Capítulo 15

Andrés y Samuel son hermanos.

Remuevo la comida frente a mí  una y otra vez, sin darle un bocado. Mi vista está fija en el blanco mantel que cubre la mesa, sin embargo, mis pensamientos se mantienen en esa maldita frase. ¿Cómo es que nunca me dí cuenta?, tampoco es como si hubiese ido toda mi niñez averiguando sobre la vida del amigo de mi hermano mayor.

-Qué sea mi hermano, no significa que tenga que soportarlo.

-Andres no es quien dice ser.

-Nova! -la voz de mi madre en un pequeño grito me capta a la realidad otra vez.

-S...si -respondo un poco sorprendida.

-¿Por qué no has cenado? -mi padre pregunta, y ciento la saliva traspasar mi garganta con dificultad. Levanto la vista de mi plato y la dirijo a Nicolás que me observa sin expresión en su rostro.

-No tengo hambre -respondo cambiando la vista ahora a mi padre que me analiza con sus ojos igual a los míos haciendome sentir incómoda. Decido levatarme cuando mi madre agarra mi mano y no es de la manera más gentil.

-Sientate Nova -la voz de mi padre es ronca y se le puede notar qué está molesto -Te hemos complacido en todo, te hemos apoyado, te hemos protegido y educado de la mejor manera posible -habla con las manos entrelasadas -Explícame Nova Wilson qué carajos hemos hecho mal -golpea la mesa fuertemente y todos los presentes dan un leve salto en sus sillas.

-No sé de qué estás hablando papá -hablo en voz baja. Y es cierto no sé a que se refiere o a que se debe ese cambio de actitud, ojeo a mi madre qué mantiene la vista fija en su comida, cambio a Nicolás y este tampoco me mira. Claro ahora todo tiene más sentido. -Dejáme adivinar -sonrío sarcástica -Nicolás te dijo lo de Andrés -hablo y el silencio de mi padre me lo comfirma.

-Tienes prohibido hablar con ese chico, lo quiero lejos de tí -Nelson impone y por primera vez en mi vida niego con la cabeza antes de hablar.

-No -la respuesta deja mis labios sin ser procesada -No me voy alejar de Andrés. Él es mi amigo y está hospitalizado, me importa una mierda que ustedes prefieran creerle a Nicolás las cosas que dice antes de sentarse y tener la decencia dw preguntarme a mí -habla dirigiendome a mis padres -Y tú -giro mi rostro a Nico -Deja de meterte en mi vida joder, no soy una puta niña, no tengo tres años, ya estoy bastante crecidita para que me vigiles y me controles, que sea tu hermana no te da ningún derecho a opinar e intentar dirigir mi vida, porque yo no lo hago con la tuya.

-Nova escúchame un segundo -Nicolás pone ambas manos en la mesa intentando acercarse a mí pero me separo como si la mesa fuera una braza caliente.

-No, ya me cansé de ofrecerte segundas oportunidades cuando lo único que haces es herirme y apuñalarme por la espalda, así que por favor déjame en paz -pido y no lo dejo decir una sola sílaba antes de volver a dejárselo claro- ¡Déjame en paz! -grito levantandome de la mesa y saliendo de la casa dando un portazo.

Las lágrimas nublan mi vista y aprieto mis párpados con fuerza evitando que se deslicen hasta mis mejillas, la rabia y el dolor que siento son tan fuertes que termino sentada a orillas de la carretera con la cara entre mis manos mientras ahogo un grito de frustración.

Siempre he sabido que mis padres son difíciles, tienen sus métodos de crianza y puede que sean un poco estrictos pero nunca me han prohibido hacer nada, no entiendo a que se debe tanto alboroto por una simple amistad.

No soy consciente de que he caminado más de seis cuadras, hasta que me encuentro frente a la puerta de la casa de Marcos, con un suspiro toco el timbre y no pasa mucho tiempo cuando mi hermano mayor me abre la puerta con los anteojos puestos, en un último intento por mantenerme fuerte lo observo en silencio esperando que diga o haga algo, pero lo único que hace es sostener mis manos haciéndome romper la coraza y de forma automática correr a aferrarme a su pecho y comienzar a llorar. Su silencio y sus brazos alrededor de mi cuerpo son todo lo que necesitaba.

-Vamos dentro pequeña -susurra sobre mi cabeza.

Entramos y nos sentamos en el salón. Me quedo en silencio unos segundos y lo mejor es que Marcos no me fuerza hablar, al contrario, se queda callado y espera a que esté preparada.

-Discutí con mamá y papá -susurro mirando mis manos -Me afecta porque nunca papá me había hablado así, pero Marcos no pude contenerme. No pueden prohibirme hablar con Andrés solo porque Nicolás les ha contado una historia diferente -hablo y mi hermano aprieta mi hombro con ternura y me obliga a mirarlo a los ojos un verde un poco más claro que los de Nico.

-Escúchame Nova. Mamá y papá siempre estarán en contra de muchas de tus decisiones, no siempre te apoyarán y te darán los consejos que necesites. Yo estoy aquí y siempre te voy apoyar y proteger porque eres mi hermana. Sí Nicolás no quiere hacer eso, es su problema, no le hagas caso, pero no llores que me destroza verte así -habla y siento un leve temblor en su voz -¿Lo quieres? -me pregunta y no me siento preparada para esa respuesta.

-Lo estoy empezando a querer muchísimo. Se ha vuelto alguien especial para mí a pesar de nuestra extraña atmósfera. No puedo expresar con exactitud mis sentimientos porqué no se que es lo que siento por Andrés. Si puedo decir que siento cariño y aprecio por él -respondo después de largos segundos y al ver la sonrisa en la cara de mi hermano sé que no me ha creído en absolutamente nada.

-Sabes -sonríe con cierta tristeza -Me recuerdas a Rihanna -observa la foto de su ahora difunta esposa -Ella era así como tú, cohibida y un poco cerrada. Le costó mucho abrirse a mí, pero al final lo logró, ¿sabes por qué? -pregunta y puedo ver como sus pupilas brillan de amor a pesar de que ella no esté en vida -Porque terminó enamorandose de mí, tanto como yo de ella, además Nov, me dejó lo más bello que tengo en este mundo.

-Te dejó a Richard -termino por él -¿A veces no la extrañas? -pregunto viendo como en la fotografía ambos sonrien. Ella mirando a la cámara y mi hermano observándola a ella. Marcos dirige su mirada al retrato y sonríe levemente.

-La extraño todos los días. Cada mañana, cada noche, cada hora, cada segundo. Hanna era cómo mi luz interior , luz que se apagó y que nadie jamás volverá a encender.

-Pero no crees que Rich se merece una figura materna. Mira que eres todo un guapetón -sonrío juguetona y el menea la cabeza riendo mientras me seca el rastro de lágrimas.

-Anda jovencita, mejor vallase a dar una ducha y a descansar que mañana hay instituto -se levanta del sofá tomando mi mano.

-Pero no traje ropa -arqueo una ceja confundida.

-Para eso tienes mis sudaderas, qué se que te encantan -habla respondiendo a mi gesto y yo le sonrío.

Ya en la cama acostada boca arriba, observo el techo y unos ojos negros son los dueños de mi mente. Sonrío al pensar en ellos quedandome dormida.

N/A

Han pasado tres meses desde la última vez que publiqué por aquí. Lamento sinceramente todo lo que han tenido que esperar pero no me estaba sintiendo bien, afortunadamente decidí tomarme un descanso de todo, pasé tiempo increíble en familia, escribí y puedo decir que salí del enorme bloqueo de escritor que comencé a experimentar, pero cambiando de tema para no agobiarlos mucho, gracias verdadedamente por estar leyendo la historia casi somos 500 lecturas y aunque parezca poco para mí en lo personal es lo máximo.

No olvides votar y comentar para apoyar la historia y así sean más personas las que se sumen a la historia de estos locos.

Hasta las próxima actualización, que espero y no sea de aquí a tres meses.

*Es broma*.

Un abrazo.