Conociéndonos él uno al otro.
Dos semanas después.
Narra Milo.
Después de dos semanas de haber tenido esa especie de "conversación" si es que así se le puede decir con el demonio, él pues... Continúa siguiéndome, aún no sabía que era lo que quería pero tampoco sentía que debía preocuparme de que pudiera hacerme algo ya que parecía que estuviera cuidándome. En fin que ahora estaba sentado en la rama de un árbol de manzanas, de la cuál tome una.
Milo: ¿No quieres comer? - le pregunte mientras enseñaba él fruto, él por su parte quitó su camuflaje apareciendo sentado a su lado - toma... - le dije mientras se la di.
Camus: Hm... Gracias - dijo mientras la recibía.
Milo: ¿Te gustan las manzanas? - pregunto
Camus: un poco, pero gracias - le dijo mientras mordía la manzana.
Milo: ¿Todo bien? - pregunto
Camus: ¿De que hablas? - pregunto.
Milo: me refiero a si todo a ido en orden, ya sabés hasta ahora ¿ningún problema con otro ángel? - pregunte.
Camus: pues por él momento no él único ángel que a notado mi presencia haz Sido tú - me dijo a lo que yo sólo suspiré.
Aún no entendía cómo era que después de tan poco tiempo me había acostumbrado tanto a su presencia, decidí bajar del árbol y comenzar a Caminar, pero mis pasos se vieron interrumpidos cuando lo escuché preguntar.
Camus: ¿Porque lo odias tanto? - pregunto, haciendo que parará de caminar en secó, escuché cómo el lentamente decendio del árbol mientras yo continuaba dándole la espalda.
Milo: ¿Disculpa? - pregunté sarcásticamente.
Camus: Ay muchos que nos odian por las centenadas de vidas que hemos arrebatado, o las almas que hemos "robado", sin embargó, tú no eres así, te e observado y se que tú odio no es por la raza demoníaca en general si no que en quien tú concentras todo ese odió es por un demonio en específico, así que quiero saber ¿Quién es y porque? - pregunto a pocos centímetros ya de mi.
Milo: estás equivocado yo no estoy buscando a nadie - fue lo que respondi evasivamente mientras intenté alejarme, sin embargó él tomó mi brazo yo con mí brazo libre tome una de mis flechas sagradas y trate de dañarlo con eso sin embargó él en un movimiento rápido me la quito de la mano y me acorralo con un árbol.
Camus: basta de juegos ¿Sí?, Odiaria tener que usar la fuerza bruta contigo - me habló mientras yo sólo suspiré, está criatura enserio era rara - ¿Me dirás qué te pasa? - volvió a preguntar.
Milo: ¿Porque quieres saber? - pregunté tratando de averiguar porque ese interés.
Camus: quiero saber cuál es la causa de la tristeza en tus ojos - me respondió dejándome mudo ¿Enserio había tristeza en mi mirada?.
Milo: no se de lo que me estás hablando - le respondí mientras desviaba mí mirada.
Camus: por favor mírame - me pidió mientras sujetaba mí rostro con sus manos - te lo digo, porque me parece muy curiosos que en las múltiples ocasiones que tú haz tenido para matarme nunca lo haz hecho, cuando cualquier ángel ya hubiera acabado conmigo ahora dime ¿Que pasá? - pregunto a lo que suspire para después hablarle.
Milo: antes que nada debo confesarte que estás equivocado, con él único demonio que e mostrado clemencia a sido contigo, la razón es muy simple tú nunca haz intentado lastimarme así que ¿Porque e de intentarlo yo? - pregunté.
Camus: gracias me haces sentir alagado - fue lo que me dijo a lo que yo me sonroje un poco - ¿Pero cuál es él motivo de tú odió? ¿Acaso ese odió tiene que ver con qué tus ojitos siempre se muestren tristes? - volvió a preguntar.
Milo: es por mí mamá - le confesé - ella murió cuando yo era muy pequeño, fue asesinada frente a mis ojos por un demonio de cabellos azules y mirada intimidante. Quiero vengarme, por eso me muestro tan agresivo con ustedes - fue lo que respondi.
Camus: así que tú mamá ¿Eh?... - dijo pensativo - la verdad también mí madre fue asesinado por un ángel durante la guerra que se dió hace ciento once años - me confesó.
Milo: ¿Estás hablando enserio? - pregunte a lo que él asintió - perdón, debió ser triste - le dije.
Camus: la verdad no - dijo sonriendo.
Milo: ¿Eh? - pregunte sumamente confundido.
Camus: a diferencia de ustedes los ángeles, los demonios no nacemos, nosotros somos creados por los sentimientos de los humanos incluso los sentimientos más oscuros de los ángeles y demonios, por ejemplo yo que soy un demonio puro jamás nací en el mundo terrenal, sin embargó soy producto de todos los malos pensamientos, acciones y vida que llevaron mis padres en vida antes de renacer en este mundo cómo demonios - me dijo mientras se acercaba a mí oído para susurrarme - la verdad yo siempre le voy a estar agradecido al ángel que sacó al estorbo de mí madre del caminó, gracias a ese ángel yo pude ser libre y estoy más que convencido que ese ángel será él mismo que terminara con la vida de mí padre y cuando eso pase... Seré él demonio más fuerte de mí rango - dijo felizmente.
Milo: ¿Que es lo que estás diciendo? - pregunte sin salir del estado de Shock.
Camus: se que es confuso para ustedes, pero para un demonio puro cómo yo nuestros padres se vuelven titiriteros que gobiernan nuestras vidas desde que renacen cómo demonios, nosotros somos las marionetas que al momento que su dueño perezca podrán hacer su vida a su antojo, por eso él día en que me enteré que mí madre murió fue el día más feliz de toda mi inmortal vida - me reveló con una espantosa sonrisa.
Milo: - no sabía que decir -
Camus: ¿Porque pones esa cara? - pregunto confundido.
Milo: ¡¿Cómo que porque? Tú y toda tú raza definitivamente están locos! - grité más que molesto mientras él sólo comenzó a reír cuál Psicópata.
Yo por mi parte trate de largarme de ese lugar para ya no tener que lidear con esa cosa, sin embargó él no lo permitió tomó mi mano y me hizo caer al suelo para seguidamente ponerseme encima para evitar que me fuera volando.
Camus: momento bombón de licor tú no te vas a ir de aquí, tú y yo aún no hemos terminado de hablar - me advirtió, por mi parte yo no me deje así qué usando todas mis técnicas intentaba alejarme de él.
Mientras que escondido en algunos árboles él aire soplo hondeando consigo se encontraba un largo y sedoso cabello rubio mientras que él dueño de la cabellera veía seriamente la escena.
Continuará...
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