🌸•Capítulo 75•🌸
Tarareando alegremente en la cocina, Jimin apagó la olla y alzó su mirada para contemplar a través de la ventana, sonriendo sin poder evitarlo.
No era un día que estaba particularmente frío a diferencia de otros, incluso se podía apreciar el sol a momentos cuando las nubes le daban el paso.
Y con un día así, el omega no había podido evitar preparar sundubu jjigae, una deliciosa sopa espesa con un jugoso guiso de tofu, claro que en vez de tofu lo había reemplazado por carne y unos pocos vegetales.
El delicioso aroma del estofado llenaba sus fosas nasales, despertando su apetito.
—Ya falta poco para que papá llegue y podamos comer antes de ir con la doctora Kim —expresó acariciando su vientre, recibiendo una doble patadita como respuesta.
Soltando una ligera risa alegre, el omega cubrió los otros platos de acompañamiento y salió de la cocina, contemplando la TV de la sala de estar encendida.
—¡Hey! ¿Cuándo les dije que podían ver un capítulo de Running Man sin mí? —regañó a sus cuatros mascotas, quienes estaban acomodadas en filita en el respaldar del sofá, observando la TV.
Recibiendo algunos reclamos y burlas en respuesta, Jimin bufó divertido y observó la mesa.
—Uh... Tengo que limpiar antes de que llegue Yoonie —pronunció observando el desorden a lo largo de esta.
Había comenzado adelantando un poco de trabajo para cuando sus vacaciones terminaran, pero de eso había pasado a escribir en su diario sobre su cachorro, para finalmente terminar viendo el tema de la boda, ya faltaba poco después de todo y todavía quedaban detalles que revisar.
Separando los papeles, juntó su material de trabajo y lo llevó al despacho de su alfa, donde compartía un espacio con él para poder trabajar sin desordenar la casa.
Volviendo, ordenó los papeles que había imprimido sobre la boda y tomó su diario.
—Mierda —pronunció cuando sus torpes manos dejaron caer los papeles.
Suspirando, colocó una mano en su vientre y la otra en el borde de la mesa antes de descender lentamente.
Juntando los papeles nuevamente, observó la fotografía que había escapado de su diario.
Tomando todo, lo dejó sobre la mesa y corrió la silla tomando asiento un momento, entre sus manos estaba la fotografía que le había regalado Akanishi.
Sin poder evitarlo, alzó su dedo índice y acarició el par de gemelas pelirrojas que sonreían en la foto, abrazándose.
—Se parecen a ella... —murmuró.
Torciendo sus labios, se sintió un poquito culpable por el pequeño Theia.
Con todo en su mente, Jimin ni siquiera había recordado al dulce cachorro.
Hubo un tiempo en el que realmente deseó tener algún familiar, y ahora que había descubierto que tenía un... Primo... Ni siquiera la había prestado la atención adecuada al dulce chico.
Observando la foto, decidió que le diría al pequeño la verdad y permanecería en su vida tanto como sus padres lo permitieran, pero considerando como Akanishi le gustaba complacer los caprichos del cachorro, no dudaba que iban a pasar tiempo juntos.
—¿Cariño? Estoy en casa —anunció su alfa desde la entrada.
—Hola amor —sonrió Jimin girando hacia su alfa, observando como este se cambiaba los zapatos por unos de interior.
—¿Qué haces, cachorro? —preguntó su alfa acercándose.
—Oh, estaba arreglando un poco la mesa antes de servir el almuerzo —respondió volviendo a observar su desorden.
Los ojos de Yoongi vagaron sobre la mesa, percatándose de las anotaciones de su omega sobre la boda antes de reparar en la foto entre sus manos.
—¿Estás bien? —preguntó colocando una mano en su hombro.
Observando la foto, el pelirrojo asintió.
—Decidí que quiero ser parte de la vida de Theia como su primo, tío, hermano... Como deseé verme el cachorro —anunció y le observó.
—Me parece una gran idea —sonrió suave—. Probablemente es lo que la madre hubiese querido al igual que tu mamá.
—Eso creo —sonrió y volvió a observar la foto—. Mi papá era hijo único —comentó—. Parece que sus padres murieron cuando él estaba en la universidad y no tenía abuelos ni otro familiar.
—Eso es triste —pronunció corriendo la silla para tomar asiento a su lado.
Si su omega estaba listo para hablar y compartir, él estaría ahí dispuesto a escucharlo tanto como Jimin lo deseara.
—Pensé lo mismo —asintió y alzó su mano con la foto—. Pero parece que por ese tiempo se conocieron. Mi madre tenía una familia, una hermana y una madre, incluso tuvo un papá —contó.
—¿Tuvo?
—Murió poco después de que conociera a mi padre, al parecer —respondió—. La investigación no decía mucho al respecto, solo expresaba que por un aparente problema familia... Las tres se separaron —murmuró—. Mi tía tomó un intercambio y fue a la universidad en Japón, mi madre por otro lado se fue con mi padre. Dejando a mi abuela sola.
—¿Tu abuela, ella...? —preguntó su alfa.
—Está viva —asintió—. Y asumo que es ella quien le ha estado dejando flores a mis padres desde que Akanishi apenas sabía de la existencia de mi madre y llegaron no hace mucho a Corea.
—¿Sabes quién es entonces? —preguntó tomando su mano—. ¿Tu abuela?
—Sí, pero todavía no estoy listo para enfrentarla... —expresó arrugando su nariz.
—¿La conoces? —exclamó con sorpresa.
Jimin movió nerviosamente su mano libre sobre la mesa antes de asentir despacio.
—Y tú también —murmuró—. Trabaja en el mismo jardín infantil que yo, es la profesora Shim —anunció finalmente.
Alzando ambas cejas con sorpresa, el alfa recargó su espalda en el respaldar de la silla y observó a su omega.
—¿Ella? —preguntó sin poder creerlo.
Pocas veces había interactuado con la beta, pero ninguna había sido más que un simple saludo mudo.
Su omega asintió—. Pero no puedo enfrentarla ahora, no sé si ella sabe quién soy yo o no —expresó preocupado.
—Está bien, cachorro —pronunció volviendo a inclinarse hacia adelante—. Al menos ahora ya sabes parte de tu pasado y el de tus padres, sabes que tienes dos familiares —expresó con cariño—. Puedes tomarte tu tiempo antes de enfrentar a uno de ellos, es algo que naturalmente afecta tu vida de alguna forma —consoló.
—Si... Supongo que tengo un poco de ansiedad por lo que me pueda decir, ¿me aceptará? ¿Me rechazará? ¿Me odiará? ¿Me querrá? ¿Me culpará? —suspiró el pelirrojo—. ¿Y si ya lo sabe? ¿Por qué no me ha dicho nada? —expresó.
—Esas son demasiadas dudas —sonrió Yoongi, acariciando su mano.
—Lo siento... —murmuró con un adorable sonrojo.
—Está bien, es comprensible —aseguró—. No podrás evitar preguntarte ciertas cosas hasta que puedas hablar con ella.
—¿Pero y si ella no sabe? —torció sus labios.
—Dudo que no tenga idea de nada —resopló—. Te pareces mucho a tu madre, cachorro y creo que es demasiada coincidencia que esté trabajando en el mismo lugar que tú.
—Bueno, en realidad ella ya trabajaba ahí cuando yo llegue —le recordó con una pequeña sonrisa.
—Sigue sin dejar afuera el tema de que tienes la misma sonrisa de tu madre junto a otras similitudes —argumentó—. Como sea, puedes tomarte hasta volver a trabajar para decidir qué hacer con ella y ordenar tus ideas —consoló.
—Sí, tengo tiempo —asintió despacio—. Serviré el almuerzo o se nos hará tarde para la consulta con la doctora Kim —anunció cambiando de tema.
Asintiendo, su alfa le permitió el cambio de tema.
—Deja esto aquí, solo corrámoslo al otro extremo —pronunció cuando observó que Jimin amontonaba otra vez los papeles.
—Está bien, hay algunas cosas que deseaba mostrarte de todos modos —sonrió levantándose de la mesa, llevándose con él su diario.
Ordenando la mesa, el alfa prestó atención a las anotaciones de su omega sobre la boda y sonrió.
Tal parecía que gran mayoría de ello estaba listo.
—Hice estofado —anunció Jimin sirviendo la comida.
—Huele delicioso —comentó capturando el rico aroma.
Cuando la mesa estuvo lista, ambos tomaron asiento para comenzar a comer.
—¿Vi que contrastaste al fotógrafo? —comentó.
—Lo llamé hoy, Tae me lo recomendó y estuvo de acuerdo con la fecha que escogimos —sonrió—. Con lo demás ya listo, solo nos falta ver el tema de los trajes y el catering.
—Podrías pedir ayuda a Namjoon y SeokJin con eso —expresó—. Solo debes consultarle que tipo de comida sería buena.
—Ya tengo un par de empresas en mente, había pensado que ellos se encargaran de eso, pero es mejor consultarlo con los chicos —asintió.
—Cuando quieras ver el tema de los trajes, solo avísame —pidió.
—Quiero hacerlo los primeros días de octubre —pronunció—. No tiene sentido ir ahora cuando mi vientre sigue creciendo, cuando me lo pruebe para el día de la boda me quedará pequeño —expresó.
—¿Estás seguro? —pregunto sirviendo algo de zumo para ambos—. Nos cansaremos la segunda semana de octubre después de todo.
—Lo sé —asintió—. ¿Pero si voy ahora y después no me queda?
—Estamos a mitad de septiembre, cariño —le recordó—. No quiero que te estreses después buscando el traje perfecto. Podríamos ir la próxima semana y hablar con el modista para ver si le puede hacer los arreglos el día de la boda —pensó—. Con tu traje escogido, solo tendrían que adaptarlo.
—¿Tú crees? —frunció sus labios.
—Cuántos días tardó SeokJin en escoger su traje —le recordó.
Jimin soltó una ligera risa y asintió tapando su boca con su mano.
—Está bien, vayamos aprovechando mis últimos días de vacaciones —accedió.
—Excelente, entonces terminemos de comer para ir con la doctora Kim —sonrió.
Jimin se removió en la incómoda silla de plástico y suspiro observando a su izquierda, cuando uno de los sofás de la salita de espera se desocupó, no dudó en levantarse y caminar hasta este para tomar asiento.
Cómodo, agitó su mano llamando la atención de su alfa cuando este apareció buscándolo en el pasillo.
—¿Cómo te fue? —preguntó recibiendo la bolsita donde estaba el libro del control de su cachorro.
Yoongi frunció el ceño ligeramente, logrando que Jimin se enderezara.
—¿Qué ocurre?
—La doctora Kim no se encuentra disponible en este momento, nos cambiaron la hora con otro doctor —expresó—. Pregunté si podía cambiar la hora para cuando ella estuviera, o esperar, pero me dijeron que todo estaba ocupado.
—Pero eso no es justo —murmuró el omega acariciando su vientre.
—Lo sé —suspiró—. Quedémonos y según lo que nos diga este médico, sacamos una hora con la doctora Kim para cuando tengan disponible, ¿bien?
—Sí —asintió satisfecho—. ¿Cuándo nos llamarán? Tenemos que volver a casa y cambiarnos para ir al centro comercial, los chicos ya están enviando fotos al grupo de cómo se están arreglando —expresó.
—¿A qué hora teníamos con la doctora Kim? —preguntó su alfa.
—A las dos con treinta, faltan cinco minutos para las tres —respondió luego de revisar la hora.
—Iré a preguntar otra vez —anunció alejándose antes de que Jimin pudiera decirle algo.
Suspirando, el pelirrojo resopló negando con su cabeza y tomó una revista para distraerse de momento.
Para cuando los cascabeles aparecieron anunciando la llegada de su alfa, el pelirrojo omega dejó la revista y observó a su pareja volver con un enfermero a su lado.
—El doctor Yun les atenderá en este momento, por favor, síganme —anunció el joven chico con aspecto cansado.
Levantándose con la ayuda de su alfa, Jimin observó a su pareja mientras caminaban detrás del joven.
—¿No los molestaste mucho, o sí? —pregunto en un susurro.
—Solo lo suficiente, nos tuvieron esperando media hora —respondió descontento.
—Por favor, el médico les atenderá enseguida —pronunció señalando el interior de una habitación.
Dejándoles a solas, la pareja entró y tomó asiento frente al vacío escritorio.
—Solo unos minutos más, cariño —pronunció Jimin tomando la mano de su alfa cuando este comenzó a estrellar la punta de sus dedos contra el escritorio—. Si es por el centro comercial, te puedes ir antes y nos encontramos allá —expresó.
—No es eso —pronunció—. Me molesta que no cumplan con la hora y nos cambiaran la consulta sin decirnos —explico.
Con la puerta siendo abierta torpemente, la atención de la pareja se dirigió hacia ella, contemplando a un joven doctor con aspecto cansado.
¿Por qué todos parecían tener ese aspecto?
—Lamento la tardanza, hubo una emergencia y me solicitaron junto a otros doctores —explicó rodeando el escritorio para tomar asiento frente a ellos.
—Está bien, al menos nos están atendiendo ahora —pronunció Yoongi, observando detalladamente cómo el joven beta tecleaba algo en el computador.
—¿Algún dolor? ¿O cualquier otro problema? —pregunto yendo directo al punto.
Jimin torció ligeramente sus labios, echando un poco de menos la confianza y comodidad que sentía cuando estaba con la doctora Kim, quien le había ofrecido también su amistad.
—No, he estado bien —respondió el omega.
—La doctora Kim tiene algunas anotaciones aquí respecto a su cachorro que debemos ver y comprobar, ¿por qué no sube a la camilla para poder verlo? —pronunció finalmente observándolos.
—¿Qué clase de anotaciones? —interrogó Yoongi con el ceño fruncido, empujando sus lentes más arriba.
—Una posible anomalía en el corazón del cachorro —espetó logrando que Jimin jadeara sorprendido.
—¿Hyung? —musitó mirando a su pareja, el miedo presente en sus ojos.
—Oh... Ella no se los había comentado —murmuró el joven doctor pasando sus manos por su rostro—. Lo siento.
Yoongi gruñó una respuesta y se concentró en su pareja.
—Nuestro cachorro está bien, si no fuera así la doctora Kim no los habría dicho desde un principio, ¿no? —dijo con ternura, apresando un costado de su rostro con su mano.
—Pero...
—Vamos a la camilla cachorro, entonces lo sabremos con certeza —expresó levantándose de la silla.
Inseguro, Jimin se dejó guiar por su alfa y se subió a la camilla. Siguió el mismo proceso de los últimos meses y levantó su ropa descubriendo su vientre.
El gel fue esparcido en su gran abdomen y se aferró a la mano de su alfa mientras el doctor comenzaba a trabajar moviendo el transductor.
—Oh... —musitó el joven médico.
—¿Oh? —repitió Yoongi apenas conteniendo las ganas de golpear al beta por la escasa información.
—Si... Yo... Oh —balbuceo y dejó de mirar la pantalla—. Necesito buscar la opinión de otro médico más experimentado —anunció dejando el equipo—. Por favor, esperen aquí, vuelvo enseguida —prometió y salió apresuradamente, sin darle más explicación a la pareja.
—Yoonie —gimoteó Jimin con angustia, sin entender qué estaba pasando.
—Todo estará bien, amor —prometió Yoongi inclinándose para besar su frente—. Sin importar qué, amaremos este cachorro y tenemos los medios para cuidarlo —le recordó.
—Pero... Y si... —balbuceó con sus ojos brillosos.
—No. —advirtió estrellándose suavemente sus frentes juntas—. Nada de tener malos pensamientos. Estaremos bien, los tres.
Respirando profundamente, Jimin asintió y se concentró en las emociones y el aroma de su alfa mientras esperaban.
Cuando la puerta finalmente se abrió, el joven doctor junto a la doctora Kim y otro médico mayor ingresaron a la consulta.
—Lamento los inconvenientes que les hizo pasar este tonto aprendiz mío —pronunció la doctora Kim haciendo una inclinación de noventa grados frente a la pareja—. Surgió un problema en el registro, y cómo fue solicitada para una reunión mi cita con ustedes se retrasó y la cambiaron automáticamente con Yun sin consultarme nada —explicó.
—Está bien —pronunció Yoongi enderezándose, sin soltar la mano de su pareja—. Ahora, ¿podría explicarnos acerca de esa anormalidad que encontró en el corazón de nuestro cachorro y no nos dijo? —cuestionó con frialdad.
—¿Leíste mis notas sin mi permiso? —cuestionó la mujer hacia el joven beta.
—Lo siento, pensé que se lo había comentado —se disculpó.
—Tú eres, eish —exclamó pasando una mano por su rostro—. Sal de aquí y ve a conseguir dos barras de chocolate —gruñó.
—Sí señora —asintió saliendo apresuradamente.
—Es señorita —resopló y volvió su atención hacia la pareja—. Lo siento otra vez, esto no debió de haber ocurrido —expresó culpable—. Lamento haberles hecho pasar por un mal rato.
—¿Mal rato? —pregunto Jimin observándola no muy feliz—. Nos quiere explicar qué ocurre —exigió.
—Por supuesto —asintió la omega—. Él es el doctor Song y nos ayudará a resolver esta duda —anunció.
—¿Qué duda? —preguntó Yoongi—. ¿Es sobre la supuesta anomalía en el corazón de mi cachorro? —cuestionó.
—Yo no diría exactamente una anomalía —suspiro la mujer—. Pero el experto aquí es el doctor Song, él nos dirá al respecto.
—¿Puedo proseguir? —pregunto el hombre mayor señalando el equipo médico.
La pareja se observó unos minutos antes de asentir.
Mientras el médico se acercaba a Jimin y lo preparaba otra vez, el pelirrojo no pudo evitar aferrarse a la mano de su alfa mientras intentaba obligar a su cuerpo y mente a relajarse.
Pronto, la imagen apareció en la pantalla del monitor frente a ellos y el sonido del corazón de su bebé llenó la habitación.
Subiéndole el volumen, el doctor Song cerró sus ojos y se concentró en lo que pareció unos eternos minutos.
—No es una anomalía, el corazón de sus cachorros es sano y fuerte —anunció finalmente, abriendo sus ojos y mirando a la doctora Kim—. Tenías razón en pedir la segunda opinión, no se trata de nada malo, solo que hay dos cachorros en vez de uno —explicó.
Jimin jadeó con sorpresa y parpadeó sin poder decir nada.
—¿Dos bebés? —preguntó Yoongi saliendo de su estupor.
—Aquí están los chocolates —anunció el joven médico invadiendo la habitación.
—Justo a tiempo —sonrió la doctora Kim—. Toma Jimin-ah, trata de comerte los dos para ver si logramos animar a esos pequeños para que nos muestren sus caritas—pidió—. Muchas gracias por su segunda opinión —pronunció hacia su compañero.
—No es nada, algunos ni siquiera logran diferenciarlo al octavo mes y tu temor era comprensible —consoló y se despidió de la pareja antes de retirarse.
—¿Qué sucedió? —pregunto el doctor Yun.
—Es precisamente por eso que pedimos segundas opiniones cuando no estamos seguros —le regañó—. Nada está mal con el cachorro, solo sucede que hay dos —sonrió hacia la pareja.
—¿Gemelos? —musitó Jimin comiendo chocolate.
—Exacto —asintió—. En el cuarto mes de tu embarazo percibí algo extraño, tu vientre se mostraba más grande de lo normal y a veces el latido del pequeño era raro. Tres posibilidades pasaron por mi mente, pero descarté una al ver lo bien que estabas, por eso esperé con las dos teorías de gemelos o la anomalía, cayendo más por el lado de dos cachorros sanos y tranquilos —explicó.
—Lo siento mucho —expresó apenado el joven beta.
—Muy bien, por qué no vemos si logramos animar a esos pequeños ahora —sonrió la doctora Kim, señalando la camilla para que el omega se volviera a recostar otra vez.
Ansioso, el pelirrojo se volvió a recostar aun teniendo un trozo de chocolate entre sus labios.
Cuando la pantalla se encendió nuevamente, esperaron unos largos minutos antes de que finalmente los cachorros comenzaran a moverse, mostrando que efectivamente eran dos bebés que se mantenían juntitos hasta el punto de solo dar la apariencia de ser uno.
—Felicidades, tendrán gemelos —felicitó la doctora—. ¿Quieres saber el sexo? —preguntó.
—¿Cree que la dejaran? —pregunto Jimin animado.
—Es más fácil ahora que se están moviendo —sonrió y se concentró—. Bueno, podemos anunciar oficialmente a un... Varoncito y... Una damita —anuncio—. Vaya, esto es inusual considerando que están en el mismo saco y óvulo —comentó—. Pero ambos se ven muy bien a pesar de todo.
—Dos bebés —murmuró Jimin observando enamorado la pantalla.
—Nuestros cachorros —sonrió Yoongi acercando su rostro.
—Oh Yoongi —exclamó el omega con una sonrisa acuosa—. Tendremos que cambiar algunas cosas —comentó resplandeciente de felicidad.
—Y comprar otras —bromeó besando su frente—. Te dije que todo estaría bien.
—Todo es maravilloso —sonrió Jimin observando la pantalla donde sus dos bebés moviéndose para volver a acomodarse juntitos.
Dos cachorros, habían sido bendecidos con dos hijos, la pareja.
Las palabras no bastaban para explicar la felicidad de la pareja en ese momento.
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Espero que tengan un buen fin de semana mis copitos!
Y? Como se ven ahora que saben un poco más de la familia de Jimin junto a la sorpresita del final?
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