—Estás más flaco en persona que en fotos— Indicó recién bajo del taxi, pagando yo. —Aunque de detrás si estas igual que la familia, ya veo porque a todos les gustó— Indicó, haciendo que la mirara raro.

—Entra ya por favor— Indiqué con mucho frío. — ¿Así piensas recibir a tu hermana? — Sentí como se lanzó encima de mi, pasando su brazo por mi cuello, sintiendo más calor, pero a la vez asfixia.

Ella era la que nos guiaba, pese a que no conocía bien donde vivía siquiera.

—No eres tan famoso por lo que veo— Me soltó, miró a manos lados. —Veo gente pasando y nadie te mira— Indicó. —Estarán cansados de verme la cara— Me burlé. Le hice una seña de que entrara, obedeciendome raramente.

—Hablas mucho de que bajé de peso pero tú estás incluso más delgada que yo— Dije al quitarse ella el abrigo. — ¿No puedo verme mejor entonces? — Se enojó. —Hagas lo que hagas yo siempre seré el más lindo— Coloqué el codigo, entrando ambos.

—Tienes suerte que yo no quise modelar o ser cantante— Me señaló. —Porque no te habría visto tan humillada entonces, suerte si— Me burlé nuevamente.

— ¿Podemos llevarnos bien al menos mientras estés aquí? — Pedí. —Vivo con cámaras hasta en los baños y no quiero que piensen que me llevo mal con mi hermana aunque así nos tratemos— Indiqué, asintiendo ella.

—Pero quiero que me lleves a muchos sitios, o al menos me digas donde ir— Indicó, a lo que yo busqué la tarjeta del metro, dándosela. —Tiene lo sueiciente para que estés un mes saliendo mucho y no te quedes sin dinero— Le Indiqué.

Al menos terminó haciendo la cena para ambos y durmiendo en el cómodo y caro sofá que me regaló la compañía.

El día siguiente empezó tal cual esperaba, caótico, pero de mala manera incluso, siendo escoltado sin darme tanta cuenta a una reunión.

— ¿Podrías no haber tenido novia a solo una semana de debutar? — Regañaron, a lo que seguía sin entender. Luego colocaron fotos de cuando recogí a mi hermana.

—Esa es mi hermana— Señalé, dejando a todos atónitos. Luego empezaron a hablarse entre ellos, buscando al que no les había dicho que si tenía familia.

—Deberías de especificarlo entonces, las coreanas quieren matarte— Indicó el alto cargo, pasando a los comentarios de aquelka publicación, efectivamente queriéndome crucificar.

A lo que mi hermana terminó en JYP conmigo, publicando algo rápido de que efectivamente éramos hermanos. —No se parecen en nada— Indicó mi manager al vernos. —Gracias al universo— Le respondí.

—Hacían bonita pareja— Añadió, mirando a mi hermana sin entender nada. —Podremos tener la belleza congénita, pero no— Indiqué con gestos, ganándome un par de golpes de ella por entender eso. —No se que estén hablando, pero no estás hablando bien de mi— Me regañó ella.

— ¿Quieres comer? — Pregunté, sobando mis golpes, asintió, bajando los tres a la cafetería.

Una vez allí, empecé a traducir, pero ella pidió un poco de todo, llenando una mesa entera, aunque comiendo todos de allí.

— ¿Es tu novia? — Escuché un susurro en mi oreja, haciendo que saltara del susto, derramando un poco de sopa en mi. Volteé, siendo una sorprendida Jihyo. Negué nerviosamente. —Es mi hermana— Señalé, a lo que ella nos miró.

Miró lo que había provocado, empezando a buscar algo para secarme, levantandome y buscando algo yo también, aunque ella lo encontró, e instantáneamente empezó a secarme, el problema es que mucho había caído en mi entrepierna y ella parecía no darse cuenta del problema.

— ¿Es tu novia? — Preguntó mi hermana ahora, negando yo aún más nervioso.