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"La Diosa del Kilimanjaro" (Parte II)


 Alex y Kaine estaban viendo televisión, las clases se habían suspendido porque a alguien se habia atascado en el excusado.

― Che, ¿ya estas mejor? ― pregunto el castaño.

― ¿Por qué preguntas?

― Es que, sabes, te note algo agazapado despues de hablar con tu abue ― Kaine se llevo a la boca una de las galletas que habia comprado la abuela de Alex.

― Si, si, no es que me haya entristecido, pero ― el chico se detuvo para pensarlo, levanto la cabeza, en cierta parte si, trataba de fingir ― es solo que me senti especial.

― Alex, la misma Reimu te dijo que la septima consciencia era un logro. Muy pocos lo alcanzaron y tu fuiste uno de ellos. ― El chico tomo de su chocolatada.

― Si, pero no fue por merito propio totalmente ― Kaine solo suspiro con fastidio ante la respuesta de su amigo.

― Ya, como te gusta darle vueltas, negro.

Justo Alex cambio de canal, buscando evitar seguir con el tema. En ese momento se engancho con las noticias.

"En ultimas noticias, en un centro de investigacion de Nueva Santiago, un grupo de animales criptidos han logrado fugarse, las autoridades declararon emergencia en toda la ciudad. Se cree que fueron traidos ilegalmente y mantenidos en custodia por la empresa que era dueña de las instalaciones..."

― Kaine ― hablo el pequeño levantandose.

― ¡Espera che, que ya vienen las noticias deportivas! ― lo decia muy en serio, Alex lo miro con desaprovacion y enojo ― bueno, bueno, ush, odio ser un super heroe.

. . .

Shinobu llego dejando su haz de luz purpura hasta las instalaciones, se puso alerta caminando con cautela, antes de que viera como desde el techo del lugar una explosion. La chica se dispuso a ir contra el fuego, pero una mirada la detuvo, si, una simple mirada. Algo hizo que sus piernas quedaran inmoviles, era extraño, como si se hallara frente a algo que produjera miedo, un miedo primal. Tal vez era exagerado, pero era la forma mas cercana en como ella podria describir la sensacion.

― Tardaste mas de lo que esperaba ― esa frase hizo que la chica se helase, pero queriendo mantener la apariencia de chica ruda, giro la cabeza para ver de quien se trataba.

― Tu eres ― sobre una tapia, se hallaba la mujer de katana fumando de su pipa ― ¡Yamato Kishaba! ¡Una de los 10 dedos del demonio!

La mujer cerro su único ojo ante la exclamacion de Purple Heart, se dio media vuelta, demostrando lo largo de su cabello.

― Que curioso, pudiste alcanzar esa velocidad, pero veo que tus niveles de aura son bajos, ¿acaso eres una modificacion? ― cuestiono la chica.

―Naci con poderes naturales ― contestó ― ,¡Pero eso es lo de menos! ¡Quedas arrestada

― ¿Arrestada? Pero si yo no he hecho nada, por otro lado, no soy yo de quien deberias temer ― en ese instante un auto salio en direccion a la chica de cabello blanco, quien pudo eludirlo facilmente. Este habia sido lanzado por una criatura de aspecto similar al de un tapir unido con un mono narigudo, pues su nariz larga llamaba casi tanto la atencion como sus enormes musculos y su pelaje amarillo.

― ¿¡Un Pisco-pir!? ¡Se supone que los ultimos 12 de los suyos estan en una reserva federal! ― Apretando sus puños, y mientras el tiempo se relantizaba, la chica corrio a toda velocidad contra la criatura, lanzando un poderoso y rapido combo de puños al pecho del ser, quien gruño mientras era arrastrado por la fuerza de la chica.

Realistamente, un Pisco-tir era capaz de aguantar bombas atomicas, y de hecho, los golpes de la pequeña no eran tan efectivos. Pero eran molestos, la extraña fuerza que la rodeaba de ese color purpura, esta parecia potenciar los movimientos de la joven, quien se separo para correr alrededor del ser.

― ¡eres un hijo de perra resistente! ― la chica se posiciono detras del ser, dandole un derechazo que empujo al animal varios metros, haciendo que se diera de lleno contra algunos coches estacionados que no tardaron en explotar.

De entre las llamas y el humo broto de nuevo el animal amarillo, quien levanto las manos, los restos de la explosion, rocas, metales, escombros que fueron eludidos. Por cada paso que iba avanzando acabo por llegar cerca del ser otra vez.

Dispuesta a lanzar un ataque contra la nariz, su cuerpo quedo paralizado. El ser de ojos blancos la miro fijamente, antes de que una onda psiquica pasara desde los ojos hasta su cerebro, causando que la chica quedara desorientada. El animal apreto su puño derecho, lanzando el ataque directamente al vientre de la femina, haciendo que esta vomitara sangre. Cayo de rodillas, sintiendo el pulsante dolor, solo para ser recibida por un rodillazo en su nariz que acabo por empujarla contra una pared.

―Eres un hijo de perra fuerte ― exclamo jadeando la mujer mientras sentia el sabor metalico de la sangre llegando a su nariz. La chica apreto sus puños mientras se limpiaba, era la primera vez desde su entrenamiento que sangraba por alguna de aquellas criaturas.

El ser con una destreza envidiable se desplazo hacia la velocista, quien en respuesta corrio en direccion contraria justo antes de ser agarrada, el Psico-pir quedo sorprendido al notar como la hembra habia desaparecido dejando una estela de color purpura. Pero antes de poder siquiera pensar algo, Shinobu salio por detras, habiendo dado la vuelta a todo el planeta solo para lanzarle un poderoso puñetazo que estallo y envio a ambos a direcciones contrarias.

Shinobu rodo con humo saliendole del puño y del traje mientras la criaturase estremecia de dolor a varios metros, para evitar ser lanzado a la estratosfera, el animal acabo por usar sus poderes telekineticos, siendo asi que habia detenido parcialmente el poderoso ataque.

―Este animal me pone los nervios de punta ― susurro una mareada Shinobu mientras se levantaba lentamente. En ese instante, y antes de que el ser se levantara, Tank cayo utilizando su peso directamente a espaldas de la bestia, hundiéndole varios metros en el suelo.

―¡Shinobu! ― el tanque se dispuso a ir en ayuda de su amiga, pero el de pelaje amarillo agarro su pierna ― ¿eh?

Antes de reaccionar, el ser se levanto, conectando un poderoso derechazo directamente al esofago del fortachon. Despues le lanzo un cabezazo y finalmente, una patada.

―Uh, ¿estas bien? ― cuestiono Tank, que ante los golpes no se habia inmutado. El pisco-tir se toco la cabeza, notando que sangre brotaba de esta y que su mano estaba rota.

La criatura gimio, pero antes de poder siquiera moverse, las sombras lo consumieron.

―Eso habria sido mas facil si no te hubieras ido sin nosotros ― dijo Sombra mientras salia de una parte oscura de algunos contenedores.

―Podria haberle ganado yo sola, ¡ustedes lo saben bien! ― sus compañeros solo giraron sus rostros, buscando evitar confrontarla ― ¡Oigan, les estoy hablando!

. . .

Mientras el trio peleaba, Alex y Kaine llegaron a las calles de Nueva santiago en sus armaduras.

―¡Cuidado! ― grito el santo rosado, antes de activar su modo de tiempo bala, corriendo hacia un grupo de policias y empujandolos, pues estos iban a ser aplastados por un auto enviado por una serpiente de 15 metros.

―¡Un santo! ¡Pero se supone que ustedes ahora eran los malos! ― dijo uno de los policias.

―Pues frente a ti tienes a uno de los buenos amigo ― dijo el de armadura rosada dejando el auto a un lado.

Alex salto contra la serpiente, atrapando su mandibula.

―¡Es una Boa-Destructo! ¡Se dice que puede destrozar diamante con sus colmillos y la fuerza de su quijada! ― Alex levanto a la criatura que escupia acido sobre el santo, pero su traje lo defendia ― su debilidad... ¡Esta en el vientre! ― utilizando un puño potenciado con aura, golpeo directamente a una mancha en el estomago de la criatura, la cual cayo noqueada.

―Oficial, ¿seria tan amable de darnos un resumen? ― Kaine miro al hombre que habia ayudado.

―Si, hemos identificado al menos a ocho especímenes ― Ambos santos se prepararon, pero Alex se detuvo antes de seguir a su amigo.

―Espera, Kaine... ― el santo maximizo su vista, con su aura pudo ver a lo lejos a una figura femenina llevando a un hombre de lentes.

El chico no perdio tiempo y salio corriendo, dejando solo a Kaine.

―Jejeje, sucede todo el tiempo ― el de armadura rosada miro a los dos oficiales ―. Bueno, yo me encargo del resto.

...

― Porfavor, deja que me vaya, ya tienes el corazon ― gritaba con panico el hombre, mientras la mujer llegaba al zoologico local.

―Me niego, el pacto no estará completo sino hasta que tu mueras ― hablo la poseida con voz en un eco que se difuminaba entre dos voces.

Cayendo cerca de un estanque, la fémina movió las manos, haciendo que los leones escorpiones (que eran Leones con enormes colas con veneno) empezaran a rodearlos.

―¡Por favor, tengo esposa e hijas! ― grito con lagrimas el hombre, viendo como la chica levantaba su puño, encendiendo llamas a lo largo de este.

―¿Y tu tuviste esa consideracion conmigo o mi familia? ― su tono frio solo hizo que el hombre estallara en llanto, todo mientras se meaba.

―Yo...Yo no, ¡no se porque lo hice! ― sus lentes se cayeron ― ¡Porfavor, mi esposa tendra a otra niña! ¡solo te ruego que me dejes verla!

La mujer permanecio en silencio, viendo fijamente al sujeto. El sollozaba en silencio, justo cuando la chica se dispuso a darle un fulminante golpe, numerosos disparos de energia alejaron a los dos leones y dieron en su espalda. El dolor causo que soltara al hombre mientras se giraba a ver su atacante, siendo recibida por un poderoso derechazo del guerrero de rojo.

―¡Triple... Slash! ― grito Alex mientras, al mismo tiempo, daba otro golpe causando una onda de choque mucho mas poderosa, seguido de una tercera que acabo por enviar a la chica contra arboles y rocas del habitat artificial ―¿se encuentra bien, señor? ― pregunto el chico mientras agarraba al hombre y saltaba hacia afuera del lugar de los leones, dejandolo a salvo.

―Muchisimas, muchisimas, muchisimas gracias santo enmascarado ― decia aun con la nariz llena de mucosidad, antes de tratar de correr, pero siendo detenido por una pared de piedras.

―¡Cuidado! ― Alex se dio media vuelta, rodeado de su aura al cientifico y asi mismo, justo cuando una poderosa llamarada impacto sobre el cuerpo del santo quien tuvo que llevar ambas manos al frente para aguantar.

El traje de los santos era capaz de aguantar llamaradas solares. Pero esto era algo igual o peor, de no ser por haber impregnado de su aura al civil, habria muerto como efecto secundario de aquel ataque. Despues de que cesara, Alex agarro al sujeto y lo lanzo sobre las rocas, dejandolo fuera de peligro.

―Campeon del El Rojo, te pido que dejes concretar mi mision ― la chica, usando una voz masculina que resono en un poderoso eco etereo estremecio al chico.

―¿"El rojo"? ¿¡De que me esta hablando!? ― Alex se estremecio, pero noto algo particular en el brazo de la chica, un zarpullido. Por medio de maximizar su vista y analizar el espíritu pudo sentir la presencia de ambas entidades; pero lo que lo alarmo fue notar como la chica se habia expuesto a alguna enfermedad.

―El cuerpo de esta chica, no durara mucho, buscando al individuo que salvaste, me temo que fue infectada por un arma.

―¿Un arma? ¡Una biologica! ― supuso.

―Ustedes los humanos, ciertamente son los verdaderos animales... ― el espiritu se mantuvo callado, acto seguido le señalo al chico los animales en cautiverio ― son crueles, aun con todo lo que el alma del mundo les ha dado. Someten y matan. Solo piensan en ustedes. Si no fuera porque el rojo tiene raices con ustedes, deberian ser extintos.

―Nadie merece lo que estos animales ― hablo el chico, quien tambien miro a los animales, despues penso en lo cruel que habia sido Kaine con aquel lobo, que, pese a ser una bestia sin raciocinio y hasta mal intencionada, no merecia eso.

―Aun asi, con el corazon de nuevo en mi poder, podre regresar a mi tierra de origen, pero quiero cumplir la promesa de la mujer a quien poseo.

―Cazar a un hombre... Es igual de cruel, no puedo permitirte hacerlo.

―Desconoces la totalidad de lo que se juega aquí, joven protegido de El Rojo.

―Yo, puede ser que sea asi, pero no dejare que mates a un hombre indefenso ― Alex y el espiritu cargaron uno contra el otro.

Alex empezo con un uppercut que acabo por enviar al aire a la chica. Misma quien creo dos enormes bolas de fuego que lanzo contra el santo, culminando en una explosion.

De entre las llamas volvio a salir el santo, algo herido y con quemaduras en el traje, sin dudarlo logro cabecear el pecho de la chica, solo para despues agarrarla y lanzarla contra un estanque de cocodrilos dragon.

―El rojo elige bien a sus guerreros ― hablo el espiritu levantandose junto al cuerpo de la femina, Alex aterrizo frente a ella.

―Rindete ― ordeno el santo.

Pero antes de que pudiera seguir, del agua salieron dos enormes reptilodes con alas que abrieron fuego, disparando un torbellinos de agua ardiente sobre el chico, claro que eso no haria daño por su traje, pero no fue sino hasta que el espiritu envio energia a las criaturas que causo que el agua que ambos disparaba explotase y enviase volando al santo otra vez.

―Eso... Dolio.

―Para ser capaz de destruir el planeta con tus golpes, sigues desconociendo el poder del aura ― entonces Alex recordo una de las cosas mas importantes de su entrenamiento con Reimu.

Los santos eran capaces de concentrar su poder destructivo para evitar destruir cosas innecesariamente, el nunca aprendio a medir bien eso, pues su aura se basaba en destruccion pura y bruta. O al menos eso penso. Recordo los principios de su golpe rotatorio, se basaba en concentrar en un solo punto su daño.

Determinado, espero a que el ser se acercara. Este creo una lanza hecha unicamente del aura de la mujer y suya propia. Sabia que no debia contenerse al menos en este golpe. Tenia que admitir que se sentia algo mal de no haber recordado algo tan basico.

―¡Ahora, recibe mi ataque final!

―¡No! ― El chico apreto su puño, mientras un haz de luz rotatorio rodeo su puño. Justo en el instante que el cuerpo de la chica iba a lanzar su ataque, Alex contragolpeo duplicando la velocidad de la luz en menos de un microinstante, dejando caer a la chica entre sus brazos.

Alex sostuvo a la chica, la dejo recostada. Ahora tenia que hacer algo mucho mas importante; salvar su vida.

―Bien, bien, el aura tiene propiedades curativas, debo tener algo ― el chico lentamente transmitio su aura al cuerpo de la mujer, gracias a su poder de vista aumentada, podia ver a traves de la carne hasta llegar a ver el sistema inmune de la chica ― son tan pequeñas, pero, ¿que puedo hacer?

Alex permanecio en silencio un rato, el sudor le caia por entero, ¿por que demonios sudaba tanto? ¡ya tenia mucho con ver cada atomo del cuerpo de la chica...!

« ¡Atomos! ¡eso es! ¡puedo destruir la enfermedad a nivel atomico antes de que se siga expandiendo!» en ese momento, el chico puso a trabajar su habilidad, ayudando al sistema inmune de la chica, destruyendo la enfermedad en su totalidad en solo unos segundos.

Tras lograr su cometido, dejo a la chica en un lugar seguro, y despues se retiro.

. . .

―¿La dejaste ir? ― pregunto Kaine con incredulidad ― ¡¿y te haras vegetariano?!

―Si, pero creo que es mas porque pense en otras cosas en ese momento. Espero no molestar a mi abuela ―contesto Alex ―, ademas creo que despues de noquearla, no le hara daño a ese hombre.

. . .

El cientifico se hallaba cargando a su bebe en sus manos, había decidido dejar aquellos experimentos fuera de su vida definitivamente. Beso a su niña y la recosto.

―¡Vamos papá! ― grito una de sus hijas menores.

―Ya voy ― el cientifico se limpio los lentes, las siguio, pero algo la detuvo, queria ir al baño ― ya las alcanzo.

El hombre ingreso en la habitación, hizo sus necesidades y se labo las manos, mientras se fijaba algo detras del espejo del baño, volvio la mirada a su reflejo. Y alli, la vio. La chica y el espíritu.

―¿¡Que!? ― asustado, trato de huir, pero su mano fue atravesada por una roca. El hombre trato de contener las lagrimas mientras observaba como su extremidad ahora estaba destrozada.

―Viste nacer a tu primogenita ― era unicamente la voz de la chica, quien le tapo la boca mientras lo estrellaba contra la pared ―, ahora te matare.

De un movimiento abrio el estomago del hombre, quien gimio mientras sus ojos se inyectaban en sangre. La chica removio su dedo, dejando caer los intestinos del cientifico, quien con sus ultimas fuerzas se arrastro a su billetera, en ella, estaba la imagen de el, su esposa y sus hijas.   

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