Capítulo 21
Sentí mi cuerpo dolorido mientras despertaba, apenas abrí los ojos encontré aquellos amarillos observándome desde el sillón, curiosamente iba vestido. Completamente vestido y aquella camiseta y jeans parecían ser un traje a la medida del mejor diseñador.
Su cabello castaño iba tan bien peinado hacía atrás que provocaba admirarlo por horas. Sus labios gruesos tenían esa tonalidad de muerte que tanto llaman y sus expresión neutra era lo que más me gustaba de él. No se podía descifrar si estaba molesto, incómodo o excitado. Luego noté las marcas en sus manos, parecían recién hechas, y me asusté porque alguien lo dañara.
Traté de recordar lo que fue de mi al momento de mi desmayo pero solo podía recordarme hablando con él, mi cabeza dolió cuando recordé lo que hablábamos, Dulce.
-¿Nos atacaron?- pregunté con la voz ronca al apenas despertar.
-Me alegra que veas esta manada como tuya- dijo y noté mi frase, la verdad es que había pensado en ambos. -Si es por mis heridas, tu las hiciste- dijo tranquilo, luego lo vi reír con orgullo -No las curé, quería que vieras de lo que eres capaz- dijo aquello y se acercó a mi con rapidez, luego noté las heridas con más detenimiento, eran marcas de uñas o garras.
Sanó apenas en segundos y aquello me maravilló -¿Me enseñas a hacer eso?- mi voz sonó como una niña ilusionada.
-No podría- dijo con gracia, -Puedo sanarte si sufres daño por mi especie, pero no tienes todos mis dones.
-Um- lo noté acomodarse entre la cama -¿Cuando es el entierro de Dulce? Quiero despedir a mi amiga.
-Lo hizo él
-¿Cuándo? ¿Antes o después de ir por su próxima pareja?
-Jenny- reprochó
-¿Eso somos para ustedes? ¿Reemplazables?
-No lo son, ninguna de ustedes. No entiendes todo lo que mi lobo está atado a ti. El dolor físico que me provocaba haber sido llamado por ti más no recibido, es lo mismo para el. Tenía días, quizás semanas reteniendo el llamado de su mate, no puedes culparlo por ir a cumplir con su deber. Por querer vengarse de quienes la dañaron.
-¿Como sabes que eso hará?
-Porque es lo que yo haría- sentí como envolvió su mano en mi cabello y tiró de el para hacerme levantar la cabeza y entonces tomó mi boca y la besó. -Debemos irnos, se adelantó el anuncio.
-¿Porqué?
-Antes de desmayarte dijiste tres palabras que me dejaron pensando. Solo quiero estar preparado. Usa algo que abrigue, nada de vestidos, luego andas enseñando el trasero- dijo severo antes de dejar la habitación.
Me di un baño y coloqué un vestido y bragas, solo eso. Tenía intención de molestarlo. Apenas salí a la sala su mirada me llenó de gozo, -Vamos- salió antes pero me esperó en la puerta y nalgueó con fuerza antes de anclarse a mi cuello.
Caminamos un rato, las cabañas alrededor de la nuestra permanecían oscuras, deshabilitadas. Estás estaban en un pequeño alto y luego las demás, a lo lejos se notaban las personas reunidas, incluso niños.
Los demás estaban en el centro conversando con algunas personas cuales se alejaron apenas nos acercábamos. -Nena, espérame ahí- señaló una silla en la primera fila y caminé hacia el lugar, me sentía algo cohibida por hallarse todos rodeándome pero luego de tomar asiento traté de adivinar lo que hablaban en el círculo que habían formado, estaban 5 de ellos. Faltaba el médico y quien los había traicionado. Sentí algo de pena por el, es como si estuviera obligado a amar a alguien que no quiere amar, como si se le hubiera acusado de traición solo por enamorarse.
-Debes creerte invencible ¿no?- no tuve que voltear para saber quien me hablaba. Aquella voz odiosa y chillona me molestó.
-Y tu debes sentirte muy solo para venir a aquí a morir- dije con burla -¿Qué crees que pasaría si te ve aquí? ¿O si me siente incómoda de algún modo?
-Ni siquiera eres capaz de defenderte por ti misma- dijo con incomodidad y lo escuché alejarse de entre el gentío, cuando llevé mi vista al Primero miraba tras de mi con claro enojo, lo había notado.
Me llamó con la mano y me contuve de bufar por aquello, a lo lejos y tras él noté un par de ojos zafiro, al menos eso creí, pues apenas traté de enfocar la mirada ya no estaban. -Nuestra salvadora- quien conocía como el Quinto trató de acercarse más el gruñido a mi lado lo impidió, apenas los saludé con la mano.
-¿Qué te dijo?
-Nada con importancia. ¿Cuando iniciará esto? No siento...
-¿Que pasa?- el tomo del Cuarto era alarmado -Les dije que debíamos consultarlo con ella, tiene el don de la premisa, vería si hay algo mal con la idea. Tampoco debió ser de noche.
-Sabes que estamos al cuidado de más de 20 mujeres, no podíamos simplemente venir aquí y dejarlas allá en medio de la noche cuando los Vampíros podrían ir por ellas.
Pero si aquí es de noche ¿acaso allá no?
-Comencemos sin él- dijo este, supuse que esperaban a alguien más pero no estoy segura de a quién.
-Buenas Noches- el Cuarto los hizo mirar -La reunión se debe a anuncios que deseamos darles.- el brazo del Primero fue a mi cintura y me mantuvo a su lado -Primero se encuentra enlazado- varios aplaudieron con gozo, -Segundo fue por su mate y no tarda en regresar.- más aplausos se escucharon. -Por lo que, hemos decidido como sus futuros líderes que es momento de tomar el mando- dijo con simpleza, muchos murmullos se escucharon.
-¡Silencio!- la voz potente del Sexto se escuchó por todo el lugar mientras el Tercero, Quinto y Primero parecían deseosos de atacar lo que fuera, aún así su mano no abandonó mi cintura. -Es momento de que esta manada se desarrolle como se debe. Llevamos años tratando de traerles comodidades pero el antiguo líder no lo permite, desde mañana se re-organizará todo de manera más práctica. El Cuarto y yo nos encargaremos de eso. En cuanto a la protección, El Primero y Tercero se harán cargo de la protección para la manada.
-¡¿Qué creen que hacen?!- el grito del antiguo líder se escuchó por sobre quien hablaba.
El grupo de 5 lobos me rodeó de manera protectora y temí por lo que pasaría.
Traición
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