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Capítulo 6

AMENAZA


Estaba ansiosa por salir. Veía constantemente el reloj de su muñeca, faltaban cinco minutos para las seis. Gruño. Ya quería que fueran las seis.

Siguió arreglando los papeles sobre su escritorio, los ordeno y apilo. Se puso de pie y comenzó a guardar sus cosas en su maletín. Volvió a mirar su reloj y solo habían pasado dos minutos, volvió a exasperarse.

Tenía la necesidad de regresar cuanto antes al departamento, no sabía por qué, pero tenía ansias de ver a Loki. Ese día no había salido para comer y, por ende, no lo vio ni le dio de comer. Sabía que cuando regresara estaría él esperándola para que le diera de comer. Los pacientes que llegaron a la hora de comer no estaban programados, pero aun así ella tenía que atenderlos porque era su área.

—Deberías relajarte—dijo Sage desde el marco de la puerta, tomando por sorpresa a Sophie, la cual estaba ensimismada en sus pensamientos—, te ves tensa.

— ¡Sage! —Soltó sobresaltada Sophie mientras se llevaba una mano al pecho—. Me has espantado— intento calmarse del susto normalizando su respiración.

—Pues así tendrás la conciencia—dijo con una amplia sonrisa.

— ¿Que se te ofrece, Sage? —pregunto más calmada Sophie, mientras se colgaba el maletín y veía el reloj de nuevo, 5:58 pm.

—Nada, solo venía a dejarte estos análisis del Señor Jiménez—dijo estirándole el brazo con los documentos, con un tono serio, cosa que le preocupo a Sophie.

Cuando Sage hablaba seria solo podía significar dos cosas: o algo andaba mal o estaba frente a los directivos médicos. Y como Sophie no pertenecía a aquellas personas, comenzó a preocuparse. Dio un suspiro.

— ¿Que tiene? — pregunto preocupada mientras tomaba los papeles en sus manos y los comenzaba a leer. Leyó los informes y abrió los ojos como plato al ver el resultado—. Cáncer, ¿Que tan grave es?

—Es terminal—se encogió de hombros mientras reflejo su impotencia en su tono de voz y su rostro.

— ¿Y lo sabe él y su familia? —pregunto mientras le entregaba el documento a Sage. Ella negó con la cabeza. Sophie la miro fijo por unos instantes, para luego recargarse en su escritorio—. ¿Cuánta esperanza de vida le queda?

—Con cuidados especializados como de 5 a 6 meses, puede que hasta un año, en el mejor de los casos—Sage agacho el rostro y guardo silencio.

Sophie sabía que significaba esta visita. Sage no podía dar la noticia y necesitaba de ayuda, ya que ella no se sentía capaz de darla. El solo hablar de cáncer era terror para Sage. Su hermana Jeannine padeció dicha enfermedad y se la había consumido ante los ojos de una pequeña y frágil Sage, fue por ello que ella quiso especializarse en oncología para poder tratar este tipo de casos. Le era posible dar la noticia cuando el cáncer no era tan avanzado, porque aún había esperanza. Pero en este caso, donde el cáncer era del mismo tipo que su hermana había padecido, su fortaleza se veía quebrantada y era cuando recurría a Sophie o a Luke para que la apoyaran a dar la noticia.

Sophie se lanzó a abrazarla mientras sacudía su abundante pero corto cabello oscuro, alborotándoselo, haciendo que Sage sonriera un poco.

—Animo—dijo Sophie con una sonrisa—, yo te acompañare en esto. Pero tienes que comenzar a enfrentar tus problemas Sage, tu pasado no debe de torturarte por siempre.

—Mira quien habla, la chica que mete extraños a su casa para no estar sola y celebra cumpleaños de hijos no nacidos—dijo burlona con lágrimas en los ojos.

—Touché— espeto con una gran sonrisa Sophia mientras dejaba correr lágrimas de sus ojos. No le ofendió lo que dijo Sage, ya que era verdad. Pero no dejaba de hacerla sentir mal.

Eran amigas y se sabían decir cada una, cara a cara, sus errores y problemas como si de chistes se trataran. No les afectaba, sino más bien les ayudaba ya que se hacían ver en que fallaban e iban mal.

Se dieron un gran abrazo de nuevo y salieron del consultorio rumbo a la habitación del señor Jiménez.

Sophie estaba apresurada por llegar a su casa. Ya habían pasado más de media hora desde que Sage había ido a su consultorio por ayuda. Habían ido juntas a dar la noticia del señor Jiménez, a él y su familia. En un principio Sophie había iniciado la conversación, ya que Sage se había paralizado, pero de un instante a otro su amiga la interrumpió y agarro las fuerzas de quien sabe dónde para dar el anuncio. Supero su problema y sus temores en esos momentos, no se quebró como lo había hecho en otras ocasiones. No dejo que Sophie contestara nada. Si, había dejado correr dos lágrimas mientras daba la noticia, pero era por que compartía su dolor y lo entendía bien, pero no se paralizo en un ningún momento después de haber decidido dar la noticia.

Se había atrevido a dejar su pasado atrás, como un recuerdo vivido y una experiencia aprendida. Sophie sintió que ella también debía hacerlo, su amiga le demostró que ella lo había logrado, ¿Por qué no habría de poder ella también? Debía de dejar su pasado ataras y ser feliz, sin nada que la atara. Pero aún le dolía desprenderse de todo. No se sentía preparada. Pero sabía que debía de ir avanzando poco a poco y eso es lo que estaba haciendo. Sin darse cuenta, Loki le estaba ayudando, la hacía enfrentarse constantemente contra sí. Tal vez Loki no era consciente de que la ayudaba, pero lo estaba haciendo, en pequeños pasos. A pesar de que ella creía que había formado una dependencia hacia él, pensaba que todo era parte de ese proceso para salir adelante.

Sonrió. Aplasto el acelerador de su auto cuando el semáforo cambio a verde. Se hallaba a solo unas cuantas calles de su edificio. Ya le faltaba poco para llegar y así poder ver a su extravagante invitado. Freno cuando estuvo enfrente. Aparco el vehículo en su lugar correspondiente y apago el coche. Bajo de este junto con sus cosas del trabajo. Entro al edificio y paso al elevador, el cual, comenzó a subir.

Estaba ansiosa y aun no entendía porque, pero sabía el por quien. Recordó, entonces, cuando encontró a Loki la noche anterior en su habitación.

Esa noche ella había llegado muy tarde por una brigada de Salud que hubo en la ciudad y su centro de salud no había sido excluido de ese proyecto. En el fueron atendidas todas aquellas personas de escasos recursos, como otras veces. Había llegado muy cansada a su casa por su ardua labor. Y al abrir la puerta, lo primero que escucha fueron los gritos de Loki, que le taladraron en sus oídos. Fue rápidamente a su cuarto y lo encontró encogido en la cama. Salto sobre de él e intento despertarlo, no sabía si eso lo perjudicaría en su estado mental más adelante, pero le desgarraba que el pobre hombre estuviera gritando de esa manera. Cuando logro despertarlo, este se alzó sobresaltado casi chocando con su rostro. Sophie lo veía muy preocupada, el pobre hombre estaba llorando intensamente y podía apostar que ni siquiera se percataba de aquello. Lo abrazo con todas sus fuerzas mientras le acariciaba la espalda suavemente. Loki se rindió ante el abrazo de ella, pero aun no dejaba de temblar.

Disculpa haber llegado tarde. Tratare de no dejarte de nuevo. ¿Está bien?

Loki asintió débilmente y ella sonrió. Se levantó y lo vio indefenso en su cama. Se le ocurrió una idea, tal vez no era una buena, pero a ella le agradaba. Se quitó la bata y se dispuso a dormir con él. Era lo único que se le ocurría hacer para evitar las pesadillas, era lo que su madre hacía con ella cuando no podía dormir. Loki se opuso por unos momentos, pero después termino cediendo. Sophie se metió en la cama con él y se recostó sobre su pecho mientras lo abrazaba. Él se tensó por un momento pero después la rodeo con un brazo y recargo su cabeza en la de ella. Sophia agradeció que la luz estuviera apagada para que así Loki no viera que se había sonrojado. Cerró los ojos relajada. Se sentía cómoda y protegida estando de esa forma con él.

No te vayas a sobrepasardijo en un tono sarcástico denotando autoridad. Esto es solo dormir, ¿De acuerdo?

Solo dormirescuchó decir en voz baja a Loki.

Ella sonrió y le deseo buenas noches, pero el ya no respondió. Se acorruco más en él y termino durmiéndose.

Termino su recuerdo y la puerta del elevador se abrió. Se hallaba sonriendo. Quería ver cómo había dormido su compañero ya que no había querido despertarlo en la mañana porque parecía tan relajado. Salió del elevador y camino hacia la puerta de su apartamento, saco las lleves y la abrió. Escucho unos pasos por el pasillo pero no les presto mucha atención. Entro a su hogar y cuando iba a cerrar la puerta algo se lo impidió.

—Hola, Sophia— dijo una voz gruesa y varonil a su espalda.

Sophie giro, porque esa voz le sonó conocida y sabia de quien provenía. Cuando lo vio sonrió ampliamente.

— ¡Gabriel, que sorpresa! —dijo elevando su tono de voz, tenía mucho sin ver al hombre que le había ayudado a volver a la realidad tras el atentado de Nueva York, aunque haya sido solo por unos momentos.

—Te extrañe tanto —dijo con su elegante tono de voz mientras la abrazaba con sus fornidos brazos. Siempre le habían gustado sus abrazos por acogedores.

Sophie hundió su rostro en su pecho, correspondiéndole al abrazo, pero él le sujeto la barbilla y le planto un beso en la boca. Ella se paralizo por un momento. No supo cómo reaccionar. Gabriel sigue besándola, elevando la intensidad, suponía que buscaba que ella le correspondiera. Pero se sentía incomoda, fuera de sí, una opresión en su pecho se hizo presente, no era porque aquel beso la excitaba, sino más bien la confundía y la hacían sentir incomoda.

Reacciono y se soltó del agarre de Gabriel y lo empujo como pudo hacia atrás.

—Basta—le dijo suplicante, lo miro directamente, esta vez tratando de parecer molesta—. Te dije que me dieras un tiempo y no lo estas respetando.

—Te lo di—soltó Gabriel confundido mientras daba un paso hacia ella—. Ya ha pasado bastante tiempo desde que me fui de gira, es tiempo suficiente para que hayas pensado.

Gabriel tomo el rostro de Sophia entre sus manos mientras la miraba tiernamente. Acerco sus labios a los de ella. Sophie sujeto las muñecas de él y, con firmeza, las aparto de ella, mientras daba unos pasos atrás.

—Gabriel, por favor, no me hagas pedirte que te vayas.

—Lo lamento—dijo resignado Gabriel, mientras retrocedía—. Solo... Es que pensé que después de estos dos meses podríamos volver a lo que éramos antes.

—Pues no es así—dijo seriamente Sophie—. Sé que me escucho muy dura, pero es necesario. Necesito mi espacio, Gabe, y no me lo estas respetando. Te pedí que fuéramos amigos, nada más.

—Amigos—repitió Gabriel—, con eso me conformo. Pero te aseguro que te conquistare de nuevo algún día, soy muy perseverante - soltó con una febril sonrisa.

—Puedes estar seguro de eso—le sonrió ella—, por algo eres un chelista excelente.

Ambos rieron rompiendo la tensión que había en el ambiente.

—Hablando de chelista, ¿Cómo te fue en tu gira por Europa? ¿Cuándo llegaste? —pregunto ansiosa Sophie mientras se cruzaba de brazos.

—De maravilla—contesto alegremente—, voy llegando del aeropuerto, de hecho el chofer esta abajo esperándome, solo venía a saludarte y decirte que había vuelto.

— ¡Oh! Ya veo.

—De hecho—comenzó Gabriel—puedo invitarte a comer y ahí platicamos de todo lo que nos ha pasado, ¿Te parece si paso por ti a tu trabajo mañana?

—No, no puedo—soltó en son de disculpa ella—, tengo muchas cosas por hacer en el centro de salud—se excusó—. Pero puedo hacerte una cena de bienvenida, si quieres.

—Me parece perfecto—sonrió—. ¿A qué horas?

—A las ocho y media, ¿Te parece?

—Muy bien, nos vemos entonces a las ocho y media—se acercó a ella y le beso en la mejilla—. Hasta mañana, Sophie, tengo muchas cosas que quiero contarte.

Gabriel se despidió con la mano y se fue al marco de la puerta.

—Hasta mañana, Gabe—se despidió mientras sacudía la mano, Gabriel le sonrió y se fue, cerrando la puerta tras de si -. Yo también tengo cosas que contarte y enseñarte—dijo en voz baja mientras giraba el rostro en dirección al cuarto de Loki.

Realmente, ahora sí, se encontraba en un embrollo. ¿Cómo le diría a su ex-novio (bueno, realmente no era su ex-novio, solo le había pedido tiempo y habían quedado solo en función de amigos, o al menos eso creía ella) que tenía metido un hombre desconocido en su casa? Suspiro. No había nada de malo con que Loki viviera con ella, era su paciente, su relación solo era la de Médico - paciente, no tenía por qué preocuparse de que Gabriel se molestara, pero estaba el asunto de que había dormido en la misma cama que su paciente, así que su relación se iba más allá, ¿qué no?, además estaba el hecho de que lo había querido besar, como también el percance de que lo había visto desnudo, que por cierto el hombre no estaba para nada mal, en distintas ocasiones, sin contar el hecho de que se le "monto" para poder quitarle unos hilos de la espalda. Agacho la cabeza y se recargo en el sofá aventando su maletín sobre de este. Al parecer su relación iba más allá con Loki. ¿Cómo se lo explicaría a Gabriel?

Pues no debía de explicarle nada ya que los dos ahora solo eran amigos, ¿ciertos? Habían tenido una relación formal. Gabriel había llegado a su vida cuando ella estaba en estado de depresión, época en la que atento varias veces contra su vida, de las cuales, el detuvo la mayoría, las otras lo había hecho Sage. Fue el único soporte que ella tenía, ya que ni siquiera había querido volver al trabajo. Él la hizo reaccionar y le volvió a dar sentido a su vida, le brindo su amistad, su apoyo y su amor, pero, a pesar de que él terminó profundamente enamorada de ella, Sophie nunca se enamoró de él. Cuando le pidió que fuera su novia ella sola accedió por agradecimiento a él, no por amor, provocando que la relación solo fuera de uno. Gabriel lo sabía, pero nunca le importo, él solo se conformaba con estar a su lado.

Pasaron mucho tiempo juntos, en la espera de que Sophie se enamorara de él, pero eso nunca paso. No es que Gabriel fuera un mal chico, al contrario, era muy atento y caballeroso, no era en extremo rico, pero si tenía su dinero, era un excelente chelista y daba conciertos en grande en donde le iba muy bien. Pero hubo un tiempo en que Sophie se comenzó a sentir incomoda junto a él, Gabriel le había pedido que se fueran juntos de gira por Europa a dar conciertos, ella no tuvo más que pedirle un tiempo para pensar en su situación, viajar juntos durante todo ese tiempo era dar un paso que ella no se sentía lista para dar. Gabriel no tomo de buena manera esa respuesta, pero no pudo hacer nada más, la respetaba y sobre todo a su decisión.

Sophie había querido pasar un tiempo como soltera. Disfruto de su soltería, pero aun así, la seguían abrumando los recuerdos y su dolor por lo de sus padres.

Dio un suspiro largo mientras se dejaba caer sobre el sofá de espaldas. Con Gabriel había creado un colchón monótono donde debía mostrarse como la gente esperaba que ella fuera. Pero algo diferente pasaba con Loki, con él a su alrededor, podía ser ella misma y eso le agradaba, él le había hecho sacar lo mejor de ella en esos días en los que ha vivido con ella.

De repente reacciono.

— ¡Loki! —exclamo sobresaltada mientras se levantaba como resorte del sofá.

Se fue disparada hacia la habitación del aludido y abrió la puerta de un golpe. Se encontró con la habitación a oscuras y con el hombre recostado, durmiendo plácidamente sobre su cama. Ella se relajó y sonrió ante aquella escena. Estaba calmado y relajado. Vio la hora que proyectaba el reloj digital y se rio internamente. Eran solo las 7:45 pm y este hombre ya estaba dormido muy relajadamente, al parecer ya había dejado de tener pesadillas y ya podía dormir todo el tiempo que quisiera. Comenzó a cerrar la puerta lentamente para dejarlo descansar cuando un ruido proveniente de Loki la detuvo. Loki comenzó a moverse bruscamente en su cama, girando de lado a lado mientras murmuraba cosas que no podía entender.

Ella se adentró a la habitación, fue directo a la cama y se sentó al lado de Loki, le acarició su cabellera tan profunda como la noche y comenzó a tararear una canción dulcemente, veía como Loki se aferraba más a las sabanas y seguía temblando, ella solo seguía con su trabaja de acariciar y tararear más fuerte pero sin perder esa ternura. Ella sabía bien que no era buena cantando, aunque sus amigos le decían que tenía una dulce voz y lo hacía bien, pero creía que si lo hacía de corazón tal vez sirviera de algo.

Loki comenzó a relajarse y dejo de murmurar poco a poco, también los movimientos dejaron de ser tan violentos, al parecer estaba funcionando. Sophia sonrió y continúo con la canción hasta que la finalizo, para ese momento Loki ya había dejado moverse y había vuelto a su tranquilo respirar. Al parecer la pesadilla había cedido, Sophie la acaricio la frente, sonrió, le planto un beso en la frente y se puso de pie.

—Buenas noches Loki—dijo enternecidamente, para después darse media vuelta y salir de su habitación.

Fuera de su habitación se encontró en el pasillo una flor en el suelo, cosa que le pareció extraño. Era un lirio de color turquesa, la levanto y vio como esta se encontraba en pésimas condiciones, pero aun así, no perdía su hermoso encanto, fue a su cuarto la coloco en un florero que tenía vacío y fue al baño por algo de agua. Cuando regreso a su habitación hecho el agua al florero y admiro por unos momentos el hermoso lirio, el cual le recordó mucho a Loki. Sonrió y se tumbó a recostar a su cama.

Analizo todo lo que había vivido con su extravagante invitado y fue ahí donde confirmo que realmente Loki sacaba lo mejor de ella y, eso, era algo que no quería perder.

La mañana llego y Loki comenzó abrir los ojos lentamente, se giró en busca del reloj, era un hábito que había forjado desde su llegada a Midgard, eran las siete y cuarto de la mañana. Bostezó somnoliento mientras estiraba el cuerpo de forma que no se lastimara sus costados. La noche había sido placentera y, a la vez, extraña. Había tenido pesadillas, llegaron a ser muy intensas, pero en un punto las pesadillas bajaron de intensidad, los nudos se desataron y sus temores comenzaron a disiparse. No sabía del por qué, pero así había ocurrido, lo cual le había alegrado, eso le permitió disfrutar entera la noche. Pero a pesar de que era motivo de alegría, todavía seguía el sentimiento de enojo y de traición, que aún no entendía porque lo seguían afectando, cierto, había visto a Sophia ("la mujer" le dijo molesto su interior) besándose con otro hombre, eso era normal, ella podía tener relaciones y besarse con quien quisiera, era algo que al él no le debería de importar, pero le importaba y, peor aún, le afectaba. No entendía el por qué, pero realmente le molestaba, habían acordado no relacionarse sentimentalmente y, sin su propio permiso, había dejado que esos sentimientos entraran a su vida y le afectaran.

Gruño. Se levantó, quitándose las sabanas sobre de si, sintió una oleada de frio pero no le molesto, camino apresurado y salió de su cuarto, camino el extenso pasillo y, en la cocina, se encontró con Sophie, quien estaba preparando el desayuno. Fue hacia donde estaba a ella y se plantó de pie, firme, en el piso, se cruzó de brazos y la miro molesto.

—Buenos días, dormilón—le dijo Sophie sin voltear hacia él, al parecer lo había escuchado llegar.

— ¿A qué hora llegaste ayer en la noche? —pregunto molesto, sabia la respuesta, pero quería que ella le digiera todo con lujo de detalles.

— ¿Ahora tengo que darte santo y seña de las horas que llego a mi propia casa? —soltó en tono sarcástico—. Pensé que ya había pasado por esa etapa, madre.

—Solo contesta la maldita pregunta—soltó exasperado Loki.

—A las 7—dijo mientras tomaba uno de los platos y serbia la comida ahí—. Cuando llegue tú ya estabas dormido. ¿Contento?

Loki apretó los puños y se fue hacia la mesa en donde se sentó en una de las sillas y planto los brazos sobre la mesa.

Sophie llego a los segundos después con dos platos en las manos, coloco uno enfrente de Loki y otro al lugar opuesto. Coloco los vasos, los cubiertos y la leche, al final se sentó en su lugar. Miro fijamente a Loki por unos instantes, tomo los cubiertos y comenzó a cortar lo que había en el plato. Loki agacho la cabeza y miro lo que había sobre su plato, eran unas cosas redondas de color café, sobre de ellas había tocino picado finamente y estaban bañados por un líquido que era semejante a la miel que había en Asgard. Tomo los cubiertos e imito a Sophie.

— ¿Por qué te dormiste tan temprano, te sientes bien? —pregunto Sophie en tono neutro.

—Me siento bien—respondió secamente Loki.

—Y te dormiste tan temprano porque...

—No es algo de tu incumbencia—decía mientras se metía un trozo de su desayuno a su boca. El sabor era dulce, pero tenía el toque salado del tocino el cual lo volvía una combinación deliciosa.

—Interesante respuesta, pensé que lo habías hecho por interés mío, mira lo equivocada que estaba—soltó con un deje de ironía.

Loki se exaspero y azoto los cubiertos en la mesa, haciendo que Sophie levantara la vista de su platillo.

— ¡Dame mi collar! —ordeno Loki.

Sophie levanto una ceja.

— ¿Disculpa?

—Te dije que quiero mi collar, mujer.

Desde que despertó en el cuarto de visitas de Sophia, esta le había devuelto todas sus pertenencias, a excepción del collar que compartía la misma serpiente con alas que su brazalete, además de los adornos alrededor de ella. En un principio no le molesto, ya que dicho collar le recordaba a Odín, ya que este se lo había regalado en uno de sus cumpleaños junto al brazalete (este había sido regalo de Frigga), cuando Loki aún era un niño. Tanto a él como a Thor le habían regalado algo semejante en ese año. Solo que el collar y el brazalete de Thor tenían un cabrito, en vez de la serpiente. Estos eran parte de una época que él recordaba agradable y, aunque odie a la persona que le dio dicho collar, se habían convertido en una parte de él, como también en un recordatorio de lo que era, alguien de la realeza.

Sophia lo vio con un semblante serio.

—Lo tengo en mi cuarto—corto otro trozo de su comida y lo metió a la boca, masticándolo tranquilamente—. Te lo daré cuando termine de desayunar.

—Lo quiero ahora—demando Loki molesto, aún estaba de pie frente a ella.

- Pues lo siento, estoy desayunando muy tranquilamente y no lo interrumpiré solo porque a nuestro "principito" se le haya antojado tener su maldito collar en su poder—soltó molesta mientras lo miraba de frente—, tendrás que esperarte a que termine de desayunar.

Loki se inclinó más a ella molesto.

— ¡Dámelo ahora! —grito molesto.

—Por más que me grites no te lo daré—dijo algo seria— ¿Que te cuesta esperarte unos minutos a que termine mis Hot Cake?

— ¿Y qué te cuesta a ti levantarte e ir ya por él? —refuto Loki mientras se sentaba y se cruzaba de brazos, sentía un gran impulso de fastidiar todo lo que pudiera a esta mujer.

Sophie lo ignoro y siguió desayunando tranquilamente, como si no le afectara que esto solo molestara más a su invitado. Loki solo la observaba de manera molesta mientras pasaba sus ojos de ella a su plato y de este a Sophie. Decidió seguir comiendo cuando la mujer no se movió de su lugar mientras este la observaba. Sentía una amargura en su garganta cada vez que la pasta, que se formaba cuando masticaba la comida, pasaba por esta y no entendía porque si se suponía que aquel platillo era dulce.

Después de unos minutos Sophie termino con su desayuno, se limpió las comisuras de sus labios y se puso de pie en dirección a su alcoba, supuso Loki. Llego unos instantes después con el dije en mano, la azoto sobre la mesa dejando el collar a un lado de Loki y se fue a recoger sus platos.

—Listo, ¿qué te costaba esperarte unos minutos más? —decía mientras tomaba molesta los platos donde ella y Loki habían desayunado.

—Me costaba mucho—decía mientras tomaba el collar y lo admiraba intensamente, había olvidado lo hermoso que era y la sensación que le provocaba. Se lo puso y tomo la taza donde ella le había servido chocolate caliente.

Se relajó. Sabía que ya no había por qué estar molesto con ella, se propuso olvidar lo que sintió cuando vio aquel beso. Busco darle la mínima importancia, porque al fin y al cabo no era asunto de él con quien se besara ella. Pero aun así no se permitiría a volver a ser amable con ella, no quería que se involucraran sentimientos nuevamente, la trataría cordialmente, solo hasta ahí se permitiría su trato.

—Como sea—comenzó Sophie mientras se cruzaba de brazos después de haber dejado los platos sucios y se posicionaba frente a Loki—, hoy tengo una cena con unos amigos y necesito que te vistas elegante.

— ¿Y por qué tendría que vestirme elegante en una cena? —pregunto molesto—. No soy parte del repertorio de tus amigos, no tengo por qué estar ahí.

Loki sabía que Sophia no lo veía como un amigo, sino más bien como un paciente, así que realmente no entendía porque ella lo quería en dicho lugar, tal vez, supuso, que era para que sirviera la comida. Frunció el entre cejo ante esa posibilidad. No permitiría que nadie lo pusiera a servirles a otros. Al contrario, pensó él, los demás debían de servirle a él.

—Aunque tú no te consideres así, eres mi amigo—soltó seriamente ella sacándolo de sus pensamientos—, hemos compartido muchas cosas y me gustaría que estuvieras ahí, como parte de mis amigos, parte de mi vida.

Y ahí estaba de nuevo, esta mujer diciendo este tipo de palabras que Loki estaba evitando escuchar, ya que no quería volver a caer, pero ella lo hacía muy difícil. Enfoco toda su concentración en la taza que tenía entre las manos, esta hermanaba humo, Loki comenzó a soplar a la taza, quería evitar pensar en lo que Sophia le había dicho, pero le fue inútil. Desde que conoció a esta mujer le pareció interesante, no solo por su habilidad para ver auras, sino por la forma en la que era con él, centrando su atención en él, sirviéndole sin siquiera conocerlo y lograr que él le prestara atención aunque no quisiera. Suspiro y tomo un sorbo de chocolate. Levanto el rostro y la miro fijamente. Al final, había vuelto a ceder ante ella.

—Dime tú, entonces, que es vestirse elegante para tú y tus amigos. Porque por mí, me podría poner mi traje formal, con todo y armadura - le sonrió irónicamente.

—Supongo que eso es un si—sonrió triunfal Sophie, poso sus manos en la silla y se recargo en ella—. Me gustaría que usaras camisa y un pantalón de vestir, me gustaría llevarte a comprar ropa, pero ahora no tendré mucho tiempo, así que usaras algo de la ropa de Luke.

—Así que ¿para ti, vestirse elegante es usar ropa usada? —pregunto Loki mientras se cruzaba de brazos y levantaba una ceja.

—Te prometo que este fin de semana te llevare a comprar la ropa que más te guste, tú la escogerás y será toda tuya ¿te parece?

Cuando se terminó la taza, Loki se levantó y la miro de frente unos instantes y después se giró. La idea de poder escoger su propia ropa le agrado, hasta que la mujer había usado su inteligencia, pensó él.

—Si, como sea - soltó con un tono despreocupado mientras avanzaba rumbo a su habitación—. Por cierto, ¿podrías prestarme más libros? Es que los otros ya me los he terminado.

—Por supuesto—soltó alegre Sophia dando largas zancadas para poder estar al lado de Loki—, de hecho— lo sujeto de la mano y tiro de él—, puedes entrar a mi cuarto y escogerlos tú mismo, ¡Vamos!

Sophie camino frente a Loki sujetándolo de la mano mientras lo jalaba. Loki solo estaba sorprendido ante la reacción de la mujer, ¿cómo podía pasar de estar molesto con él a estar alegre y sujetarlo de la mano para llevarlo a su cuarto? No es que fueran a hacer algo impropio, solo iban a ver y escoger libros, pero Loki no pudo evitar que volvieran a su mente los recuerdos cuando ella lo abrazaba cuando dormían juntos, cuando ella lo estaba bañando y pasaba suavemente el estropajo por todo su cuerpo herido, cuando se sentó sobre su trasero y parecía que lo estaba montando, no pudo evitar el pensar que esta mujer posiblemente pudiera abusar de él en el momento que ella quisiera, aunque él, probablemente, no pondría mucha resistencia. Tenía que aceptar que Sophie no era fea, tenía buen cuerpo, unas caderas considerablemente anchas, un buen pecho (ni tan grande y ni tan chico), aunque estuviera un poco baja de estatura y se viera un poco llenita, no dejaba de parecerle bonita. Se sonrojo ante eso pensamientos se sacudió la cabeza, trato de traer el recuerdo de aquel beso y busco experimentar de nuevo todos aquellos sentimientos. Se volvió a molestar, pero el sentimiento ya no era tan intenso. Estaba dando lugar a necesidades carnales de un simple ser humano, debía evitarlos a toda costa, él era un dios y, como tal, no debía caer en esos juegos.

Llegaron al cuarto de ella y abrieron la puerta. Loki se asombró al ver todo el lugar, nunca se había atrevido entrar por no querer allanar en la privacidad de Sophia, los únicos lugares en los que había entrado él había sido el baño, su cuarto y trio sala-cocina-comedor.

La habitación era muy espaciosa, mucho más grande de lo que parecía por fuera. Dentro de ella había una cama matrimonial tendida con unas colchas color turquesa (le recordó al lirio que había creado) con algunos toques en morado, enseguida había una mesita de noche con una lámpara muy parecida a la que había en su cuarto, enseguida de esta había dos libros gruesos apilados. Giro su cabeza a un costado y se encontró con un pequeño sofá posado enseguida de lo que parecía ser una pequeño piano, lo miro admirado, tuvo el impulso de tocarlo, le recordó sus tiempos en Asgard cuando Frigga tocaba para él y como el, por querer complacer a su madre, comenzó a practicar hasta convertirse en un hábil pianista, del cual Frigga estaba muy orgulloso, pero el Padre de todos no. Otro motivo más para agradecer a Thor.

Su vista siguió recorriendo el lugar hasta toparse con un enorme libreo, repleto de libros de todos los tamaños y colores. Loko maravillo ante tan hermosa vista, adoraba los libros y, aunque no era tan grande como la biblioteca de Asgard, le hacía sentirse más cómodo, además que le recordaba la biblioteca personal de su habitación.

Sophia lo soltó y se puso enfrente del librero, admirando orgullosa la vista del librero.

—No es tan grande como la que hay en la casa de mis padres—comento en tono melancólico—, pero esta es toda mía. Puedes tomar el libro que quieras cuando quieras, tienes libre acceso a ella.

Loki se acercó y comenzó a recorrer con sus dedos el lomo de una hilera de libros

— ¿Cuando quiera? —pregunto él mientras posaba la mirada sobre Sophia y esta asentí—. Entonces puedo entrar, aunque tú te estés cambiando o durmiendo—sonrió maliciosamente, no lo haría, pero quería, al menos, molestarla.

—No abuses—rio ella mientras se cruzaba de brazos y lo miraba desafiante.

Loki rio por lo bajo y poso su vista en el piano, sentía la necesidad de tocarlo o de escuchar una melodía que saliera de él.

— ¿Te gusta el piano? —pregunto ella mientras se acercaba a Loki.

— ¿Puedo? —pregunto curioso él mientras se acercaba al piano.

—Claro—respondió ella sonriente.

Loki se acercó y toco unas cuantas teclas. Se sentó en el banco que estaba frente al piano y comenzó a tocar suaves acordes acompañadas de algunas notas. Tenía tiempo sin usar un piano y a veces se detenía a ver lo que tocaba, pero aun así la melodía sonaba bien. Cuando se sintió frustrado por no tocar fluido la melodía dejo de tocar y observo el piano. Sintió nostalgia estar frente un piano. Escuchó unos aplausos y giro su rostro apresurado en busca del rostro de Frigga, pero no estaba ahí, en cambio, vio la amplia sonrisa de Sophie que le recordó mucho a la mujer que durante mucho tiempo considero su madre.

—Tocas muy bien—se acercó a él y le toco el hombro—. Deberías de tocar en fiestas de galas. Si quieres practicar, puedes venir a usarlo cuando quieras.

— ¿Tu tocas? —pregunto incrédulo Loki.

—Tocaba—se cruzó de brazos—. No lo hago desde el accidente—comento con tono melancólico mientras se encogía de hombros—, ya sabes, recuerdos dolorosos.

Loki se levantó serio y se encamino hacia el librero se paró frente a él. Observo varios libros y varios títulos le llamaron la atención pero no podía decidirse por ninguno.

— ¿Que me recomiendas?

Sophie se acercó al librero y, después de vacilar un rato, tomo un libro de una de las hileras, le limpio el exceso de polvo y se lo paso a Loki. El leyó el título y arqueo una ceja.

— ¿Harry Potter? —cuestiono él curioso mientras levantaba el rostro y la miraba—. ¿Cuál es la trama?

—Es un mundo de fantasía, en el existen hechiceros y bestias míticas—lo miro y soltó unas risas— ¿No me digas que no has visto las películas?

Loki negó con la cabeza y volvió a ver la portada del libro. "Un libro que habla sobre la magia, podría ser interesante" pensó Loki, tal vez pueda aprender de él.

—Te va gustar, es muy entretenido y lleno de acción—comento muy emocionada—. Cuando los termines de leer, tendremos nuestro maratón de películas en mi pantalla plana—señalo hacia un costado de Loki y este giro el rostro encontrándose con lo que creyó él que era la "pantalla plana", lo cual era un rectángulo negro grande con un cristal dentro de un marco de plástico.

—Bueno—comenzó ella mientras sujetaba a Loki los hombros y lo empezaba a empujar hacia la puerta—, si me permites, me gustaría cambiarme para irme al trabajo y no me gustaría que me vieras en mi hermoso traje de Eva.

Llegaron a la puerta, Sophie la abrió y giro a Loki para que estuviera frente a ella.

—Cuando llegue del trabajo te daré la ropa que te pondrás, así que te quiero aseado y listo, solo para cambiarte—miro su reloj de mano y su expresión cambio—. ¡Santo Dios, ya es tardísimo! Me despido, nos vemos en la noche. En el refrigerador hay ensalada de atún en un traste rojo, para que comas. Bye.

Se acercó a él, le beso en la mejilla y lo empujo fuera de la habitación, para después cerrar la puerta fuertemente, dejando a un Loki anonadado con la vista fija al libro, con la mano en la mejilla y con una coloración carmesí sobre de estas.

Realmente esta mujer besaba cuanto hombre viera, comenzó a recordar el sentimiento de la noche anterior, se llenó de rencor, pero aun así, por más que lo quisiera negar, se había alegrado, aunque sea por unos instantes, por aquella muestra de afecto por parte de Sophia y quería, de una manera recelosa, que esos labios solo tocaran su piel.

Sacudió su cabeza para liberarse de aquellos pensamientos y se fue a su cuarto a recostar para comenzar a leer el libro. Escucho a lo lejos como una puerta se abría apresuradamente y vio, por el marco de la puerta de su habitación, como pasaba velozmente Sophia vestida ya con su habitual bata blanca larga y con su maletín colgando de sus hombros. Loko sonreía a verla pasar, después al momento se escuchó el portazo de la puerta principal. Por más que quesera enojarse con ella, no podía, siempre le hacía sonreír, aunque sea por burla. Sentía que con ella, a pesar de la vida de mentira que él se había creado, podía ser realmente el, sin nada de máscaras duras llenas de resentimiento. Creyó que, aunque sea solo un poco, esta mujer sacaba lo mejor de él, eso que hace mucho no mostraba a los demás.

Una parte de él le recriminaba aquel sentimentalismo que había comenzado a vivir, le decía que eso sería su perdición; pero otra parte le decía que ya era suficiente tanto sufrimiento y tanto rencor, que debía seguir adelante con una nueva vida. Pero él no sabía a qué lado debería de hacer caso. Suspiro, tanto pensar le estaba provocando que la cabeza le doliera.

Se recostó sobre su cama y abrió el libro para comenzarlo a leer. Recordó la cena a la que Sophia le había invitado. Y decidió que no se bañaría hasta fueran las 7 de la noche.

— ¡¿Qué quieres que haga que?! —cuestiono exaltada Sage.

—Por favor, te lo suplico Sage—pidió suplicante Sophie mientras juntaba sus manos—. Te necesito.

—No voy a ir a arreglar tus asuntos amorosos—soltó indignada Sage, mientras se cruzaba de brazos—. No pienso hacerla de niñera de Loki, mientras tú te agasajas con el pendejo de Gabriel.

Sophie miro amenazante a Sage, dentro del comedor había mucho ruido por todas las personas que comían y platicaban, pero el lugar guardo silencio justo cuando Sage comentaba lo de la "agasajada" con Gabriel y voltearon a ver a Sophie y a su acompañante. Aunque Sage sabía que la mirada de su amiga era de regaño por el comentario, no se inmuto para nada. Nunca le había agradado Gabriel y no iba permitir que su mejor amiga se involucrara con aquel hombre. Había celebrado con la noticia de que habían terminado (aunque haya sido solo pedirse un tiempo, pero ya era un avance) y que este hombre se había ido lejos de Sophie, para que ahora viniera ella a decirle que ha vuelto y que le van a celebrar una cena.

— ¿Quien se agasajará con quién? —pregunto Luke curioso mientras se sentaba junto a Sage y dejaba su bandeja en la mesa.

—La babosa esta—dijo mientras señalaba a Sophie—con el baboso del músico, y quiere que le haga al papel de niñera con su inquilino mientras lo hace.

—No quiero que le hagas de niñera—soltó mientras suspiraba—, quiero que vayan a esta cena. Tú también Luke.

—Excelente—soltó sonriendo Luke mientras quitaba la tapa a su platillo—, adoro las cenas hechas por Sophie y ¿Que celebramos?

—Que Gabriel haya vuelto a chingarnos la existencia—soltó molesta Sage.

No sabía en qué momento, pero Sage había comenzado a odiar a Gabriel, nunca le gusto que su amiga saliera con él y sabía que nunca le gustara. Y se lo decía en cada oportunidad que creía conveniente decírselo, aunque Sophie siempre lo sabía sin que ella se lo dijera. Era tan obvio como el hecho de que Luke estaba enamorada de ella.

Sage siempre busco que la pareja de su amiga fuera la mejor opción para ella, que fuera la persona que siempre la tuviera feliz y sonriente, pero de manera verídica. Con Gabe ella solo sonreía forzadamente. Pero en cambio, con Loki, era otra historia. Por más que se quejara de que el hombre era un prepotente y que discutían por todo, cuando la veía sonreír sentía - y sabia - que era verdadero. Cuando los vio juntos en su casa, le pareció que su relación era muy entretenida. No sabía que era lo que sentía Loki por su amiga, pero no vio mejor oportunidad que en esta cena para descubrirlo y hacer celo saber tanto a su amiga como a Gabe.

—Vamos Sage—comenzó Sophie de manera enfadada—, Gabe es solo un amigo y quiero recibirlo después de tanto tiempo sin verlo.

Sage suspiro y se llevó una mano al entrecejo y lo comenzó a masajear.

—De acuerdo, iré—escucho como Sophie daba un ligero suspiro de alegría—. Pero no te aseguro mi mejor cara frente a tu "amiguito" ese, además, me gustaría que Loki esté presente en dicha cene.

— ¿Él también va a ir? —Preguntó Luke molesto saliendo de su concentración que le provocaba su comida—. Entonces yo también voy—afirmo. De nuevo sus celos haciéndolo actuar por impulsos. Le parecía lindo cuando hacia eso, pero había ocasiones que realmente era un grandísimo idiota.

—De hecho—sonrió Sophie—, fue el primero al que invite y accedió.

—Y supongo que será algo formal, ¿Cierto? —Sophie asintió—. Bueno entonces tu invitado necesitara ropa, ¿Ya tienes algo para darle y use?

—Tenía pensado usar de la ropa que Luke me dio...

—Te daré ropa nueva que sé que será perfecta para él—soltó Sage con una sonrisa pícara—. Espérala a eso de las 7.

—De acuerdo—dijo Sophie extrañada—. Bueno lo que sea, los espero hoy a las 8 en mi casa. No falten.

Sophie tomo su charola y se levantó para irse de aquella mesa, dejando a Sage y a Luke sentados en aquella banca.

—No me agrada el hecho que de Gabriel vuelva tan pronto de su gira—comento seria Sage—. ¿No te parece extraño?

—Algo—puntualizo mientras se encogía de hombros—. Ya sabes cómo es que este hombre se la quería vivir pegado a Sophia, supongo que tiene algo de normal que haya vuelto pronto.

—Aun así, no me agrada el tipo—dijo mientras arrugaba la nariz—. Pero bueno, pasa por mí a las siete y media y ponte la camisa morada, combinara con lo que llevare.

Se levantó, tomo su charola y se retiró de la mesa con una preocupación clavada en el pecho.

Loki cerró unos momentos el libro para enfocar su vista al reloj, faltaban cinco para las siete. Suspiro. Había pasado todo el día leyendo y solo se había detenido para ir a comer o ir al baño. Realmente le había parecido muy entretenido la trama de dicho libro, la concepción de la magia y que había seres humanos capaces de hacer magia, como también existían personas que no podían hacerla le recordaba mucho a Asgard. Ya que los "muggle" eran semejantes a los guerreros que solo usaban la fuerza bruta para atacar, eran gente que ignoraba su verdadero potencial, tal vez su idea de gobernarlos no era tan errática, como lo había dicho su hermano.

Se puso de pie y fue al armario en busca de ropa interior para disponerse a bañar, Sophie le había dicho que ella le escogería la ropa, cosa que agradeció por que no sabría cómo vestirse elegante, con la ropa de ese humano llamado Luke, según los midgardianos. Recordó el traje que había usado en Stuttgart, ese, para él, era verdaderamente elegante, pero sin su magia, no podría repetir dicha vestimenta.

Tomo la ropa interior y salió de su habitación, dispuesto a ir al baño para bañarse cuando sonó que llamaban a la puerta. Se sorprendió, pensó que tal vez haya sido solo su imaginación, pero la puerta volvió a sonar. Loki cambio de rumbo y fue para la puerta de entrada. Pensó que tal vez Sophia había olvidado la llave, pero también pensó que tal vez sea alguien desconocido. Evito a toda costa hacer ruido, pero el sonido era insistente. Loki suspiro ante la posibilidad de que tal vez insistirían hasta que les abriera. Abrió la puerta con fastidio y se encontró ante un hombre de compleción delgada y menuda, era bajito, pelo negro, corto y alborotado en rizos. Traía puesto una camisa azul marino con un bordado que tenía escrito JCPenney. Este traía una caja en una mano y unos papeles en la otra. No aparentaba ser más grande de lo que era Sophia.

— ¿Que se le ofrece? —pregunto molesto Loki.

— ¿Se encuentra el señor... —dudo por unos instantes y miro los papeles que tenía en su mano y después volvió a ver a Loki—, el señor Laufeyson?

Loki enarco una ceja, sorprendido. ¿Cómo es que un desconocido sabía su nombre?

— ¿Que se le ofrece? —pregunto a la defensiva.

—Traigo un paquete para él—dijo sonriente—. ¿Es usted?

Loki asintió confundido. Le pareció realmente extraño el hecho de que le hubieran enviado un paquete. Nadie sabía de él, a excepción de Sophia y la pareja que los habían visitado hace días. Supuso que a lo mejor se le había soltado la lengua a Sophie y que esta le haya contado a mucha gente de su estadía ahí, provocando que los Vengadores supieran de él y que el hombre de acero le hubiera enviado dicho paquete para hacerle una broma. No, no podían ser ellos, porque si fuera así hubiera sido mejor que ellos se presentaran ante su puerta y lo sacaran a la fuerza para regresarlo a su prisión en Asgard, a la cual no tenía pensado en volver. Sintió como el pánico lo comenzaba a inundar al solo recordar lo vivido ahí.

El joven le paso sus ojos y una pluma después de escribir algo en ellas.

—Firme aquí—le indico con la pluma una línea que estaba marcada con una "x".

Loki tomo la pluma desconfiado y sujeto el papel. Observo por unos instantes la hoja y dudo al firmar. Él no tenía una firma, así improviso algo, le pareció divertido el garabato, lo memorizo por si requería volver a utilizarla. Le entrego la hoja ya firmada junto con la pluma. El muchacho la sujeto y, después de observarla por unos momentos, le entrego la caja.

—Y ¿Puedo saber quién me envía este paquete? —pregunto curioso Loki.

El joven leyó por encima la hoja por unos segundos y respondió:

—Se lo envía la Srta. Pierce.

— ¿Pierce?

El muchacho asintió y comenzó a guardar los papeles en una mochilita que cargaba.

—Que tenga buenas noches, Señor Laufeyson—soltó sonriente mientras se retiraba del lugar.

Loki sopeso la caja por unos momentos. Cerró la puerta y comenzó agitar la caja, no era pesada, ni tampoco tenía nada pequeño, parecía ser que la caja le quedaba justa a su tamaño. Se fue a la mesa y, dejando la caja sobre de ella, comenzó abrir la caja. Fue cuidadoso, nunca le había gustado romper cosas. Tuvo un sentimiento nostálgico al recordar cuando abría sus regalos en sus cumpleaños, siempre tuvo menos regalos que Thor, cosa que siempre le afecto. Siempre evitaba romper las cajas con el pensamiento de que en otra ocasión se pudieran reutilizar, aunque sabía bien que Odín y Frigga siempre utilizaban todo nuevo.

Al destapar la caja se encontró con una camisa bien doblada, zapatos negros, un reloj, pantalón y, sobre todo esto, una hoja de color rosa, doblada a la mitad. La desdoblo y leyó su contenido:

"Causa una buena impresión. Te veo en la noche.

Sage Pierce."

Loki enarco una ceja. ¿La amiga de Sophie le había regalado ropa? No lograba entender que pretendía esa mujer regalándole ropa a él y, sobre todo, no entendía a qué se refería cuando le escribió "Causa una buena impresión". Sabia a lo que se refería al decirle que lo veía en la noche, ya que eso significaba que ella también estaría en cena, pero una buena impresión, ¿Impresión a quién?

Vio la ropa, la camisa era de color azul marino, el pantalón era negro, semejante al estilo del que había usado en Stuttgart. La ropa le había parecido elegante, de su gusto; ahora solo faltaba que la ropa fuera de su talla. Suspiro, decidió irse a bañar y comprobarlo después.

Se miró sobre el espejo del baño, mientras se abotonaba la camisa. Su cuerpo aun tenia cicatrices de las heridas de las torturas, y las que más han tardado en cicatrizar son la quemadura de su pecho y la herida de su espalda. Sentía que su cuerpo era imperfecto con esas dos grandes heridas. Detuvo su acción de abotonarse la camisa y toco la piel magullada por la quemadura. Con aquel pequeño roce los recuerdos lo empezaron a atormentar. Recordaba la semana del fuego, en esos momentos todas sus torturas debían de llevar algo de fuego para que le fueran impuestas a él. La primera fue un cinturón que le colocaban a Loki para después prenderla en fuego mientras lo usaba. Podía sentir como la piel le ardía en todo su cuerpo, pero por más que quiera hacer algo no podía porque se encontraba colgado de pies y manos. Las torturas cada vez eran más elaboradas, Loki creía que los que las creaban eran verdaderos genios. Pero llegaron a un punto en que la creatividad se les agoto y simplemente le colocaron una antorcha encendida y la dejaban consumiéndose sobre su pecho mientras él estaba imposibilitado para socorrerse. Solo los gritos de Loki resonaban en toda la prisión. La cicatriz de su pecho era el vivo recuerdo de aquella antorcha.

Dejo de tocar la cicatriz y llevo su mano a su sien para masajearla. Se sentía estresado solo de recordar. Sintió como el aire se le iba poco a poco, siguió masajeando más rápidamente sus sienes. Dio un suspiro cuando se pudo relajar. Debía de dejar de traer a su mente los momentos de su tortura ya que solo lo atormentaban, suficiente tenía ya con sus sueños.

Continúo abotonando su camisa, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que era tarde y no sabía si Sophie ya había llegado. Se miró en el espejo y, aunque su reflejo no era del todo de su agrado, intento sonreírse. Lo que él veía en su reflejo no era más que un ser derrotado y torturado, ya no podía ver al Dios que hace tiempo él se creía, es ser se quedó encerrado en Asgard, en la cámara de torturas; pero estaba resignado a no volver a verlo por un largo tiempo, debía de aprender a vivir, por más que le doliera, con esta apariencia cansada que tanto odiaba, no le quedaba de otra. Su sonrisa se desfiguro en el espejo. Tomo su ropa sucia y salió del baño descalzo, desconcertado ante la imagen que vio en el espejo.

Cuando estuvo afuera del baño, le llego un aroma que le pareció delicioso, siguió el camino que este dejaba, el cual le llevo hasta la cocina, en donde encontró a Sophia moviéndose por toda la cocina. No había escuchado el momento en el que había llegado, pero al parecer ya tenía bastante tiempo.

Ella giro con una olla en las manos y se encontró con Loki. Abrió los ojos sorprendida.

— ¡Qué carajo...! —Exclamo mientras casi soltaba la olla que tenía en las manos—. ¿De dónde has sacado eso?

—Pregúntale a tu amiga—dijo secamente.

Sophie dejo la olla en la estufa y se acercó a Loki. Comenzó a tocar la camisa mientras lo veía de pies a cabeza. Le acomodo el cuello de esta mientras una sonrisa se plantaba en su rostro, la cual provoco que Loki se sintiera nervioso.

— ¿Que tanto me ves?

—Nada—soltó sonriente ella—, es solo que te vez muy bien. Sage supo escoger bien la ropa.

Ella se acercó más a él y lo tomo del cuello mientras se lo acomodaba.

—Además, esta camisa hace que resalten tus ojos verdes—le decía mientras lo miraba fijamente.

Sus rostros estaban tan cerca el uno de otro, Loki solo pudo tragar saliva, la situación le había provocado que se pusiera tenso. Quería evitar que esos sentimientos que lo hacían sentir fuera de sí, así que decidió apartarse de ella, evitando ser brusco, no quería seguir lastimándola. Además, el recuerdo del beso le seguía doliendo.

La sujeto de las manos, que agarraban el cuello de la camisa, y se las retiro suavemente de ahí, poniéndoselas en sus costados, le sonrió débilmente y solo pudo propiciarle:

—Gracias—su voz era suave y sin ánimos de herir.

Le soltó las manos y se giró para ir de nuevo hacia el cuarto.

—Por cierto—exclamo sin girarse—, huele delicioso.

Llego a su habitación y se adentró. Se sentó en la cama y, tomando calcetines y los zapatos, termino de vestir. Tomo una toalla, la puso sobre su cabello y lo comenzó a sacudir para secarlo. Al quitársela, le dejo un cabello alborotado, tomo un peine y comenzó a acomodarse el cabello hacia atrás. Fue ahí que se percató que tenía el cabello muy largo, sintió que, tal vez, le debería pedir a Sophie que lo corte ("¿Cómo le pedias a Thor que lo hiciera?" pregunto irónico una voz en su interior).

¿Qué estaba haciendo con su vida? Estaba asistiendo a una fiesta midgardiana, estaba vistiendo elegantemente, agradecía cumplidos, elogiaba el trabajo de una mujer, se intimidaba por la cercanía de una mujer y, sobre todo, le dolía que dicha mujer se hubiera besado con alguien más. Además de su apariencia, su personalidad había cambiado, sentía que todo lo que un día fue (un rey, un conquistador, un gran hechicero, un asgardiano) ya nunca volvería, solo le quedaba como un simple humano. Quería volver a lo que era antes, pero sabía que sería muy complicado, debía de contar con muchas cosas, para las cuales debía de revelar su paradero a los Vengadores y, por lo tanto, a Thanos. Ya no tenía el cetro de los chitaurris, su magia era muy limitada, le quedaba solo su grandiosa habilidad para persuadir y herir, pero aun con ella le sería muy complicado lograr algo a corto plazo y él tenía la necesidad de irse de aquel lugar lo antes posible.

Un sonido en la puerta lo saco de sus pensamientos. Levanto el rostro y se encontró con Sophia recargada en el marco de su puerta. Traía un blusón de color verde con negro con un cinto, el blusón era manga larga y tenía un cuello de tortuga. Usaba un malón negro junto con unas zapatillas negras de tacón de aguja. Su cabello estaba planchado y recogido en una media cola. Estaba maquillada pero muy naturalmente, haciéndola que se viera encantadora.

— ¿Ya estás listo? —pregunto ella mientras se le acercaba a él.

Loki se puso de pie y asintió, ella le sonrió y le tomo del brazo y salieron caminando de la habitación juntos. Él se sentía incómodo caminando tan cerca de ella, pero no se quejaba, ni hacia nada para cambiarlo. Llegaron a la sala y ahí se encontraron con Sage y Luke. Sophie soltó a Loki y se encamino a la cocina, Sage le sonrió a Loki y lo saludo con la mano.

—Me alegro que te haya quedado la ropa. Tuve la preocupación de que tal vez te quedara grande.

Loki rodo los ojos y se fue a sentar al sillón individual, Luke lo miraba fijamente, al pendiente de todo lo que hacía.

—No tuviste por que darme esto—soltó molesto él mientras se cruzaba de brazos.

—Y si hubieras querido, no te la hubieras puesto—sonrió maliciosamente Sage—, pero te gusto y la estas usando. Así que, de nada.

—No te estoy agradeciendo.

—No necesito que lo hagas, estoy bien así.

— ¿Por qué le regalaste ropa a Loki? —pregunto Sophie mientras se iba a sentar en el sillón libre.

—No esperabas que, este elegante hombre, usara ropa usada para esta elegante cena, ¿o sí? —giro su rostro hacia Loki mientras le guiñaba el ojo. Él solo propicio a levantar una ceja—. Además, él debe de causar una buena impresión a las visitas.

Sophia soltó un bufido y Sage unas risas.

La puerta sonó y Sophia se levantó sobresaltado, se disparó hacia la puerta y la abrió.

—Buenas noches—saludo el hombre en la puerta mientras sujetaba la mano de Sophia y la besaba, ella soltó unas risas mientras que sus amigos soltaban bufidos.

—Pasa—dijo Sophia mientras lo tomaba de la mano y lo introducía dentro del departamento.

Al entrar, el hombre cambio su semblante relajado por una de sorpresa al ver a todos en los sillones. Se acercó al oído de Sophia, con intención de susurrarle, pero Loki pudo escuchar todo lo que decían:

—Pensé que seriamos solos tu y yo—mascullo él.

—Pues los invite para que conviviéramos todos—susurro ella. Se viró hacía con ellos y sonrió. Después, giro con Loki y este pudo ver el rostro del hombre -. Loki, este es Gabriel Ferrell, un amigo.

El hombre le estiro la mano con una sonrisa. El maldito bastardo era el mismo hombre que había besado a Sophia, ahora se presentaba como su amigo y, lo peor de todo, es que este hombre le sonreía. Loki estiro la mano y termino el saludo, tuvo que usar mucho autocontrol para no lanzarse sobre de ese hombre y arrancarle los ojos. No sabía por qué razón sentía tanto coraje hacia un hombre al cual no conocía. Gabriel lo soltó y se quedó parado enseguida de Sophia, la cual dio un suspiro.

—Gabriel, él es Loki Laufeyson un ami... —no logro terminar.

—Es su compañero de departamento—se apresuró a decir Sage con una sonrisa amplia—, tienen tiempo viviendo juntos.

Sin darse cuenta, Loki había sonreído ante el comentario oportuno de la amiga de Sophie, Sage, la cual, dio una ligera mirada hacia Loki y le guiño el ojo sonriente. Fue ahí donde comprendió lo de la buena impresión.

—Es solo un amigo—soltó rápidamente Sophie, mientras miraba a Gabriel de manera apenada.

¡Oh! Mucho gusto Loki—sonrió Gabriel—, es un enorme placer conocerte.

Loki lo miro indiferente, cosa que Sophia logro ver, así que indico a todos que podrían pasar a la mesa. Todos se fueron a la mesa, mientras Sophie fue a la cocina a servir los platos. Sage la acompaño para ayudarla. Solo Loki, Luke y Gabriel se sentaron en la mesa. Todos se observaban seriamente. Loki solo posaba su mirada en Luke, evitaba todo contacto visual con Gabriel, temía no poder contenerse, aunque ya era menor el sentimiento negativo hacia el hombre, lo que sentía era, más bien, indiferencia.

—Y, Loki—comenzó jovialmente Gabriel—, ¿Dónde conociste a Sophie?

Loki miro de reojo hacia Gabriel y solo propicio a contestarle fríamente:

—En la calle.

— ¿Como la conociste?

—Estaba herido y ella me ayudo a curar mis heridas—decía mientras se encogía de hombros—. Es buena curando.

—Lo sé—soltó mientras sonreirá—, es un excelente médico.

—Sí, yo soy prueba de ello—puntualizo Loki en tono neutro.

— ¿Y cómo han ido las cosas con el centro, Luke? —pregunto Gabriel sin dejar de mirar a Loki.

—Bien, lo donativos nos están ayudando mucho—soltó sonriente, al parecer le gustaba que lo tomaran en cuenta—. Nuestra fama está aumentando mucho.

Llegaron Sophie y Sage, con platos en las manos, y comenzaron a servir a los caballeros que estaban situados en la mesa; Sophie sirvió a Loki y a Gabriel, mientras Sage lo hacía a Luke.

—Con su permiso—decía Loki mientras se ponía de pie, buscando denotar su educación—, iré a lavarme las manos.

—Adelante—le dijo Sophie, mientras le sonreía alegremente.

Loki se giró y se dispuso a ir al baño.

—Yo también me lavare las manos—escuchó Loki decir una voz a su espalda a lo lejos.

El llego al baño y se adentró mientras abría la puerta. Fue directamente al lava manos, abrió la llave y dejo correr un momento el agua antes de meter las manos debajo del chorro de agua. El agua fría le causo una agradable y relajante sensación sobre la piel.

—Así que vives con Sophia—dijo una voz a su espalda—. Es verdaderamente una mujer muy hermosa ¿Cierto?

Loki alzo la vista y vio a Gabriel, a través del espejo, a su espalda cruzado de brazos con una amplia sonrisa.

—Tiene su encanto—propino a decir Loki mientras vertía jabón sobre sus manos y comenzaba a tallarlas—. Es algo que todos ven.

—Eso es correcto, lástima que sus labios solo me pertenecen a mí—dijo mientras se posicionaba más cerca de Loki—. Que te quede muy claro.

—No es algo que tengas que dejar claro, ella es solo mi anfitriona y mi doctora. No existe ningún otro lazo que nos una.

Loki soltó una sonrisa burlona mientras terminaba de lavarse las manos. Al parecer, Gabriel era solo un hombre inseguro, Sophia lo veía como un simple amigo mientras él quería algo más con ella. Aunque el beso indica que ellos eran algo más que amigos, no estaba seguro de que relación tenían, pero eso era un asunto que a él no le importaba, o que al menos eso se decía a sí mismo.

Cuando termino de secarse las manos, sintió un tirón en la cabeza, iba soltar un alarido pero alguien le cubrió la boca. Fijo su mirada en el espejo y vio como Gabriel estaba tirando de su largo cabello (momento que odio no haberse cortado el cabello con anterioridad), mientras le tapaba la boca con su mano y acercaba su boca al oído de Loki. A pesar de no tener un cuerpo fornido como el de Thor, él podía sentir toda la fuerza que Gabriel estaba ejerciendo, soltó su cabello, tomo uno de sus brazos y lo torció en su espalda. Loki solo soltó un quejido, le dolía y mucho.

—Tienes suerte de que Sophie te tenga en su casa—susurro amenazante a Loki—. Pero tienes que irte del lado de Sophie, ella me pertenece. Tienes una semana para irte imbécil, te estaré vigilando.

Empujo a Loki contra el lavamanos y este logro meter las manos antes de que se golpeara contra este. Loki se enfureció y se giró para intentar golpearlo, pero cuando lo hizo, Gabriel ya estaba detrás de él, cosa que asusto a Loki.

Gabriel se lavó las manos, relajado, y después se retiró del baño. Loki se quedó plantado un rato sobre sus pies. Estaba rabiando, no podía soportar el hecho de que un humano lo estuviera amenazando. Salió del baño y se encontró de frente con Gabriel, el cual le sonreía ampliamente, lo miro molesto y Gabriel lo abrazo de lado, mientras comenzaban a caminar.

—Mira, Laufeyson—soltó en un susurro—, no menciones nada de esto a Sophia porque te va a pesar, tu solo disimula.

Loki enarco una ceja y de repente Gabriel comenzó a reírse a carcajadas.

—Es enserio, Laufeyson—decía entre risas Gabriel mientras apretaba más a Loki—, deberías de ver esa película, fue tan divertida.

— ¿De qué tanto se ríen? —pregunto Sophia cuando entraron al comedor.

—Le estaba comentando sobre la película de Ted, fue tan divertida—soltó a Loki y le sonrió a Sophia, cosa que le molesto a Loki—. Deberíamos irla a ver algún día, tú, yo y tu amigo, Loki.

—Sería interesante—soltó Sophie risueña.

Sage solo propicio en soltar un bufido, mientras Luke giraba el rostro hacia otro lado.

Loki no pudo creer que ese hombre fuera tan hipócrita, y lo que más le molestaba era que Sophie creyera en ese hombre tan ciegamente. Sentía la necesidad de estrangularlo, pero con eso solo lastimaría a ella, y no podía permitirse volverla a lastimar y que perdiera, por su culpa, a alguien importante en su vida, aunque este hombre fuera alguien que no debería estar cerca de ella.

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