❝ 𝐋𝐎𝐒 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐃𝐑𝐀𝐂𝐎❞
└> o los gorilas de Draco...

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Después de unas semanas al fin se encontraba en el expreso de Hogwarts. La despedida con sus padres había sido breve, y ninguno de los cuatro derramó una sola lágrima.

Ahora Aurora estaba metida en el vagón de Draco, con los amigos de este. Aurora no tenía amigos propios, todos los chicos y chicas de su edad que había conocido eran iguales que su familia respecto al estatus de sangre. Ella no quería tener nada que ver con gente como aquella, por supuesto. Su única amiga era Alicia, una muggle a la que jamás, por desgracia, tendría oportunidad de ver en aquel tren.

—Voy a dar una vuelta —dijo Aurora a Draco después de unas horas. No podía soportar pasar un minuto más cerca de Crabbe y de Goyle, los gorilas que no se despegaban de su hermano.

Draco no se inmutó.

Al salir de aquel vagón sintió libertad, al fin podía respirar en paz. No sabía a dónde dirigirse, pero estaba segura de que el destino sería mejor que el punto de partida. Caminó por el pasillo con las expectativas altas, haría algún amigo, estaba segura de ello. Casi segura de ello.

Anduvo hasta que se chocó de bruces con un chico que iba tan distraído como ella, y que parecía de su edad.

—Lo siento —dijo Aurora, pero el chico no parecía tener interés en disculpas, ni siquiera parecía afectado por el golpe.

—¿Has visto un sapo? Lo he perdido.

Parecía realmente preocupado.

—No, pero si lo veo te avisaré —dijo Aurora sonriendo.

—Gracias, se pierde todo el tiempo, si mi abuela se entera... —dijo el chico antes de seguir su camino por el pasillo, mirando a todos lados en busca del bendito animal.

—Que chico más raro —murmuró Aurora, mientras retomaba su camino.

Al pasar al lado del baño decidió que era buena idea ponerse su túnica de Hogwarts, la cual había sacado de su baúl antes de abandonar a su hermano. Mientras se cambiaba se miró al espejo. El cabello platinado característico en los Malfoy estaba tan bien peinado como era de esperarse en ella, y sus ojos grises brillaban de un modo inusual. Ella era Aurora Malfoy, e iba a hacer amigos. Amigos de verdad.

Cuando salió de aquel baño volvió a ver al muchacho del sapo, y casi vuelven a chocar por segunda vez. Esta vez no iba solo, estaba acompañado por una chica.

La chica tenía el cabello más frondoso que Aurora había visto en toda su vida.

—¿Has visto un sapo? Neville ha perdido el suyo.

—Ya le he dicho a Neville hace unos minutos que no lo he visto —dijo Aurora, sonriendo ante la voz mandona de la chica, se parecía a ella cuando hablaba con su padre—. Puedo ayudaros a buscarlo, no tengo nada mejor que hacer.

—Gracias —sonrió Neville, mientras los tres se acercaban al siguiente vagón, para preguntar a la gente que había dentro.

Cinco vagones más tarde nadie parecía haber visto a ningún sapo por ahí. Neville estaba desolado, Aurora intentaba subirle el ánimo, diciendo que ya aparecería. Pero ni siquiera ella estaba segura de lo que decía. Era muy improbable que encontraran a aquel animal.

El siguiente vagón que abrieron sorprendió a Aurora de sobremanera. Allí estaba el muchacho pelinegro que había visto en Madame Malkin, aquel al que su hermano se le tiró encima de aquella manera tan cruel. Junto a él había un chico pelirrojo, con la cara repleta de pecas.

—¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno —dijo la chica de cabello frondoso, de quien aún no había aprendido el nombre. Después de tantas veces habiendo repetido esa frase, su voz sonó bastante más exigente de lo esperado.

—Ya le hemos dicho que no —dijo el pelirrojo. Aurora estaba segura de que era un Weasley, no podía ser de otra manera. Su padre hablaba de Arthur Weasley casi a diario, y de como le detestaba, a él y su interés en todo lo relacionado con los muggles.

—Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo —desviándose completamente del tema de conversación la chica se sentó mirando con atención la varita que el pelirrojo tenía en su mano.

Aurora observó con diversión como se aclaraba la garganta con nerviosismo.

—"Rayo de sol, margaritas, volved amarilla a esta tonta ratita"

Aurora tuvo que contener la risa, era obvio que alguien le había gastado una broma al chico, y que él había caído de bruces en ella.

—¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado? —preguntó la chica—. Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y vosotros quiénes sois?

Habló a tal velocidad que Aurora tuvo el fugaz pensamiento de que aquella chica no respiraba, tuvo que tomarse unos segundos para digerir toda la información.

—Yo soy Ron Weasley —murmuró el chico pelirrojo. Aurora sonrió para si misma, lo sabía.

—Harry Potter —dijo el otro chico. Los ojos de Aurora se abrieron con sorpresa. Oh, si su querido hermano se enterara de que se había burlado de Harry Potter...

—¿Eres tú realmente? —dijo Hermione—. Lo sé todo sobre ti, por supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme más y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.

—¿Estoy yo? —preguntó Harry, y Aurora sintió simpatía por él.

—Dios mío, no lo sabes. Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera —dijo Hermione, cortado las palabras que Aurora había estado a punto de decir—. ¿Sabéis a qué casa vais a ir? Estuve preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y vosotros dos deberíais cambiaros ya, vamos a llegar pronto.

—Estoy cansada, creo que me quedaré aquí —dijo Aurora a Hermione, deseosa de hablar con Harry Potter, quería pedirle perdón por el comportamiento de su hermano—. Espero que encuentres a tu sapo, Neville.

Una vez que ambos se marcharon, Aurora se giró hacia Harry y Ron.

—¿Me puedo sentar con vosotros?

Ambos asistieron confusos y aturdidos, y ella decidió sentarse al lado de Ron.

—Tú estabas en el callejón Diagon el otro día, ¿verdad?—preguntó Harry a Aurora, que le agradeció por romper el silencio que se había formado.

—Sí, en Madame Malkin —recordó—. Quiero pedirte perdón por el comentario de mi hermano. No lo tomes como algo personal, es así con todos.

—Lo supuse, no te preocupes —dijo Harry, y le dedicó una sonrisa.

—Soy Aurora.

—Yo Harry, aunque eso ya lo sabes —dijo sonriendo.

¿Eso significaba que eran amigos? Aurora no se atrevía a preguntar, simplemente se mantuvo en silencio mientras veía a Ron arrojar su varita al baúl

—Qué hechizo más estúpido, me lo dijo George. Seguro que era falso.

Aurora estuvo a punto de preguntar quién era George, pero la pregunta que Harry hizo a continuación le aclaró su duda.

—¿En qué casa están tus hermanos?

Aurora sabía que los Weasley eran una familia muy numerosa.

—Gryffindor —dijo Ron, y Aurora identificó algo de tristeza en su voz—. Mamá y papá también estuvieron allí. No sé qué van a decir si yo no estoy. No creo que Ravenclaw sea tan mala, pero imagina si me ponen en Slytherin.

Aurora se ahorró el comentario. La verdad es que a ella tampoco le entusiasmaba la idea de ir a Slytherin.

—¿Esa es la casa en la que Vol... quiero decir Quien-tú-sabes... estaba? —preguntó Harry.

—Ajá —dijo Ron. Se echó hacia atrás con abatimiento.

—No todos los Slytherin son malos —dijo al fin Aurora—. Mi tía Andromeda es genial, y fue a Slytherin.

—Pero la mayoría lo son —dijo Ron.

—Puede que sí, pero no por pertenecer a Slytherin. Tu casa no te define como persona —dijo Aurora—, al menos no del todo.

—¿Sabéis? —dijo Harry cortando las palabras de ambos, pues ninguno de ellos parecía querer parar por si mismo—. Me parece que las puntas de los bigotes de Scabbers están un poco más claras.

Aurora miró a Ron durante unos segundos más, en parte le recordaba a ella. Su familia tenía unas expectativas que él tenía que cumplir, y si no lo hacía se sentiría como el inútil de la familia. Lo cual era bastante similar a su situación, salvo que ella ya era considerada como una deshonra en la familia.

—¿Alguno de tus hermanos ha acabado sus estudios? ¿en qué trabajan? —preguntó después de su pequeña pausa. Aún no sabía por qué trabajo se decantaría en un futuro, así que esa pregunta de verdad le interesaba, quizá podía ayudarla.

—Sí. Charlie está en Rumania, estudiando dragones, y Bill está en África, ocupándose de asuntos para Gringotts —explicó Ron, que parecía haberse olvidado de su conversación anterior con Aurora—. ¿Os enterásteis de lo que pasó en Gringotts? Salió en El Profeta, pero no creo que las casas de los muggles lo reciban —dijo esto refiriéndose a Harry, y Aurora al fin comprendió porque no parecía entender nada de lo que su hermano le comentaba en Madame Malkin, había vivido con muggles toda su vida—: trataron de robar en una cámara de alta seguridad.

—¿De verdad? ¿Y qué les ha sucedido?

—Nada, no los han atrapado, y por eso todo el mundo está tan interesado en el tema—dijo Aurora, que también había leído aquello.

—Mi padre dice que tiene que haber un poderoso mago tenebroso para entrar en Gringotts, pero lo que es raro es que parece que no se llevaron nada. Por supuesto, todos se asustan cuando sucede algo así, ante la posibilidad de que Quien-tú-sabes esté detrás de ello —dijo Ron.

Aurora nunca había contemplado esa idea, ¿pero y si su padre había tenido algo que ver? Habían estado en el callejón Diagon el día que todo pasó, y hubo por lo menos una hora en la que nos supo nada de su padre. Deseo que no fuera así, por supuesto, pero la posibilidad estaba ahí...

¿Pero qué había en Gringotts que su padre no poseyera ya? La familia Malfoy ya tenía dinero de sobra para todas sus necesidades y caprichos.

De repente, Ron cambió el rumbo de la conversación completamente. O quizá Aurora había estado demasiado sumida en sus pensamientos como para notar que habían seguido hablando.

—¿Cuál es tu equipo de quidditch? —preguntó Ron.

—Eh... no conozco ninguno —confesó Harry.

—¿Cómo? —Ron pareció atónito—. Oh, ya verás, es el mejor juego del mundo...

Y entre él y Aurora se dedicaron a explicarle las reglas básicas del juego. Aurora no era una gran jugadora, pero sin duda admiraba ver a la gente jugar, le parecía un juego fascinante.

Ron le estaba explicando los mejores puntos del juego a Harry, cuando se abrió la puerta del compartimento.

Entraron tres muchachos, y Aurora tuvo ganas de golpearles a los tres. Draco y sus dos guardaespaldas tenían que venir a arruinarlo todo, ni siquiera sabía porque se sorprendía.

—¿Es verdad? —preguntó, sin darse cuenta de que su hermana estaba ahí, para variar —. Por todo el tren están diciendo que Harry Potter está en este compartimento. Así que eres tú, ¿no?

—Sí —respondió Harry.

—Oh, éste es Crabbe y éste Goyle —dijo Draco con despreocupación, al darse cuenta de que Harry los miraba—. Y mi nombre es Malfoy, Draco Malfoy.

—Bájate de tu pedestal, Draco —dijo Aurora, haciendo que el muchacho reparara en su presencia.

—¿Qué haces tú aquí?

—Hago amigos.

—Tú ya tiene amigos —dijo Draco, obviamente ofendido.

—Esos gorilas tuyos no son mis amigos.

Ron dejó escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita. Draco lo miró.

—Te parece divertido, ¿no? No necesito preguntarte quién eres. Mi padre me dijo que todos los Weasley son pelirrojos, con pecas y más hijos que los que pueden mantener.

Se volvió hacia Harry.

—Muy pronto descubrirás que algunas familias de magos son mucho mejores que otras, Potter. No querrás hacerte amigo de los de la clase indebida. Al contrario que mi hermana, yo puedo ayudarte en eso.

Extendió la mano, para estrechar la de Harry; pero Harry, para satisfacción de Aurora, no la aceptó.

—Creo que puedo darme cuenta solo de cuáles son los indebidos, gracias —dijo con frialdad.

Draco no se ruborizó, pero un tono rosado apareció en sus pálidas mejillas. Aurora ya habla visto esto muchas veces, pero siempre le parecía un buen espectáculo.

—Yo tendría cuidado, si fuera tú, Potter — dijo con calma—. A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían lo que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como los Weasley y ese Hagrid y terminarás como ellos.

Los tres se levantaron al mismo tiempo. Los grises ojos de Aurora soltaban chispas de enfado, le avergonzaba compartir sangre con ese descerebrado, jamás entendería su placer por hacer sufrir a otras personas.

—Repite eso —dijo Ron.

—Draco... —murmuró Aurora, como siempre que su hermano hacía algo que no debía.

—Oh, vais a pelear con nosotros, ¿eh? —se burló Draco.

—Si no os vais ahora mismo... —dijo Harry.

—Pero nosotros no tenemos ganas de irnos, ¿no es cierto, muchachos? Nos hemos comido todo lo que llevábamos y vosotros parece que todavía tenéis algo.

Goyle se inclinó para coger una rana de chocolate del lado de Ron. El pelirrojo saltó hacia él, pero antes de que pudiera tocar a Goyle, el muchacho dejó escapar un aullido terrible.

La rata de Ron colgaba del dedo de Goyle, con los agudos dientes clavados profundamente en sus nudillos. Crabbe y Draco retrocedieron mientras Goyle agitaba la mano para desprenderse de la rata, gritando de dolor, hasta que, finalmente, Scabbers salió volando, chocó contra la ventanilla y los tres muchachos desaparecieron. Aurora no pudo contener la risa, hubiera deseado ser ella la primera en gastar una bromita a su hermano, pero le había ganado una rata.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Hermione entrado al compartimento, mirando las golosinas tiradas por el suelo, la risa descontrolada de Aurora y a Ron que cogía a Scabbers por la cola.

—Creo que se ha desmayado —dijo Ron a sus amigos—. No, no puedo creerlo, ya se ha vuelto a dormir.

Aurora amaba a esa rata.

—Antes no me lo habéis contado, ¿cómo os conocisteis? —preguntó Ron a Harry y Aurora.

Ambos explicaron aquel encuentro en Madame Malkin.

—Mi familia no es que sea la mejor. Mi padre me ha dicho reiteradas veces que le embrujaron, y que por eso al Quien-tú-sabes desaparecer, volvió al bando correcto. Es mi padre y todo lo que quieras, pero no le creo.

Ron asintió. Fue un gesto diminuto y completamente normal para cualquier persona. Pero para ella significó el mundo. Porque por primera vez en su vida, Aurora sintió que pertenecía a algún lugar.

No le habían juzgado, no habían huido al descubrir que era una Malfoy.

Ron se volvió hacia Hermione mientras Aurora aún seguía en su mundo.

—¿Podemos ayudarte en algo?

—Mejor que os apresuréis y os cambiéis de ropa. Acabo de ir a la locomotora, le pregunté al conductor y me dijo que ya casi estamos llegando. No os estaríais peleando, ¿verdad? ¡Os vais a meter en líos antes de que lleguemos!

—Scabbers se estuvo peleando, no nosotros —dijo Ron, con aspecto de pocos amigos—. ¿Te importaría salir para que nos cambiemos?

—Muy bien... Vine aquí porque fuera están haciendo chiquilladas y corriendo por los pasillos —dijo Hermione—. A propósito, ¿te has dado cuenta de que tienes sucia la nariz?

Ron le lanzó una mirada de furia mientras ella salía. Aurora la siguió para que los chicos pudieran cambiarse en paz.

—¿Neville ha encontrado a su sapo? —preguntó Aurora a Hermione para aliviar la tensión que se había creado en el ambiente.

—Sí, al parecer no lo había perdido, solo que a unos chicos de Slytherin de ultimo año les pareció gracioso esconderlo —contestó ella—. Me han dicho que los Slytherin no son nada agradables, al principio no sabía si creerlo pero ahora...

A Aurora no le apetecía discutir sobre lo mismo otra vez, así que agradeció cuando la puerta del compartimento se abrió y Harry le dijo que ya estaban listos.

—Nos veremos en Hogwarts —se despidió Aurora de Hermione, antes de entrar con sus amigos.

Unos minutos después retumbó una voz por todo el tren.

—Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos. Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán por separado al colegio.

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Aaaah, que capitulo más largo, me siento orgullosa sksksk

Espero que os haya gustado, aunque soy consciente de que podría ser mejor

Por cierto, estoy preparando la playlist del fanfic. ¿Hay por ahí alguna canción que os recuerde a Aurora? toda idea es bienvenida 💖