25
-¡Mamá! ¡Mamá! ¿Dónde estás mama? –voy por todas las habitaciones de la casa mientras llamo en su búsqueda.
En la cocina los sirvientes me informan que luego de mi salida fue visitada por un sacerdote y ha estado encerrada en sus aposentos sin recibir visita desde entonces. Con preocupación voy hacia su puerta y llamo tocando suavemente.
-Mamá, soy yo –susurro contra la madera.
Siento el ruido de la puerta al ser destrabada y espero un momento a que salga de atrás para abrirla. La estancia está oscura, las ventanas se encuentran cerradas y no entra nada de la luz del sol al atardecer.
» ¿Mamá qué sucede? –con curiosidad me doy cuenta que papá tampoco estaba en ninguno de los lugares en los que entre mientras la buscaba a ella- Mamá –su mirada está dirigida a algún punto en el vacío de la habitación, en blanco.
-Vamos… a… nosotros… imposible –las palabras se pierden en sus susurros y no logro entender qué quiere decir.
-¿Qué es imposible mamá? –acaricio sus manos suavemente y ella las mira unidas.
-¿Te gustará? –en sus ojos veo la incertidumbre y me frustra no saber sobre qué me está hablando.
-Sí, mamá, si a ti te gusta a mí también me gustará –susurro con cautela.
-¿A mí? Creo que sí, digo se supone que si –aún sigue diciendo algunas incoherencias pero ya va diciendo frases más completas.
-Mamá ¿Dónde está papa?
-¡Oh Badru! –de repente la veo que va en dirección a la puerta pero me pongo de pie justo tras de ella y la tomo por los hombros girándola frente a mí- ¡Safiya! Cariño no sabes… no sabes… no te hemos dicho…
-Si mamá, no me has dicho. Dime de qué me pierdo –digo aferrando mis manos sobre sus hombros.
-Estoy esperando –susurra mirándome a los ojos tan bajo que creo que he entendido mal.
-¿Mamá?
-Estoy esperando un bebé –sus manos van a mis mejillas y una sonrisa comienza a formarse en sus labios.
Mi mamá va a ser… mamá de nuevo, voy a tener un hermano.
-¡Mamá! –mis manos descienden de sus hombros y la acerco a mi cuerpo para abrazarla, las suyas pasan sobre mis hombros y me aferra a ella también.
Las lágrimas descienden por mis mejillas y me siento tan feliz que no sé qué decir. Siento que agua moja mi hombro y me doy cuenta que son las lágrimas de ella.
-Fuimos vende-decidos hija. Desde que nacist-te tu nunca más quedé en estado de buena esperanza y-y y yo pens-saba que ya no podría darle otro hijo a tu padre –las palabras las dice entre sollozos y tartamudeos, la respiración se le hace difícil y la comprendo.
-Es maravilloso mamá. Será hermoso. ¡Voy a tener un hermano! –digo separándome un poco para mirarla y borrar las lágrimas de su cara.
-Quizás sea otra niña –dice con repentina timidez.
Con lentitud desciendo hasta quedar al nivel de su abdomen. Aún no se ve ningún cambio a simple vista pero ahí dentro está creciendo la vida de la sangre de mi sangre. Dejo mis manos descansar sobre el lugar y cierro mis ojos concentrándome. No sé qué busco pero sé que hay algo esperándome ahí… y entonces lo siento… el latido.
No es como si sintiera algo latiendo contra mi mano, es más bien como una sensación en mi mente, latiendo al mismo ritmo que mi corazón y el reconocimiento me llena de emociones que no había sentido hasta ahora.
-Hola, sé que están ahí. Los quiero mucho, soy su hermana mayor –susurro despacio, levanto la vista y veo a mi mamá con nuevas lágrimas en los ojos- Son dos –digo poniéndome en pie nuevamente- una hermosa niña y un valiente niño. Serán hermosos, ya los verás.
-Los veremos –dice tomando mis manos.
-Sí, los verán, papá y tú –el sentido de mis palabras cruza su rostro seguido de la tristeza.
-Safiya tú –detengo sus palabras poniendo una mano sobre sus labios y negando con la cabeza.
-Lo que tiene que ser será –digo intentando calmarla- ¿Dónde fue papá?
-Fue al templo del dios Amón y después iba al de Ra. Quería dejar ofrendas y decir algunas oraciones en agradecimiento.
-Claro, claro. Mamá –digo mirando a nuestro alrededor la oscuridad- vámonos de aquí sí. Esto es una felicidad, no hay necesidad de estar sumidos en la oscuridad.
-Sí, si es que estaba conmocionada y bueno vamos –ambas salimos caminando hacia la estancia principal tomadas de las manos.
Olabisi se une a nuestra conversación un rato después y las tres nos encontramos riendo cuando papá llega a casa. Con rapidez me levanto de mi asiento y lo abrazo tirando mis brazos a su cuello y riendo a carcajadas de la alegría.
-Bueno este es un recibimiento al que uno se podría acostumbrar –su fuerte voz resuena sobre las paredes y escucho reír también a mamá y Olabisi detrás de nosotros.
-¡Felicidades papá! ¡Felicidades! –él me toma de la cintura y comienza a dar vueltas en círculos como si yo aún fuera una niña pequeña.
-Gracias, pequeña –dice dejándome en el suelo y depositando un beso sobre mi frente- pero recuerda que tú siempre serás mi pequeña diosa, mi primogénita. Mi orgullo –sus ojos son vidriosos y veo miles de emociones y recuerdos pasar por ellos.
-Quizás este embarazo te traiga muchas sorpresas papá –digo acariciando su mejilla.
-¡Oh Badru! ¡Oh Badru! ¡Oh Badru! –exclama mamá de forma sentimental con lágrimas en los ojos. Papá rápidamente se aparta de mi lado y se acerca a ella, arrodillándose a su lado.
-¿Qué sucede mujer? ¿Te sientes mal? –papá toma las manos de ella entre las suyas y la mira con nerviosismo.
-Es que… es que este embarazo –sé que mama está a punto de decirle lo que le dije sobre el sexo de los bebés pero quiero que eso lo descubra papá en el momento debido.
-Aún está emocionada papá –digo provocando que me mire y cuando vuelve la vista a mamá aprovecho y niego con la cabeza discretamente- Está emocionada porque pensaba que no podría tener otro embarazo y se ha puesto sentimental.
-¿Es eso lo que te tienen así Rabiah?
-Sí, si –dice un poco más serena que en comparación a instantes antes- es que es tan… tan… inesperado que aún no me hago a la idea.
-¡Pues hazte a la idea mujer que vamos a ser padres de nuevo!
-¡Yo ya me hice a la idea de que soy la hermana mayor! –exclamo levantando una mano al aire.
Ante mi infantil gesto todos estallamos en risas. Las de papá hacen estremecer el lugar, mamá se cubre discretamente la boca y Olabisi sonríe discretamente mirando a un costado. Yo mantengo la risa en mi cara mirándolos a todos y me siento increíblemente satisfecha porque en este minuto soy feliz, inmensamente feliz rodeada de mi familia.
Sin embargo una nube negra se detiene en mi mente recordándome que las cosas no serán asi después de mañana.
-¿Mamá no le vas a decir a papá lo que me dijiste antes?
La cara de ella lógicamente dice que no tiene ni idea de que hablo pero lo disimula rápidamente.
-¿De qué le hablaste cariño?
-Oh, le dijo eso ya, mi señora –bien, parece que Olabisi sabe que tramo algo, con discreción le guiño un ojo a escondidas de papá.
-¿De qué hablan niñas? –no se me escapa la ternura con la que papá incluye a Olabisi en la familia ni la discreta lágrima que ella limpia de su mejilla.
-Bueno era que… –mamá me mira en busca de ayuda porque no sabe que es lo que quiero que diga.
-Mamá desea viajar al sur papá. Quiere ir a visitar los templos del sur para agradecer a los dioses –digo muy elocuentemente.
-¿En serio cariño? –pregunta él con extrañeza- Estamos a pocas semanas de la boda tuya Safiya.
-Oh no se preocupen por eso, estoy segura de que estarán aquí a tiempo –digo quitándole importancia a eso con un gesto de la mano y negando con la cabeza.
-Además Badru, quisiera ir ahora que no hay peligro en el embarazo. Quizás será más peligroso cuando me encuentre en un estado más avanzado.
-Si tienes razón. Partiremos en unos días entonces, debemos preparar todo.
-Oh no, no. ¡Cómo crees papá! –exclamo levantado las manos al aire.
-Es cierto señor, si se demoran tanto entonces no podrán asistir al casamiento –acota Olabisi como quien no quiere la cosa.
-Deben partir mañana mismo –anuncio decidida.
-¿Mañana? –preguntan mis padres al mismo tiempo.
-Sí. Mamá tú debes ir a descansar y nosotros nos ocuparemos de organizar todas las cosas del viaje –digo tomándola por las manos y levantándola para encaminarla a sus aposentos- Enseguida mando a un sirviente con tu cena y después duermes que deberán salir en la madrugada.
-Vamos señora, yo la acompaño –dice solícita Olabisi a nuestro lado y llevándosela de ahí.
Papá y yo cenamos algo ligero al mismo tiempo que enviamos algo para mamá a sus habitaciones y después nos ponemos manos a la obra sobre los preparativos para ese viaje que van a hacer. La casa está hecha un caos toda la noche, el movimiento no cesa para que todo esté listo en la mañana. Cuando solo faltan algunas pocas cosas dejo a papá al mando de todo y me dirijo a ver a mamá.
Está tapada y parecería que se encuentra dormida pero sé que solo está fingiendo y para mí eso está bien porque necesito que escuche lo que tengo que decir. Me acerco sin apenas hacer ruido y dejo un beso sobre su frente, como tantas veces ella hizo conmigo en las noches.
-No deben regresar –susurro sin apartar mis labios de su frente- Deben desaparecer. Badru y Rabiah deben desaparecer. Vayan a un lugar donde nadie los conozca y nunca regresen. Yo estaré bien.
Con un nudo en la garganta me alejo de ella y voy a descansar unas pocas horas antes de que ellos partan en la madrugada.
-Estaremos aquí dentro de poco, pequeña diosa –los fuertes brazos de papá me envuelven y me siento protegida en medio de ellos.
-Recuerda siempre que te quiero mucho papá –digo contra su pecho e instantes después les digo adiós con la mano.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro