🌸•Capítulo 79•🌸
Sentado en las mesas ubicadas afuera de la cafetería, Yoongi esperaba a su hermano con una taza de café en la mano y su celular en la otra.
Cuando una persona se sentó frente a él, no despegó la vista de su celular hasta que una garganta fue carraspeada y en seguida le prosiguió un reclamo.
—¿En serio? ¿Para eso me pediste juntarnos, Yoongi-sshi? —se quejó Jungkook observando al mayor.
—Un minuto —pronunció escribiendo fácilmente con una mano mientras bebía café de la otra—. Estoy arreglando unos asuntos con Jaebum —explicó.
—¿Asuntos? ¿Trabajo? —preguntó curioso.
Un movimiento de cabeza positivo y distraído fue su única respuesta. Bufando, Jungkook llamó la atención de la empleada y pidió una malteada de banana.
—Alto, ¿no deberías de estar en la empresa a esta hora? —recordó de pronto, frunciendo el ceño.
—Me tomé el día libre, hoy viajo a Ulsan —respondió finalmente dejando su teléfono sobre la mesa.
—¿Qué tú qué? —alzó ambas cejas.
Yoongi chasqueó su lengua y se recargó en el respaldar de la silla mientras esperaba a que la empleada entregara el pedido de su hermano.
—Hay un problema en Ulsan que implica una demanda que de alguna forma empeoró y debo ir a tratarlo directamente —anunció y el descontento estaba grabado en cada parte de su rostro.
—¿Por cuántos días?
—Espero que no más de dos —respondió.
—¿Minnie sabe? —preguntó con sus labios torcidos.
—Sí —asintió—. Puedo sentir que tampoco le agrada mucho la idea, pero sabe que es mi deber —suspiró tomando su café.
—Te ha tocado viajar antes a otros lugares —le recordó—. Jimin-ah sabe qué hacer.
—Sí, pero esas otras veces Minnie no estaba esperando dos cachorros. No sabía de la existencia de una abuela por parte de su madre que, casualmente por cosas del destino, trabaja en el mismo jardín infantil que él. No tenía problemas para escuchar. Y por supuesto, no había un alfa rondando a su alrededor que piensa que es su difunta esposa —expresó y su mandíbula se apretó de solo pensar en las situaciones.
Muchas cosas podrían ocurrir mientras estaba afuera.
—Espera, estoy cargando el Windows —pronunció dejando de beber de su malteada—. Podríamos comenzar por lo primero y explicarme eso de que tiene una abuela que trabaja con él —pidió—. O sea, sé que le había comentado a Tae algo, pero no sabía eso precisamente.
—Su abuela es la señora Shim —anunció bebiendo café.
Jungkook alzó una ceja.
—¿Esa señora? Me gustaría decir que tiene cierto parecido con Minnie, pero... Espera, ¿Jiminnie no entraba a trabajar hoy? —recordó—. ¿Y estará bien?
—No lo sé, iré a recogerlo y estaré ahí con él por si intenta o se decide a hablar con ella —expresó.
—¿Cómo sabes que no le hablará antes?
—Porque Jimin ama su trabajo y no mezclaría los asuntos personales, no cuando sus pequeños dulces pueden percibir su estado de ánimo y sabrían que algo anda mal al segundo —expresó.
—De acuerdo, pasemos al segundo punto entonces. ¿No escucha bien?
El alfa mayor lamió sus labios y observó sobre la mesa el vaso de café con el eslogan de la tienda.
—No debería de contarte esto, Jimin no ha querido que nadie más se entere de ello —expresó cruzando los brazos sobre su pecho.
—Puedes confiar en mí —pronunció Jungkook.
—Lo dice la misma persona que no tardó ni un segundo en contarle a su omega que Jimin estaba embarazado para restregárselo en la cara —le recordó con una ceja arqueada.
—Eso era un asunto diferente, se trataba de algo para celebrar y compartir. Y sé que dijeron algo de exámenes, pero si ya su aroma había cambiado, entonces era obvio —argumento con un encogimiento de hombros—. Si es un tema importante, realmente, puedes confiar en mí para ello, Yoongi hyung —aseguró.
Suspirando, Yoongi asintió.
—Eres mi única opción realmente desde que Namjoon trabaja a tiempo completo en el restaurante y tienen que volver en las tardes con su familia —expresó.
—Beberé de mi malteada y no me lo tomaré como un insulto —anunció alzando su vaso—. Entonces... ¿Minnie?
—Está teniendo problemas para escuchar, la doctora ya aseguró que necesitará de una cirugía, pero que no podría hacerlo hasta que dejara de escuchar totalmente, y por supuesto, por su estado —explicó—. Como sabrás, esto es un tema delicado para mi omega, algo que no ha querido compartir aún —expresó—. Estar diciendo esto por mi parte, podrás entender que es algo importante.
—Está bien, hyung —aseguró con seriedad—. ¿Hace cuánto comenzó esto? —preguntó preocupado.
—Hace un tiempo —suspiro empujando sus lentes más arriba—. Hoy tendrá una consulta con la doctora antes de que me vaya, por lo que podré acompañarlo, pero luego de las consultas... Él se desmorona —expresó.
—Y quieres que mi omega y yo estemos ahí para él —comprendió.
El mayor asintió—. Por lo general, Jimin me dice que todo está bien y me sonreirá de esta forma triste que te apreta el corazón y luego se distraerá haciendo cualquier cosa en silencio —explicó—. Yo me aseguro de darle su tiempo para pensar, pero no lo dejo solo. Cuando veo que ya no puede más, que sus pensamientos y temores le están ganando, me acurruco con él en la cama y vemos una película.
—Está bien, lo tengo —asintió—. No le diré a Tae realmente lo que está ocurriendo —aseguro—. Pero si le comentaré que seguramente Minnie-ah estará triste en tu partida, algo que sé que él también sabrá y querrá ir a verlo.
—Gracias. Y esto me lleva a otro punto —torció sus labios.
—¿Gi-kwang? —adivino el contrario.
Yoongi asintió y apretó sus labios cuando su lobo quiso emitir un gruñido amenazador y furioso cuando escuchó el nombre de aquel alfa.
—Lo que me dijo aquel día en la casa de nuestros padres me sigue molestando —dijo entre dientes.
—Pero ¿qué fue lo que te dijo? —preguntó curioso Jungkook, inclinándose hacia adelante.
—En pocas palabras, piensa que Jimin estaría mejor con él, ya que esos cachorros son suyos —respondió con una sonrisa fría y dura.
—¿Él dijo que Minnie te engañó? —repitió alzando ambas cejas con sorpresa—. Pero esa realmente es una estupidez, Jiminnie nunca haría algo como eso ni tu le harías algo así, además los tiempos no coinciden —gruñó.
—No lo dijo en ese sentido, Kookie —negó—. Él se refirió a Jimin como un ella, él cree que es Hyuna —explica.
—Oh no... ¿Cómo mamá?
—Sí —asintió y observó a su alrededor—. No me gusta, intenté buscar algún familiar para que hablara con él, pero prácticamente nosotros seríamos su única familia desde que se casó con Hyuna —explicó.
—Entonces es nuestro problema, al igual que mamá —comprendió—. ¿Y qué vamos a hacer? —preguntó.
—De momento, quiero que me ayudes a mantener un ojo sobre él, para que no se acerque a mi cachorro —pidió—. Minnie también se percató del cambio y le incómoda hasta el punto en que su lobo reacciona comenzando a sentirse mal —expresó.
—Es por la unión...
—Sí —asintió.
—Esto es algo que sería mejor comentárselo a los demás, Yoongi —indicó—. Sé que por estos días que no estés necesitarás ayuda, pero si todos estamos al tanto de ello podríamos ayudarte incluso cuando vuelvas —expresó—. Sabes que no es bueno dejar a una persona así sola, tal vez incluso podríamos hacer una intervención con él, mamá que pasó por la misma situación podría intentarlo.
Moviendo los dedos sobre la mesa, Yoongi asintió y detuvo el movimiento.
—Tú encargarte de ello, por favor, ahora debo de ir por mi pareja —informó levantándose de la mesa.
—Me avisas cualquier cosa, Hyung —pidió observándole con seriedad, permaneciendo sentado.
Asintiendo, Yoongi tocó el hombro de su hermano antes de retirarse.
Estando afuera del jardín infantil, Jimin agitó su mano despidiéndose de Theia mientras este se subía al automóvil junto a Yudai, quien no había podido ocultar muy bien la marca reluciente en su cuello o tal vez no había hecho siquiera el intento.
—Me alegra que esos dos hayan decidido dar ese paso —comentó a su amigo peliazul que esperaba a su lado, haciéndole compañía mientras su alfa iba en camino.
—Y ya que pasaron un celo juntos, que te apuesto que está esperando —sonrió Taehyung.
—No lo creo realmente —frunció ligeramente sus labios—. Creo que ambos querrán asegurar bien el lazo entre los tres antes de llevar un nuevo integrante a la familia, al menos así se dio a entender Yudai cuando hablé con él —expresó.
—Bueno, eso sería bueno o podría pasar algo similar a lo que sucedió con Sana —asintió su amigo.
—Si, pero hay que recordar que lo de Sana se vio más influenciado por la presencia de otra persona —le recordó y resopló con molestia de solo recordar a tan molesto alfa.
—Agh, no traigas malos recuerdos —gruñó Tae—. Por cierto, ¿qué fue esa cosa que fuiste a hacer con Yudai a la oficina? —preguntó curioso.
—Yudai y Akanishi me colocaron en la lista de las personas que se pueden llevar al cachorro —explicó colocando una mano en su vientre—. También en caso de contactar un número de emergencia —sonrió.
—Oh, así que ya entraste totalmente a la vida de ese pequeño —sonrió el otro omega.
—Sí, y espero poder permanecer un largo tiempo —dijo con cariño, su mirada viajando inevitablemente hacia la señora Shim que se encontraba en las puertas del jardín infantil, hablando con un padre.
—¿Minnie-ah?
—Perdón, ¿qué cosa? —preguntó volviendo su atención hacia su amigo.
—Que cómo te estás tomando la partida de Yoongi —repitió observándole con cuidado.
—Uh... Es algo difícil —aceptó—. Otras veces he sabido incluso cuántos días estará afuera, pero ahora ni de eso estamos seguros, aunque Yoonie me prometió que no sería más de un par de días —resopló—. Sé que él sería capaz de saltarse todas las comidas y hasta de no dormir con tal de cumplirlo, y no quiero eso —gruñó suave.
—Si, nos puedo ver ir a recoger a Yoongi modo zombi al aeropuerto —sonrió divertido.
—Solo espero que pueda resolver el problema sin mucho atado —suspiró.
—¿Y bien? —preguntó Taehyung.
—¿Y bien qué? —repitió observándolo.
—Hace rato que estás mirando en dirección a la señora amargada —indicó—. Y no lo niegues que estoy al lado tuyo —entrecerró sus ojos.
Mordiendo su labio inferior, Jimin contempló al hijo de su amigo jugar por alrededor sin alejarse mucho de ellos.
—¿Te acuerdas que te dije que al parecer tenía una abuela? —preguntó y volvió a observar en dirección a la vieja mujer—. Bueno, pues... Parece que estaba más cerca de lo que pensaba.
Taehyung observó a la vieja beta desaparecer en el interior y luego a su amigo.
—¿En serio? ¿Ella? —exclamó con sorpresa.
—Sí, ella —asintió.
—¿Y ya le dijiste algo? ¿O ella ya lo sabía? ¿Qué? —cuestionó.
—No sé si ella lo sabe, aún no me atrevo a hablarle —suspiró y observó un auto conocido estacionarse frente a ellos—. Ese es Yoonie —anunció—. Iré a buscar mi mochila y vuelvo —pronunció alejándose de su amigo.
"¿Amor?" preguntó Yoongi en su mente.
"Solo voy a buscar mi mochila" respondió.
Entrando en su aula, Jimin recogió sus cosas y se despidió de la joven ayudante que seguía en el interior.
Observando la puerta entreabierta de la profesora Shim, el pelirrojo omega mordisqueó su labio inferior antes de agitar suavemente su cabeza y seguir de largo por el pasillo.
—¿Profesor Min? —llamó aquella voz, logrando que se detuviera de golpe y observara nerviosamente sobre su hombro.
—Profesora Shim —pronunció y su voz fue apenas un susurro. Aclarando su garganta, se dio vuelta y la enfrentó.
Los ojos de la mujer mayor repararon en su vientre y un brillo extraño, parecido a la ternura y curiosidad apareció en sus ojos y desapareció inmediatamente antes de concentrarse en su rostro.
Tal vez ni siquiera había aparecido tal brillo y Jimin solo se lo había imaginado por la verdad que ahora sabía.
—Uh... ¿Sucede algo? —preguntó cuando la beta simplemente se le quedó observando.
—Eso quiero saber —pronunció cruzando los brazos sobre su pecho—. He sentido su mirada en mí todo el día, ¿desea decirme algo? —preguntó.
—Oh... No... Yo solo... —balbuceo avergonzado de haber sido descubierto.
—¿Usted qué? —alzó una ceja.
Tal vez el gesto ni siquiera era amenazante, pero que de alguna forma logró inquietar a Jimin ante su inexpresivo rostro severo.
—¿Cachorro? —pronunció su alfa, llegando a su lado.
Cuando una mano rodeó su cintura desde atrás, el pelirrojo omega inmediatamente se apoyó en ella y se acomodó en el costado de su pareja.
Ah... Se sentía tan fuerte ahora.
—¿Profesor Jimin? —preguntó la beta.
—Yo... Sí, había algo que deseaba preguntarle —asintió.
—Bueno, soy toda oídos —expresó con su mirada viajando de Yoongi a Jimin.
Observando a su alfa, el omega solo recibió un beso tierno en su frente que fue exactamente todo el apoyo que necesitaba.
—Mi infancia y parte de mi juventud la viví mayormente en un orfanato hasta que una familia decidió adoptarme solo para apoyarme en la vida, y entonces conocí a mi alfa —comenzó Jimin.
A su lado, Yoongi le acaricia su cintura con su pulgar.
—Yo sabía de la existencia de mis padres y que murieron en un accidente —anunció con una profunda respiración—. Mi alfa me ayudó a encontrar sus tumbas, pero no fue hasta hace poco, que comencé a encontrar flores que yo no dejaba, que empecé a preguntarme si tenía algún otro familiar por ahí...
La pequeña, pero indudable exhalación precipitada de la mujer mayor logró agitar el lobo de Jimin.
—Por eso la estuve mirando hoy —pronunció finalmente—. Porque quería saber si usted lo sabía —expresó y bajó la mirada.
Cuando el silencio fue su única respuesta en vez del rechazo o cualquiera otra reacción, el omega alzó curiosamente su mirada.
De todas las reacciones que había esperado, un silencioso llanto con expresión culpable no había sido una de ellas.
Sorprendido y sin saber qué hacer, observó a su alfa en busca de una respuesta, pero este solo agitó su cabeza suavemente.
Sorbiendo su nariz, la señora Shim tomó una profunda respiración mientras limpiaba sus lágrimas con el borde de la manga de su suéter.
—No había esperado que lo supieras nunca —reveló—. Sería mi castigo por lo que le hice a mis niñas —respiro inestable, sin poder mirarlo.
—Lo que ocurrió en el pasado no debería de afectar el presente —pronunció Yoongi suavemente y Jimin lo agradeció silenciosamente, ya que por alguna razón no podía encontrar su voz.
—Tú no sabes de qué estás hablando, joven —resopló—. No tienes ni idea como las dañe.
—Pero... Está arrepentida, ¿no? —preguntó con suavidad Jimin.
—Eso no sirve —agitó su cabeza—. Tarde demasiado para ello.
—Pero Jimin sigue aquí —pronunció Yoongi—. No puede culparlo a él también de una carga en la cual es completamente inocente —indicó—. Y él quiere conocerla como la persona que vendría siendo en su vida, su abuela.
—No merezco ser llamada de esa forma —insistió abrazándose a sí misma—. Hice mucho mal —le observó con terca vulnerabilidad, culpable.
—Pero todo fue pasado —expresó Jimin—. Muchos se pueden equivocar, somos personas después de todo, pero la cosa está en si al final nos arrepentimos o seguimos igual —dijo observándola fijamente—. No le estoy pidiendo que me diga todo de ahora ya, señora Shim, yo mismo me tome mi tiempo para asimilarlo tras descubrirlo —reveló—. Pero me gustaría que lo piense —pidió acariciando su vientre, atrayendo la atención de la beta hacia él.
—Son gemelos, ¿no? —preguntó en su susurro emocional.
—Sí —asintió.
—Tendremos la pareja —reveló Yoongi colocando su mano libre sobre el vientre—. Y nos gustaría, solo si está de acuerdo y planea quedarse, que los conociera —expresó observando la reacción de la mujer.
La esperanza y miedo cruzaron por el rostro de la beta, la inseguridad y culpabilidad siendo gran parte de ellas.
—Saldré de viaje por unos dos días asumo —comentó Yoongi—. Pero... Si no está lista todavía, podemos esperar más, ¿no? —observó a su omega, quien asintió.
—Solo necesito que lo piense —pidió el pelirrojo.
—Esto... Yo debería de ser quien esté pidiendo esto, sabes —expresó confundida.
Jimin se encogió de hombros.
—No porta el orden mientras se esté dispuesto a hablar, ¿no cree? —sonrió suave.
Y por primera vez, recibió una pequeña sonrisa en respuesta que llenó de esperanza a Jimin.
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