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Capítulo 14 (Pt. 2)

ODISEA

Nunca se había imaginado que tras haber llegado a Midgard y haber ido directamente a una misión, se encontraría con Loki en un establecimiento, acompañado con una mujer.

Ahora se encontraba cargando a un histérico Loki, el cual pataleaba y golpeaba mientras volaban.

— ¡Suéltame, estúpido salvaje! — gritaba Loki mientras era sujeto por el brazo de Thor.

— Necesito de tu ayuda, hermano...

— Pero yo no quiero darte esa ayuda...

— Lo siento hermano — dijo Thor antes de dejar inconsciente a Loki de un golpe.

El viaje de regreso a la torre de los Vengadores fue más calmado una vez que el dios del caos yacía inconsciente en los brazos de Thor.

En esos momentos el rubio se sentía sumamente feliz. Al fin había encontrado a su hermano y había podido cumplir su promesa, a pesar de que haya sido de manera espontánea, aun así, la había cumplido. Lo había buscado, con desespero, y lo había encontrado. Y a partir de ahora, no permitirá que nada lo apartara de su hermano, ni si quiera S.H.I.E.L.D. ni mucho menos sus compañeros de batalla, los Vengadores.

Ahora, el problema sería el que sus amigos aceptaran la ayuda de su hermano, ya que estaba seguro de que estos aun le guardan resentimiento.

— Te pedí unas donas y un café de Starbucks, y me traes a Cornamenta del universo de Harry Potter, ¿es en serio? — Tony Stark observaba al hombre recostado sobre su sofá, hombre que una vez lo había lanzado por la ventana de uno de los pisos de su edificio, mientras le daba un sorbo a su vaso con su whisky favorito. — En verdad, Thor, ¿tenemos que hablar de nuevo entre la diferencia entre un dios nórdico y una caja de donas? Pensé que lo había dejado en claro la última vez.

— Te prometo, hombre de acero, que no hará destrozos — soltó suplicante el rubio que estaba enseguida de él. — Mi padre sello sus poderes, una vez que estuvo encerrado en la cámara de torturas.

El genio solo logro soltar un suspiro prolongado.

El dios del trueno no era consciente de lo que podría provocar la simple presencia, aun así sin poderes, del dios del caos.

Sabía que todo se complicaría en el momento en el que el rubio arribó a su torre, todo húmedo por la lluvia de noviembre (aunque sonara épica la frase, en realidad era más complicado), cargando a su hermano inconsciente mientras iba y lo recostaba sobre aquel sillón. Por fortuna nadie estaba aún en la torre, pero no tardaban en llegar, puesto que se habían citado para una reunión para hablar del problema de Thanos o como sea que se llamara.

Thor había mencionado que ocuparían la ayuda del dios del caos, pero como era de esperarse nadie aprobó la noción del rubio, lo cual deprimió un poco al mismo. Pero ahora, todo era diferente, el dios de las travesuras estaba en la torre y, quisieran o no, él debía de estar implicado en todo esto.

Además parecía ser que el grandulón había cambiado su estado de ánimo. A decir verdad, llevaba casi todo el tiempo en el que duro su supuesto hermano encerrado con aquella sombría tristeza que intentaba disimular. Le afectaba que Loki estuviera encerrado, y aquello era algo que, al fabuloso Tony Stark, no le podían ocultar. Él había vivido en carne propia el necesitar ver bien a alguien durante algún tiempo y entendía a la perfección como es que Thor se había sentido y al verlo, en estos momentos contemplar al sujeto, que dos años atrás lo quería asesinar, con una radiante sonrisa era más que la confirmación de aquella suposición.

Tony se acercó un poco más al rubio mientras le colocaba una mano al hombro, aquello era un poco complicado para él, debido a la diferencia de alturas, pero aun así quiso darle un poco de apoyo al dios.

— Sabes que el cornudo puede pasar el tiempo que necesite bajo este techo...

— Gracias, hijo de Howard — soltó el rubio con una sonrisa aún más marcada.

— Pero tienes que saber que los otros, posiblemente, no estén completamente de acuerdo con esto — expuso de manera seria, el dios debía de saberlo, a pesar de que le dolía, tenía que saberlo. — Debes de recordar que muchos, incluido yo, tienen algo en contra del dios, así que, no te aseguro que lo acepten y lo tomen muy bien.

— Soy consciente de esto — agacho la mirada Thor, por más que quisiera negarlo, había vuelto a sentir tristeza —, pero no permitiré que nadie le haga daño, ni mucho menos que él hiera a alguien.

— ¡Gracias, nos sentiremos más seguros así! — exclamo con sarcasmo el billonario, lo cual, el dios del trueno no comprendió y sonrió ante aquel comentario. El genio suspiro y volvió su vista al dios mientras se comenzó a masajear el puente de la nariz. — Te recomiendo, Beach boy, que vayas a encerrar a este hombre en tu cuarto, porque no tardan en llegar los demás de sus asuntos y pegaran el grito en todo el universo si se encuentran con este aquí.

Thor asintió y fue al sillón, tomo al inconsciente dios entre sus manos a la par a la voz de JARVIS, que resonó en la sala de estar del piso de entretenimiento.

— Señor, el agente Barton y capitán Rogers acaban de llegar al edificio — la voz de la IA resonó monótona como siempre, cumpliendo su cometido de mantener al tanto de lo que ocurría en la mansión al billonario.

— ¡Ves! Te lo dije — exclamo Stark señalando a los hermanos, mientras los veía dirigirse a la salida de la habitación. — Si algo sale mal, será tu culpa, Grandulón. Diré que me amenazaste, ¿Entendiste?

Solo escuchó el eco que provocaba la estruendosa risa del asgardiano mientras se cerraba la puerta, y este caminaba por el pasillo, rumbo al elevador.

— JARVIS, diles a Steve y a Clint, y también a los que vayan llegando, que vayan directamente a la sala de reuniones, ahí los estaré esperando — ordeno a su mayordomo digital.

"— Enseguida, señor."

Una vez solo tomo su vaso vacío, se dirigió al mini bar que había en la sala y, sirviéndose un poco de whisky, se tomó de un sorbo la bebida que tenía en aquel vaso.

Sabía que si no se volvía alcohólico por su adicción a dicha sustancia, lo haría por el estrés que le provocaba el vivir con varios lunáticos y desaliñados superhéroes. Fue entonces que cuestiono que si realmente había hecho lo correcto al invitarlos a vivir en su torre.

¡Grandiosa idea Stark!

— Ya estamos todos, Stark. ¿Cuál es el nuevo drama? — pregunto fastidiado el arquero mientras jugaba con una pluma entre sus dedos.

— No, aún falta gente — soltó la rubia, la cual llevaba por nombre Carol.

Todos observaron los lugares que estaban vacíos en la mesa y soltaron un ligero suspiro. Era algo normal, que al momento de este tipo de reuniones, dichos lugares siempre se mostraran vacíos.

La hormiga y la avispa siempre llegan tarde — soltó fastidiado Clint mientras recargaba su mejilla en su mano. — Por eso debemos dar inicio, qué más da si estén o no.

— Barton tiene razón — expuso el rey de Wakanda. — Stark, dinos de una buena vez a que nos reuniste, hay personas que tienen asuntos que atender.

Tony Stark se volvió el centro de atención en ese momento. Algo a lo que siempre había estado acostumbrado.

El grupo de vengadores que estaban observándolo buscaban respuestas ante aquella reunión tan premeditada a la que había convocado.

En un principio, el objetivo de aquella reunión era solo para molestar a los nuevos y antiguos miembros de los vengadores, con la estúpida pregunta sobre de qué color podían pintar la nueva torre que tenía pensado en instalar en Inglaterra y, posiblemente, al final trataría sobre el tema del que últimamente se había tratado: la amenaza del líder de los chitaurri en contra de la tierra, con el objetivo de destruirla. Pero todo había cambiado en el momento en que Thor había llegado con Loki en brazos a su torre y, para su desgracia, tendrían que desplazar el tema del color de su torre para otro momento.

— El motivo por el cual los convoque en esta noche es por el mismo motivo de la reunión pasada...

— ¿El tamaño de tus pantallas para la torre Stark de Inglaterra? — giro sus ojos, molesto, el capitán. — Porque si volvemos a discutir eso, Stark, te juro que no te incluiremos en el intercambio de navidad.

— Vamos Capi—paleta, tienes que aceptar que eso era una crisis del tamaño del mundo — puntualizo mientras hablaba con las manos, los presentes solo propiciaron a soltar un bufido de fastidio. — Pero, para mi desgracia, no tocaremos ningún tema relacionado con la torre. Trataremos el tema de Thanos.

— ¿Hay alguna novedad? — pregunto Natasha con tono serio.

— Si — soltó secamente Tony —, surgió una anormalidad en Florida, la cual JARVIS detecto, y mande a Thor a investigarla.

— Y, ¿Qué encontró? — se apresuró a cuestionar Banner.

El genio presiono unas teclas tridimensionales en la mesa y del centro de la misma apareció una imagen.

— Esto.

La imagen mostraba un grupo de personas muertas, a las cuales habían herido de manera salvaje. Sus cuerpos se encontraban tirados en el suelo, cerca de un basurero.

La reacción fue unánime en todo el lugar: sorpresa. Algunos reaccionaron, además, con algo de repulsión y algunos otros no soportaron la imagen y simplemente giraron el rostro.

— ¿Pero qué demonios es esto? — cuestiono Rogers sobresaltado mientras se alzaba de su asiento y posaba sus manos en la mesa.

— No entiendo que es lo que tiene que ver esto con Thanos — comento la viuda negra con su semblante inmutable, solo la había modificado la sorpresa de segundos atrás.

— Lo sé, de esta forma no tiene ninguna relación con Thanos, pero este video — movió la imagen de la mesa y apareció una semejante, pero de más baja calidad frente a ellos, Tony le puso play y el video comenzó a reproducirse —, si les dirá.

En el video se escuchaban unas voces de unos jóvenes que estaban grabando, por morbo y para hacerse famosos en YouTube, los ruidos del ambiente, como el de los autos y murmullos de la gente, se hacían presentes. De repente, los cuerpos comenzaron a moverse y a cambiar de forma, enfrente de los espectadores, los cuales gritan aterrados, pero no dejaban de grabar; la forma que empezaban a tomar los cuerpos era más mecánica, su piel se vuelvo de color grisácea y sus extremidades comenzaban a verse con una especie de armadura mecánica. Su aspecto se había vuelto muy diferente, pero las personas ahí presentes, al menos en su mayoría, sabían que significaba.

Chitaurris — fue lo único que pudo expresar el capitán cuando se dejó caer en su asiento, mientras el resto de los presentes observaban anonadados.

— ¿Qué significa esto, Tony? — pregunto ahora el doctor Banner.

El filántropo soltó un suspiro y, llevándose una mano a la cara, masajeo el puente de su nariz, cosa que había utilizado la mayor parte del día. Verdaderamente, este día había sido un tanto agotador.

— Significa que aún desconocemos totalmente a nuestro enemigo.

— Pues podríamos conocerlo si le llegamos de frente y le decimos: "Hola ¿qué tal?" — soltó la chica de cabellos cortos que acababa de llegar, la cual estaba recargada en el marco de la puerta. — Disculpen el retraso, Hank estaba haciendo unos experimentos en su laboratorio y no quería venir hasta terminarlos.

La joven entro con pasos ligeros y se encamino a uno de los asientos vacíos.

— ¿Donde esta él, Janet? — pregunto Carol.

— Se entretuvo con algunas cosas de la torre, ya saben lo de siempre: Laboratorios — se sentó en su lugar y se cruzó de brazos.

— Con respecto a tu noción, querida Janet, no creo que sea una buena ir a presentarse como si se tratara de una cita — comenzó Stark mientras tomaba asiento —, lo que necesitamos es alguien que nos instruya y nos ayude con nuestro enemigo.

— Y ¿Que propones Stark? — cuestiono Clint. — Porque te recuerdo que los sujetos que podríamos utilizar para investigarlos, ya están destajados y muertos.

— Yo pensaba, más bien en una diva con cuernos...

— ¡Oh no Stark! Ni siquiera lo pienses.

— Vamos, Barton, tienes que aceptar que es una buena idea.

— Estoy de acuerdo con Clint, no es una buena idea — expuso la pelirroja molesta. — Traerlo aquí es un gran riesgo, sin mencionar que también es una estupidez.

— Esperen, ¿Me he perdido de algo? — pregunto Janet con un semblante confuso.

— Se refieren al hermano de Thor, Loki — explico T'Challa mientras observaba a Stark discutir, estando él de brazos cruzados. — El mismo hombre al que hemos mencionado en las pasadas reuniones.

— No me refería a traerlo, si no a cooperar con él — comenzó dudoso Stark, por primera vez tenía miedo de alguna mujer, más bien de lo que le podía hacer esta mujer. — Es mejor saltarnos unos pasos, hay que resolver esto pronto. Además, ese era el otro punto a tratar de esta reunión...

Los ojos de la viuda se abrieron grandemente. Al parecer, había comprendido a lo que el billonario se estaba refiriendo. Ahora sí, todo se comenzaría a derrumbar.

— ¿En dónde está, Stark? — cuestiono molesta Natasha mientras se ponía de pie.

Stark se puso de pie y comenzó a retroceder. Aquella mujer era realmente aterradora cuando se molestaba. Natasha Romanoff era una mujer que rara vez dejaba que sus emociones salieran a flote, pero cuando estas afloraban, como en estas ocasiones, era seguro que lo peor estaba por ocurrir.

— No fue idea mía — señalo a Thor mientras intentaba escudarse en Rogers. — Ricitos me amenazo, era imposible negarse habiendo una amenaza de un dios, y nórdico, de por medio.

Natasha se giró y observo con recelo al rubio que le sonreía tontamente como siempre. Al parecer no había comprendido aun, la gravedad del asunto.

Barton se puso de pie y gruño mientras sujetaba la pluma con la que antes estaba jugando.

— Necesito saber dónde está — su tono también era molesto, era el que realmente debía de estarlo por lo que le había hecho —, tengo asuntos pendientes con ese bufón.

— Esta aquí, en la torre — respondió forzadamente el dios del trueno. — En estos momentos se encuentra en mi cuarto...

— ¡Oh cierto! ¿Cómo lo mantuviste quieto? — cuestiono curioso Tony, realmente aquello llevaba tiempo carcomiéndole.

— Lo sujete a algo que no podrá levantar nunca...

— ¡Excelente! Así será más fácil acabar con él — exclamo con una radiante sonrisa el arquero.

— Eso, si te lo permito, hijo de Barton — amenazo Thor mientras se ponía de pie, realmente molesto.

Todo pintaba para que se diera una enrome, pero divertida, batalla campal. Sería muy interesante ver quien ganaba de una pelea entre el majestuoso dios del trueno contra el Legolas del siglo XXI, lo cual, era muy evidente hacia donde estaba inclinada la balanza del triunfo. Lo malo de todo esto es que su torre se vería afectada en todo aquello, como era de costumbre. Eso era algo que se ganaba por meter a tanto loco bajo el mismo techo.

— ¡Vamos a tranquilizarnos todos! — el capitán hizo uso de su potente voz y habilidades para mantener todo en orden para apaciguar la discusión, sus brazos se habían alzado en seña de querer calmar todo en aquel lugar. Barton y Thor giraron hacia Rogers prestando atención. — Tenemos que poner las cosas en claro — trago saliva y continuo. — Propongo hacer un debate en donde expongamos los puntos a favor y en contra, para después hacer una votación al respecto, ¿de acuerdo?

Los vengadores asintieron al mismo tiempo. Todos volvieron a tomar asiento y dirigieron su vista al encargado de llevar a cabo dicho debate.

— Muy bien, empecemos de mi lado derecho — giro su rostro y asintió débilmente — ¿Bruce?

El doctor se mostró tímido y negó con la cabeza mientras se subía los lentes con el dedo corazón por el puente de la nariz.

— No sé qué opinar — su voz era serena y cansada, su rostro mostraba algunas ojeras, seña de que el pobre hombre no había dormido en varios días, cosa que ya era normal en él. — Desde una vez lo aclaro, pienso anular mi voto.

— De acuerdo, ¿Señorita Danvers?

— No conozco a Loki, para empezar — expuso la aludida —, así que no puedo juzgarlo a él. Pero puedo asegurar algo. Thanos está cerca y es fuerte. Durante mi estadía en los cuarteles de S.W.O.R.D., en La Aguja, conocí a un grupo de héroes espaciales, llamados Guardianes de las Galaxias, los cuales se hicieron aliados de S.W.O.R.D. Un día, recibimos la señal de que habían contactado con una nave que ellos no identificaban, nos dijeron que hoy mandarían un informe de ella, pero por desgracia, perdimos su contacto tras recibir el nombre del líder de aquella nave: Thanos.

"Thanos es alguien fuerte, y yo pienso que si tenemos a alguien que conozca de ese monstruo, es mejor tenerlo de nuestro lado — alzo la mano y soltó firmemente. — Yo voto a favor de que se quede.

Varios de los presentes soltaron un suspiro y otros solo pudieron manifestar un bufido.

— Excelente. Tu turno T'Challa.

— Conozco de mitología nórdica — su voz era seria y profunda, algo normal en él —, y sé muy bien quien es Loki y lo que simboliza, y no pienso arriesgarme a que al final, termine traicionándonos. Voto en contra.

— Yo pienso — se adelantó la avispa antes de que le cedieran la palabra —, que deberíamos de darle una segunda oportunidad. El pobre hombre estaba perdido. Además, sería interesante conocer a otro dios nórdico y tenerlo como aliado — sonrió divertida y alzo la mano. — Completamente a favor.

— Ya saben lo que yo pienso — expuso la pelirroja mientras se cruzaba de brazos y hacia una mueca con la boca.

— Opino lo mismo — puntualizo Barton.

— Correcto — los ojos azules se posaron sobre dios del trueno, el cual tenía un semblante angustioso. — Supongo que tu voto es a favor al igual que tu punto de vista, o ¿me equivoco?

— Estas en lo correcto, capitán — asintió Thor un poco sereno.

— ¿Stark?

El aludido soltó un prolongado suspiro mientras se hundía en su asiento.

— A mi parecer, creo que sería buena idea contar con el apoyo del Ciervo — comenzó el dueño de la torre mientras jugaba con sus dedos. — Lo quieran aceptar o no, necesitamos la ayuda de Loki para poder destruir a Thanos. Los chitaurri que encontramos en Orlando, Florida, tienen el mismo aspecto que los de hace dos años, pero esta habilidad nueva suya, de tomar apariencia humana, puede indicar que posiblemente haya más de ellos, trasformados en humanos, en la tierra.

— En eso concuerdo con Tony — expuso Bruce mientras se quitaba sus lentes y los comenzaba a limpiar con una toallita. — Nuestro enemigo, al parecer, se ha vuelto más fuerte o nos está mostrando habilidades que anteriormente no nos había mostrado. Todo esto sería un problema para nosotros en el futuro, si no conocemos, del todo, a nuestro enemigo.

— ¿Eso significa que votas a favor? — cuestiono curioso Barton.

— ¡N—no! ¡Por supuesto que no! — se apresuró a responder mientras se colocaba los lentes de nuevo. — Mi voto sigue siendo nulo, es solo que quiera aclarar que lo que Tony exponía, era muy cierto.

— Creo que es obvia mi postura, no falta decir que estoy favor de esto — concluyo el hombre de hierro.

— Bueno, solo resto yo — índico Steve mientras se sentaba recto en su silla. — Y tengo que aclarar que, por más que me duela mi querido amigo Thor, no puedo aprobar esta noción. Me niego a cooperar con él.

— Esto nos deja, si mis cuentas no me fallan, en un tremendo empate — Tony sintió como todas las miradas se posaban, a una velocidad enrome, de él para luego irse hacia Bruce Banner. — Lo siento, doctor, pero tienes que darnos tu voto.

El ambiente se comenzó a tornar pesado. Todos los ojos de los presentes se posaban sobre el experto en radiación gamma, el cual estaba completamente nervioso por la encrucijada en la que ahora se encontraba. Tony solamente pidió que, por tanto estrés que estaba sufriendo, no se terminara transformando en el otro tipo y su preciada torre quedara hecha ruinas, de nuevo.

— Tony, creo que ya logre terminar los planos para el prototipo de Ultron — entro a la sala de reuniones, sacando a todos de sus pensamientos, mientras observaba unos papeles que traía en sus manos —, creo que sería bueno usar la inteligencia de JARVIS para este proyecto...

— ¡Hank! — lo saludo el genio de manera exaltada y mostrándose, falsamente, radiante, mientras se ponía de pie e iba y abrazaba de lado al aludido. — Haz llegado en el momento justo.

— ¿Ocurre algo? — pregunto el castaño con semblante preocupado mientras se encogía en el brazo del genio.

— A resumidas cuentas, querido amigo, necesitamos tu voto para saber si nos quedamos con el loco y dañado hermano de Thor...

— No ofendas así a mi hermano — soltó molesto Thor.

— Si como sea — dijo fastidiado Tony —, si nos quedamos con él o lo desechamos del plan para acabar con Thanos.

— ¿Te refieres a Loki, el que ataco Nueva York hace dos años, con el ejercito de alienígenas?

— El mismo — le sonrió, radiantemente, Stark.

Se cruzó de manos por unos instantes, para después llevar su mano libre de los papeles a su mentón, intentando reflexionar la situación. Tony, al igual que el resto de los presentes habían comenzado a impacientarse al ver que el hombre solo se quedaba de aquella forma en silencio, sin dar voz ni voto.

— Pienso que sería conveniente — rompió el silencio mientras se masajeaba la barbilla — que contemos con todo el apoyo. Además, teniendo en cuenta que el sujeto en cuestión estuvo aliado con nuestro enemigo, supongo que sería un arma de doble filo. Pero, tenemos que aprovechar aquel lado sin filo.

— Eso quiere decir que...

— Estoy a favor, supongo.

— ¡Excelente! Todos se han vuelto locos aquí — exclamo molesta la pelirroja.

— Ahora solo tenemos que tratar con el mal genio de Loki y buscar que nos quiera apoyar en esto. Alguien debe de ofrecerse a convencerlo.

— Yo lo puedo hacer — alzo la mano un sonriente Thor.

— No lo creo — expuso Bruce — creo que si Thor va, lo único que recibiremos serán negativas. Necesitamos a alguien que él no conozca y le dé el beneficio de la duda...

— ¿Y quién propones tú, entonces? — cuestiono de brazos cruzados Steve.

— No lo sé.

— Supongo que — comenzó la hormiga mientras analizaba todo — debe de ser alguien dispuesto ayudar a alguien relativamente dañado, sin ofender Thor. Alguien con experiencia en reformar a gente mala...

— Pym — le palmeo el hombro Tony mientras le mostraba una sonrisa y el aludido giraba hacia él —, gracias por ofrecerte.

Disculpe, Señor — sonó la voz etérea de JARVIS —, el señor Laufeyson está gritando con histeria el nombre del señor Odinson, mientras suelta ofensas al mismo.

Stark pudo ver como el semblante sereno del Doctor, había cambiado a uno de total angustia.

Esto sería algo realmente divertido.

— ¡Sophie! — exclamo potentemente.

La cabeza dejo de zumbarle en el momento en que despertó desesperado. Su respiración era agitada y se encontraba sudando. Hacía mucho tiempo que no tenía pesadillas, y ahora había experimentado una, la cual había sido un tanto extraña. En ella, había visto a Sophia sentada en un sillón de piernas cruzadas, la mujer se encontraba muy quieta y serena, no se movía para nada, ni siquiera podía percibir el movimiento de su respiración. Decidió acercarse para asegurarse que todo estuviera bien, pero conforme avanzaba, aquella habitación que había sido blanca en un principio, comenzó adornarse con manchas rojas al igual que la mujer. Cuando esta frente a ella, observa que sus ojos se encontraban cerrados y al acercar su mano para tocar su cabeza, esta se separa de su cuello y cae rodando al suelo mientras chorros de sangre comienzan a surgir del cuello inerte. El hombre propicio a soltar un alarido lastimero que le raspaba la garganta, para terminar observándose así mismo en un espejo, en el cual, su reflejo revelaba que todo él estaba manchado con sangre y en su otra mano, sujetaba una lanza la cual también estaba chorreando sangre, la sangre de ella. Él la había matado.

El shock del momento hizo que se despertara angustiado y tan agitado. Intento buscar a la mujer, pero la habitación en la que se encontraba le era totalmente ajena a él. No sabía en donde se encontraba y, mucho menos, el cómo había llegado ahí. Intento hacer memoria de los acontecimientos de antes de haberse quedado dormido, pero le fue muy difícil el acceder a ellos, la cabeza le dolía cada vez que lo intentaba.

Lo que necesitaba, en esos momentos, era relajarse, el sueño le había perturbado demasiado y lo había tensado mucho.

Busco levantarse para poder estirar los músculos, su cuerpo se lo pedía. Pero cuando intento incorporarse, algo se lo impidió. Levanto el rostro para ver que era la obstrucción y fue cuando se percató que una opresión, de la cual no había sido consciente hasta ese momento, la cual provenía de un objeto grande y pesado que estaba sobre su abdomen. Intento levantarlo pero le fue imposible, fue ahí que reconoció lo que lo retenía en aquel lugar: el Mjölnir de Thor. Y fue entonces que todo vino a su memoria como una cubeta de agua fría.

El momento en que estaba con Sophia en aquella cafetería, las cosas que compartió con él, los momentos de risas, cuando Thor llego y los interrumpió, cuando Sophia lo reconoció, tanto a él y al estúpido rubio, cuando se enojó, lo repudio y se largó del lugar totalmente destrozada y cuando su hermano se lo llevo volando y le dio un golpe para dejarlo inconsciente.

Eso quería decir que en estos momentos, se encontraba en la habitación de Thor, posiblemente en la torre de los vengadores. La desesperación lo comenzó a inundar. Necesitaba encontrar a Sophia y debía arreglar el problema que la bestia de Thor había provocado. Todo se había derrumbado y tenía que arreglarlo.

Intento mover el mazo, pero como era de esperarse le fue imposible.

— ¡THOR! — grito furioso el dios del caos mientras comenzaba a moverse desesperado. — ¡Con un demonio! ¡Quítame esta maldita cosa!

Sus movimientos eran precipitados mientras pataleaba en la cama. ¿Cómo se había atrevido aquel descerebrado a dejarlo abandonado sobre aquella cama con el Mjölnir sobre de él? Aquello era una humillación a la cual Loki no estaba dispuesto a repetir. Ya lo había hecho una vez, y en ese momento la desesperación se hizo presente. Esta vez no era la excepción y, podía asegurar, que dicha emoción era más intensa.

— ¡Maldito hijo de Odín! ¡Si no me liberas en estos momentos, te juro que te meteré tu puto mazo por tu enorme culo!— cierto, estaba siendo muy majadero, pero la situación lo ameritaba, en verdad había perdido todo su auto control, y por ende, su serenidad.

Siguió soltando ofensas y alaridos. Tal vez no le dolía el tener el mazo sobre de él, este era pesado, pero podía resistirlo; lo que en verdad le dolía era el esfuerzo utilizado para poder retirar dicho mazo de su cuerpo.

Transcurrió un lapso de tiempo que Loki no supo identificar, en el cual soltó cada ofensa que se le venía por su mente, hasta que se cansó de esto y logro pensar que, a pesar de todo lo que gritara e intentara liberarse, sería infructuoso, ya que, por más que le doliera aceptar, necesitaba de Thor para poder hacer algo.

Luego de unos instantes, la puerta se abrió y dejo ver a un grupo de personas, de las cuales sobresalían dos individuos: Thor y el otro no lograba reconocerlo.

— ¡Vaya! Pero que sorpresa, pero si son el ridículo hijo de Odín y sus mediocres vengadores — soltó con todo el veneno en sus palabras, a pesar de la posición en la que se encontraba no era conveniente, para él, mostrarse débil, debía seguir mostrándose como el dios que aun ellos recordaban. — Dime, Stark ¿Acaso no te alcanzo el dinero para reconstruir una torre con una celda especial para los monstruos?

— De hecho — alzo la mano el aludido para hacerse presente, a pesar de tener baja estatura a comparación con los otros, podía hacerse notar —, tengo tres. Pero debo aceptar que la idea del mazo de tu hermano es mucho más efectiva.

Loki arrugo el entrecejo anta el comentario mientras el hombre de hierro le sonreía tontamente. Aspiro aire profundamente para después irlo soltando poco a poco.

— Según lo que me dijo Thor — comenzó un poco más serio, pero aun así utilizando, en ocasiones un leve tono de sarcasmo —, los héroes más poderosos del Planeta, necesitan de mis servicios para un problema. ¿O me equivoco?

— Estas en lo correcto, Loki — le indico el hombre que está al lado de Thor, este no le era conocido y enarco una ceja al escucharlo hablar como si de un amigo se tratara. — ¡Oh! Disculpa — se llevó una mano a la cabeza mientras se sacudía un poco la melena castaña que traía, en su rostro se había formado una sonrisa tonta. — Soy el Dr. Henry Jonathan Pym, pero me puedes llamar Hank.

El hombre se acercó y le estiro la mano para estrechársela. Loki lo observo con fastidio y decidió ignorarlo. ¿Quién demonios se creía aquel insolente hombre? El castaño soltó un suspiro y regreso su mano a su costado. El dios del caos sonrió divertido ante el desplante que le había hecho.

— Bueno, supongo que esperan que acepte ayudarles — les sonrió burlonamente mientras su tono de voz era totalmente irónico —, pero ¿qué tal si me niego?

— Buscaremos la forma para persuadirlo — le espeto el doctor con una ligera sonrisa. — Pero de que nos apoyara, lo hará.

— Y ¿qué le hace pensar eso, Dr. Pym? — indago el pelinegro.

— Te entregaremos a Thanos. Fin de la discusión — soltó burlona la viuda negra desde su lugar. A pesar de que estaba escondida entre el grupo, Loki podía identificar bien su voz.

— Como veras, Loki, nuestro enemigo es Thanos y su ejército de chitaurris, es por eso que necesitamos de tu conocimiento de él para poder tener puntos a nuestro favor — le expuso el castaño.

Loki comenzó a recordar las punzadas y los recuerdos vivientes que le hizo pasar el maldito titán mientras estuvo encerrado en Asgard. El miedo lo comenzó a inundar. Le tenía más miedo a Thanos que a los vengadores y eso, era un hecho.

Comenzó a idear una forma de poder librarse de esto. Sabía que los mortales no conocían toda la verdad sobre Thanos y él. Aunque desconocía la razón por la cual estos mortales conocían su nombre, sabía que aun así tenia ventaja sobre de ellos. Recordó las palabras que aún lo hacían temblar.

"Te dije que no habría lugar en el universo donde esconderse de mí, asgardiano. Te encontrare, y te hare que me pagues lo que me debes".

Ya sabía qué hacer. Haría que los vengadores lo mandaran a Asgard. Al fin y al cabo, Thanos estaría ocupado con Midgard mientras él huía por todos los nueve reinos, una vez que consiguiera su magia.

Aunque la idea de ayudar a los vengadores, para después regresar a Asgard y fingir redención para obtener de nuevo su magia tampoco no era una mala idea. Pero no confiaba que estos mortales fueran capaces de destruir a Thanos. Decidió mejor irse por el lado de seguro: fingir que accede para después, manipulando la esencia mágica del Mjölnir huir de aquel lugar para irse a cualquiera de los nueve reinos. Al fin y al cabo, ellos no sabían del porqué de su huida, ya que desconocían de la venganza de Thanos hacia Loki.

— Hermano, por favor — comenzó el rubio mientras se acercaba a él. — Podemos darte protección, tanto tu como Midgard son los objetivos de Thanos. Podemos cuidarte y protegerte a cambio de que tú nos ayudes a conocer mejor a nuestro enemigo.

Y ahí iba Thor, mandando todo a la mierda, como siempre.

— ¿Cómo saben de la existencia de Thanos? — pregunto molesto el Jötun.

— Porque ya ataco Asgard, mientras te buscaba — le respondió el Dr. Pym.

Loki soltó un suspiro. Así que si estaba cumpliendo su amenaza, se dijo a sí mismo. Eso significaba que no tenía más opción que ayudar a los vengadores, o al menos, orientarlos para que puedan acabar con Thanos.

— Tal vez es posible que acceda — comenzó divagando un poco con las palabras —, pero tendrán de darme mejores argumentos que estos. No les soltare todo lo que se, así por qué así.

— No te preocupes cuernitos — le sonrió Stark mientras se posicionaba detrás del doctor — contamos con una persona excelente que se hará cargo de ti para ayudarte con tu locura y, de pasada, sacarte lo que necesitemos.

— ¿Acaso la agente Romanoff se ha vuelto terapeuta? — cuestiono con cierta picardía.

— No — soltó secamente el billonario. — Esa persona será nada menos que Hank, así que... vete a acostumbrando a su presencia.

— Iniciamos mañana temprano, Loki — le sonrió divertido —, por lo pronto, te quedaras en la habitación con tu hermano.

— ¡Vaya tortura! — exclamo irónico.

— Bien cuernitos, espero que disfrutes tu pijamada familiar — soltó el hombre de hierro mientras giraba y empujaba al castaño frente a él. — Si necesitas ropa para dormir, hay alguna en los cajones que te pueda ayudar.

El resto de los vengadores se retiraron de la habitación. Además del rostro del Dr. Pym, le pareció ver otros rostros nuevos, de los cuales no tenía memoria. Si estaría en aquel lugar debía de estar informado sobre cada uno de los integrantes para poder conocer sus debilidades y poder usarlas en su contra cuando las necesitara.

Thor se quedó observándolo, una vez que la puerta de la habitación se cerró. Se acercó a él, mientras Loki intentaba alejarse, por desgracia, su sola presencia le traía recuerdos de su encierro que sinceramente no quería revivir. Para su infortunio, por culpa del mazo que lo retenía en la cama, no podía retroceder absolutamente nada.

El rubio se agacho a un lado de la cama, llevo una mano al mango del mazo y la otra a la mejilla del pelinegro.

— Al fin te encontré, hermano — soltó dulcemente.

— Recuerda que no soy tu hermano — giro su rostro intentando alejarse de aquel roce.

Thor soltó un suspiro y, después, le retiro el Mjölnir que estaba sobre su cuerpo.

Al instante, Loki se incorporó y se lanzó sobre el dios del trueno con la mano hecha puño, impactándola contra su rostro.

— ¡Eres un estúpido y cabeza hueca, Thor! — le escupió el menor mientras sacudía su mano un poco adolorida. Era obvio que Thor era mucho más fuerte que él, y estando en ese estado de debilidad, sin su magia, su resistencia era menor.

— Lamento todos los problemas, hermano — se disculpó el rubio con la cabeza agachada. — Pero, ¿Quién era esa mujer?

El dios de las travesuras giro hacia un lado su rostro, mientras bufaba. Se bajó de la cama y paso por un lado del otro dios.

— Nadie que te interese. Y ahora, si no te disculpa, necesito ropa para dormir.

Thor asintió y lo condujo al armario que había en la habitación. Busco, entre algunos cajones, una pijama que le sirviera, se la entrego y, arrebatándosela de las manos, Loki se fue al baño, que también tenía aquella habitación a cambiarse.

Era ridículo el pensar que le daba pena que el otro hombre lo viera desnudo, pero no quería que viera las cicatrices, que aún no desaparecían de su cuerpo, ni mucho menos la sutura de su brazo derecho. No quería que nadie lo viera herido ni marcado, ni siquiera el hombre que aún se creía su hermano.

Se sacó la ropa que estaba usando y se colocó el pijama, una vez que se había revisado y limpiado la herida. Salió del cuarto y se percató de Thor seguía en su mismo lugar. Loki negó con la cabeza y se acercó a él.

— Necesito un lugar en donde dormir, idiota.

— Lo sé — busco, por debajo de su capa, algo, para después sacar unas esposas con una cadena larga y le colocaba un extremo de estas en una de las muñecas.

— ¿Qué demonios significa esto?

El rubio lo ignoro y coloco el otro extremo en el mango de mazo mientras este lo ponía en el centro de la habitación. ¿No estará haciendo lo que creía que haciendo, o si?

Giro su rostro y encaro al pelinegro.

— Por órdenes de todos, deberás quedarte atado a Mjölnir, para poder evitar que huyas — soltó un poco severo, pero podía ver que la voz se le quebraba. — Lo lamento, hermano.

— Si claro — le escupió molesto.

— Y sobre el lugar donde dormirás — giro su rostro mientras le señalaba el sillón que estaba pegado al enorme ventanal que mostraba toda la ciudad de Nueva York, la cual estaba bañada con la luz de una enorme luna. — Puedes dormir en aquel sillón o si quieres en la cama, puedes escoger el que quieras.

Sabía que todo sería muy extraño de ahora en adelante, pero tenía que seguir. La vida que tenía con Sophia, era obvio que ya no volvería a él. Tenía que repetirse que ya no la volvería a ver, que no podría ver de nuevo su sonrisa, ni mucho menos escuchar su hermosa voz. Ya no volvería ver aquellos grandes y maravillosos ojos, no volvería a tocar su rostro y, sobre todo, no volvería a probar aquellos exquisitos labios que lo volvían loco y hacían que perdiera todo control sobre sí mismo.

Al parecer, su longevidad no sería lo que la había separado de ella, sino más bien la verdad. Tal parece que aquel problema interno que había tenido había sido ridículamente estúpido.

— Quiero el sillón — soltó serio.

Ahora, realmente, ya no le importaba el donde dormiría. Que más daba dormir en un sofá incomodo, si todo el poco tiempo de felicidad que había tenido, se había ido a la basura.

¡Maldito Thor inoportuno!

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