Caminos cruzados
Dieciocho años después.
En la casa de Mystoria y Écarlate.
Mystoria estaba cocinando, mientras tanto Milo sé encontraba limpiando las ventanas por la parte de afuera de su casa, hasta que vio que una camioneta blanca se enfrente de su casa, justo en él parqueo que la casa de enfrente la cuál su vecino estaba vendiendo hace muy poco relativamente.
Milo: ¿Vecinos nuevos? - pregunto viendo la camioneta.
La puerta del piloto de la camioneta se abrió, dejando ver a un hombre de compostura musculosa, su cabello era algo parecido al suyo sólo que un tono azúl más opaco y tenía puestos unos lentes oscuros, curioso siguió viendo cómo él hombre se dirigió a la puerta del copiloto y le abrió la puerta a otro hombre de cabello largo y verde y ojos de un color violeta, unos ojos muy bonitos debía admitir de los asientos de atrás bajaron dos chicos de no más de catorce o quince años. Uno rubio y él otro de cabello verde para después dejar ver a otro hombre igual que al primero que sacó él de cabello azúl, su cabello era de un color cerceta largo su piel blanca y ojos azules Milo sé quedó impresionado de ver tanta belleza, hasta que se vio descubierto por uno de los mayores más en específico él de cabello azul que se había quitado los lentes oscuros que traía puestos para dejar ver su mirada azul e intimidante que le hizo sentir un escalofrío al menor que mejor decidió entrar a su casa o ese era su plan hasta que vio que él hombre se comenzó a acercar.
Xx: ¡Ey tú! - le dijo llamado la atención de sus acompañantes, mientras él se acercaba al jovencito que había visto.
Milo: ¿Mamá?... - llamo asustado, él hombre subió las tres escalera que había para llegar a la puerta principal pero en cuanto estuvo cerca él palo de una escoba se interpuso en su camino alejándolo del chico.
Mystoria: ¿Le puedo ayudar en algo? - pregunto en la puerta pero sin quitar el palo que le interferia en su camino.
Xx: supongo que usted es... - Mystoria termino.
Mystoria: si soy su madre. Pero cómo sabrá no puedo dejar que cualquiera se acerque a mí hijo ¿No?. Milo entra a la casa por favor - le pidió mientras quitaba él palo el más pequeño sin objeciones dejo lo que hacía y entro a su casa - Por cierto ¿cómo dijo que se llamaba? - pregunto.
Xx: Oh... Perdón ¿Dónde están mis modales?, Me presento soy Kardia, Kardia Antares es un placer conocerlo - dijo mientras hacia una pequeña reverencia.
Mystoria: mí nombre es Mystoria. Mystoria aquarius y al pequeño que acaba de asustar es mí hijo se llama Milo - dijo en un tono algo molesto.
Kardia: perdón no fue mí intención comenzar así - dijo apenado.
Mystoria: en fin ¿Qué deseaba? - pregunto.
Kardia: o si... Lo que sucede es que nosotros somos sus nuevos vecinos, compramos la casa que está enfrente - dijo señalando - Y él dueño antes de irse me pidió que le entregará esté sobre a un tal Écarlate, dijo que muchas gracias por su ayuda por eso me acerque a su hijo quería saber si en realidad ese hombre vivía aquí - dijo.
Mystoria: si es mí esposo, ahora está trabajando, pero si quiere puede dármelo yo se lo entregaré - le dijo mientras él otro le dió el sobre.
Kardia: bueno eso era todo, lo dejo tengo que desempacar tal vez quieran visitarnos después - dijo mientras se iba.
Mystoria por su parte sólo cerro la puerta para después dirigirse a la cocina dónde su hijo estaba metido comiendo helado. Él por su parte se acercó y le dijo.
Mystoria: Milo no comas tanto helado te va a doler él estómago - le dijo.
Milo: es que está rico - le dijo mientras él otro sólo suspiro - ¿Que te dijo ese señor? - pregunto.
Mystoria: nos dejó una carta que le envío Sisifon a tú padre - le explicó.
Milo: hum... - dijo con la cuchara en su boca, esa acción le pareció tierna al mayor que sonriendo se acercó y comenzó a acariciar su cabello mientras sonreía para después preguntar.
Mystoria: ¿Qué voy hacer contigo?, An pasado dieciocho años y me sigues pareciendo la cosita más linda que an visto mis ojos - le dijo para después dejar un beso en su frente, Milo saco la cuchara de su boca y respondió.
Milo: mamá soy tú único hijo es normal que todo lo que haga te parezca adorable o pienses que soy el chico más guapo del planeta aunque no sea así - dijo sonriendo.
Mystoria: ¿Aaa?, ¿Oye me estás diciendo mentiroso? - pregunto.
Milo: yo no dije eso - respondió con miedo.
Mystoria: lo pensaste... - sé apresuró a decir mientras ambos sé veían a los ojos.
Milo: ahora entiendo porque papá te tiene miedo. Creó que eres adivino - le Susurro también para después ambos ponerse a reír.
Con los otros.
Kardia por su parte le había pedido a sus hijos que fueran a escoger una habitación para cada uno, los tres rápidamente hicieron lo pedido, Camus reviso tranquilamente por toda la casa mientras que los más pequeños corrían de un lado a otro buscando él cuarto que más les llamará la atención, pasaron unos diez minutos hasta que escucho a sus hermanos menores gritar.
Hyoga/Isaac: ¡Ya lo encontramos! - gritaron felices.
Camus por su parte camino hasta llegar casi a la última la cuál le gusto bastante ya que tenía una ventana que justamente le daba una gran vista, vio todo hasta que se fijó en una de las ventanas que habían en la casa de enfrente ahí pudo ver a su nuevo vecino por la ventana de su habitación, él parecía estar tan concentrado escribiendo algo que no se había dado cuenta de que lo observaban, sé quedó observando lo hasta que llegó su madre.
Dégel: ¿Camus?, ¿Ya escogiste hijo? - pregunto.
Camus: me quedaré con este mamá - le respondió mientras sé daba la vuelta para verlo.
Dégel: ¿Con esta estas seguro? - pregunto.
Camus: Si mamá - dijo.
Dégel: bien, les diré a los muchachos que suban tus cosas - le dijo para después irse.
Camus por su parte siguió viendo por la ventana mientras su nuevo vecino seguía escribiendo hasta que al parecer lo llamaron y el se levantó de dónde estaba y desapareció de su vista, el suspiro para después quitarse de ahí y comenzar a buscar a sus hermanitos, para ver dónde se quedarían aunque no podía evitar pensar que ese jovencito le parecía hermoso y le gustaría poder hablar con él. Aunque no dudaba que eso lo haría muy pronto ya que su mamá le encantaba hacerse amigo de los nuevos vecinos siempre que podía.
Continuará...
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