Capítulo 5
PERMISO
— ¡Maldición, Sophia, me duele! —grito Loki mientras se aferraba con sus manos al colchón.
— ¡Pues que chingados! ¡Tú no dejas de moverte! —soltó molesta Sophie mientras sujetaba la pierna de Loki—. Solo necesito que te quedes quieto por primera vez en tu vida, Loki, ¿Es mucho pedir?
Realmente no entendía como este hombre no paraba de maldecir por todo. Era fuerte, pero eso no le quitaba lo quejica.
Sophie había tratado de quitarle los puntos lo mejor posible pero no contaba con que los puntos ya se le habían comenzado a encarnar. ¿Cómo era posible que este hombre cicatrizara tan rápido? Apenas habían pasado, casi, nueve días desde que se los puso y ya presentaban este tipo de encarnación. Por el exterior no parecía que estas le estuvieran encarnando con esta rapidez, fue por eso que se confió y no se los quiso quitar hasta ahora. Pensó en bañarlo antes de quitárselos, para que la piel absorbiera agua y así sea más fácil quitárselos. Pero aun así no podría cambiar el hecho del que saldría más perjudicado seria Loki. Y sus gritos se lo estaban confirmados.
—Pues intenta sacarte hilos de tu piel mientras te quedas quieta y luego hablamos... ¡Agh! —Soltó un alarido mientras se aferraba más a la cama— ¡Ten más cuidado!
Sophie soltó unas risas. Le encantaba como este hombre hacia berrinches y aventaba sus rabietas.
Termino de cortar el último hilo y lo miro indicándole que se mantuviera quieto y que aguantara. Loki asintió y cerró los ojos. Sophie jalo el ultimo hilo con cuidado y este se resistió en un principio haciendo que la pierna de Loki se moviera reaccionando al dolor, Sophie sujeto con firmeza su pierna para mantenerla quieta y, con destreza, logro sacar el hilo haciendo que un poco de sangre escurriera por el muslo de Loki, el cual, a pesar de ser él de complexión delgada y menuda, tenía piernas bien marcadas, al igual que su abdomen, brazos y pecho. Limpio con una gasa la sangre del muslo.
Ella suspiro y miro fijamente a Loki.
—Necesitare que te recuestes ahora sobre tu pecho.
— ¿Cuánto falta para terminar? —pregunto suplicante.
—Solo te queda la herida de la espalda —sonrió de medio lado.
Loki la miro con enojo, mientras fruncía el entrecejo.
—Te encanta torturarme, ¿Verdad?
—Solo cállate y voltéate por favor.
Loki soltó un bufido y se acostó sobre su pecho, con movimientos torpes y lentos. Lo había dejado todo lastimado.
Sophia lo había dejado solo en bóxer para poder tener más visión en su trabajo. Lo había mandado acostar a su cama para poder trabajar con él. En su pecho había sido muy fácil poder sacar los hilos ya que no eran tan profundos, pero en el hombro y su pierna había sido otra cosa. Ella había pasado de estar sentada en la cama de estar hincada en el suelo para poder trabajar mejor y más cómodamente.
Cuando Loki estuvo acostado boca abajo, Sophie logro observar su espalda ancha. Se sonrojo solo de ver todo su perfil, sus brazos marcados, sus piernas torneadas y su trasero bien formado y levantado. Se despejo la mente evitando pensar eso. Loki era muy guapo, no podía negarlo, tenía buen físico y todo eso, pero su actitud era muy desesperante, a pesar de que había relajado su tan hiriente humor tras el acuerdo y el que aceptaron que se necesitaban mutuamente, no dejaba de ser aquel hombre de humor espeso y comentarios sarcásticos, pero al menos, su actitud hacia ella era con más tacto y menos hiriente.
Se acercó a él y, con tijeras en una mano y pinzas en otra, comenzó a cortar los hilos de nylon que hacían el trabajo de unir la piel de Loki. Sabía que en esta zona seria la que le dolería más a él.
—Voy a comenzar —comenzó ella relajada pero denotando su autoridad ante la situación—, así que te pido que trates de moverte lo menos posible.
—Sí, lo que digas, torturadora—soltó molesto y sarcástico él—. No te aseguro nada.
Sophie rodo los ojos y llevo sus pinzas hacia el primer hilo. Inhaló fuertemente y comenzó a jalar lenta pero precisamente el hilo. Loki solo lograba propinar algunos quejidos, pero aún se mantenía quieto. Vio como aferraba sus manos a las sabanas de la cama. Quería poder evitar el dolor que sentía, pero no tenia, de nuevo, el maldito analgésico que tuviera la suficiente potencia para calmar el dolor. Le había dado un "Diclofenaco" para que disminuyera el dolor, pero al parecer no hacia ningún efecto en él.
Siguió sacando los hilos hábilmente mientras Loki no dejaba de soltar alaridos de dolor y una que otra maldición y palabrota, pero aun así casi no se movía. Sophia se detuvo un momento y se sentó en la cama, al lado de él. Loki giro su cabeza hacia su dirección y ella le sonrió.
—Reponte un rato —dijo calmadamente—, no quiero ser tan sádica al tenerte así en esta situación.
—Continua, por favor —dijo en voz baja en un tono serio—, aun puedo seguir.
—Sigo confirmando que eres el vivo ejemplo del Masoquismo —sonrió y soltó unas risitas.
Loki gruño y Sophie se puso de pie para continuar con su trabajo. Admiraba el coraje de este hombre para enfrentar el dolor, aunque también podía pasar por el hecho de que disfrutaba del dolor, si fuera el segundo caso, creyó que no podría ayudarlo con sus problemas. Habían pactado ayudarse, o al menos sostenerse, mutuamente en su situación. Nada de sentimientos de por medio, y eso le agradaba a ella. No quería involucrase con alguien más sentimentalmente.
Continúo sacando cada hilo con cuidado. Hubo un hilo el cual no pudo sacar fácilmente y provoco que Loki se moviera.
— ¡Deja de moverte! —soltó Sophie en un grito.
— ¡Pues me duele! —se quejó Loki.
Sophie soltó un bufido, su puso de pie y se subió sobre Loki.
— ¿Q-que...? —Comenzó Loki sobresaltado— ¿Qué demonios estás haciendo mujer? —su tono fue más molesto, casi como un grito. Loki intento girar su rostro hacia ella.
Sophie sonrió. Se sentó sobre las caderas de Loki y empujo su rostro contra la cama antes de que este terminara de girarse. Ella pensó que esto sería la única forma de mantenerlo quieto. Apretó sus piernas en las caderas de Loki y se sentó comodante sobre los glúteos de él. Le parecieron cómodos. No se sentía incomoda, no había ningún sentimiento de ella hacia a él, involucro la situación a su trabajo, su misma profesión le impedía tener sentimientos hacia sus pacientes y Loki era su paciente así que no había problema ("¿O sí?").
Poso su mano sobre la espalda tersa de Loki y comenzó a sacar los hilos. Escuchaba como él se quejaba ante el dolor mientras intentaba levantarse, Sophie recargaba su mano sobre su espalda y ejercía presión para intentar contenerlo.
— ¡Bájate de mí! —Se quejó Loki—. Pesas.
Sophie sonrió y soltó unas risas.
—No estoy tan pesada, tu eres un debilucho —comento mientras seguía jalando y sacando los hilos.
Loki intentaba moverse pero Sophia lo sujetaba bien. Cuando solo quedaba un hilo, ella lo tomo y jalo de este de manera rápida provocando que Loki soltara un alarido, mientras arqueaba la espalda.
—Listo —dijo ella mientras suspiraba. Miro a Loki que estaba tendido en la cama de manera desordenada, su espalda subía y bajaba de manera acelerada. Sophia se quedó observándolo detenidamente. Tomo una de las gasas y comenzó a limpiar su espalda. Cuando hubo terminado de limpiar, se bajó de él y lo miro, Loki giro su rostro y la miro fijamente a los ojos. Podía ver que aun respiraba pesadamente, se sentía culpable por ello.
— ¿Ha-haces esto con todos... tus pacientes? —pregunto entre cortadamente mientras inhalaba de manera profunda, parece que se había agotado mucho en el proceso.
—Claro —dijo ella muy confiada mientras tiraba las gasas a la basura y limpiaba la mesa donde tenía todos sus utensilios de curación, pensó que necesitaría comprar más porque pronto se le acabaría y debía dejar una reserva para su casa, para cualquier emergencia. Tomo todos los hilos y los tiro al bote de basura—. Mi trabajo es tratar a mis pacientes y, que estos, se curen.
—Me refería al hecho de que —suspiro relajadamente—, de que te montaras arriba de ellos, sobre sus espaldas.
— ¡Oh! ¿Te refieres a eso? —soltó una risita y lo miro risueña—. Esas son medidas extremas. Necesitaba de alguien que te contuviera, y como no había y tampoco tenía correas, opte por contenerte con mi cuerpo.
Loki se giró lentamente sobre su cuerpo, quedando recostada boca arriba. Se llevó una mano a la cara, su respiración ya se había estabilizado.
—Eres excelente provocando dolor, ¿Lo sabias? —Dijo pesadamente mientras la observaba entre los dedos—. Serias buena en los interrogatorios y sus torturas.
Sophie sonrió y se encogió de hombros. Ella sabía que era buena en su trabajo y no por modestia, sino porque varios pacientes se lo habían comentado y sus mismos compañeros también, en su momento, se lo dijeron. Pero lo que también le decían era que a veces se apasionaba de más y si podía lograr a lastimar a los otros, no por intención, si no por su profesión, como ella misma decía.
—Si —asintió ella—, me lo han dicho anteriormente. Pero lo de ser torturadora en los interrogatorios es nuevo —lo miro y le extendió la mano, espero que Loki la sujetara y lo jalo—. Ándale, es hora de que te cambies, no te quiero en bóxer por toda la casa.
Sentó a Loki y este hizo una mueca de dolor, pensó que tal vez aun resentía el cuerpo por los de los puntos, pero luego recordó las costillas. Miro sus costados y vio que aún se presentaba una coloración amarillenta, pero esta no era tan pronunciada.
— ¿Te siguen molestando las costillas? —le cuestiono mientras se fue por las ultimas gasas que había en la mesa, enlisto mentalmente que debía comprar también más gasas y vendas.
Ella giro su cabeza hacia Loki y pudo ver como este asentía débilmente, supuso, fue lo único que le permitió su orgullo demostrar.
—Un poco —respondió al fin en un tono bajo—, pero ya no es tan constante.
Sophie tomo también las vendas y el ungüento para después encaminarse hacia donde estaba el. Se hincó frente a él y, con gasas en mano, cubrió la herida de la pierna que ya había lavado con anterioridad.
—De todos modos te seguiré aplicando el ungüento y te pondré las vendas —comento mientras le vendaba la pierna, alzo la mirada y vio a Loki, el cual asentía ante el comentario.
Sophie sonrió y se levantó para empezar a colocar las gasas en las heridas de su parte superior. Cuando termino, tomo el frasco del ungüento y comenzó a aplicarle en los costados sobre las áreas que aun mostraban una coloración distinta en su piel, eran fácil identificarlas, ya que la piel de Loki, por más que le sorprendiera a ella, era de color algo pálido, ella pensó que tal vez nunca había salido al sol y que por eso mostraba algo de falta de color, pero aun así, a pesar de esa piel, no dejaba de mostrar ese atractivo que era atrayente, Sophie sonrió de medio lado. Termino de aplicar el ungüento y comenzó con su labor de las vendas.
— ¿Por qué decidiste estudiar medicina? —pregunto Loki rompiendo el silencio, haciendo que su voz sonara agradable, pero con un tono serio.
—Siempre me ha gustado ayudar a las personas —comenzó ella mientras seguía vendándolo, la pregunta le había tomado por sorpresa, pero sentía que ya era común por parte de él que sacara temas cuando menos se lo esperaba—. Y que mejor forma de hacerlo que teniendo la capacidad de poder sanarlos.
—Pero también existen otras formas de ayudar a las personas —refuto Loki, al parecer no era suficiente para él lo que ella le había dicho—, como, no sé, policía o psicóloga. ¿Por qué medicina?
—Por el hecho de poder conocer el cuerpo humano y como funciona, realmente es algo asombroso —respondió ella sin más mientras seguía vendando a Loki. Se tuvo unos instantes y lo vio de frente. No sabía por qué este hombre le inspiraba confianza a ella, le sonrió mientras él la miraba fijamente, sabía que podía decirle el verdadero porque, soltó unas risitas y continuo, mientras continuaba vendándole—. A decir verdad, ese no fue mi propósito principal. Yo... Quería saber cómo y por qué razón puedo ver auras. He leído sobre estas en libros espirituales, pero aun así, siento que hay algo más sobre todo esto. Pero aún no he descubierto nada.
—Es posible que no te equivoques sobre eso —dijo secamente él.
Sophie lo miro y enarco una ceja.
— ¿A qué te refieres con eso? —pregunto ella curiosa.
—Me refiero que tal vez haya algo más haya referente a las auras —él se encogió de hombros -. Solo es cuestión de investigar y hacer las preguntas adecuadas.
Ella termino de vendarlo y sonrió de medio lado. Tal vez la tenía razón, tal vez aún no había hecho las preguntas correctas. Se levantó y se cruzó de brazos frente a él, admirando el excelente vendaje que había hecho, estaba mejorando bastante a como había empezado, en sus días de escuela, se rio sola de solo recordarlo.
—Tienes razón —señalo ella—. Por cierto, hablando de preguntas adecuadas. ¿Qué profesión ejerces?
— ¿Disculpa? —pregunto Loki.
— Te pregunto que si ¿Cuál es tu profesión, de que te graduaste?
Loki vacilo por unos momentos y después contesto.
— Estudie... ¿Cómo lo llaman aquí?... Creo que sería así como ciencias políticas.
—Lo acabas de sacar de la manga, mentiroso —dijo Sophie con una sonrisa burlona. De nuevo ahí estaba Loki queriendo mentirle sobre su vida, no podía estar 100% segura, pero si podía decir que algo más de 50% si podía estarlo.
—Es la verdad —comenzó Loki, al parecer, ofendido—. En mi tierra seria conocido como Leyes de Estado de Gobierno. Pero sería lo equivalente aquí a ciencias políticas.
Sophie rio un poco ante la alteración de Loki sobre lo de su profesión, aunque tuviera pinta de que tal vez decía la verdad, aún estaba el hecho de que dudo al mencionarlo. Camino hacia el armario para buscar algo de ropa para Loki, ya comenzaba a incomodarle que el hombre siguiera solo en bóxer. Abrió las puertas y busco entre las prendas de Luke algo que pudiera darle de vestir. Fue ahí que recordó que nunca había lavado ninguna de esa ropa, solo cuando Luke se la dio.
—Loki ¿No has usado nada de la ropa del armario verdad? —pregunto ella mientras hurgaba en el armario.
—No es de mi agrado —respondió secamente.
— ¿Como que no es de tu agrado? —Volvió a insistir mientras tomaba un cambio y se giraba sobre si—. Es ropa muy cómoda y de buen ver.
Camino hacia la cama y le aventó la ropa a Loki. El la tomo entre sus manos y la observo.
—Simplemente no me gusta. Prefiero mi ropa.
—Pareces retrato usándola día tras día —comento ella intentando molestarlo, le era muy divertido que el saliera con sus berrinches, aunque corría el riesgo de que Loki le gritara enojado cualquier insulto—. Además, enfada verte con lo mismo, deberías probar algo nuevo.
Loki levanto una ceja, al parecer no había entendido el insulto. Dentro de las posibilidades también existía el hecho de que no entendiera lo que ella le decía. No entendía como el hombre, viniendo de otro país y continente, no podía entender algunas referencias a series o algunos objetos que ella comentaba. Supuso que tal vez era algo que en su familia no le enseñaron ya que esta era chapada a la antigua. Sonrió para sí. Intento apostar que, tal vez, aun fuera virgen.
Observo a Loki, mientras este veía las prendas que ella le había lanzado. Era una camiseta negra de licra y un pantalón de mezclilla oscuro, el cual estaba deshilachado de la parte de abajo de las piernas. Loki dio un suspiro, tomo la camiseta y comenzó a ponérsela. Sophie festejo internamente ante aquella victoria y se acercó a él para ayudarlo a ponerse el pantalón.
—Yo puedo solo, gracias.
Sophie sonrió.
—De eso estoy segura -—comenzó ella jovialmente—, pero aun así no puedo arriesgarme a cualquier percance.
Loki solo soltó un bufido y comenzó, sentado en la cama, a meter las piernas en el pantalón, lo subió y se puso de pie para terminar de ponérselo, subió el cierre y lo abotono. Se observó a si mismo mientras alzaba los brazos a la altura de sus hombros. Sophie lo miro de pies a cabeza, a decir verdad, no le quedaba del todo mal aquel cambio, por más sencillo que este fuera, se adhería bien a su figura haciendo que esta fuera visible. Si estuviera en otra situación, le hubiera dicho lo sexi que se veía con eso y, tal vez, pedirle que salieran en una cita, la cual, la podrían finalizar con un encuentro de sexo desenfrenado. Pero ambos habían acordado nada de sentimentalismo, ni de relacionarse de esa forma, y había sido ella la de la idea. Así que decidió librarse de esos pensamientos, desecharlos, para seguir adelante.
— ¿Estas feliz? —cuestiono pesadamente Loki, mientras la miraba con el entrecejo fruncido.
—Por supuesto —sonrió ampliamente—, además, de que te quejas, te ves bien con eso.
—Sí, lo sé, pero no me siento cómodo —decía mientras se acomodaba la camiseta.
— ¡Ha! ¡Vaya, que modesto resultaste ser! —Dijo mientras se dirigía a la puerta—. Vayamos, "Don Modestias", a cenar algo, que me muero de hambre.
Loki la siguió caminando con su bastón.
—No soy modesto, soy realista.
Sophia soltó unas risas ante el comentario. Abrió la puerta y dejo pasar a Loki, este agacho la cabeza en son de agradecimiento y continúo andando fuera de la habitación, seguido por Sophia.
—A diferencia de ti, yo soy alguien realmente esplendoroso —dijo con un deje de superioridad.
—Ay si tú, como no— soltó ella de tajo, realmente le molestaba cuando el empezaba con sus delirios de grandeza.
Siguieron caminando por el pasillo.
—Oye, deberías de tenerme más respeto, mujer —su tono ahora era algo molesto.
—Ni siquiera me lo tienes tú a mí —contesto ella con el mismo tono, mientras se cruzaba de brazos y giraba su rostro hacia un costado, no veía por qué ella no podía hacer algún berrinche frente a él—. No veo por qué tengo que hacerlo yo.
Loki se giró de improviso provocando que Sophie chocara contra él, haciendo que ambos perdieran el equilibrio y se fueran al suelo. Loki impacto, de espaldas, sobre el suelo y ella cayó sobre de él, provocando que Loki soltara un alarido.
Sophie intento incorporase, su cabeza había quedado en el hombro de Loki, al sostener en el piso sobre sus manos, se topó con la cercanía del rostro de Loki. Este tenía los ojos cerrados, pero después los abrió lentamente. Ella quedo prendada de aquellos orbes color esmeralda. La respiración de él era algo agitada, haciendo que esta impactara contra la piel de Sophie, provocándole cierta sensación de cosquilleo. A pesar de que le parecía incomoda la situación, no quería apartarse de la cercanía de él. Se desvió de sus ojos y poso su miraba a sus labios. Su boca estaba entreabierta, provocando que sus labios se vieran más llamativos. Sintió como su pulso se le comenzaba acelerar. Tuvo el impulso de acercarse más a él y de rosar, aunque sea un instante, aquellos finos labios. La mirada de él no se apartaba de ella.
— ¿Interrumpimos algo? —sonó una voz proveniente de alguna parte de la casa.
Sophia salió de aquel trance y busco de dónde provenía la voz. La encontró en la entrada de su casa, era la voz de Sage. Sage se encontraba parada junto a Luke, ambos veían la escena con una sonrisa pícara. Sophie abrió los ojos como platos y se incorporó rápidamente, después le tendió una mano Loki, el cual todavía estaba perplejo en el suelo.
—No, solo nos tropezamos —dijo nerviosa mientras soltaba unas risitas y miraba a Loki— ¡Loki!
El aludido salió de sus pensamientos y la miro, estiro su mano y sujeto la mano de ella.
— ¡Fíjate más por donde caminas mujer! —grito Loki molesto, gracias a Dios su tono sonaba verdadero.
Sage soltó unas leves carcajadas y se adentró a la casa seguida por Luke. Sophie y Loki caminaron hacia la sala, mientras Loki se quejaba de que su espalda le dolía, supuso ella que tal vez se había dado un buen golpe en la herida o en alguno de los costados. Debía de revisarlo para ver si no le había afectado considerablemente.
—Veníamos a ver como estabas con respecto a la fecha, pero podemos ver que ya no tienes ningún problema con eso - le sonrió mientras le guiñaba el ojo. Odiaba lo muy entrometida que podía ser Sage, pero debía de estar acostumbrada, era su mejor amiga.
— ¿Cómo pudieron entrar a la casa? —pregunto Sophie algo confusa.
— ¿No recuerdas que tenemos una copia de tus llaves? —pregunto Luke, su voz siempre sonaba encantadora, dijera lo que dijera—. Es la llave de repuesto que está en nuestro poder por si olvidas las tuyas en tu casa, o las pierdes.
Sophie entendió, recordó cuando se las había dado hace más de un mes después de pasar la noche entera recostada en la puerta de su apartamento, no quería que dicho accidente le volviera ocurrir y por eso había hecho dicha copia. ¿Cómo había olvidado ese pequeñísimo detalle?
Sage se acercó a Loki y, con una tenue sonrisa, le estiro la mano en seña de saludo.
—Soy la Doctora Sage Pierce, amiga de Sophie, es un placer.
Sophie miro como Loki la observaba con cierto recelo, giro su rostro hacia ella y la miro suplicante, supuso que buscaba que le dijera cómo actuar ante eso, ella le sonrió y asintió levemente, para que después Loki girara su rostro y le tendiera la mano a Sage. Se dieron el apretón pero Loki nunca se presentó. Sophie dio un suspiro, supuso que Loki tal vez no quería andar diciendo su nombre a cuanta persona le pasara por enfrente.
—Sage, él es Loki Laufeyson, mi invitado —dijo entre risas al mencionar la última palabra.
Sage soltó la mano de Loki y lo observo detenidamente, sabía que haberlo descrito de aquella manera tan detallada no era suficiente para la gran mente de Sage, ya que en la forma en que lo veía, decía que la impresión había sido más fuerte que la vez en que Sophia le había descrito por primera vez a Loki. Luke se acercó y estiro la mano para también saludar y presentarse, al parecer quería ganar terreno entre Sage y Loki, le molestaba que ella lo viera de esa forma y, por más que lo quisiera ocultar, era algo muy evidente.
—Lucas Tanner, pero todos me llaman Luke —su mirada era intensa pero no se mostraba grosera, Loki le sujeto la mano y se dieron el apretón.
—Loki —se presentó secamente él, mientras le soltaba el agarre.
—Bien ¿gustan algo de tomar? —pregunto Sophie intentando calmar y amenizar un poco el ambiente.
Sage se sentó en uno de los sillones, inmediatamente Luke se posiciono a su lado. Loki sencillamente se sentó en el sillón individual y se cruzó de piernas finamente, sin perder su esencia de hombre.
—Yo quiero café, por favor —soltó Sage con una sonrisa jovial.
—Yo también —dijo Luke—, pero que no esté tan cargado.
Solo Loki no pidió nada. Sophie se acercó a él y le pregunto de cerca.
—Y tu Loki, ¿Algo de tomar?
—Dame algo dulce y, si puedes, algo de comer —demando en un tono sereno, al parecer se estaba contendiendo de su normal de superioridad.
Sophie sonrió y se encamino a la cocina, tomo la cafetera y la encendió, se fue al refrigerador y saco la leche, tomo una taza y se lanzó directo al microondas, cuando abrió la puerta de este, un olor a quemado le inundo sus fosas nasales. Recordó lo que Loki le había dicho en días anteriores y maldijo internamente. Fue a su trastero y saco una olla pequeña, la coloco sobre la estufa, la prendió y vacío la leche de la taza ahí. Busco en su alacena algo que pudiera comer Loki, encontró pan tostado, lo tomo junto con un frasco de mermelada, había pedido algo dulce así que no había problema.
—Así que... Loki —escucho decir Sophie a Sage—, ¿De dónde eres?
Sophie giro su cabeza en dirección a la sala. Vio como Loki seguía en su misma posición, mientras que Sage imitaba su posición, los brazos cruzados y piernas cruzadas. Sophie sonrió, al menos su amiga no estaba haciendo preguntas fuera de lugar. Siguió buscando en la alacena un poco de chocolate para prepararle a Loki.
—Soy de noruega —contesto Loki en su característico tono serio.
— ¡Vaya, Noruega! —Exclamó sorprendida— Es un lugar muy agradable. Sabes, tengo amigos ahí, no recuerdo bien en qué lugar, pero tengo mucho tiempo que no los visito. Un día podremos ir tú y yo a dar una vuelta por tu país.
— ¡Ni de broma! —Espetó sobresaltado Luke, mostrando sus característicos celos— Es un viaje muy largo y tú tienes mucho que hacer en tu trabajo.
—Era solo una idea—chillo Sage—, no es para que te pongas así, ¿Verdad Loki? —lo último lo pregunto suplicante.
Loki solo soltó una exclamación de rechazo.
Sophie comenzó a preparar el chocolate de Loki, ya que la leche ya estaba caliente. Coloco varios panes tostados en una charola y en medio puso un pequeño recipiente con mermelada junto con una espátula, la sujeto y, con la taza de chocolate de Loki, la llevo a la sala mientras sonreía por la conversación que llevaban sus amigos y su invitado.
—Por cierto Loki, si eres de Noruega, ¿Qué haces aquí, en la glamorosa isla de Manhattan, Estados Unidos? —lanzo la pregunta Sage.
—Por asuntos personales —contesto secamente Loki, mientras se hundía más en su sillón.
— ¿Cuáles asuntos personales? —pregunto tajante Sage.
—Vamos, Sage, son cosas personales de Loki, no tienes por qué inmiscuirte —comento Sophie mientras colocaba la charola en la mesa y le daba la taza de chocolate a Loki—. Aquí tienes— sonrió.
Loki solo asintió ante el gesto. Sophie se giró y volvió a la cocina, sirvió el café en las tazas y las llevo a la sala.
—Claro, cosas personales —comenzó Sage en un tono sarcástico—. Por cierto, Loki, ¿No crees que Sophie sea una buena anfitriona?
—Por supuesto— soltó Loki sin ánimos, mientras tomaba un sorbo de chocolate.
Sophie coloco las tazas en la mesa y comenzó a preparar la propia. Sage y Luke la imitaron.
—Y teniéndola tan cerca hace rato ¿No notaste lo hermosa que es esta mujer? —comento Sage con una sonrisa mientras daba un sorbo a su humeante taza de café.
Sophie se atraganto con el café lo que provoco que se quemara con él. ¿Qué era lo que pretendía Sage? Ella sabía que Sage era alguien muy directa y atrevida, pero nunca había esperado que sacara a flote este comentario. Recordó la conversación que había sostenido en días anteriores, le había dicho que le contara sus sentimientos a Loki, pero ella había negado completamente sentir algo por él, no podía sentir nada por él y mucho menos ahora que habían acordado que los sentimientos no estarían involucrados. Pero la situación que se había dado antes de que llegaran Sage y Luke le había dado una sacudida, había sentido un hormigueo y una enorme necesidad de probar los labios de Loki indicaba lo contrario. Se sonrojo ante el recuerdo y Sage soltó unas leves risitas.
—Tiene su encanto —soltó Loki en un tono neutral—, no puedo negar que si es una hermosa mujer, a pesar de que su actitud no es muy educada que digamos.
Sophie miro directamente a Loki, este no parecía incomodo ante aquella pregunta, ni se inmutaba, al parecer no entendió o tal vez no le molesto el comentario. Sophie suspiro, en parte se sentía aliviada y en parte se sentía molesta. ¿Cómo que no era educada? Realmente sentía que podía levantarse y golpearlo, pensó que él tampoco tenía una buena actitud que digamos, solo se mostraba como alguien fino, pero realmente no lo era, él era mucho más mal educado, desde su perspectiva.
Pero se relajó ante el hecho de que, tal vez, Loki no sentía nada por ella, porque, sinceramente, no sabría cómo corresponderle.
Miro a Sage y le hizo una mueca de enojo. Se las pagaría y muy caro, Sage la miro y solo opto por reírse ante lo que había provocado y Luke solo suspiro. Giro su rostro hacia Loki, este se mostraba entretenido, eso le alegro un poco. Al menos podría tener una conversación amena en esta situación que empezó incomoda.
Pasaron dos días desde que los amigos de Sophie habían ido a visitarla. Ella había vuelto al trabajo y Loki continuo leyendo libros en casa. Todo siguió normal. Al contrario de las pesadillas, que cada vez las sentía más intensas y ahora le sumaba el remordimiento que sentía hacia lo que Sophia le había contado. Pensó que permaneciendo a su lado y si la ayudaba con su problema, tal vez sus pesadillas disminuyeran, pero estaba equivocado, seguían en aumento. Esperaba con horror la llegada de la noche y del momento de dormir, trataba de retrasarlo lo más que podía pero siempre terminaba cediendo ante él y las pesadillas no perdían el tiempo en aparecer. No sabía si gritaba, pero siempre lo despertaban a muy tempranas horas, impidiéndole volver a recobrar el sueño.
Era de noche y estaba solo. Sophie la había avisado, cuando fue a comer con él, que tendría mucho trabajo cuando volviera y que regresaría a casa hasta muy tarde. Se encontraba recostado en su cama, había cenado alguna fruta que Sophie le había dejado. Ella le había dicho que tenía miedo que terminara incendiando algo con la estufa o el microondas. Realmente estaba muy desconectado con toda la tecnología de los midgardianos, no entendía el funcionamiento de muchas cosas pero aun así era muy orgulloso para aceptarlo y pedirle ayuda a la mujer.
Se removió en la cama, la habitación estaba oscura, se tapó completamente y cerró los ojos. No podía conciliar el sueño, el miedo a las pesadillas era tan intenso que no dejaba de temblar y cada vez que cerraba los ojos, cualquier pensamiento los hacia abrir de golpe. Miro el reloj de su cuarto resignado, eran las once de la noche. Ya era tarde y aun no llegaba Sophia de su trabajo. Le pareció extraño. Se puso a dar vueltas al asunto y cuando menos lo pensó, el sueño le venció.
Como era costumbre las pesadillas comenzaban ligeras, para después volverse intensas y aterradoras. Cada sentimiento, sensación o dolor que ahí experimentaba se volvía el triple de intenso, cada uno de ellos lo sentía como si realmente los estuviera viviendo. No podía soportarlo. Hubo un momento cuando tuvo la oportunidad de despertarse, pero no lo logro ya que sus mismas pesadillas lo retenían.
No soporto aquella agonía y grito, tan intenso que sintió como le taladraba sus oídos. Hubo un momento que sintió que lo tiraban de los hombros con un movimiento más rudo pero seguro. Loki se levantó sobresaltado y se encontró con el rostro de Sophie contra el suyo.
El comenzó a respirar agitadamente. Ella lo miraba enternecidamente y se lanzó a abrazarlo. Loki se sintió seguro, pero aun el miedo lo seguía abrumando.
—Disculpa haber llegado tarde —decía tiernamente mientras acariciaba su espalda—. Tratare de no dejarte de nuevo solo, ¿Esta bien?
Loki solo logro asentir lentamente. No sabía por qué, pero la simple cercanía de esta mujer lo relajaba y lo hacía sentir seguro y a la vez acelerado, desde la vez que ella le cayó encima y sintió su respiración recorrerle todo el rostro. Le incomodaba, sí, pero no quería quejarse, le agradaba.
Sophie lo soltó y se puso de pie, aun traía puesta la bata. Ella sonrió y se la quitó, la lanzo hacia la mesa y se fue a la cama de Loki.
—A ver, hazte a un lado —demando mientras levantaba la sabana de la cama de Loki.
— ¿Q-que es-tas haciendo? —pregunto tembloroso Loki, le parecía extraordinario lo que comenzó hacer Sophie.
—Estoy entrando en la cama —contesto molesta— ¿Que no ves?
—Si lo veo, lo que no entiendo es el porqué.
—Por qué no pienso dejarte otra noche solo con tremendas pesadillas —soltó con un tono serio, pero soltando una pequeña sonrisa al final—. Así que, o te mueves o te muevo. No te estoy pidiendo permiso, te lo estoy ordenando.
Loki se hizo a un lado y Sophie se recostó a su lado. El trato de estar lo más lejos de ella pero Sophie lo rodeo con un brazo y se acurruco en él. El corazón de Loki se comenzó a acelerar y sus mejillas comenzaron a colorarse de su característico color carmesí. Agradeció en esos momentos que la luz estuviera apagada. La miro de reojo y ella ya había cerrado los ojos pacíficamente. Loki la rodeo con un brazo, como no queriendo la cosa, y recargo su cabeza en la de ella.
—Nada de sobrepasarse— dijo en un tono amenazador Sophia aun con los ojos cerrados—. Esto es solo dormir, ¿De acuerdo?
—Solo dormir— soltó Loki en voz baja, respondiéndole.
—Buenas noches, Loko —dijo mientras se acurrucaba más en él.
"Buenas noches, Sophie" soltó en su mente Loki.
No le molesto que ella le hubiera dicho "Loko", ni que lo hubiera amenazado, ni mucho menos que le hubiera dado órdenes. Lo único que le importo a Loki en esos momentos fue que ella le daba seguridad y le reprimía su intenso miedo a todo.
Giro sus ojos hacia el reloj y vio que eran la 1:30 de la madrugada. Sonrió para sí. Aún tenía oportunidad de dormir, aunque fuera un poco. Cerró sus ojos y se dispuso a dormir más relajado.
Recordó las veces que se levantaba a media noche con rumbo hacia la habitación de Thor, el cual lo recibía con los brazos abiertos y abrazaba fuertemente hasta que él dormía plácidamente. Había ocasiones, también, en las que gritaba fuerte por las pesadillas, que de niño también hubo un tiempo en que eran constantes, y su madre iba a su encuentro a arrullarlo y cantarle una canción o contarle cuentos, para que Loki pudiera dormir. Siempre, en ambas ocasiones, se sentía seguro, pero aún existía el sentimiento de miedo y la sensación de vacío. Pero con esta mujer, que acababa de conocer, con ella, con Sophie, era diferente. Ella lograba llenar el vacío que por mucho tiempo Loki intento llenar de muchas formas, no sabía cómo, pero así era. Estando cerca de Sophia, Loki se sentía completo. Supuso que eso era en lo que Sophie le estaba ayudando. Sonrió y suspiro.
Esa noche no se repitieron sus pesadillas y eso a Loki le pareció la mejor noche desde hace mucho tiempo.
Despertó más relajado, fresco como hace mucho tiempo no lo hacía. No tuvo pesadillas y por primera vez no lo despertaba una. Estaba realmente feliz. Le agradaba que esa mañana no estuviera agitado, lleno de terror que las pesadillas le provocaban. Fue entonces que recordó el porqué.
—Sophia —dijo en voz baja mientras abría los ojos de golpe.
Giro su vista a su costado y vio como el espacio que había ocupado la mujer estaba vacío. Lo toco con las yemas de los dedos y aun podía sentir el calor que había dejado Sophia. Busco el reloj para comprobar la hora y se encontró con que eran pasadas las 11 de la mañana. Había vuelto a dormir de más. Pero esta vez no le molesto, solo importaba que había dormido y libre de las pesadillas. Se incorporó y volvió a encontrar en su mesa el desayuno, que al parecer tomaría como el platillo fuerte de la hora de la comida.
No tenía hambre, así que se dispuso a leer hasta que la necesidad de alimento se presentara. No se había dado cuenta de que desde que se había levantado había estado sonriendo, era una pequeña sonrisa, pero aun así, no dejaba de ser sonrisa.
Ya pasada de las tres de la tarde cerró el libro y se dispuso a comer. Levanto la tapadera cuando estuvo enfrente de la mesa y vio que era algo de huevo estrellado con largas tiras de tocino (era la segunda vez que Sophia le servía aquel platillo). Comenzó a devorarlo, lo disfruto, aunque lo hubiera preferido caliente. Se limpió las comisuras de los labios y tomo de un sorbo la bebida de chocolate con leche. Tomo los platos y se levantó para irlos a dejar a lavatrastos. Le sorprendió a si mismo dicha acción, nunca antes lo había hecho, pero ese día se sentía de humor, le había sentado muy bien el hecho de haber dormido, por primera vez, libre de pesadillas. Salió del cuarto y camino por el largo pasillo. Ya podía caminar fácilmente sin la ayuda del bastón. Le extraño el hecho de que Sophie no estuviera en casa a esas horas. Supuso que tenía mucho trabajo en el centro. Dejo sus platos con los platos sucios y se encamino rumbo a su habitación.
Tenía en mente una idea, tal vez le pudiera parecer estúpida, pero tenía la intención de hacerla. Debía de agradecerle de alguna u otra forma a Sophia por lo que había logrado con él esa noche.
Cuando llego a su cuarto se sentó en su cama y se puso a idear algo que pudiera regalarle, una forma de corresponderle. Recordó que ella hacia mucho por él y él no la había ayudado en nada. Debía de compensárselo. No le gustaba deber nada a nadie. Ya era mucho para él depender de alguien como para que ahora le debiera a la misma persona.
Busco entre sus recuerdos que tenía sobre de ella y recordó que le había dicho que le gustaban los lirios. Pensó en dibujarle uno, era bueno dibujando, su madre en incontables ocasiones se lo decía después de que él le regalaba un dibujo, pero no tenía papel ni lápiz al alcance. Así que opto por utilizar su magia. Sonrió ante la idea. Hacía tiempo que no utilizaba magia por el hecho de que ahora debía de usar su propia energía vital. Pero el crear cosas, como lo eran las plantas no era algo que consumiera, en exceso, su energía vital, solo era una pequeña pizca. Comenzó a recordar los hechizos. Estuvo toda la tarde practicando, hacia muchos siglos que no realizaba magia tan básica que había olvidado parte esenciales de aquel hechizo. La última vez que había usado un hechizo de esos fue en uno de los cumpleaños de Frigga, cuando le regalo un enorme arreglo de flores que hizo que Thor lo cargara y se lo diera. Cuando logro crearla, esta mostro una coloración turquesa. Loki volvió a sonreír. Había creado un hermoso lirio, perfecto.
Escucho el ruido de la puerta de la entrada. Se sobresaltó, giro para ver el reloj, eran las 7 de la noche. Se levantó de la cama y se vio a sí mismo, aun traía puesto su ropa para dormir, se rio de sí mismo. No había visto la necesidad de siquiera cambiarse, se sentía cómodo así (dormía en un pantalón de franela verde con estampados negros a cuadros y líneas y una camiseta de las interiores blanca).
Con la flor en mano salió de su habitación al encuentro de la mujer que había logrado que en una noche hubiera dormido sin pesadillas. Camino por el largo pasillo, mientras escuchaba unas voces, parecía una conversación.
— ¡Gabriel que sorpresa! —exclamo la voz de Sophia en tono agudo.
—Te extrañe tanto —soltó una voz más grave, masculina, que Loki no reconoció.
En el umbral del pasillo, Loki, quien venía con una sonrisa muy marcada y con aquel sentimiento de alegría que pocas veces experimento, vio como aquel hombre rodeaba con su fuertes brazos a, lo que le pareció, una frágil Sophia y, acercando su rostro al de ella, le planto un febril beso en sus labios, el cual ella no pareció oponerse.
Loki se frenó en seco, su sonrisa se desvaneció rápidamente y una fuerte opresión en el pecho lo hizo sentir casi desfallecer. Se sentía herido, traicionado y no entendía porque. Le dolió ver aquella escena, y ese dolor poco a poco se fue transformando en odio cuando vio que los ojos de aquel hombre se abrían y parecían ver hacia la dirección donde él estaba, para después cerrarse rápidamente y seguir disfrutando de aquel candente beso. Apretó el lirio turquesa entre sus manos y lo dejo caer molesto en el suelo.
Se giró, evitando hacer ruido, y casi voló velozmente a su cuarto. Cerro la puerta tras de sí, apago la luz, se metió en la cama cubriéndose con las sabanas completamente y, aunque no se perchado, dejo derramar algunas lágrimas.
Había sido débil, había abierto su corazón, como un humano, y ahora sufría las consecuencias. Se odio a si mismo por su debilidad, por haber confiado en aquella mujer y, sobre todo, por haberse permitido sentir algo por ella. Habían acordado nada de sentimientos entre ellos, pero él había roto aquel acuerdo. Sin el permiso de ella, ni el suyo propio, Loki comenzó a sentir algo por Sophia, no sabía que era, pero el sentimiento estaba ahí y, eso, lo estaba haciendo hervir ahora.
"Siempre has sido un sentimentalista, por eso siempre fracasas" le dijo una voz en su interior. Se llevó las manos a la cabeza y se masajeo las sienes. Cuando estuvo más relajado, solo pudo concebir abrazarse a sí mismo, mientras intentaba conciliar el sueño. Tenía que hacerse a la idea de que esta noche tendría una terrible pesadilla.
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