¿Cuánto tiempo piensas seguirme?
Tres meses de lo ocurrido.
Narra Milo.
Habían pasado tres meses después de lo ocurrido con los demonios y bueno pues realmente me encontraba bien, pareciera que lo que pasó no me dejó nada grave eso no sabía si era bueno o era malo o... Eso decía papá :v siguiendo con lo de antes, desde esa vez por alguna extraña razón siento que alguien me sigue y vigila a todos lados ya ni en mí cuarto me siento seguro.
Milo: ¡Ya se que estás ahí!, ¡Así que sal y enfrentame cobarde!, ¡¿Cuánto tiempo más piensas seguirme?! - le grité a la aparentemente nada que había en el bosque donde me encontraba.
Pero nuevamente mí respuesta fue un gran silencio, ay por él amor de dios, bueno en fin que mejor decidí seguir caminando no se ni porqué me esforzaba por tener respuestas de alguien que ni siquiera se atreve a darme la cara...
Mientras tanto
Escondido en un árbol.
El pelirrojo por su parte se encontraba sentado en una de las ramas de un árbol, cómo estaba usando su camuflaje era realmente fácil pasar desapercibido por los ángeles, aunque le era curioso que ese ángel haya notado su presencia. Así que con más curiosidad que antes lo continuo siguiendo.
Dos horas y media después.
Lo había seguido hasta un río dónde el había procedido a quitar su ropa para después proseguir a entrar, lo vio llegar a una roca dónde se sentó y suspiro ocultando la mitad de su rostro en el agua sólo dejando ver sus ojos lo vio atentamente y vio una gran tristeza en ellos, cosa que le dió tristeza ¿Cómo alguien tan hermoso se veía triste?, Él chico suspiró y saco su cabeza así que cerró los ojos y habló.
Milo: ya se que me estás viendo, así que sal de ahí y con suerte tal vez no se... ¿Te dejo tocarme si se te apetece? - le pregunto al aire.
Camus abrió los ojos sorprendido, ¿Acaso hablaba enserio?, Lo pensó Mucho y cuando volvió a dirigir su vista al lugar donde se encontraba él jóven dándose cuenta de que ya no estaba ahí. Derrepente vio cómo una flecha le llegó arriba de la cabeza, sin tiempo a reaccionar llegaron otras cuatro, dos de ellas le habían rosado las mejillas provocando que le saliera un poco de sangre y las otras dos le quedaron arriba de los hombros asombrado su vista se pasó al lugar de donde provenían las flechas, encontró al ángel quien seriamente lo veía apuntandolo con su flecha. Ambos sé vieron fijamente por unos momentos hasta que Milo bajo su arco y le dió la espalda para retirarse.
Camus: ¡¿Porque te vas?, ¿Acaso no piensas matarme?! - le pregunto seriamente mientras él otro lo volteó a ver.
Milo: sólo deja de estar acosandome, que no pienso seguir gastando mis flechas en ti - dijo para después retirarse del lugar dejando sorprendido a Camus.
Él cuál tomó una de las flechas en sus manos, la cuál delicadamente beso, mientras seguía viendo por dónde se había ido él ángel, definitivamente tenía que seguir viéndolo.
Con Milo.
Él por su parte seguía caminando sin voltear a ver, paro de caminar al sentir cómo si alguien le hubiera dado un beso en la mejilla, sosteniendo aquella zona volteo a ver por dónde había dejado al demonio antes, no pudo evitar sonrojarse aunque después sacudió su cabeza ¿En qué diablos estaba pensando?, Así que sin más que hacer corrió en dirección a su casa.
Continuará...
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