Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12

Escenas con algún contenido +18 (poco pero ahí está) para que no se diga que no avisé

La pequeña embarcación sobre la que estamos navega con lentitud las aguas del Nilo. Una de mis manos cae despreocupadamente por uno de los costados para acaricia la corriente.

Unas manos ásperas acarician mi espalda justo como yo hago con el Nilo. Manje hace a un lado mi cabello aprovechando que me encuentro acostada sobre mi abdomen y comienza a trazar patrones imaginarios como si estuviera dibujando sobre mí. Deja un beso sobre mi hombro desnudo y me estremezco cuando siento la punta de su lengua acariciarme.

-Manje –digo intentando regañarlo en un susurro mientras giro la cabeza para mirarlo por sobre mi hombro.

-No estamos solos –dice señalando hacia los esclavos que se encuentran atendiéndonos.

-Entonces no te comportes así –mis ojos son acusatorios pero al ver su sonrisa me desarmo completamente.

-Yo voy a ser el faraón, esposa mía. Yo puedo hacer lo que desee –sus manos me acomodan nuevamente para poder seguir acariciándome y yo me dejo hacer gustosa.

Desde aquel día que estuvimos en el jardín y compartimos nuestro primer beso las caricias y el contacto físico se habían vuelto normales entre nosotros. También esas formas de llamarme de él, al principio me había sonado extraño y pensé que él se había equivocado pero después noté que había sido hecho con total intención.

…..

-¿Cómo me acabas de llamar? –estamos caminando por la rivera del Nilo, Olabisi y el general de Manje que siempre nos acompaña se encuentran unos pasos detrás de nosotros junto con los sirvientes y miembros de la corte real.

-Esposa mía, porque eso es lo que eres –sus manos me aferran por la cintura y me atrae hacia su cuerpo.

-Aún no nos hemos casado –mis manos van a su pecho y me deleito acariciándolo.

-Faltan menos de cinco lunas para eso. Además desde el momento en que te vi tú ya eras mi esposa, lo demás son meras formalidades.

-Esas formalidades son las que mis padres exigen y yo. Si eso no se hiciera yo solo sería una concubina –digo un poco molesta.

-Yo no dije que no fueran necesarias para la sociedad, solo que no voy a privarme de llamarte así. Esposa mía –sorpresivamente deja un beso sobre mi frente y sonrío ante ese gesto tan cariñoso.

» ¿Qué me dices entones? ¿Irás a la fiesta que se hará en el palacio la próxima semana?

-No podría decirle que no al rey –digo y ambos seguimos caminando tomados de las manos disfrutando de nuestras risas y confidencias.

…..

Sonrió ante el recuerdo y siento como dejan un beso en la comisura de mis labios.

-Quien solo se ríe de sus maldades se acuerda –susurra contra mi piel que comienza a sentirse caliente.

-Afortunados somos aquellos que podemos deleitarnos con recuerdos tan cándidos –respondo a sus palabras.

-¿Estaré yo en alguno de esos recuerdos? –sus manos toman mi cuerpo y me giran para quedar sobre mi espalda.

-En todos y en los que vendrán –digo acariciando su mejilla.

Sin apuro pero sin ser lento, como tortura, se acerca a mi eliminado el pequeño espacio que nos separaba. Sus labios exploran los míos con ansiedad mientras sus manos sostienen ahora mis mejillas. Suspiro contra él y decido tomar la iniciativa de rozar el contorno de sus labios con la punta de mi lengua. Mi premio es un gruñido primitivo desde el fondo de su garganta que me fascina.

Con gran habilidad se coloca entre mis piernas abriéndolas para poder estar cómodo. Mis manos van a sus hombros y lo atraigo hacia mí sintiendo su pecho firme contra el mío voluptuoso.

Nuestras lenguas danzan entre ellas como viejos amantes y siento como él comienza a mover sus caderas contra mi centro. Un gemido me abandona al notar la dureza de su virilidad e instintivamente comienzo a imitar sus movimientos.

Sus manos van a mis caderas, aferrando la tela de mi shenti y provocando que esta se suba un poco dejando mis muslos más movibles, facilitando la fricción entre nosotros.

-Manje –suspiro contra sus labios.

-Dime, Safiya –el susurro contra mi oído me hace estremecer y los besos que deja detrás no ayudan en mi intento de buscar la cordura.

-Debemos parar –digo estirando mi cuello hacia el costado para darle mayor accesibilidad.

-¿En serio? ¿Y por qué no me apartas Safiya? –empuja sus caderas con fuerza contra mi mientras habla contra mis labios.

-Porque no me dejas pensar con claridad –en medio de mis palabras succiona mi labio inferior para después morderlo y lamer delicadamente la zona.

-¿Segura que soy yo? ¿No te veo intentando apartarme? –mis labios van su cuello, ahí donde puedo sentir el palpitar de sus venas e imito sus acciones con mi labio solo que un poco más fuerte, lo suficiente para que quede una leve marca.

» Eso no cuenta como apartarme, Safiya, eso es solo invitarme a ir por más –sus manos van a mis senos y los acaricia delicadamente. Mi espalda se arquea inevitablemente para buscar más contacto.

-No podemos Manje, no podemos seguir –digo negando con la cabeza pero no sé si niego a que se detenga o a que continúe su asalto sobre mi cuerpo.

Sus labios regresan a los míos con ímpetu pero luego los besos y caricias se van tornando delicados, apagando poco a poco la pasión.

-Los dioses van a matarme con una esposa así –dice acostándose sobre su espalda al lado mío y dejando un brazo sobre su frente.

» ¿Safiya te importaría esconder mi estado de los esclavos? –su pregunta me toma por sorpresa pero con un dedo me indica que mire a sus caderas y rio al ver lo distendida que se encuentra la tela de su shenti hasta que lo veo fulminarme con la mirada.

-Por supuesto –con cuidado me levanto un poco y me siento a horcajadas sobre sus muslos.

-No creo que esa haya sido una buena idea, cariño –dice gimiendo y cerrando los ojos fuertemente.

-Fue lo que se me ocurrió para ser discreta con su estado, mi señor –digo fingiendo total inocencia.

-Creo que lo único que has provocado es empeorar la situación, mi señora, pero ya usted se hará responsable de eso una vez casados –dice tomando mis caderas con sus manos y moviéndome más hacia arriba sobre su cuerpo.

Efectivamente el bulto que roza mi intimidad ahora es más grande que el de hace unos momentos y las manos de él me detienen cuando sin darme cuenta trato de moverme sobre él.

» Eso sí que no podría soportarlo –dice sentándose llevando una de sus manos a mis cabellos y tirando levemente de ellos para fundirnos en un beso apasionado.

-Lo sé, lo siento no fue intencional –digo contra sus boca y trato de bajarme de sobre de él.

-No, quédate aquí, ya se calmará solo –dice dejando solo uno mis mechones entre los dedos y jugando con él.

-Debemos regresar al palacio para prepararnos para la noche –digo tratando de entablar conversación para que se le pase la… emoción.

-Si, en unos momentos. Déjame ser un hombre con su prometida por unos minutos más –entiendo lo que quiere decir, palabras muy parecidas a esas ha pronunciado Nefeura en alguna ocasión y me han hecho darme cuenta de lo  agobiante que puede ser la vida de nuestros gobernantes.

Decidida a complacerlo comienzo una conversación que en algún momento de mi vida pude haber considerado superficial pero el día de hoy he comprendido la necesidad de dichas conversaciones.

La belleza de una conversación intelectual nunca podría compararse con la sutileza de una cuyo único objetivo es deleitar a la persona amada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro