ㅡ¡Shay!¿Acaso tu horario de entrada no es a las 8 a.m.? ㅡEscucho la voz de mamá en la entrada de mi habitación y aún así no abro los ojos para comprobar la hora.

ㅡNo, yo entro al trabajo a las 9.

ㅡShaylin entrabas a las 9 cuando trabajabas para Lupita. Recuerda que hoy es tu primer día en C&C.

Es cierto, Lupe, una amiga de hace un par de años, a quien de cariño llamamos Lupita, me hizo el favor de convertirme en una desempleada a empleada de medio tiempo. Cosas que los latinoamericanos solo entendemos.

Trabajé para su familia haciendo la contabilidad en su inmobiliaria durante casi un año. Realmente estoy agradecida con ella, pero nada es eterno, y con ese trabajo no iba a llegar a mi meta final. Fue así como renuncié después de ser aceptada en la compañía comercializadora de electrodomésticos C&C, una de las más reconocidas en todo el país.

Claro que ahora tendría que sacrificar más en este nuevo empleo y uno de esos era mis preciadas horas de sueño, puesto que mi horario de ingreso se ha adelantado una hora antes del que era en la inmobiliaria familiar de Lupita.

¡¿Una hora antes?!

Por fin abro los ojos y reviso mi celular. La alarma nunca sonó. Me levanto casi tropezándome con mis pies, pensando en que no puedo llegar tarde en mi primer día.

ㅡTe lo dije ㅡEscucho a mamá mientras observa mis movimientos apresurados.

Ignoro su comentario y me entro a la ducha rápido. Luego elijo el outfit que he preparado desde hace una semana porque aunque no me haya mostrado emocionada por el nuevo empleo, sí que me he organizado bastante bien.

No sé si sea exagerado o no, pero creo que me veo bastante formal con esta camisa blanca con líneas verticales color azul oscuro, mi pantalón de tela delgada azul oscuro y mis zapatos de tacón punta negro. Como sea, amarro mi cabello en un moño desordenado luego de aplicarme crema, si me tardo más, definitivamente llevaré mucho más tarde y en mi primer día.

Bajo las escaleras para decirle a mamá que no desayunaré, me despido de papá en el pequeño altar que hemos armado, ya son casi ocho meses desde su partida y aún lo extraño demasiado.

Corro a la salida y tomo el primer autobús que me acerque a C&C. No importa si debo tomar otro autobús, tan solo tengo 20 minutos para llegar a la compañía.

Aunque todo parece en vano porque el segundo autobús nunca pasa por la calle y ya estoy a punto de caminar lo que falta para llegar cuando el vehículo de Lupita se detiene muy cerca de mí.

¿Ya he dicho que esta ciudad es un pueblo?

ㅡ¡Hey vieja! ¿Te llevo?

Ni siquiera espero que termine su frase para montarme en su vehículo.

ㅡ¿Acaso te dormiste tonta?

ㅡAnda acelera mientras te cuento ㅡPresiono para que ya no me regañe como suele hacerlo cuando me equivoco.

El recorrido dura menos de diez minutos y es que, ella tomó las calles menos recurrentes a esta hora. Por eso adoro a esta chica.

ㅡ¡Llegamos! Ahora corre y no vuelvas a confiar en la alarma de tu teléfono.

ㅡGracias Lupita ㅡSonríoㅡ Te invitaré a cenar esta noche.

ㅡEso sí me gusta ㅡAlardea con emoción.

Bajo de su vehículo y como ella lo dijo. Corro hacia la entrada como si me fueran a cerrar las puertas. Llego con unos cinco minutos de retraso para presentarme con una de las encargadas de recursos humanos.

Ya puedo imaginar mi oficina, conseguir el puesto de Directora de distribución no ha sido para nada fácil, pero todo valdrá la pena cuando consiga ganar mucho dinero. Lo suficiente como para viajar por el mundo al lado de mi querida mamá.

Casi grito de emoción en la cara de la señorita de recursos humanos.

ㅡ¿Eres Shaylin Montana?

Asiento.

ㅡSoy Alma Frías, del personal de recursos humanos, mi jefa me ordenó que te llevara a la oficina del subgerente Carson donde trabajarás.

¿En la oficina de un subgerente?

Empiezo a dudar sobre si es una equivocación. Aún así me mantengo en silencio. Tal vez el lugar ya no tiene espacio para una oficina privada.

ㅡ¿Vamos?

Asiento.

Alma parece una persona enfocada en su trabajo, es joven y de muy buena apariencia. Siento que podríamos ser amigas si quitamos un poco de ese formalismo en su voz.

ㅡAlma... ¿Puedo llamarte así sin tanto formalismo? ㅡPregunto sólo por respeto a su cargo.

ㅡClaro ㅡDibuja una sonrisa en el rostroㅡ Esperaba que fuéramos amigas. Siento que tenemos la misma edad.

Me alegra saber que pensó lo mismo que yo.

ㅡMe encantaría ser tu amiga Alma, puedes llamarme Shay.

Intercambiamos números telefónicos tan rápido como podemos, mientras ella me indica que pasará por mí al medio día para enseñarme el edificio entero. La verdad es que no me emocionaba tanto este nuevo empleo, pero siento que todo está marchando tan bien, creo que lo tengo bajo control.

Llegamos al quinto piso gracias al ascensor, Alma me dirige hasta la oficina del subgerente y no puedo evitar espiar por el vidrio lo lujoso y tan bien ordenado que se ve allí adentro.

ㅡGracias Alma ㅡAgradezco antes de inhalar profundamente.

Estoy a punto de abrir la puerta, pero Alma me detiene colocando su mano sobre mi hombro.

ㅡShaylin, de verdad me agradas, pero tengo que advertirte que aunque el subgerente es como el jefe de todos, no es una persona amistosa y mucho menos conversadora como tú. Sólo... no lo hagas enfadar si quieres permanecer aquí y trata de mirarlo a los ojos directamente.

Frunzo las cejas, confundida.

¿Acaso voy a enfrentarme a un demonio?

ㅡ¿Eh? ¿Gracias?

ㅡ¡Suerte! Nos vemos al medio día.

Después de esa extraña recomendación, regresa.

No me demoro más tiempo en correr la puerta de vidrio, la oficina es amplia, con una especie de mostrador en la entrada, imagino que es mi escritorio. Hay macetas con plantas muy bien cuidadas y una especie de sala. Tres habitaciones más, por sus pequeños letreros; una es la cafetería, la otro la oficina del subgerente y la última y casi escondida un baño.

Interesante.

Dejo mi cartera en la parte posterior del mostrador cuando escucho la voz de quien creo que es el subgerente desde su oficina.

ㅡ¿Quién ha llegado?

Acomodo mi camisa antes de dirigirme a su oficina.

ㅡDisculpe por no presentarme antes, me llamo Shaylin Montana, soy la nueva directora de distribución en C&C.

Ni siquiera puedo verle bien el rostro porque está detrás de esa enorme pantalla de la computadora sobre su escritorio.

ㅡ¿Directora de distribución?

ㅡAsí es ㅡAclaro la voz un poco temblorosa al recordar la recomendación de Alma.

ㅡComo sea, soy tu jefe, el subgerente Carson. Matheos Carson ㅡSe levanta de su sitio para extenderme la mano.

Entonces me doy cuenta que mi cuerpo se siente tan liviano, como si fuera una enorme gelatina a punto de desparramarse e inconscientemente he dejado de parpadear para ver en detalle lo jodidamente guapo que está. Ignorando por completo los consejos de Alma, cruzamos miradas y ninguno de los dos parece incómodo por el encuentro de nuestras pupilas.

ㅡCuanto tiempo sin vernos, Shaylin Montana ㅡMenciona utilizando esa voz seria, que lo hace ver mucho más sexy.

De cualquier manera, como cuando era una estudiante de secundaria y lo tenía en frente mío siento como aún me falta la respiración.

El primer encuentro de nuestros protagonistas🥰 antes del tremendo drama que se viene😆

¿Están preparados?