Capítulo 3
-¿Que haces aquí?
-Tranquilo, parece que vas a morir del susto- y eso haría. Apenas salí al pasillo a respirar aire fresco, aire que no huela a ambas excitadas, encontré al Quinto aquí. -Sexto me mandó a advertirte, y vigilarte para que no hagas algo idiota.
Dudé por un momento el si contarle o no sobre aquello, sobre Dulce siendo vampíro, pero cuando la puerta se abrió dejando verla con apenas una bata aquello de ocultarlo quedó en el olvido.
Tuve que interponerme entre ambos porque el intruso se le iría encima. -Dijiste que murió- rugió
-Ve dentro Dulce- esta lo hizo en instantes y cuando la puerta fue cerrada lo empujé contra la pared.
-¡No eres más que un traidor!
-No traicioné nada- suspiré -Mi mate está ahí dentro.
-Ella es una vampir...
-Si genio- agradezco que haya sido Quinto que la vió, porque de haber sido el otro la historia sería diferente. -Y no, no de una clase de abominación. Ella renunció a su lobo.- aquello lo alarmó. -Estaba a punto de morir, la creían mi mate y trataron de convertirla, la encontré casi muerta. ¿Que querías que hiciera? ¿Abandonarla allá?
-O dejarla aquí. Ya está a salvo. Toma a tu mate y llévala allá, te buscan y creo que a ella también, por el hombre que mataste. No es un juego esto Segundo, no podemos llamar la atención. No sabes los problemas que hemos tenido ocultando a esas mujeres, rescatando a la que habían secuestrado- informó -Para que vengan aquí a hacer desastres.
-Haz como que no la viste. Me debes un favor, lo sabes.
-Ayudar a mis padres con tu profesión no es una deuda Segundo.
-Salvé sus vidas- reclamé
-Bien, no diré nada- planeaba irse pero lo detuve.
-Necesito un favor. Necesito que me ayudes a pasarla- negó
-No, no puede ir allá. No puedes dejarla en medio de la manada como si nada hubiera pasado. No seré responsable de aquello.
-No lo serás. Solo ayúdame a pasarla, porque de no ser el caso solo regresare con ella, la humana se queda aquí- se acercó lo suficiente a mí como para enfrentarnos. -Cumpliré con mi deber de unirme, pero ella vendrá conmigo. No daré mi brazo a torcer. Y si me entero de que fuiste de chismoso la mataré. Juro que lo haré.
-Serán dos favores- sonrió -Me deberás dos favores. Vengo mañana sobre caída la noche para que no se derrita tu vampira- pronunció por último antes de perderse por el pasillo.
Me di un momento para suspirar antes de tomar la perilla en mi mano, dudaba sobre si debería o no abrir. Enfrentar aquello.
Ambas estaban en la pequeña salita, vestidas, como si no..., necesito borrar esa imagen de mi cabeza, ya.
-Segundo
-¿Creíste que había muerto? ¿O que no vendría por ti? ¿Que mierda te llevó a engañarme? ¿Ella te sedujo?- la señalé sin mirarla, mierda que no podía siquiera mirarla justo ahora.
-No me sedujo
-Tu no eres así Dulce, tu no me engañarías. Y menos con...
-Puto idiota
-¿Que dijiste?- la reté
-Que eres un puto idiota. Ya terminaron, no tienes porque venir aquí a reclamarle por divertirse un rato.
-¿Divertirse? ¿Son juegos esos ahora? ¿Tu cara en... mierda ¡mierda Dulce!- gruñí.
-Mayra- la llamó -¿Nos das un momento?
-No, no te daré ningún momento. Está bien que él imbecil quiera ser líder o no se que de su manada, pero no tiene el derecho de hablarte así.
-Le dijiste- afirmé atónito
-Ella merecía saberlo, eres su pareja después de todo.
-Nada de eso, yo no acepté ser nada suyo- reclamó la otra.
-¡Pero dijiste que si nos besábamos lo pensarías!
-¡¿La manipulaste?!
-Cállate aparecido. Dije que lo pensaría y eso hago- aquella cara de inocencia fingida no se la cree nadie. Que puto lío. -¿Qué me ves?- no respondí
-¿Cómo te has estado alimentado?
-Salgo por las noches, consigo dinero también. Pero solo de gente mala, lo juro. Mayra no puede salir, la están persiguiendo, por eso nos la pasamos aquí encerradas.- tocándose entre ellas.
-Y sé aburren ¿no?- pronuncié con burla. -Largo- señalé la habitación
-Lárgate tu maldito imbecil chup...
-Mayra por favor. 5 minutos- la otra tomó sus hombros para hacerla mirarla y se dirigió al cuarto poco después dejando un beso en sus labios. -Estás enojado y es norm...
-Claro que lo es. Estuve en un puto hospital, dormido. Cuando despierto lo primero que hago es buscarlas y las encuentro follando. A ambas, me engañaste Dulce.
-Lo siento
-¿Lo sientes?
-¡Tu me engañarás con ella!
-¡Tu eres la que presiona con eso!
-¡Porque es tu deber!
-Y el tuyo era follarte a otra delante mío.
-Deben irse ya. Antes de que caiga la noche- negué
-No me moveré de aquí si no vas conmigo. Quinto me ayudará a pasarte.
-¿Cómo es que sigues con eso?
-¿Te acostaste con ella para hacerme dejarte? ¿Es eso?
-Puedo pasar sola si así lo deseo.- ignoró lo anterior.
-Pero no usarás los portales de los vampiros, usarás el mío y regresaremos juntos a casa.
-No funciona...
-Si lo hará, yo te protegeré. Confía en mí. Te amo y eso no cambiará- asintió luego de permanecer unos minutos en silencio. -¿que tanto le dijiste?
-Todo. Al inicio creyó que bromeaba pero le mostré mis colmillos. Y luego...
-Sin detalles por favor. Y que eso no vuelva a pasar. Ella es mala influencia para ti.- me acerqué a ella -Te extrañé
-Y yo a ti. Pero no hagas esto, no con tu mate ahí dentro.- ignoré lo que dijo y en cambio la besé, extrañaba a mi amor.
Probar sus labios me dieron un sabor distinto, uno que me hizo erguir y desear compartir aquello con alguien más. Y mierda que no lo haría.
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro