¡Nos descubrieron!
Un mes después.
Territorio de los demonios.
Kardia sé había ocultado detrás de una gran roca que había al lado de su casa, esperando a que Camus saliera cómo ya se le había hecho costumbre desde hace tres meses aproximadamente, se le hacía confuso que alguien cómo su hijo saliera a cada rato de un día para otro y regresaba muy... Pero muy tarde y tenía curiosidad acerca de a dónde iba. Su presa salió cómo lo hacía todos los días así que comenzó a seguirlo, lo siguió y lo siguió hasta que esté llegó a la frontera que separaba su territorio con él de los ángeles lo vio cuando se sentó en la rama de un árbol mientras suspiraba. Lo vio hay sentado por unos cinco minutos hasta que un ruido los hizo ponerse alerta a ambos, más vio que Camus no estaba tan a la defensiva cómo él acostumbraba verlo y entonces lo vio. Vio a un ángel decender del cielo él cuál quedó frente a frente con su hijo él cuál sonrío al verlo para después hacer algo que él nunca se espero y eso fue que le dió un beso a aquel ser en los labios.
Uno muy apasionado si se le permitía decir, juraría que le iba a dar un paro cardíaco en ese preciso momento, juraría que moriría si seguía viendo aquello su hijo. Él demonio más temido en su territorio al cuál mucho proclamaban ídolo. Sé había enamorado de su eterno enemigo, no se lo creía aunque decidió ver bien él rostro de aquel ángel quien había obligado a su hijo a cometer sacrilegio y entonces se dió cuenta de algo que le hizo hervir más la sangre en irá.
Kardia: ¿Porque ni muerta me dejas en paz Mystoria? - susurro - Tú hijo... Está condenando al mío a una muerte segura - susurro fastidiado para después irse de ahí, mientras ambos enamorados sé abrazaban, aunque Camus si se dió cuenta de que alguien los observaba.
Milo: ¿Qué sucede Cam? - pregunto confundido por su forma de actuar.
Camus: regresa a tú territorio Milo - le susurro mientras se alejaba de él.
Milo: ¿Qué pasa? - pregunto confundido.
Camus: alguien nos vio - le respondió serio.
Milo: ¿Que? - pregunto asustado.
Camus: vete a tú territorio, estarás más seguro ahí - le pidió para después comenzar a caminar por dónde había escuchado él ruido.
Milo: ¡Camus! - le llamo.
Camus: ¿Si? - pregunto mientras lo volteaba a ver.
Milo: por favor ten cuidado. Recuerda que te quiero - le dijo algo triste.
Camus: lo tendré Milo. Y tú recuerda siempre que yo te amo mí bello ángel - le dijo haciendo sonrojar al otro - por cierto no vayas a ponerte nada pesado hoy ¿Si?, Eso facilitará nuestro escape - le dijo sonriendo mientras Milo sorprendido lo vio.
Milo: ¿Lo sabías? - pregunto confundido en lo que él otro sonrío por eso y le dijo.
Camus: lo de que hoy te casas, Si, si lo sabía, mí territorio está abrumado por esa boda. Estamos buscando la forma de impedirlo, ya no queremos a más arcángeles jodiendonos la existencia - dijo riendo.
Milo: que malos, pero descuiden, los arcángeles van a nacer me case con él o no - le aclaró sonriendo.
Camus: ¡Ay!, Si, definitivamente estoy bien jodido con la vida que decidí llevar, pero mientras pueda compartir esa vida contigo yo estaré más que satisfecho. Sólo espérame un poco Milo. Me encargo de ese asuntito y voy por ti - afirmó él.
Milo: estás loco, si vas sólo te van a matar - decía asustado.
Camus: Na... Cómo decía tú mamá Milo. Mala hierba nunca muere - dijo para después irse, Milo sólo se quedó viendo por dónde él se había ido.
Para después sentarse a meditar, ¿En qué momento fue?, ¿Cuándo fue que se enamoro de Camus?, ¿En qué momento ese demonio se metió en su corazón?, ¿Cuando fue que se enamoro de su enemigo?, Hace algunos meses buscaba la forma de matarlo sin éxito alguno y ahora le aterraba la sola idea y la pequeña posibilidad de perderlo en alguna guerra, suspiro para después darse la vuelta e ir a prepararse para su ceremonia la cuál se llevaría acabo en la tarde.
Con Camus.
Camus por su parte seguía él rastro de aquello que los había visto, sé encontraba ansioso por encontrar al demonio que mataría por estar metiendo la nariz dónde no le llamaban. Llegó a dónde paraba él rastro encontrandose con un demonio quien se encontraba dándole la espalda, aunque al reconocer aquel cabello azúl un gran escalofrío lo recorrió entonces él otro seriamente lo volteó a ver.
Kardia: ¿Quieres explicarme lo que ví hace rato? - pregunto seriamente a su hijo.
Camus: ¿Nos vistes? - pregunto asustado.
Kardia: desde él principio lo ví todo, así que quiero que me expliques ¿Que relación tienes con ese ángel?, Camus, ¿desde cuándo lo conoces? - pregunto.
Camus: no creo que haya algo que explicar, con lo que viste creo que deje todo claro. Papá, Yo lo amo - admitió - y para mí buena suerte, mis sentimientos son correspondidos. ¿Acaso eso no te hace feliz? - pregunto mientras él otro negaba.
Kardia: no puedes. No puedes estar enamorado de un ángel Camus, esta es la prueba más grande de que esas cosas te lavaron él cerebro. Esa relación es imposible ustedes dos son enemigos Camus. Todo él mundo lo sabe, ¡hemos perdido a muchos de los nuestros enfrentandonos a ellos, incluyendo a tú madre! - le gritó.
Camus: Milo es diferente, Milo a demostrado amarme de verdad, si tan sólo tú lo conocieras te darías cue... - Kardia interrumpió.
Kardia: no puedes tener nada que ver con ese maldito ángel Camus, entiende que él es la razón por la que tú madre murió. Él padre de ese pequeño intermetido fue él que le quitó la vida a tú mamá - le explicó.
Camus: ¿Él papá de Milo le quitó la vida a mí mamá? - pregunto a lo que él otro asintió - no... Eso no puede ser posible estás mintiendo - decía incrédulo.
Kardia: se que te haces él fuerte para evadir tú duelo Camus. Pero él papá de ese niño fue él que le quitó la vida a tú mamá. Ellos son los únicos responsables de todas nuestras desgracias hijo.
Camus: ¡No me importa!, Eso no es culpa suya y si fuera cierto, esa pelea te corresponde a ti y a su padre. Nosotros no tenemos nada que ver - dijo seriamente.
Kardia: no quería tener que hacer esto Hijo - dijo mientras le apuntaba con su dedo directamente a la cabeza mientras un aura roja despedía de su dedo - pero tengo que hacerte recordar - fue lo último que le dijo para después acercarse velozmente a él.
Continuará...
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