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🌸•Epílogo•🌸


Yoongi giró su cuerpo y estiró su brazo intentando apagar la alarma de su celular, pero antes de que siquiera pasara sobre su omega para llegar, el sonido ya se había detenido.

Frunciendo el ceño, el alfa pasó su mano por su rostro intentando ahuyentar el sueño y se incorporó sobre un codo.

—¿Cachorro? —musitó con voz somnolienta, baja y ronca, luchando contra sus párpados que querían permanecer cerrados.

—Buenos días, cariño —respondió su omega observándole con una pequeña sonrisa de labios apretada, sus manos colocadas sobre su gran vientre.

Pestañeando un par de veces más, Yoongi contempló a su esposo en una posición semi acostada, con las almohadas acomodadas en la cabecera y su espalda en esta, ayudándole a no estar del todo acostado.

—¿Noche difícil? —suspiro sentándose en la cama.

—Un poquito —aceptó, conteniendo un pequeño aliento por unos segundos para luego dejarlo escapar lentamente, sus manos tensándose sobre su vientre.

—¿Por qué no me despertaste si no te dejaban dormir? —reprochó quitando las almohadas de su camino con rapidez cuidadosa.

Sentándose él detrás de su pareja, colocó sus manos sobre sus hombros y lentamente lo comenzó a empujar hacia atrás para que se recargara en su pecho.

—No, así no —pidió urgidamente cuando una punzada de dolor atravesó su vientre e inmediatamente fue dejado en la misma posición.

—¿Duele mucho? ¿Quieres ir al médico? —cuestionó con preocupación, inclinándose él hacia adelante para cubrirlo con su cuerpo.

—No, todavía falta un par de días para que me ingresen al hospital y la doctora nos advirtió de las posibles contracciones —le recordó respirando profundamente por la nariz para luego exhalar por la boca—. ¿Podrías tocarnos la canción? —pidió apoyando su cabeza en el hombro de su alfa.

—Por supuesto —asintió Yoongi, deseando verdaderamente poder hacer algo más por su pareja y sus dolores.

Tomando su teléfono celular, el alfa abrió la aplicación del piano y rodeó con ambos brazos el cuerpo de su omega. Dejando sus manos sobre el vientre tenso de su pareja, comenzó a tocar la melodía, demorándose el tiempo que fuera necesario para ello.

Cuando finalmente sintió que la tensión comenzaba a desvanecerse a través de su lazo, Jimin se relajó de a poco entre sus brazos hasta que pudo soltar un suspiro de alivio.

—La canción siempre ayuda —murmuró cerrando sus ojos—. Lamento haberte retrasado, ahora vas a llegar tarde a la empresa —expresó girando su rostro para observarle.

Alzando una ceja, el mayor levantó una mano y con dos dedos golpeó la frente de su pareja, y no, no fue sutil al respecto.

—Pero... ¡Yoonie! —se quejó llevando una mano para sobar la zona afectada.

—Eso te pasa por decir tonterías —reprochó apartando su mano para besar su frente con ternura—. Sabes lo que pienso de dejarte solo en casa cuando no te sientes bien, en especial ahora que estás a tan pocos días de dar a luz —le recordó alejándose e inclinando un poco su cabeza para restregar sus narices juntas.

—Lo siento, fue solo... ¿Un momento de estupidez? —torció sus labios y después hizo un puchero, el cual por supuesto, fue besado.

—Llamaré a Jaebum y le avisaré que hoy no iré a la oficina, puedo trabajar desde casa de ser necesario —anunció sobre sus labios.

—Eso no es... —el pelirrojo omega guardó silencio ante la mirada de su esposo—. Gracias —pronunció en cambio.

—Mucho mejor —asintió recompensándolo con un dulce beso—. Vamos cariño, aún es muy temprano y me imagino que no has podido dormir mucho —expresó.

—No pude encontrar una posición cómoda y luego estar acostado me comenzó a doler —expresó en una queja.

—Vamos, cierra tus ojitos que yo veré por ustedes mientras duermen —prometió dejando fluir libremente su aroma por la habitación, en un intento de relajar a su omega y hacerle sentirse protegido.

Colocando sus manos sobre el vientre donde estaban sus dos Chispitas, acarició con ternura mientras comenzaba a tararear canciones infantiles que se había aprendido en conjunto a su pareja.

O más bien, Jimin le enseñó canciones infantiles para que pudiera cantarles a sus cachorros una vez estuvieran con ellos.

Luego de unos minutos, y solo cuando escuchó la suave respiración parsimoniosa de su pareja, Yoongi se quedó en silencio.

Tomando otra vez su teléfono celular, le envió un mensaje a Jaebum para no despertar a su pareja, avisándole que no se presentaría y que solo trabajaría desde su hogar si era un asunto muy importante, dejando en claro que no deseaba ser molestado porque Jimin no se sentía bien.

Recibiendo una respuesta positiva, el alfa se olvidó de su celular y se concentró en observar a su pareja, aprendiéndole dormir sobre su hombro.

De a poco, y muy atento a las expresiones de su pareja, se inclinó hacia atrás hasta que su espalda tocó el respaldar de la cama, buscando una posición más cómoda para ambos que solo estar sentados.

Cuando el menor no hizo ninguna mueca o mostró signos de despertar, de a poco comenzó a moverlos hasta que lo obtuvo recostado de perfil, apegado a su cuerpo y usando su brazo como su almohada.

No era precisamente la posición más cómoda para él, pero su cachorro parecía muy bien con ella, por lo que no se quejaría al respecto.

Sosteniendo con firmeza cuidadosa el cuerpo de su pareja, rodeándolo por su gran vientre, el alfa apoyó su mentón en la cabeza de su omega y suspiro pensando en los cambios del último mes.

Tener gemelos realmente era un gran trabajo para el padre, y Jimin había atravesado cada uno de los malestares con una felicidad que le dejaba sin aliento.

Sí, había días en los que era demasiado difícil para su pareja hasta el punto de no poder subir las escaleras, pero a él no parecía importarle mucho con tal saber que sus pequeños estaban bien.

Y cuando su audición decayó otro poco, todos ya estaban haciendo planes para intentar animarlo, pero este mismo había sorprendido a todos con una gran sonrisa, expresando que, a pesar de estar perdiéndola, a la velocidad que iba alcanzaría a escuchar el primer aliento de vida de sus Chispitas cuando llegaran al mundo y que eso era lo que importaba, porque sabía que no estaría solo para cuidar a sus hijos y que, de todas formas, tenía una opción para mejorar a diferencia de otros.

Y por supuesto, Yoongi debió de haber sabido que su Jimin, aquel chico que vivió tantos años solo manteniendo la esperanza de algún día tener una familia, no se dejaría caer tan fácilmente ante un problema.

Sí, su cachorro había tenido miedo en un principio, como toda persona, pero con el pasar de los meses, este comenzó a ser superado y finalmente las esperanzas que Yoongi había estado compartiendo con él, fueron escuchadas y aceptadas hasta que el mismo Jimin, comenzó a tenerlas.

En ese momento su omega seguía escuchando, pero el volumen de sus audífonos estaba a un paso de caer al máximo y luego de ello, no habría más, lo que significaría, que sería la hora de la cirugía.

Y Yoongi seguía temiendo de ella, porque no deseaba apreciar a su pareja por la misma situación de su hermana, pero a la vez sabía, que todo era muy diferente.

La operación en sí era diferente, y Jimin no estaba atravesando solo todo aquello, lo tenía a él, su esposo y alfa destinado, tenía a sus hijos en camino y por supuesto, muchos amigos entrometidos y algo protectores con ellos mismos.

Jimin se quejó, sacándolo de sus profundos pensamientos y llamando inmediatamente su atención.

—¿Qué sucede cariño? —preguntó cuando este se comenzó a mover.

—Baño. Pis. —respondió con tono urgido.

Con rapidez, pero movimientos cuidadosos, Yoongi le ayudó a levantarse y dirigirse al baño, donde salió proporcionándole algo de privacidad a pesar de dejar la puerta abierta por si necesitaba de su ayuda.

Observando la hora, el alfa torció sus labios levemente, pero aceptó gustoso el par de horas más que durmió su cachorro.

—¿Quieres mi ayuda, cariño? —preguntó tratando de armar la cama en caso de que deseara recostarse nuevamente.

—No, estoy bien, gracias —respondió desde el baño.

—Bajaré a preparar el desayuno —anunció—. ¿Chimenea o calefacción? —preguntó cambiándose de ropa.

—Uh... ¿Está nevando? —preguntó.

Colocándose un suéter y luego sus lentes, Yoongi caminó hacia la ventana y corrió las cortinas contemplando un blanco paisaje desde el segundo piso.

—No tanto como ayer en la tarde, pero sí —respondió y se giró para observar a su pareja salir del baño.

—Quiero la chimenea entonces, así nos podemos sentar frente a ella mientras miramos Tv después de que termines de revisar los temas de la empresa —planeó buscando algo de ropa.

—De acuerdo cachorro, grita si necesitas de mi ayuda —pronunció acercándose para besar su sien antes de alejarse saliendo de la habitación.

Observando a su alfa salir, Jimin suspiró y dejó su ropa sobre la cama, donde tomó asiento y torció sus labios en una ligera mueca de dolor.

—Uhm, parece que unas personitas ya están ansiosas por salir y conocer el mundo, ¿eh? —sonrió acariciando su vientre, recibiendo otra patadita en respuesta.

Sonriendo alegremente, tomó su diario de su mesita de noche y escribió un poco en este antes de volver a guardarlo.

Mientras comenzaba a vestirse con ropa abrigada para enfrentar al clima frío, su mirada se detuvo en las puertas del clóset abierto y el amor cubrió su cuerpo al observar ambos trajes de boda guardados en sus bolsas.

Yoongi se había negado a deshacerse de ellos o guardarlos en cualquier otro lugar que no fuera en el clóset entre sus otras ropas, anunciando que, a pesar de ser solo unas prendas, habían sido hechas y ocupadas para un día muy especial para ambos.

Ya llevaban dos meses de casados y la única diferencia que podía encontrar entre el antes y el ahora, era su amor que seguía creciendo con su día a día.

Sin contar que, por supuesto, el anillo en la mano de ambos era una clara señal de que los dos estaban fuera del mercado para aquellos que seguían sin creer en las parejas destinadas.

Tomando asiento, el pelirrojo omega luchó un poco para subir sus pantalones y luego lo hizo para levantarse.

Ser una pequeña bola de amor le había quitado su flexibilidad y limitado todos sus movimientos, pero estaba bien con ello, siempre podía volver a tener su cuerpo luego de que sus cachorros estuvieran entre ellos.

No le preocupaba tener algún rollito a consecuencia de haber creado vida en su vientre, mucho menos cuando su alfa le mimaba y recordaba su amor incondicional en cada momento que podía.

Observando sus calcetines, Jimin miró sus pies un poco hinchados y movió sus deditos rindiéndose inmediatamente con ellos.

No se iba a esforzar en agacharse tanto cuando su vientre dolía y, además, tenía a su alfa cerca.

Tomando sus calcetines, se colocó sus pantuflas y salió de la habitación, deteniéndose un momento en el cuarto donde sus hijos descansarían una vez estuvieran con ellos.

Después de haber llegado de su luna de miel, dónde tal y como le había dicho su alfa habían sido planeadas para su completa relajación.

Literalmente, Yoongi había alquilado una casa en una pequeña villa tipo campamento en medio de la naturaleza con todas las atenciones de la tecnología, donde había tenido sesiones de masajes, saunas, profesores de yoga, piscina climatizada, jacuzzi y juegos para entretenerse.

Si, había sido una luna de miel envidiable donde el mismo Yoongi cuidó de su cuerpo de todas las maneras posibles también, haciéndole el amor cada vez que a ambos se les antojaba y por supuesto, teniendo cuidado de sus Chispitas, ya que, después de todo, seguía siendo su luna de miel.

Y habían sido una de la que por supuesto, había llegado a hablar con sus amigos, causándole solo un poco de envidia de la buena.

Pero lo que sucedió al llegar a casa, había sido también su esperado baby shower, donde sus amigos se preocuparon absolutamente de todo, desde la decoración, invitación, comida, lugar, preparación y los regalos.

Ningún regalo había sido repetido y cada uno con diferentes propósitos, ya sea ropa, pañales, juguetes, biberones, muebles, y aparatos que ayudaban tanto al padre como al bebé, tipo una pequeña bañera, una cuna portable con forma de mochila, su cochecito doble, protecciones para la casa y hasta una máquina que le preparaba su leche de fórmula junto a muchas cosas más.

Había tenido tantos regalos, que tuvieron que guardar algunos en la habitación de invitados.

Pero había sido una tarde muy divertida y ahora su habitación sí parecía una bastante animada que esperaba a dos pequeños ansiosamente.

Observando el bolso de sus cachorros y el suyo que tenía que llevar al hospital en unos días más, descansando al lado de la puerta, acarició su vientre distraídamente.

—Pronto —susurró con alegría.

Alejándose de la habitación, bajó las escaleras con cuidado.

—¿Hyung? —llamó tranquilamente, no alzando mucho la voz o solo preocuparía a su pareja por nada—. Necesito un poco de ayuda, alfa.

Cuando llegó al final de las escaleras, su esposo ya le estaba esperando con sus ojos escaneando todo su cuerpo de igual manera.

—¿Por favor? —pidió alzando los calcetines.

Con su rostro relajándose, Yoongi asintió y lo dirigió a la sala de estar, donde le hizo tomar asiento frente a la chimenea encendida.

—¿Te he dicho que me encanta que me sigas llamando Hyung a pesar de que estemos casados? —expresó agachándose frente a él para colocarle los calcetines.

—Lo sé, por eso lo sigo haciendo —le sonrió dulcemente—. Gracias —pronunció besando la frente de su alfa una vez terminó de colocarle los calcetines y sus pantuflas.

—El desayuno está listo, espera aquí mientras lo sirvo —anunció levantándose.

—¿Y Shuga junto a los demás? —preguntó curioso por el silencio de la casa.

—Querían salir a jugar en la nieve —resopló Yoongi—. Les advertí del frío y los tontos no me escucharon, allá siguen jugando y si quieren entrar tendrán que golpear.

Jimin se rió ante las palabras de su pareja y se detuvo abruptamente cuando una fuerte punzada cruzó su vientre.

—¿Amor? —llamó el alfa, percibiendo su malestar.

—No es nada —prometió y respiró profundamente cuando esta pasó, más la sensación quedó—. ¿Está listo el desayuno? —preguntó levantándose con cuidado.

—Sí, ya está servido —asintió sin dejar de observarle.

—Deja de mirarme así —pidió dirigiéndose a la mesa para tomar asiento, dejando que su alfa le corriera la silla.

—¿Así cómo? —respondió tomando asiento tan pronto lo ayudó a acomodarse.

—Como si en cualquier momento me fuera a romper —refunfuñó comenzando a comer su desayuno.

—Así pareces estar —se encogió de hombros e imitó a su pareja.

—Ugh... Tal vez —murmuró cuando sintió otra punzada de dolor igual de aguda que la anterior.

—No me gusta —anunció Yoongi dejando de comer.

—No... A mí tampoco —aceptó colocando ambas manos en su vientre.

—Llamaré a la doctora Kim para preguntar —anunció levantándose—. Venga, te acompaño al sofá otra vez —ordenó y sin dejarle discutir, le ayudó a levantarse.

Dejando a su omega instalado en el sofá, Yoongi subió a su habitación por su teléfono celular e inmediatamente marcó a la doctora.

Bajando nuevamente, alcanzó a llegar al lado de su omega cuando el médico contestó su llamada y ambos respondieron las preguntas de la doctora.

Parece que estos pequeños se nos están adelantando —anunció la doctora Kim—. Tráelos a la clínica, su cuerpo está comenzando el proceso para recibirlos y será mejor que lo operamos ahora para ahorrarle más sufrimiento. Le tendremos preparada la sala.

—Sí, no vemos allá —respondió Yoongi cortando la llamada.

—¿Qu-qué dijo? —preguntó Jimin con su rostro expresando dolor.

—Parece que tu cuerpo se está preparando para la llegada de nuestras Chispitas, cariño, tenemos que ir a la clínica ahora para que te puedan operar —anunció con una sonrisa, besando su frente.

—Gracias a Dios —exclamó—. Si esto es solo un ápice de lo que estaba sintiendo Jinnie ese día, no quiero ni saber del resto —se quejó.

—Voy por los bolsos —se levantó.

—Recuerda entrar a Shuga y los demás —gritó cuando su pareja se alejó.

Sintiendo como si quisieran partirlo en dos, el omega gimoteó y se inclinó de dolor, solo provocando que su alfa se apresurara.

Unos minutos después, ambos estaban dentro del auto camino al hospital.

—Hay que avisarle a los demás —pronunció el pelirrojo, sus labios torcidos en una mueca de dolor.

—Lo haré cuando llegue —prometió Yoongi con sus ojos fijos en la autopista, obviamente no desplegaría sus ojos de esta hasta que llegaran a la clínica.

Soltando un bufido, el pelirrojo tomó su teléfono celular y envió un mensaje al grupo, sabiendo que pronto la noticia se esparciría solo con eso.

—¿Muy difícil, amor? Ya estamos por llegar —prometió Yoongi, aprovechando el semáforo en rojo para mirarle.

—Estoy bien, puedo con ello —asintió cerrando sus ojos, tomando profundas respiraciones—. Jin pudo aguantar esto y por más horas, yo también.

No muy seguro, el alfa volvió a observar al frente y cuando el semáforo cambió a verde, apretó el acelerador solo para detenerse a tan solo unos centímetros.

—Pero que... —exclamó cuando el motor se detuvo.

—Dime que el auto no se apagó, Yoonie —pidió su pareja aferrándose al cinturón de seguridad.

—Solo dame... —pronunció girando la llave.

Cuando logró encenderlo nuevamente, este se apagó otra vez, por lo que el alfa inmediatamente lo volvió a intentar y entonces, un auto descontrolado pasó por delante de ellos seguido de dos más, llegando a tambalear el vehículo por la rapidez con la que iban.

El corazón de Yoongi se apretó cuando el auto encendió de nuevo y pudo avanzar otra vez.

—Si hubiésemos avanzado antes... Nos habrían chocado —murmuró Jimin con sus ojos bien abiertos en sorpresa aterrada.

—Lo sé —asintió doblando en la siguiente calle, vislumbrando finalmente el hospital—. Tal vez tenemos a alguien quien nos cuida en este momento —sonrió suave, observándole rápidamente.

Y su omega correspondió esa sonrisa, pensando en sus seres queridos antes de que el dolor volviera a atravesarlo.

—Mierda —maldijo con un dolor especialmente fuerte atravesó todo su cuerpo.

—Woow, es bueno que ya estemos aquí si comenzaste con las malas palabras —bromeó apagando el motor y quitándose rápidamente el cinturón de seguridad.

El pelirrojo apenas pudo resoplar una risa antes de que la puerta a su lado fuera abierta y su alfa le quitara el cinturón de seguridad, ayudándole a bajar y caminar.

Estando frente a las puertas de emergencia, la doctora Kim les esperaba con una camilla lista en la cual rápidamente subieron a Jimin.

—Llevaremos a preparar a Jimin-ah, vaya a la sala de espera. Enviaré a un enfermero a avisarle cuando estemos en la sala de operaciones para que entre con su omega —anunció la doctora antes de alejarse con otros médicos y enfermeras que cuidaban de su pareja.

Observando como su esposo se alejaba, Yoongi rápidamente se alejó tras perderle de vista y se dirigió a la sala de espera en el segundo piso.

Escuchando su nombre no muchos minutos después, Yoongi se dio vuelta dejando de mirar aquellas puertas cerradas a escasos pasos delante de él y contempló a Jungkook junto a SeokJin y Sana corriendo hacia él, gritando su nombre y ganándose unas miradas reprobatorias por parte del personal de la clínica.

—¿Cómo está Minnie-ah? —cuestionó Jungkook tras llegar primero, entre sus brazos estaba la pequeña Tzuyu despierta y muy feliz después de tanto movimiento.

—Ya fue ingresado, la doctora me dijo que me llamarían cuando estuvieran en la sala de operaciones para prepararme también —explicó.

—Pero ¿está bien? —preguntó SeokJin con preocupación—. ¿No se supone que lo internarían dentro de un par de días? —cuestionó.

—Se supone —asintió pasando una mano por su cabello, peinando lo hacia atrás—. No pasó una muy buena noche, y esta mañana se sentía mal. No quise dejarle solo y durante el desayuno solo empeoró, cuando llamé a la doctora me dijo que lo trajera —explicó.

—¿Tío Minnie está enfermo? —pregunto Sana con preocupación.

—No hija, Jiminnie por fin tendrá a sus bebés —explicó su padre, logrando que la pequeña aplaudiera con sus manos protegidas del frío con guantes.

—Taehyung estaba terminando una sesión de fotografías con nuestro conejito y venía para acá —informó Jungkook tomando asiento en el sofá individual apegado a la pared celeste en la sala de espera.

—Yo le envié un mensaje a Namjoon avisando que vendríamos a esperar contigo luego de leer tu mensaje —anuncio Jin—. Me respondió diciendo que vendría directamente después de atender a un cliente importante.

—¿Le avisaste a nuestros padres? —preguntó el alfa menor.

Dejando de observar en dirección hacia aquellas puertas en el pasillo, Yoongi observó a los dos contrarios sentados y negó.

—Estaba preocupado, ni siquiera les envié el mensaje al grupo cuando venía en camino, fue Jimin —explicó.

—Dime que sí trajiste el bolso de los pequeños y el de Jimin-ah —pidió SeokJin entrecerrando sus ojos.

—Sí, pero están en el auto —respondió.

—Tienes que bajarlo y entregárselo a las enfermeras —indicó el omega.

—¿Min Yoongi? —anunció una enfermera que salió de aquellas puertas.

—Aquí —exclamó acercándose inmediatamente.

—Por favor, sígame, le comenzaremos a preparar para que entre a acompañar a su omega —indicó.

—Kook —pronunció tirándole sus llaves a su hermano menor—. Estoy estacionado al frente de la entrada de emergencias —indicó y Jungkook asintió.

—No te preocupes y ve, nosotros nos encargamos del resto —aseguró y Yoongi no perdió ni un segundo en desaparecer tras esas puertas.

—¿Tío Minnie va a tardar mucho como tú, papá? —preguntó Sana observando como su tío Kook se iba dejando a los tres solos.

—No lo creo princesa, a Jiminnie lo van a operar enseguida para traer a sus cachorros a este mundo —contestó.

—¿Y por qué contigo tuvimos que esperar mucho? —cuestionó observándole.

—Porque hay dos formas de traer al mundo a los bebés, una es a través de una cirugía como Minnie y otra es natural como yo había elegido, donde tengo que esperar y esperar tanto que mi cuerpo como el bebé estén listos —explicó—. Al final por una complicación debí tener una cesárea como Jiminnie.

—Espero que no sufra mucho —suspiró—. ¿Puedo avisarle a los abuelos? —pidió a lo que Jin asintió.

No mucho después, la sala de espera estaba llena con los amigos de Jimin y Yoongi, donde incluso la abuela Shim había aparecido y se había mantenido conversando con los padres de Yoongi, esperando noticias como todos.

—Ahí viene Yoongi —detectó primero Namjoon, observando al alfa cruzar las puertas.

—¿Y bien? —presionaron todos cuando el alfa estuvo con ellos.

—Todo salió bien —anunció con una sonrisa—. Están trasladando a Jimin a una habitación privada y nuestros hijos serán llevados a la sala de recién nacidos donde serán revisados nuevamente, pero según el doctor, ambos están sanos y se ven muy bien —explicó con felicidad.

Las exclamaciones y felicitaciones no terminaron de llegar luego de eso, compartiendo un abrazo con todos junto a unas pocas palabras.

—¿Crees que podamos ver a los pequeños antes de que se lo entreguen a Jimin-ah? —preguntó la señora Shim.

—Vamos, están en el piso de arriba —aceptó ansioso por apreciar a sus hijos nuevamente.

Tomándose turnos para ocupar el ascensor, el gran grupo de ocho personas y tres infantes recorrieron los pasillos hasta llegar a una extensa sala con grandes ventanales, en el interior se encontraban un montón de cunas e incubadoras, algunas siendo ocupadas y otras no.

—Allá, allí está la doctora y la enfermera con mis hijos —anunció Yoongi señalando cierta parte de la habitación.

Inmediatamente todos se amontonaron en el ventanal, intentando apreciar a las pequeñas criaturas. Cuando la enfermera se percató de ellos, sonrió y habló con la doctora, quien rió suavemente al verlos antes de acercarse, mostrando los pequeños rostros dormidos.

—Ella es nuestra pequeña Eun-ji y él nuestro pequeño Minjoon —presentó Yoongi con una sonrisa orgullosa ante los dulces rostros de sus cachorros.

—Ay, son tan bonitos —exclamó Taehyung, alzando a su hijo para que los observara.

—Ambos tienen los rasgos de sus dos padres en sus tiernas facciones —observó encantada Hyekyo.

—Eun-ji tiene los labios de Jimin —observó la señora Shim.

—Minjoon tiene la nariz de Yoongi —dijo Joongki.

—Ambos tienen ojitos pequeños, ¿de qué color serán? —pregunto Namjoon.

—Espero que sea una linda combinación, los genes Min predominan más, pero los ojos miel de Jiminnie también son muy lindos —comentó SeokJin.

—Uh, tan pequeños y ya tantos halagos, tendrás problemas, Yoongi-sshi —sonrió Jungkook, logrando que los demás rieran.

—¿Señor Min? —llamó la misma enfermera que le había ayudado a prepararse para entrar en la sala de operaciones—. Su esposo se encuentra en el quinto piso, en la habitación 395D —informó—. El médico está con él en este momento, revisándolo.

—Gracias, iré enseguida —asintió permitiendo que la enfermera se alejara.

—Nosotros nos quedaremos un poco más observando a estas bellezas —anuncio su padre, golpeando ligeramente su hombro—. Anda con él.

Asintiendo, el alfa observó por última vez a sus hijos antes de retirarse subiendo al quinto piso.

Tras llegar a la habitación, contempló al médico que le operó hablando con el doctor Ji.

—¿Cómo está? —pregunto observando a su dormida pareja.

—Muy bien —asintió el doctor Ji, permitiendo que el otro médico se retirara—. La operación salió bien y sin complicaciones, sus signos son buenos al igual que su presión arterial y tus dos hijos son muy sanos con fuertes pulmones, según me contaron —rió.

Y Yoongi inmediatamente se contagió, recordando cuando sus hijos pegaron un tremendo llanto luego de unas ligeras palmaditas en sus espaldas para animarlos.

—Lo mantendrán internado dos o tres días según lo especificado para tener un ojo en esa incisión que le hicieron, para evitar así cualquier infección —explicó—. Podrá sentir dolor en la zona y es normal, en especial cuando se mueva para ir al baño por ejemplo, pero es recomendable que se mueva. También podría sentirse algo mareado y le recomendamos no hablar las primeras horas o hasta mañana de ser posible, evitando así que se llene de gases que inflamaran su abdomen y le dolerá a horrores —comentó.

—Está bien —asintió con alivio—. Gracias por todo, y los consejos.

—Por supuesto, soy el médico de la familia —asintió—. Una enfermera se estará dando vueltas para comprobarlos y sus hijos pronto estarán siendo traídos —anunció—. Felicitaciones.

Sonriendo una vez más, Yoongi se despidió y fue al lado de su pareja cuando le observó moverse.

—Estoy aquí, cariño —exclamó tomando su mano—. No hables, el doctor lo recomendó —dijo, colocando su dedo sobre sus labios cuando los observó abrirse.

"¿Nuestros bebés? ¿Están bien?" preguntó a través de su enlace mental.

—Ambos están muy bien cariño, los doctores ya le revisaron y dijeron que eran dos pequeños muy sanos con fuertes pulmones —comentó con una sonrisa que Jimin correspondió.

"Los escuché llorar. Fue increíble" comentó con emoción.

—Así es, hiciste un buen trabajo, cachorro —expresó besando su frente.

Cuando escucharon bullicio fuera de la puerta, contemplaron a dos enfermeras acercarse empujando cada una pequeñas cunitas que no eran más que un rectángulo transparente con un colchoncito y mantas para la comodidad del bebé.

Y mientras ellas entraban, sus amigos se quedaron afuera dándoles algo de privacidad.

—Es bueno verle ya despierto, señor Min —le sonrió una de las enfermeras al omega, tomando al pequeño varón envuelto en la manta celeste pastel entre sus brazos—. Le dejo a su hijo —musitó ayudándole a sostener a MinJoon luego de que moviera la camilla para tener una posición semi sentada que no le molestara tanto con su herida.

—Y aquí está su hija —sonrió la otra enfermera, entregándole a la pequeña Eun-ji envuelta en su mantita amarillo pastel a Yoongi—. Vendremos en una hora más con los biberones para que pueda alimentarlos —anunció antes de salir con su compañera.

Yoongi observó a su pareja, y sonrió al verle con sus ojitos perdidos en el pequeño ser entre sus brazos, su dedo trazando cada detalle de aquel dulce rostro de MinJoon como si quisiera grabarlo en su mente.

Acomodando el pequeño gorro de algodón en su cabecita, observó a su alfa.

"Es hermoso" murmuró, sus ojos admirando a su hija.

Sentándose a su lado, el alfa le ayudó a sostener la pequeña Eun-ji mientras tomaba a su otro hijo, permitiendo que su omega tomara las mismas acciones con su hija.

"Son hermosos"

—Lo sé —sonrió—. Los demás dicen que comparten nuestros rasgos de forma equitativa.

"Tal vez, pero ya veremos más adelante" le recordó con una sonrisa de labios. "Gracias por esto, alfa" expresó con una mirada cargada de cariño.

—No cachorro, gracias a ti por hacer esto posible —expresó con amor—. Si no fuera por ti, ninguno estaría aquí —se inclinó con cuidado, besando castamente sus labios—. Te amo.

"Y yo a ti" respondió y observó nuevamente a sus pequeños "Bienvenidos a la familia, mis pequeñas chispitas de amor" expresó lleno de ternura y observó a su alfa cuando ambos cachorros se movieron suavemente, con una sonrisita suave.

—Bienvenidos a la familia —sonrió Yoongi, rodeando con un brazo a su pareja justo en el momento en que sus amigos comenzaban a invadir la habitación

Por fin, su familia estaba completa.




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Y aquí está el epílogo prometido mis copitos ('▽'ʃ♡ƪ)

Espero que les haya gustado, quedó un poco más largo de lo esperado y no le encontré el sentido de dividirlo en partes jsjsjsj

Para las que se preguntan, ¿habrá especiales? No lo sé, tengo intenciones e ideas para escribirlas, pero no puedo darle un día en especifico anunciando cuándo se subirán <3

Bueno mis copitos, espero que estén disfrutando de su fin de semana, se me cuidan un montón, un abrazote y besote!

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