Con la llegada del nuevo día, la habitación se llenó gradualmente de una suave luz dorada que se filtraba a través de las cortinas entreabiertas. Austin y Kevin, envueltos en los brazos el uno del otro, despertaron lentamente de su sueño reparador, como si fueran despertados por los primeros rayos del sol que se colaban por la ventana.

Al abrir los ojos, se encontraron con las miradas amorosas y soñolientas del otro, una sonrisa perezosa adornando sus rostros. El calor reconfortante de sus cuerpos entrelazados y el suave susurro de sus respiraciones creaban un ambiente de calma y tranquilidad, como si el mundo entero se hubiera detenido para permitirles disfrutar de este momento de intimidad compartida.

Con movimientos cuidadosos, se acurrucaron más cerca, disfrutando de la sensación reconfortante de estar juntos en ese nuevo día que comenzaba. Las caricias suaves y los besos tiernos se entrelazaban con la brisa matutina que acariciaba sus rostros, creando una sinfonía de amor y conexión que llenaba la habitación con una energía reconfortante y revitalizante.

Juntos, observaron cómo el sol se elevaba lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos y dorados que reflejaban la belleza de su amor compartido. En ese momento, no había preocupaciones ni temores, solo la promesa de un nuevo día lleno de posibilidades y aventuras que enfrentarían juntos, como equipo, como amantes, como almas gemelas.

Con un suspiro de satisfacción, se abrazaron más fuerte, sabiendo que no importaba qué desafíos les deparara el futuro, siempre tendrían el uno al otro para apoyarse y amarse. Y así, juntos, se sumergieron en el abrazo del amanecer, listos para enfrentar lo que el día les deparara con valentía y determinación, sabiendo que su amor era su mayor fortaleza. Mientras la calma reinaba en la intimidad de la habitación de Austin y Kevin, en el municipio se desataba un caos debido a la situación en torno al Hotel Hilton que estaba en construcción.

En las calles, el bullicio de la actividad humana se mezclaba con el sonido de las sirenas de las patrullas y las luces intermitentes de los vehículos de emergencia. La noticia de lo ocurrido en el hotel Hilton había corrido como reguero de pólvora, generando un frenesí de preocupación y confusión entre los vecinos que habían visto al edificio en construcción.

Los funcionarios del municipio se encontraban en estado de alerta, coordinando los esfuerzos de los servicios de emergencia y las fuerzas del orden para lidiar con la situación. Se establecieron cordones de seguridad alrededor del área afectada, mientras que los equipos de rescate trabajaban incansablemente para atender a los obreros heridos y evaluar los daños.

Los medios de comunicación también estaban presentes, capturando imágenes del caos y transmitiendo informes en vivo sobre los acontecimientos. Mientras que las redes sociales se llenaron de mensajes de preocupación y especulaciones sobre lo que había sucedido, alimentando aún más la confusión y la incertidumbre en la comunidad.

Mientras tanto, en las oficinas del intendente Martín Alvear, se llevaban a cabo reuniones de emergencia para discutir la respuesta oficial al incidente y coordinar los esfuerzos de recuperación. Los líderes del municipio se enfrentaban a una situación desafiante y urgente, pero estaban decididos a hacer todo lo posible para protegerse y restaurar la calma en la comunidad.

En medio del caos y la incertidumbre, la vida en el municipio seguía adelante, con la esperanza de que la unidad y la solidaridad entre los residentes ayudarían a superar este difícil momento. Sin embargo, la sombra del incidente en el Hotel Hilton seguía proyectándose sobre la ciudad, recordándoles a todos la fragilidad de la seguridad y la estabilidad en un mundo lleno de incertidumbre.

En el despacho de Martín Alvear, la tensión era palpable mientras Greta, la madre de Austin, ingresaba con una expresión de falsa preocupación en su rostro. Greta entró al lugar  acompañada de su equipo, rodeando el escritorio del intendente, mientras el comité económico del municipio la seguía con miradas cautelosas. Consciente de las implicaciones devastadoras de la situación.

—Martín, gracias por recibirnos tan rápido —dijo Greta con un tono dulce pero cargado de cinismo—. Como imaginarás, estamos consternados por lo ocurrido en el Hotel Hilton. Es una tragedia que pudo haberse evitado.

Martín la miró con cautela, notando la falta de sinceridad en sus palabras.

—Entiendo su preocupación, Greta —respondió con calma—. Pero no podemos ignorar el hecho de que la construcción del hotel estaba bajo su supervisión directa. ¿No es así?

Greta mantuvo su sonrisa, aunque sus ojos destilaban arrogancia.—Por supuesto, Martín. Pero creo que es importante recordar que el municipio tomó la decisión de financiar el proyecto. Si hubiera habido algún problema, estoy segura de que el comité económico lo habría detectado.

Los miembros del comité económico intercambiaron miradas incómodas, conscientes de que las negligencias habían pasado desapercibidas durante la supervisión de Greta.

Martín frunció el ceño, notando el intento de desviar la responsabilidad.—Entiendo su punto, Sra. Pellegrini. Pero ahora no es momento de buscar culpables. Tenemos que centrarnos en ayudar a los trabajadores atrapados y en encontrar una solución para la crisis financiera en la que nos encontramos.

Greta asintió con falsa modestia, mientras el comité económico se mantenía en silencio, sintiendo el peso de sus propias fallas.—Por supuesto, Martín. Estamos aquí para colaborar en lo que sea necesario. Después de todo, estamos en esto juntos, ¿verdad? —dijo Greta con una sonrisa que no alcanzaba a llegar a sus ojos, mientras el comité económico asentía en silencio, consciente de que la solución estaba más allá de las palabras vacías de ella.

Martín tomó un vaso de whisky con gesto pensativo, su semblante serio reflejando la gravedad de la situación.— Por supuesto que estamos en esto juntos —respondió con voz firme, aunque con un dejo de reserva—. A decir verdad, Carlos me advirtió que tuviera cuidado contigo.

Greta mantuvo su sonrisa, pero sus ojos brillaban con malicia.— No deberías intentar responsabilizarme —respondió con tono cortante—. De cierto modo, tu exnovio, Kevin Yrigoyen, debe tener algo que ver en este asunto. No me sorprendería que tu mayor opositor haya metido sus narices.

La expresión de Martín se endureció ante la acusación.— Kevin, podrá ser todo lo que quieras, pero no haría algo así —replicó con determinación—. No podemos culpar a Kevin sin pruebas, Greta, son solo especulaciones. Ahora debemos enfocarnos en encontrar soluciones.

La dama sonrió con malicia, sabiendo que había sembrado la duda en la mente de Martín.— Por supuesto, Martín —respondió con suavidad, aunque su tono tenía un dejo de triunfo—. Pero no descartemos ninguna posibilidad. Es nuestro deber investigar a fondo este asunto.

Con una mirada sombría, Martín asintió lentamente, consciente de que esta conversación era solo el comienzo de una larga batalla política y personal. La semilla de la duda sobre Kevin Yrigoyen había sido plantada en su mente, y ahora, debía enfrentar la difícil tarea de separar la verdad de la especulación en medio de la crisis que se desataba.

Al encender el televisor, Austin y Kevin quedaron perplejos ante lo que mostraba la pantalla. Un informe urgente mostraba imágenes del derrumbe parcial del Hotel Hilton, ambos sabían que ese hotel estaba bajo la supervisión de Greta, la madre de Austin. No pasaría mucho tiempo antes de que la prensa los persiguiera para conocer su posición al respecto, quizás incluso confrontándolos por primera vez como pareja.

Era algo que no podían permitirse y que complicaba aún más el futuro político de Kevin, perteneciente a un conservador partido al que su familia estaba ligada. No admitirían que tuviera un novio, a pesar de que ya había tenido uno anteriormente. Pero esto era diferente, con Austin tenía otros planes en mente y sabía que enfrentarían muchas adversidades juntos.

La noticia del derrumbe parcial del Hotel Hilton en Nueva Ciudad Roca desató un frenesí mediático que hizo que la prensa se agolpara en la entrada del imponente edificio de la familia Yrigoyen en ciudad roca. Cámaras de televisión, micrófonos y reporteros ávidos de información se congregaron frente al edificio, creando un tumulto ensordecedor que ponía los nervios de punta.

Los guardias de seguridad luchaban por mantener el orden mientras la multitud de periodistas lanzaba preguntas incisivas y buscaba obtener cualquier indicio sobre el incidente. La presión era abrumadora, tanto para Kevin como para Austin, quienes se encontraban dentro del edificio, sintiendo el peso de las acusaciones y las expectativas que recaían sobre ellos.

Para Austin, la situación era especialmente angustiante. Sabía que la familia Pellegrini, era responsable de la inversión en el hotel, estaba vinculado a su madre, quien había convocado a una financiera que, posiblemente, resultara ser fantasma. Esto implicaba que la madre de Austin había jugado una mala pasada a Martín, pero también dejaba a Kevin como el siguiente objetivo en la mira para ocupar el cargo de intendente. 

Con Martín apenas gobernando el municipio, la presión sobre Kevin era inmensa y la incertidumbre sobre el futuro político de ambos los agobiaba. Mientras observaban el caos desde el interior del edificio, Kevin y Austin compartían un gesto de solidaridad mutua, conscientes de que enfrentarían una difícil batalla juntos.

Kevin se encontraba en el centro de una vorágine política que lo llevaba rápidamente hacia la cima. A pesar de su relativa juventud, su astucia y carisma lo habían convertido en una figura influyente en Nueva Ciudad Roca en un tiempo récord.

Su ascenso comenzó cuando se convirtió en una voz destacada en la crisis del Hotel Hilton, mostrando liderazgo y determinación para abordar la situación. Sus discursos elocuentes y su capacidad para tomar decisiones difíciles lo hicieron ganar la confianza tanto del público como de sus colegas políticos.

A medida que la ciudad enfrentaba nuevos desafíos, Kevin demostraba una habilidad excepcional para plantear soluciones innovadoras y movilizar recursos en beneficio de la comunidad. Sus iniciativas para revitalizar la economía local, mejorar la infraestructura y promover la inclusión social lo convirtieron en un líder admirado y respetado.

Su ascenso meteórico no pasó desapercibido en los círculos políticos más amplios, y pronto se convirtió en una figura destacada a nivel regional. Su visión progresista y su compromiso con el servicio público lo posicionaron como un candidato prometedor para puestos políticos de mayor envergadura.

A pesar de su rápido ascenso, Kevin se mantuvo fiel a sus valores y nunca perdió de vista el bienestar de la comunidad que servía. Su determinación para hacer del mundo un lugar mejor lo convirtió en un líder inspirador, capaz de movilizar a las masas y generar un cambio positivo en la sociedad.

Kevin salió del departamento de su familia, uno de los tantos que poseían, decidido a enfrentar a la prensa y brindar respuestas claras en medio del caos generado por el desdichado suceso en el Hotel Hilton. Vestía una bata rojiza con bordeados dorados, sujeta solo por un cinturón, que resaltaba su elegancia y autoridad. Bajo la bata, llevaba solamente unos boxers negros, dejando al descubierto su torso perfectamente esculpido y musculoso.

— Sr. Yrigoyen, ¿Cómo ha reaccionado su familia ante el desdichado suceso en el Hotel Hilton? Sabemos que son conocidos como los máximos opositores del gobierno de Martín Alvear.—enunció  uno de los primeros periodistas en la puerta del edificio.

— Mi familia está tan consternada como el resto de la comunidad. Han expresado su solidaridad con las víctimas y están comprometidos a apoyar en todo lo posible durante esta difícil situación —pronunció Kevin, mientras la blancura impecable de su pecho, estratégicamente expuesto, resultaba sumamente distractoria para algunos presentes.

— ¿Cree su familia que este incidente podría tener alguna repercusión en la gestión del actual gobierno?—preguntó un periodista del periódico de Belinda mitre.

— Mi familia siempre ha estado comprometida con la transparencia y la responsabilidad en el gobierno local. Estoy seguro de que seguirán vigilantes ante cualquier desarrollo relacionado con este trágico suceso y trabajarán para garantizar que se tomen las medidas adecuadas para prevenir futuros incidentes.—explicó kevin.

— ¿Ha habido alguna comunicación directa entre su familia y el intendente Alvear después del derrumbe?—consultó otro periodista.

— Mi familia y el intendente Alvear han mantenido una relación profesional en el pasado, a pesar de nuestras diferencias políticas. En momentos como estos, es importante que todos los sectores de la comunidad trabajen juntos para abordar los desafíos que enfrentamos. Seguro que cualquier comunicación futura se centrará en colaborar para superar esta crisis.—pronunció Kevin con serenidad y espíritu de político innato.

— La última pregunta, Sr. Yrigoyen, ¿Es cierto que tiene un romance con Austin Pellegrini, modelo e hijo de Greta Pellegrini, una de las encargadas de llevar adelante el programa de construcción del hotel?, ¿Ambas familias están involucradas en esta tragedia? —Kevin se mantuvo en silencio por un momento, su mirada intensa reflejaba un conflicto interno. Al final, con firmeza, decidió decir— No daré más declaraciones.

En ese momento, Kevin se retiró con determinación, su paso firme resonaba en el suelo de mármol del departamento. En sus pies, las pantuflas, dejaban al descubierto sus tobillos mientras se alejaba de la escena con una mezcla de seriedad y misterio en su mirada. La puerta se cerró tras él, sumiendo el lugar en un silencio tenso y cargado de especulaciones.

En el silencio tenso que siguió a la partida de Kevin, Austin, el pelirrojo, permaneció en el interior del departamento, con un nudo en la garganta y un torbellino de emociones que amenazaban con desbordarse. Vestido solamente con unos boxers y un suéter que apenas lograba contener el frío que sentía en el alma, esperaba ansioso el regreso de su amado.

Cada segundo de espera habían sido una eternidad, y cuando finalmente escuchó el suave tintineo de las pantuflas de Kevin aproximándose, su corazón se aceleró con la esperanza de encontrar consuelo en sus brazos. Al entrar, Kevin fue recibido por el abrazo desesperado de Austin, quien lo rodeó con fuerza, sintiendo cómo las lágrimas asomaban a sus ojos, expresando la impotencia y el miedo que habían invadido su ser. 

En ese abrazo se fundieron, compartiendo el peso de la tragedia que los había envuelto, pero también el amor que los unía con un lazo indestructible. Sin necesidad de palabras, encontraron consuelo el uno en el otro, enfrentando juntos los desafíos que les deparaba el destino. En ese momento de intimidad compartida, el silencio se volvió reconfortante, y el abrazo se convirtió en un refugio seguro donde el amor podía florecer incluso en medio de la oscuridad más profunda.

CONTINUARÁ...