus manos.

—Si.— Tabitha suspiro.— Pero él siempre me defiende, él es muy bueno y me hace sentir mariposas.

—¿Estarás conmigo para siempre?.— Tabitha miro el perfil de Draco, el chico le devolvió la mirada y Tabitha sonrió.

—Si, no te dejare.

Tabitha se acercó un poco y lo beso, juntó sus labios con los del chico, en un beso tierno y lento, se separó y junto su frente con la de él.

—Yo te apoyaré siempre, estaré contigo aún cuando tú no me quieras.— Tabitha miro los ojos grises de Draco y sonrió.

—Siempre te voy a querer conmigo.

(…)

—No, mami.— Tabitha se volvió a tapar con la sábana y Nick la jalo.— No quiero ir, me siento mal.

Nick rio y tomo el pie de Tabitha para después jalarla.

—Mami, estoy muriendo desangrada.—Se quejo Tabitha.

—Vamos, cariño.— Nick se sentó a lado de Tabitha y le acaricio el cabello.— No vas a morir, ya lo hemos hablado. Párate, tenemos que ir.

Tabitha nego y se tapo la cabeza.

—Cariño.— Suspiro Nick con paciencia.— Vamos, papi no a estado de buen humor, vamos, no hay que hacer enojar a papi, ¿Okay?. Hazlo por él.

Tabitha saco su cabeza de la sábana y miro a su madre.

—¿Papi está de mal humor por lo que pasó en el torneo de  Quidditch?.

Nick suspiro y la miro, la mujer temia por el futuro se su hija, pero sentía que hacía lo correcto.

—Vamos, cámbiate, te espero abajo en 20 minutos, si no bajas voy a mandar a papi.

(...)

La familia Selwyn llego por la chimenea a la Mansión Malfoy, en la sala, los esperaban Lucius y Narcissa.

Tabitha junto a sus padres salieron de la chimenea, los adultos se saludaron entre ellos y Tom se fue junto a Lucius.

—Hola, Tabitha.— Saludo Narcissa a Tabitha pero ella buscaba al platinado.— Está arriba, no quiso bajar. Subiendo las escaleras, la puerta tiene su nombre.

Tabitha asintió y camino hasta las escaleras, para después subirlas, llegó al segundo piso y se asombro por la cantidad de habitaciones que había. Busco pacientemente la habitación de Draco hasta que la encontró, estaba casi al final del pasillo.

Toco la puerta con sus nudillos pero no escucho respuesta.

—Draco.— Volvió a tocar.— Soy yo.

Cómo no obtuvo respuesta, abrió la puerta y entro a la habitación, observó la habitación y no lo vio en ningún lado.

—Cariño, ¿Dónde está?.

Draco soltó un sollozo cuando la escucho llamarlo “cariño”, nunca lo había llamado así.

—¿Que es lo que pasa?.— Tabitha lo vio en una esquina de la habitación, abrazando sus piernas, ella se acercó y lo abrazó, sintió como su vestido se mojaba por las lágrimas de Draco.

—Desearia estar muerto.— Soltó Draco y los ojos de Tabitha se llenaron de lágrimas al escuchar eso.

—N-no, no debes pensar eso.— Tabitha acaricio el cabello de él.— Yo no podría seguir si tú te vas. ¿Que fue lo que pasó?.

Draco ahogó un sollozo y cerro los ojos con fuerza.

—Mi padre se enojo por lo que pasó con Moody.— Draco le regreso el abrazo a Tabitha, los dos estaban en el suelo.— No había podido regañarme porque estaba en tu casa y cuando llegue se enojo, y me golpeó.

Draco soltó las lágrimas acumuladas y Tabitha también, le dolía lo que le hacían a su hurón.

—M-mamá trato de interponerse pero no pudo.— Draco levantó por primera vez la cabeza y Tabitha pudo ver el moretón que se estaba formando en el ojo derecho del chico.

La chica tuvo ganas de gritar pero no pudo.

—Tu padre es un idiota.— Volvió a abrazar a Draco.— Tal vez puedo hacer una pocion para que deje de doler.

Draco rio recordando la sustancia roja.

—Vamos.— Tabitha se alejo lentamente.— Date un baño, jugaremos ajedrez mágico.