6 - Amelia
Aquel lunes, mientras caminaba hacia el lugar donde tendría la cita con el psicólogo, Amelia no dejaba de pensar en lo que pasaría. Tendría que contarle sus problemas a un desconocido. Sin embargo se sentía tranquila, así que seguro las cosas transcurrirían con calma. Al principio le tendría miedo, pero luego recordaría por qué estaba allí y le contaría su problema. En su mente, las cosas irían con total tranquilidad. Se sentía tranquila y sabía que debió haber dado ese paso hace mucho tiempo.
Solo esperaba que no fuera demasiado tarde.
Cuando llegó a la cita con el psicólogo se sintió nerviosa, pero sin embargo estaba calmada. El psicólogo le hizo firmar un contrato en el que lo autorizaba a divulgar a sus familiares la información que ella le daba en caso de que llegara a tener un ataque. Ese detalle la preocupó un poco, pero aun así firmó. No quería por nada del mundo que sus padres se enteraran de lo que estaba haciendo, pero el psicólogo vio su cara y le aseguró que solo sería en un caso extremo.
Después de las formalidades él le pidió que le contara su problema.
Y extrañamente, su voz se quebró en la primera oración. No tardó mucho para que rompiera a llorar y la desesperación la invadiera. Ya no quería mas de esa situación. No quería mas. Fue mientras lloraba que se dio cuenta de que su problema también pasaba al plano físico. No solo por lo que había pasado aquel sábado, sino por varias ocasiones anteriores. Recordaba las taquicardias que le provocaba el pensar ir a sacar una fotocopia o comprar algo en la tienda. El pánico. Y ella no podía vivir mas con ello.
Llevaba tantos años de esa manera que quería pensar por una vez que era posible ver la luz del día sin tener miedo.
El psicólogo la miró en silencio, pero luego le aseguró que la ayudaría a encontrar la libertad. Y Amelia deseó creer en él. Deseó que tuviera razón... y que la libertad pudiera ser alcanzable para ella. Una libertad con la que nunca habría contado.
La libertad que la haría una persona que no sufría por traumas que a veces parecían salidos de la nada. La haría una persona normal.
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