29
Una vez sola tomo una profunda respiración antes de ponerme de pie y caminar en dirección a donde me ha dicho Gisela ha dejado lo que Marcos había traído. Una caja negra llama mi atención pero tomo la pequeña nota que esta sobre ella para leerla antes de abrirla.
Querida Sophy:
Sé que nunca te gustó te llamara asi pero como estas van a ser las últimas palabras que recibas de mí en un tiempo me voy a tomar algunas libertades.
Aún recuerdo la primera vez que te vi. Ibas junto a María, como siempre. Estaban en un centro comercial, aún no se escuchaba hablar mucho de tu empresa y por eso no te reconocí. Cuando pasaste por mi lado solo vi a una hermosa mujer que iba sonriendo discretamente por las palabras y efusivos gestos de su hermana.
¡Sorpresa la que me llevé yo cuando semanas después en una entrevista de trabajo me topé con aquellas dos mujeres que yo pensé eran hermanas! El resto es historia y los dos lo conocemos porque estuvimos ahí, viviéndola a cada paso.
Hoy me toca escribir otro capítulo en esta historia, lástima que sea tan cruel y crudo.
En la caja está la llave del ático y las dos invitaciones a la gala benéfica que celebrará Gest, realmente espero que asistas porque será una forma de superarte a ti misma.
Yo voy a visitar un tiempo a mi madre, salgo hoy en el vuelo nocturno.
Feliz último aniversario cariño. Un beso, y hasta hoy tuyo,
Marcos
Las lágrimas corren por mis mejillas sin que pueda detenerlas. Con rapidez tomo las llaves del auto y la cartera, que había dejado en la mesilla de la sala, y los zapatos de al lado de la puerta del ascensor y entro marcando el botón del estacionamiento.
Me coloco rápidamente los zapatos apoyando una de las manos en las paredes para mantener el equilibrio. Limpio las lágrimas y le doy vida a la máquina para que me lleve al aeropuerto lo más rápido posible.
Con ansiedad veo como el camino entre las grandes puertas y mis pies se va haciendo más pequeño y cuando las atravieso lo escucho:
– Pasajeros de vuelo con destino a Londres se les informa que el vuelo va a retrasarse hasta nuevo aviso por problemas técnicos. Lamentamos las molestias y agradecemos por su comprensión –suspiro aliviada al escuchar esa buena noticia y llamo a Marcos al móvil.
– Hola Sophy, supongo que ya leíste la carta –le escucho decir con un deje de tristeza en la voz.
– Hola… -la voz me sale entrecortada por la rápida forma en la que he llegado al lugar- Marcos yo lo siento mucho. Regresa y hablemos como amigos ¿Aún somos amigos no?
-Claro que somos amigos, Sophy. Solo que ya no seremos pareja. Nunca debimos de llevarlo más allá, ese fue mi error. Impulsarte a cambiar la naturaleza de nuestra relación –lo escucho pero paseo mi vista por el lugar buscándolo.
» Hiciste lo mejor para los dos, estábamos estancados y no nos queríamos dar cuenta –entonces lo veo al otro lado de la habitación. Lleva el mismo traje marrón claro de esta mañana. Solamente hay una maleta a su lado, eso lo único que es diferente a cuando lo vi en la oficina.
Marcos no era de constitución delgada pero no se podía decir que le dedicaba muchas horas a ejercitarse. Sus ojos y cabellos castaños se veían bonitos y en armonía con la simplicidad de sus facciones de las cuales lo más impactante era su sonrisa. Una hermosa y cálida sonrisa que podía hacerte sentir bien en cuanto la veías.
-Marcos… por favor –digo dejando escapar un jadeo lastimero– ¿Podemos salir esta noche? –digo con voz casi inaudible, con miedo a ser rechazada –No quiero que nuestra despedida sea así.
– Lo siento estoy ya en el aeropuerto y el vuelo va a despegar –lo veo negar con la cabeza a lo lejos –Cuando regrese ya iremos de copas una noche.
-¿Estás seguro? –pregunto cubriendo mi boca y el auricular del móvil con la mano para que el ruido no lo atraviese.
-Sí, Sophy, es lo mejor.
– Claro, de acuerdo. Que tengas buen viaje Marcos. Dale un beso a tu madre de mi parte –no iba a presionarlo si no quería verme, no lo iba a lastimar más de lo que ya lo había hecho- Pero por favor no le digas que hemos terminado aún.
-No Sophy, eso no puedo hacerlo. No te preocupes ella no te guardará rencor, creo que en el fondo ella sabía que lo nuestro no tenía madera de pareja –dice soltando una risa que resulta llena de dolor.
-¿Te lo dijo alguna vez?
– Un beso para ti también Sophy, te quise –dice al final con la voz rota y corta la llamada.
Supongo que sí que le dijo que no éramos la persona indicada para el otro. Su madre siempre me había parecido una mujer muy perceptiva y la forma que me miraba me lo hizo saber siempre. Al menos espero que nuestra amistad no se vea tan dañada por la terminación del compromiso nuestro.
Con cuidado de que no me vea salgo por las mismas puertas que minutos antes me vieron entrar desesperada y comienzo el trayecto que me llevará a casa.
No tengo el valor de abrir la caja que Marcos me dejó por lo que la tomo y sin mirar su contenido la dejo dentro del cuarto que tiene función de closet y finjo olvidarme de ella. Supongo que cuando me sienta emocionalmente capacitada tendré la voluntad y el valor de ver su contenido.
Con lentitud los días pasan mientras las semanas del calendario se van consumiendo y las palabras se repiten en mi mente.
«¿Entonces por qué huyes de él?»
No puede ser… ¿verdad?
«Cuando regrese ya iremos de copas una noche»
Es solo un sueño… Tiene que ser solo un sueño…
«¿Entonces por qué huyes de él?»
Sería imposible que fuera algo más.
«¿Por qué deseas nuestro imperio si ya eres la monarca de uno? »
Pero entonces… ¿cómo lo supo?
«¿Entonces por qué huyes de él?»
¿Será tan fecunda mi imaginación?
«Mi pequeña diosa»
¿Pero de dónde saqué eso?
«¿Entonces por qué huyes de él?»
¡Preguntas! ¡Preguntas! ¡Tantas preguntas y ninguna respuesta! Bueno en realidad sí que tenía una respuesta… ¡No tengo ni la menor idea de qué me está sucediendo!
Me mantengo expectante a la espera de una llamada, mensaje o correo de Marcos para cumplir con esa salida que acordamos antes de que se fuera del país pero nunca llega.
Y entonces de repente lo entiendo… Marcos no piensa regresar de Inglaterra… y eso solo llega como un reconocimiento.
No como una noticia que me aflija, solo como un hecho del que ya soy consciente y no sé cómo sentirme respecto a ello.
-Buenos días, Sophia. Tienes mejor aspecto hoy.
-Gracias María, eres un amor –respondo mientras comenzamos a caminar a la oficina.
-Te recuerdo que tenemos una visita dentro de poco de un posible cliente –anuncia eficientemente.
-Cierto, ese lord inglés ¿no? –cuestiono porque realmente no sé cuál es el título del hombre. Para mi sigue siendo un hombre normal y corriente.
-Conde, Sophia, conde. Ese hombre como tú lo llamas es una de las personas más influyentes de Inglaterra –dice expresando un poco de admiración en su voz que me hace mirarla asombrada.
-Vaya María, no sabía que te interesaban tanto las celebridades de la madre patria –digo un poco asombrada- Además seguramente que el hombre es tan influyente por su familia.
-No, te equivocas ahí. El actual conde decidió comenzar una empresa desde cero separada de los negocios de la familia y del título –aclara y entiendo entonces el por qué parecía que lo admiraba, le recuerda a nosotras mismas.
-Supongo que podemos darle una oportunidad entonces –digo pensativa.
-Sí, lo sé. Cualquiera que decida comenzar y labrarse su propio futuro siempre será bienvenido por nosotras –dice y con orgullo y felicidad veo como se incluye en la presidencia de la empresa.
-Claro y más si es un lord inglés –comento sonriendo- No decías hace unas semanas atrás que pensabas casarte, quizás esta sea tu oportunidad. Condesa María Collins –digo llevando una mano al aire como si estuviera viendo un anuncio brillante frente a mí.
-Mira que bobadas dices a veces –dice ella sonriendo también- Además en Inglaterra cambias el apellido por el de tu esposo. Venga vamos que ya estamos tarde.
-¡Que bobadas ni que nada! Si pudimos conquistar nuestra libertad de la corona bien que podemos hacer que uno de los pares del reino se alíe a nosotras –continuo en tono de broma- Quizás podamos hacer que abandone Inglaterra por las excentricidades de las antiguas colonias.
Ambas dejamos salir grandes y sonoras carcajadas a causa de mis palabras, cargadas de humor y sarcasmo.
A fin de cuentas es solo estamos bromeando, nada malo puede salir de eso… ¿verdad?
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