98
Ambos escuchamos mi puerta abrirse, mirándonos intrigados, sacandonos de cualquier cosa en la que estuviéramos.
Fuimos a ver quién era, caminando lentamente uno detrás del otro, yo delante por obvias razones.
— ¿Por qué caminan así de estúpidos? — Preguntó mi hermana al vernos.
Antes que pudiera decir algo, Lily salió de detrás sonriendo como era costumbre en su rostro. — ¡Hola! — Saludó. —Tenía un par de horas libres y quería venir— Dijo, acercándose a mi.
—Yo la traje, me preguntó si estarías en casa y yo también quería venir, extrañaba a mi hermanito— Se acercó, pegándose a mi pero de forma molesta.
— ¡Quítate! — Hice un poco de fuerza para quitarla. —Pensé que estarías algo más feliz de verme— Se puso las manos en las caderas. —Corea te está cambiando— Me dió un repelús.
— ¿No interrumpimos nada? — Preguntó Lily en inglés, queriendo evitar a la coreana enteramente entre nosotros. Negué. —Suele venir seguido porque quiere, pero hoy estábamos con cosas de trabajo— Expliqué.
Sentí un jalón con algo de fuerza, obligándome a bajar un poco la cabeza, luego notando dos manos sobre una oreja. — ¿Tú hermana sabía que vino su novia antes? — Susurró Jihyo, negando, y ganándome una mirada rara de ella.
— ¿Ustedes qué susurran sobre mi? — Se acercó ambos, poniendonos nerviosos. —A decir verdad tú estás muy cerca de ella ahora… — Miró lo que tenía puesto, además en un español alejado de la compresión de las asiáticas. —Y eso que lleva es tuyo… — Se acercó más a mi. — ¿Finalmente te viniste sin irte? — Preguntó extremadamente directa, por suerte en español.
— ¿Cómo te gustan los hoteles? — Pregunté con su mismo juego. —Eres muy obvio— Me puso un dedo en la frente. — ¿Qué dirían todos si la vieran con tú ropa y conociendo la punta del iceberg? — Se defendió.
—Empiezo a pensar que no podrás sacarla de tu vida ni aunque quieras— Me retó. —Se nota que no me conociste en Australia— Lily inmediatamente reconoció su país pese a mi acento en español.
—Ella me contó un poco de camino, has madurado pero aún te falta mucho— Empezamos a caminar, al principio fué por pena de mi persona hacia Jihyo, ahora era más por cuestión de ideales.
—No eres quien para decirme cosas de madurez— Paramos ambos. — ¿Ah sí? — Alzó una ceja. —Soy más maduro que tú en todos los sentidos aún— Dije con seguridad.
—Tienes aquí lo que te quita toda la credibilidad— Insinuó. — ¿Entonces quieres que solo la saque de mi vida o seamos novios? — Ahora alcé una ceja yo. — ¿En tu definición de madurez no hay grises? — Di en un punto débil.
— ¿No deberíamos escuchar esto? — Susurró Lily a Jihyo. —Esto no lo podremos ver nunca otra vez— Le respondió en un mismo susurro.
—Te encanta victimizarte sobre que no puedes estar con ella aunque quieras y aún así no le has dado un parón— Respondió ella.
—Podría estar con ella si me propongo— Nuevamente la contradije. — ¿Por qué no lo haz hecho entonces? — Volvió a retar.
—No me voy a declarar oficialmente de una manera tan vaga y ordinaria como otras personas— Nuevamente, di en un punto débil.
—Hazlo, demostrame que eres mejor que yo entonces— Solo podía acudir a mi orgullo en vista de su falta de madurez.
—Vas a estar en primera fila para verlo— Propuse, mirándome incrédula. —No vas a hacerlo, como tantas cosas que dices y nunca haces— Siguió.
—Nunca dejo un asunto abierto, lo que empiezo lo termino, no como alguien que no sabe ni lo que quiere— Aquello parecía una guerra a gran escala atacando puntos débiles más que algo justo.
— ¿Y qué si no sabía lo que quería? — Se defendió. —Tú tampoco lo supiste con Haewon y ahora menos con ella, al menos yo me arriesgué— Dijo un nombre, delatandonos, pero daba igual en esa guerra campal.
— ¿O tengo que recordarte las otras que tú mismo me contaste? — Siguió, dándome críticamente. —Podré haberme llevado, pero llevé todo de la manera más sana posible, algo que tú ni aunque quieras podrías hacer ahora— La señalé con la mirada.
—Al menos yo no estoy con otras mientras sigo enamorada— Hizo énfasis en burlarse en la última palabra. —Al menos yo no rompo por cosas estúpidas— Le copié.
—Si vamos a hablar de cosas estúpidas deberíamos hablar de cómo actúas frente a ella, señor don maduro— Nuevamente se burló. —Yo no soy el que espera que la otra persona resuelva todo— Finalmente terminé, ya que nos había dado a ambos con un ataque crítico del que no podríamos recuperarnos en un buen tiempo.
Ella se dejó caer al lado de Lily, yo al lado de Jihyo.
— ¿Están bien? — Me susurró esta. Asentí. —Una vez cada tanto tenemos estas discusiones, las necesitamos para convivir— Le susurré a Jihyo.
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