Hermosa divinidad
Territorio de los ángeles.
Con Milo.
Poco a poco comenzó a abrir sus ojos, desorientado aún con un poco de dolor en él pecho, se sentó en la cama y vió que estaba en su habitación. Bufó molestó ahora su padre iba a matarlo de seguro por ser tan "descuidado" aunque él no lo veía así, él sólo los defendió de ese mounstro ya no quiso indagar más en sus pensamientos así que lo mejor que pudo hacer fue extender sus alas, porque aún las tenía dormidas así que cuando las estiró las movió un poco para asegurarse de que estuvieran bien. Aunque ahora que sé ponía a pensar bien sobre lo que había sucedido ¿Él mismo demonio débil fue él que le regresó la flecha?, No. Simplemente eso era imposible, alguien más había interferido en su combate logrando salvar al otro.
Fue sacado de sus pensamientos gracias al ruido de la puerta y cuándo se fijó quien entró vio a su padre que al verlo despierto sólo suspiro y cerro la puerta tras de sí para seguidamente acercarse.
Milo: (ahora viene él sermón) - fue lo que dijo él joven en su mente.
Écarlate: dime Milo, ¿Porque eres tan inmaduro e irresponsable? - pregunto seriamente.
Milo: no soy inmaduro, mucho menos irresponsable, y perdón por él mal rato que te hice pasar pero si no nos hubiera defendido deseguro esa cosa nos aniquila - aclaró él.
Écarlate: Ya sé que sólo se defendieron Milo, pero aún te hace falta mucho por aprender hoy por un mínimo descuido casi te matan, si no fuera porque Shion tiene conocimiento en maldiciones te hubiera perdido de la forma más miserable posible - regañaba él mientras daba vueltas enfrente de la cama de su hijo.
Milo: Perdón juro que no volverá a pasar - dijo al ver el nivel de preocupación de su padre - ¿Me perdonas? - pregunto con una sonrisa.
Écarlate: ni creas que por heredar los encantos de tú madre vas a librarte de tú castigó jovencito - le aclaró al ver las intenciones del más pequeño.
Milo: cómo diría mamá, bueno al menos lo intente - dijo mientras su papá sacaba humo por las orejas de la cólera - bueno, bueno ¿Cuál es mí castigó? - pregunto algo aburrido.
Écarlate: por él momento te quedarás encerrado en tú habitación, no tienes permiso de salir hasta que Shion compruebe de que estás completamente bien - le dijo para después retirarse de la habitación, Milo al verse sólo, se tiró de espaldas en su cama mientras veía el techo de su cuarto suspiró cansado.
Milo: bueno total, su castigó no durará más de dos horas - susurro para después reírse y sin más que decir se dió la vuelta y mejor se durmió.
Con Écarlate.
Molestó caminaba por las calles de la ciudad mientras otros volaban, ja. Ese niño cada vez se le salía más de control y Shion tampoco le ayudaba ya que siempre le convencía para levantar el castigó que le imponían por sus "travesuras" a excepción de Mu que los obedecía en todo Milo era un caso sumamente diferente, cada día ese muchachito le perdía más él respetó, no lo obedecía en ese aspecto agradecía ser pelirrojo para que así nadie le viera las más de mil canas que de seguro ese jovencito ya le había sacado. Aunque recordó una de las tantas frases que su esposa le decía cuando estaba en vida.
Mystoria: sin duda alguna, nuestro hijo es idéntico a ti - fue lo que le dijo ese día con una sonrisa.
Écarlate: tonterías, yo no era tan desobediente cómo ese pequeño hijo de Chucky - Susurro molesto, hasta que escucho una voz.
Xx: yo no estaría tan seguro, recuerdo que cuando éramos niños eras tú él que más se metía en problemas y a Mystoria le tocaba sacarnos de ellos - comentó el hombre sentado en una de las ramas de un gran árbol.
Écarlate: ¿Que haces aquí Aspros? - pregunto - ¿no deberías estar planeando la estrategia para la próxima guerra? - le pregunto de brazos cruzados.
Aspros: Si, debería de estar haciendo eso, pero no encuentro a Saga, Kanon dijo que iría a ver a Milo porque estaba preocupado por el accidente que se rumoreaba haberle sucedido - le respondió mientras decendia hasta quedar enfrente de Écarlate.
Écarlate: ¿Quién es él que está esparciendo él chisme? - pregunto aburrido.
Aspros: creo que es Jabu, él dice haber visto que Mu lo llevaba inconsciente en su espalda ¿Puedes decirme que le sucedió? - pregunto.
Écarlate: se enfrentó a un demonio que había ido a tratar de asesinar a Mu, pero otro demonio se metió y logró herirlo - dijo tratando no querer dar más información.
Aspros: esos malditos nunca pueden jugar en limpió, pero bueno dime ¿Él está bien? - pregunto.
Écarlate: ¿Mí hijo o el demonio? - pregunto él por pura gana de molestar.
Aspros: obvio habló de tú hijo, yo jamás me interesaría por un demonio repugnante - aclaró el sumamente ofendido por la pregunta.
Con Milo.
Cómo él se encontraba profundamente dormido, no había notado que alguien se había metido en su habitación por medio de la ventana, él intruso lo veía detenidamente con algo de curiosidad y con una inmensa y gran necesidad de tocar aquella divina criatura quien yacia durmiendo en su cama boca abajo, poco a poco y con algo de miedo por tener la probabilidad de poderlo despertar estiró su mano con intención de tocarlo y cuando estuvo a escasos centímetros de poderlo hacer vió a lo lejos a otro ángel acercarse así que rápidamente uso su camuflaje y se escondió en una de las esquinas para después ver cómo él ángel entrometido tocaba la ventana, logrando hacer despertar de inmediato al dueño de la habitación que algo adormitado se tallo los ojos y dirigió su vista a la ventana.
Milo: ¿Saga? - le escucho decir aún dormido.
Él otro ángel por su parte sólo indicaba que le abrieran la ventana, él otro se levantó y fue a abrir.
Saga: Hola Milo - dijo sonriendo mientras ingresaba al cuarto.
Milo: Me puedes explicar ¿que estas haciendo aquí en vez de estarte preparando? - pregunto con molestia.
Saga: me enteré que sufriste un ataque bebé así que vine a verte - le dijo en lo que Milo sé volvía a acostar boca abajo en su cama.
Milo: ¿Quién te fue con él chisme? - pregunto molesto.
Saga: un unicornio salvaje... - le dijo mientras se le acostaba encima.
Milo: oye quítate me lastimas - le dijo para después tirarlo al suelo.
Mientras él otro sólo los veía desde la esquina del cuarto.
Continuará...
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