-Vístete- aquel tono de desprecio que usó para hablarme me hizo derramar más lágrimas, agradecí el hecho de que se haya alejado más al apenas decir aquello, pues no quería pasar más vergüenza.

Me vestí, lo hice a sabiendas de que no regresaría aquí, ya todo había acabado. El no parecía quererme con el, pero tampoco dejarme ir. Así que debía resignarme.

Resignarme a ser la tercera en discordia que no hace más que cumplir un propósito en ese lugar. ¿Vivir eternamente? No quiero, menos si esto no cambiará nunca.

Me vestí obligándome a no llorar. El permanecía en su lugar, me miraba de manera fija e intensa y aquello me hizo sentir pequeña.

-Dejé de tocarte porque no quería obligarte, no haría eso. Nunca lo haría- dijo aquello con dolor -¿No preguntarás como está Dulce? O ¿Como te encontré?

-No, no me importa una mierda. Que sepas que regresaré, pero en contra de mi voluntad.- lo vi cambiar el semblante solo un momento, luego volvió a ser el. Duro.

-El hombre con el que estuviste anoche- ¿está loco?

-¡No estuve con nadie! No me escapé para meterme con tipos.

-¿Ni tipas?

-¿Vas a celarme? ¿Vas a puto celarme ahora? No me gustan los tipos y no tengo ganas de meterme con nadie, no luego de lo complicada que es mi vida.- luego recordé. Había sido golpeado, alguien lo había golpeado y luego... -¿Tu lo hiciste? ¿Tu lo golpearte hasta dejarlo medio muerto?

-Si hubiera querido matarlo lo habría hecho como a los otros- otros -Te he buscado, lo más lógico fue ir con quienes te buscaban, pero ellos no sabían donde estabas, no podía dejarlos vivos luego de ver mi lobo ¿,o si?- dijo como si leyera mis pensamientos.

-No, esto no. Tu ni harías algo así. ¡Eres médico por Dios!

-No me conoces lo suficiente Mayra. Haría lo que fuera por proteger a los que amo.- reí con sorna ante lo dicho.

-¿Amas a alguien más? Oh, ahora lo entiendo. Hablas de la manada, por eso debías encontrarme.- asentí para mi misma. Pero su mirada perdió la amabilidad que poseía.

-¿La manada? La Maldita manada puede irse al demonio ahora mismo si con ello ustedes están a salvo. Te dije que te amo y no haces más que cuestionarme. Deja de ser...

-¡No me amas!, lo que sea que sientes por mi es por esa mierda de tu lobo. Amas a Dulce, no me trates como una boba. Iré contigo pero no porque quiera.

-¿No quieres ir allá?

-No

-¿Mando a traer a Dulce y nos quedamos los tres?

-¿Qué?

-No voy a regresar si no es contigo. ¿No quieres volver? No lo hagas, nos quedaremos aquí.

-¡No!

-¿Crees que pregunté?- se acercó tanto a mí que fue dañina la cercanía, acabé golpeando mi espalda con la pared. Inclinó su rostro para acercarlo al mío, para unir ambas bocas, en cambio hice la mía a un lado.

-No te quiero cerca, aléjate de mí.

-¿No? Pero si dentro de ti ¿no? Estabas lo  suficientemente sumisa como para dejarme entrar en ti hace unos minutos pero ahora no me quieres cerca ¿porqué? ¿Por qué intenté besarte?

-¡Si! No me beses más, si tu lobo hace que estés conmigo lo voy a permitir, pero nada de besos.- vi su mirada iluminarse en fuego puro, aquella oscura mirada pese a ser del mismo negro brilló de una manera extraordinariamente macabra.

-¿Tanto me desprecias?- ahora había dolor en sus palabras, estábamos tan cerca que... -Te escaparte, huiste de mi sin dejarme hablar o dejar que...

-¿Porqué lo lastimaste?

-¡Porqué te olí!, te olí en el y me llené de rabia. De ira, lo vi y quise enterrar mis garras en su cuello y ver su sangre derramarse. Y luego ir por ti y mostrarte lo que provocaste por irte. Por dejarme sin ti.

-Solo te dejé el camino libre con Dulce.

-¿Crees que eso era lo que quería?¡Maldita Seas Mayra! Te fuiste, me dejaste practicando las palabras que te diría al declararme, dejaste la cena que Dulce preparó para ambos. Nuestra casa.

-Tu casa, nunca fue mía. Ese nunca será mi mundo. Nadie me quiere allá.

-Yo si, yo si lo hago.

-No es así, no sientes más que desprecio por mí.

-No es así

-¡Me alejabas!

-¡Porqué me sentía culpable al sentir tanto por ti! Porque no puedo dejar de verte y porque mis ganas de estar pegado a ti todo el día no se van. Porque odié amarte con la misma intensidad con la que amo a Dulce.

-No es así, ella siempre será primero. Y yo no...

-Ambas. Ambas son todo para mí.- decidí ignorarlo

-¿No que nos íbamos? Vístete o algo.

-Se mi pareja- lo vi reír cansado -Nunca te lo pedí, ni siquiera... yo no

-Dulce fue quien me convenció de ir allá, ¿no es irónico? Preparó el camino para su amor y su Mate. No quiero vivir bajo la sombra de lo que sientes por ella. Yo también... tampoco puedo ver como ella te demuestra el mismo amor. Que estupida soy, siempre me enamoro de quien no debo, se supone que yo no...

-Termina lo que decías

-La amo, la amo maldita mente fuerte pero ella no va a corresponderme porque se desvive por ti porque... no habría estado conmigo nunca si no hubiese jugado con su mente poniendo aquello como condición a lo que me pedía de ti. Y se que...

-¿Qué hay de mi? ¿Qué sientes por mi?

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