110
— ¿Qué te pareció? — Preguntó con su característica sonrisa, tres minutos antes podría decir que es del ser más transparente y lindo que conocía, ahora esa sonrisa parecía la de mi parca.
—Me parece perfecta— Hice un gesto con la mano. —Dame un momento— Me levanté rápidamente, haciendo que me viera raro, salí, yendo por el pasillo, buscando el baño, abriendo la puerta, cerrando, pasando el pestillo, dejándome caer.
Aquello entre mi estómago y cerebro no se ponían de acuerdo, mi cuerpo entero menos, levantando la tapa del inodoro, empezando a vomitar todo lo que incluso no tenía, nublandose todo poco a poco, convirtiéndose en aquel negro que Jihyo se había imaginado, sintiendo como iba a ser la peor pesadilla de mi vida.
Cuando desperté, únicamente había oscuridad, escuchandose algo a lo lejos, poco a poco recobrando mis sentidos, agudizandose mi vista, notando como habían unas cuentas luces a mi derecha, además de una vía intravenosa.
Aquello que había estado escuchando no eran más que sensores corporales pegados a mí.
Empecé a moverme, buscando algo, ya fuera mi celular, interruptor de luz, alguien, no quería seguir así.
— ¡¿Qué pasa?! — Escuché la voz de mi hermana, encendiendo la linterna de su celular y cegandome por mis ojos habituarse a la oscuridad.
— ¿Estás bien? — Se acercó, dejando su celular alumbrando a la oscuridad del techo de la sala. Empecé a respirar de manera frenética. Cuando pensaba que nuevamente iba a perder todo conocimiento, sentí como me envolvió en un abrazo, devolviendo un mínimo de mi conciencia a la tierra con ella.
Minutos después llegaron unos cuantos médicos estabilizandome.
— ¿Qué pasó? — Preguntó mi hermana, viéndome extremadamente débil en todos los sentidos. —Nunca habías tenido una crisis de estas, solo yo las tuve— Preguntó aquello mientras seguía abrazándome.
—Hice cosas… — Susurré. —Ni siquiera tú las conoces… — Seguí. —Pero Jihyo creo que sí— Se separó un poco, viéndome extrañada.
— ¿Cómo se enteró? — Preguntó, atando cabos sobre lo que sabía y lo que no ante la situación. —No lo sé— Dije con aún miedo y pánico.
—Creo que esto es todo… — Dije tembloroso. —El angel que te dije que tenía se volvió en mi pesadilla— Empecé a llorar, teniendo el hombro de mi hermana esta vez.
Terminamos acostados luego de reconfortarme ella un buen rato. —Jihyo llamó a todo el mundo, te encerraste en el baño— Soltó una vez más calmado. —Escuché de los bomberos que ella intentó forzar demasiadas veces la puerta, pero no lo logró por su poca fuerza— Explicó.
—No creo que te odie, incluso ella estuvo aquí, se fué cuando la obligaron, tuve que venir yo por ser tú hermana— Finalmente terminó.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro