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🌸•Capítulo 65•🌸


Escuchando la música pop que transmitía el parlante de Jungkook, Jimin sonrió reconociendo la canción actual y comenzó a tararear por lo bajo mientras seguía con su trabajo, pintando una de las paredes de la habitación de su bebé con un lindo tono azul pastel.

Cuando Jungkook había llegado, lo había hecho justo para cuando los de la mudanza aparecían, y anunciando que necesitaba motivación para trabajar, había bajado de su auto el gran parlante y se había autonombrado el DJ del día, por supuesto que no había colocado nada antes de tener una pequeña discusión infantil con sus cuatro mascotas antes de que estas se distrajeran en el jardín trasero, olvidándose de él, afortunadamente.

Negando con su cabeza, divertido, Jimin y Taehyung habían dejado a sus respectivas parejas arreglando y acomodando los muebles junto al equipo de mudanza mientras ellos subían a arreglar la habitación de su cachorro antes de que las cosas que habían comprado llegaran.

—¿Está bien así, Minnie? —preguntó Taehyung, llamando su atención.

Dejando de mover el rodillo con pintura, el pelirrojo omega observó la pared donde su amigo había puesto un papel de muralla con figuras de rombos en blanco y gris, cubriendo así dos de las paredes a su costado, una en frente de la otra.

—Así está perfecto —aprobó y volvió a mover su mano a lo largo de la pared, deslizando el afelpado cilindro con pintura sobre la dura superficie lisa y plana.

—Bueno, solo me falta colocarle las cortinas nuevas a la ventana —expresó—. ¿Estarán abajo?

—No, llegarán en un camión aparte con todas las cosas que compramos para esta habitación —explicó.

—¿Y cómo a qué hora llegará el camión? —preguntó Taehyung.

—De hecho, pronto deberían de estar por aquí —respondió—. Espero que sea para cuando los chicos hayan terminado con todo lo demás.

—Uy, recuérdame que cuando se calme todo el movimiento debo de ir con los padres de Kookie para recoger a mi conejito —pidió—. O estará indignado por no haberle traído a conocer la nueva casa de su tío y profesor favorito.

Jimin soltó una pequeña risita con ello.

—Pensé que lo ibas a traer contigo —comentó agachándose levemente en busca de más pintura.

—Yo igual, pero me arrepentí a último momento al imaginarme los muebles delicados y pesados, a mi bebé corriendo animadamente jugando con tus mascotas y no, no iba a funcionar —explicó.

—Hablando de animales, dile a Jungkook que deje de molestar a mi Shuga —pidió divertido—. Desde aquí puedo escuchar las quejas de mi mascota junto a los de Kookie.

—Lo de animal lo puedo discutir excepto si hablas en la cama —dijo con una mirada pervertida.

—¡Taehyung! —chillo estallando en risas.

—¿Qué? —le observó inocente—. Pero dejando eso a un lado, esos dos tienen una relación de amor-odio por lo que están bien —aseguró moviendo su mano desdeñosamente—. ¿Quieres que te ayude a terminar? —se ofreció.

—Solo me falta las orillas de arriba y las de abajo —respondió.

—Bien, yo voy por las de arriba —anuncio tomando la silla que Jimin había subido con ese propósito.

Bueno, más bien su alfa lo había visto en el primer escalón e inmediatamente se la quitó de las manos para subirla él mismo, besando su frente y advirtiendo que no se esforzara mucho antes de alejarse saliendo de la casa para ayudar a bajar los muebles del camión.

—Además, soy más alto por lo que será más fácil para mí —añadió con una sonrisa divertida y traviesa.

—Ja, ja, qué gracioso —bufó tomando una brocha más pequeña y delgada al igual que su amigo—. Usando la silla cualquiera alcanza —se excusó.

—Si bueno, pero yo no estoy embarazado así que si me caigo lo peor que me podría pasar sería romperme algo a diferencia de ti —indicó hundiendo su brocha en la pintura antes de subir en la silla.

Sin poder discutir aquel argumento, Jimin se sentó con cuidado en el suelo y comenzó a pintar las orillas con precaución para no manchar el piso.

—Y bueno, ¿cómo era esa cosa que me estabas contando ayer en la noche?

—¿Qué cosa? —respondió pintando concentradamente.

—Eso de tu vecino raro —le recordó.

—¿El señor Gi-kwang? —preguntó observándolo—. Fue una sorpresa, la última vez que lo vi ya me estaba mudando con Yoongi al departamento y parecía que se iba de la casa, no lo volvimos a ver después de eso hasta ahora —se encogió de hombros.

—¿Y él está bien? —preguntó bajando y moviendo la silla.

—¿Bien cómo?

—Bueno, ya sabes... Él era el esposo de Hyuna y ahora estás embarazado...

Dejando de pintar, Jimin observó a su amigo con mal humor.

—Gi-kwang hyung nunca me comparó con su esposa a diferencia de Hyekyo, pero ella fue debido a que estaba enferma —le defendió.

—Lo siento, Minnie, no quería que te enojaras —pronunció culpable—. Solo pasó por mi mente y luego de lo que ocurrió esa vez... No quiero que te vuelvas a ir.

Observando a su amigo, el pelirrojo omega suspiró sabiendo que Taehyung no tenía malas intenciones.

—Está bien, Taehyung-ah, aquella vez muchas cosas influyeron, no fue solo el tema de Hyuna —le recordó.

No muy seguro, Taehyung asintió.

—Yo realmente no quiero ser pesimista, ¿pero la madre de Kookie está bien con todo esto y su salud?

—No me enojaré solo porque tu preocupación es válida y es algo en lo que Yoongi siempre tiene en cuenta cuando los visitamos —expresó volviendo a pintar—. Pero no te preocupes, ella no ha vuelto a tener una recaída y en ningún momento me ha comparado otra vez con Hyuna ahora que estoy en cinta. En aquel tiempo su salud no se vio afectada solo por mi llegada, otras cosas influyeron en su estado y que los chicos no intervinieran ni su pareja, no ayudó —explicó.

—Bien —asintió con más tranquilidad y alivio expresando su rostro—. ¿Sabes que no estaba intentando ser malo, cierto? Solo estaba preocupado.

—Tranquilo bobo, lo sé —sonrió.

—Amor, ¿puedes venir un poquito? —grito Yoongi desde el primer piso.

—Ve, yo termino de pintar en las esquinas —indicó Tae.

Asintiendo, Jimin colocó una mano en su vientre y con la otra se impulsó para levantarse del suelo.

—Ya vuelvo —prometió saliendo de la habitación.

Bajando las escaleras, se encontró con su alfa a los pies de esta.

—¿Qué sucede? —preguntó curioso.

—Ya tenemos listo las habitaciones de arriba, la cocina y el comedor, pero tengo esos dos muebles que no sé dónde lo vas a poner y cómo vas a acomodar finalmente el juego de sofás —explicó.

Apreciando su nuevo comedor perfectamente arreglado, Jimin sonrió y observó la sala vacía con solo la TV colgada de la pared y los sofás esperando en la entrada.

—Bueno, quiero que la alfombra esté aquí junto a los sofás —pronunció caminando a la derecha—. El sillón largo mirando frente a la TV y el costado aquí, dándole la espalda a la puerta y así podemos poner ese pequeño conjunto nuevo frente a la chimenea, uniéndolo a este —se explicó.

—Tengo la alfombra —anuncio Jungkook comenzando a ponerla.

—Y el mueble... ¿Podría ser uno ahí? —preguntó señalando la pared vacía de la misma sala, la que vendría separando la habitación para el despacho de Yoongi.

—Perfecto, ahí también podemos colgar nuestros cuadros —asintió Yoongi—. ¿Y el otro?

—El otro lo quiero en el comedor, aún hay espacio bajo a una de las ventanas y no molestará —indicó.

—Gracias amor, eso era todo —le sonrió.

—¿No te han hablado sobre las cosas del bebé? —preguntó ansioso.

—Si, me enviaron un mensaje hace un rato avisando que salieron los de despachos y deberían de estar aquí pronto —explicó—. Hobi llamó avisando que viene en camino con Momo y que pasarán a comprar la comida —informó—. Namjoon también envió un mensaje diciendo que vendría esta tarde si no está lloviendo.

—Uhm, el cielo tiene pinta de llover... Tal vez aparezcan mañana de ser así —comentó.

—Tal vez, iré a ayudar a Jungkook, los de la mudanza ya se fueron —dijo alejándose.

—Minnie, ya terminé de pintar —anunció Taehyung bajando las escaleras.

—Bueno, no parece que tengamos algo más que hacer —respondió observando como los dos alfas se disponían a arreglar los muebles según sus indicaciones.

—¿En serio?

—Sip —asintió—. Los chicos ya terminaron y los de mudanza ya se fueron.

—¡Terminamos! —anunció Jungkook dejándose caer en el sofá.

—Mi pobre alfa, ¿está cansadito? —preguntó Taehyung acercándose a su pareja quien inmediatamente tiro del omega para sentarlo en su regazo—. Bruto.

Riendo bajito, Jimin fue al lado de su pareja y se sentó con cuidado sobre su regazo.

—¿Muy cansado? —preguntó observando el rostro de su alfa.

—Más que cansado, yo diría que con hambre —explicó tocando distraídamente el vientre de su pareja.

—¿Preparamos el almuerzo entonces? —preguntó Taehyung dejando de conversar bajito de lo que fuera con su pareja.

—Nop, Hobi y Momo llamaron anunciando que vendrían pronto con comida —explicó el pelirrojo.

—Bueno, menos trabajo para nosotros entonces —sonrió Tae.

—¿Quieres una cerveza? —ofreció Jimin a su pareja.

—Una estaría bien —asintió el mayor.

Besando castamente a su pareja, Minnie se levantó.

—Yo también quiero una, por favor —pidió Jungkook.

—Entonces párate y ve por una —se burló.

—Jimin-ah no seas malvado —se quejó el alfa menor.

Riendo al igual que los demás, Jimin se dirigió a su nueva cocina más equipada y grande. Abriendo una de las puertas del refrigerador, pestañeó con sorpresa mientras contemplaba el casi vacío interior.

Volviendo a la sala con los demás, le entregó una lata de cerveza a Kookie, Tae y a su pareja.

—Tenemos que ir de compras al supermercado, no tenemos casi nada de comida —informó a su alfa antes de sentarse en su regazo otra vez cuando este se lo pidió estirando su mano libre hacia él.

—Entonces nosotros podemos ir a buscar a Beom-gyu e ir a comprar al supermercado —ofreció Taehyung.

—Pero las cosas del bebé ya deben de estar por llegar y Hobi también —le recordó Minnie.

—Cachorro, aunque las cosas del bebé lleguen tenemos que esperar a que las paredes que pintaron se sequen antes de amueblarla —le recordó Yoongi.

—Cierto, aunque lleguen en este mismo instante lo más que podemos hacer es dejar los muebles y todo lo que compraste en el pasillo —indicó Jungkook señalándolo con su cerveza.

Cuando escucharon el característico sonido que evocaba un camión, Jungkook se quejó inmediatamente, maldiciendo su boca.

Sintiendo la mirada de su pareja, Jimin volvió a observarlo.

—¿Por qué no vas con Tae mientras nosotros terminamos de subir las cosas? Así cuando lleguen almorzamos con Hobi lo que sea que traiga con Momo y al terminar arreglamos bien la habitación con más ayuda —propuso.

—Está bien, no tardaremos mucho —prometió besándolo—. Uhm, cerveza —dijo lamiendo sus labios tras probar la boca de su alfa.

Riendo suave, este apretó su muslo con ternura.

—Disfrútalo, es lo más lejos que llegaras hasta dentro de unos cuatro meses más —bromeó.

Bufando divertido, el pelirrojo omega finalmente se levantó del regazo de su prometido tras escuchar el llamado de la puerta.

—Salgamos de compras entonces —anunció Taehyung siguiéndolo—. Jungkook dijo que aún tienen que bajar cosas del auto de ustedes por lo que me entregó sus llaves —explicó.

—Cierto —dijo observando como su alfa atendía la puerta—. Nuestra ropa está principalmente ahí.

—Bien, podemos bajarla entonces después —anunció colocándose sus zapatos—. Vamos a comprar comida y luego pasemos por mi conejito.

Asintiendo, Jimin se colocó sus zapatos y salió de la casa contemplando a su alfa ayudar a bajar los muebles de un gran camión.

—Volvemos pronto —se despidió agitando su mano mientras se dirigían al auto de Jungkook.

Empujando el carrito, Jimin rodó sus ojos y quitó de este un pastel de chocolate con galletas.

—¿Puedes dejar de echar cosas que no son mías en mi carrito? —pidió.

—Tienes que comer mucho para que tu bebé crezca sano —se excusó.

—Gracias, pero puedo cuidar de mi alimentación y mi alfa también —bufó—. Además, un pastel no es exactamente sano.

—No seas egoísta, Minnie-ah —se quejó—. Si lo ven en tu carrito no pensarán que estoy en cinta.

—Uh... ¿Me quieres explicar eso? —pidió parpadeando desconcertado.

—Tanto Nana como mi madre piensan que puedo estar en cinta porque sí, porque no y por si acaso —bufó volviendo a dejar el pastel en el carrito—. En serio, lloro porque me golpeo el pie y para ellas son las hormonas. Tengo deseos de comer algo dulce después de un estresante día de trabajo, pero para ambas prefieren creer que son los antojos del bebe.

—Vaya... Parece que ambas quieren tener otro nieto al que conseguir —rió divertido.

—Nieta —corrigió—. Nana ha estado tejiendo vestiditos y mi madre viendo ropa —explicó—. Con Kookie ya hasta nos da miedo ir a visitarlas, por eso dejamos a nuestro conejito con sus padres y no con los míos.

—No sé, pero ya me imaginé a Nana regalándote esos vestiditos para tu cumpleaños y a tu madre con la ropita nueva —se carcajeó.

—Yah, Jimin-sshi, no es gracioso —se quejó con un puchero.

—Sí lo es, porque tus dos mamás te están acosando con una nieta que ustedes no piensan tener ni en sueños —expresó sonriente, deteniéndose en la zona de lácteos y congelados.

—¿Pero para qué? Con nuestro conejito es más que suficiente —se encogió de hombros.

—¿Qué harás el día en que Beom-gyu te pida un hermanito o hermanita? —preguntó curioso.

—Lo pensaremos el día en que eso suceda, suficiente susto hubo con el tema de Lilo y su mascota Stich y todavía nos está reclamando por su perrito.

—¿Y por qué aún no le regalan su perrito? —preguntó agarrando dos botellas de leche antes de salir al siguiente pasillo con verduras.

—Porque es otro cuidado que debemos tener y no sé si en el departamento admitan perros grandes —explicó.

—¿Y por qué debes de tener un perro grande? Perfectamente puedes tener uno pequeño y así también lo puedes llevar al trabajo cuando salgas —solucionó fácilmente.

—Porque eso es... —guardó silencio.

Jimin sonrió observándolo por el rabillo del ojo.

—Beom-gyu ni siquiera te ha pedido un perro grande, solo quiere uno y no creo que le importe si es uno pequeño —indicó—. Y si quieres ahorrarte aún más problemas, puede adoptar uno ya crecido y entrenado.

—Ugh, me quedé sin más argumentos —refunfuñó—. Me iré a buscar leche achocolatada.

—Ya la tomé, y también una normal —pronunció el pelirrojo.

—No para ti, bobo, para mi conejito —corrigió—. Vuelvo enseguida —anunció alejándose.

Rodando sus ojos porque sabía que muy seguramente su amigo solo se había retirado para contarle a su pareja la solución de sus problemas, siguió escogiendo sus vegetales y frutas, llevando las seleccionadas al carrito.

Cuando terminó, observó a su alrededor hasta que se encontró con la mirada al peliazul omega, hablando por teléfono.

Resoplando una risa, giró el carrito y empujó en dirección a su amigo.

Escuchando una especie de un fino y agudo sonido, Jimin se detuvo y frunció el ceño mientras alzaba sus manos hacia sus audífonos y los movió.

Cuando el pitido agudo lo dejó, alzó su mirada hacia Tae de nuevo y suspiró cuando escuchó la voz de su amigo no muy lejos.

Eso había sido algo...

Jimin chillo y agarró su carrito para que no se le escapara nada cuando lo chocaron repentinamente.

—Lo siento —dijo una voz a su costado izquierdo.

—Está bien —pronunció con un bufido molesto, recogiendo la malla con mandarinas que cayó al suelo.

—Por favor, permíteme —pronunció el alfa agachándose con Minnie.

—Estoy... ¿Gi-kwang hyung? —preguntó observándolo.

—Hola pequeño —le sonrió levantándose al igual que Minnie—. Esto es tuyo —extendió la bolsa con las mandarinas.

Asintiendo, Jimin las recibió y un escalofrío recorrió su cuerpo cuando sus dedos se rozaron. Su lobo se quejó descontento ante el simple roce del alfa.

Eso era raro... No entendía porqué su lobo estaba reaccionando tanto.

¿Sería tal vez debido a su embarazo?

Después de todo era de conocimiento común que a ningún omega en estado le sentaba bien el toque de otro alfa que no fuera su pareja, mucho menos si se trataba de alguien que apenas conocía.

—¿Cómo has estado? —preguntó el hombre mayor, totalmente ajeno a la repentina incomodes del omega.

"Cachorro, ¿estás bien?" preguntó su alfa en su mente.

"Si, solo choque con el carrito por descuido" explicó a medias.

"Bueno, Hobi y Momo ya llegaron con la comida" informó.

—¿Minni-ah? —llamó Taehyung apareciendo entre ellos, mirando a ambos de forma cuestionadora.

"De acuerdo, vamos en camino entonces" anunció.

—Estoy bien, gracias por preguntar —le sonrió y observó a su amigo—. Ya vamos a casa, los chicos llegaron con la comida.

—Entonces vamos —anunció acercándose al pelirrojo.

Con un movimiento de cabeza, ambos omegas se despidieron y se alejaron en dirección a la caja.

—¿Estás bien? —susurró Taehyung mientras caminaba a su lado.

—Si, solo chocamos y eso me sorprendió —prometió—. ¿Cuándo terminaste la llamada con Kookie? —preguntó cambiando de tema.

—¿Cómo sabías que los chicos..? —negó con su cabeza—. En realidad, le corté cuando vi a ese tipo hablando contigo, no tenías una expresión muy cómoda en tu rostro —explicó.

Eso... Fue extraño, y si lo pensaba...

Había estado lo bastante cerca para escuchar la conversación de Taehyung, pero no había captado nada, ningún sonido realmente, solo el extraño pitido hasta que su vecino chocó con él.

—Ese tipo era Gi-kwang, el vecino de los padres de Yoonie —anunció comenzando a sacar las cosas del carrito una vez llegaron a la caja.

—¿En serio? —preguntó observando sobre su hombro, como si lo pudiera observar solo con ello—. Cambiando de tema ¿cómo supiste que los chicos habían llegado?

Jimin sonrió y se encogió de hombros sin dar una respuesta realmente.


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