Enamórate de mí.
«Enamórate de mí»
Estaba congelada, aún no sabía a qué se refería Joseph. Sus tiernos y claros ojos marrones estaban fijos en mi mirada, retratando miedo, inseguridad, impaciencia. Mordió sus labios con nerviosismo.
—¿Estás... Celoso? ¿Eso quieres decir?—Pregunté sutilmente.
Su cara se puso en blanco, no expresaba absolutamente nada, puso las manos en su cara a modo de frustración.
—Olvida lo que te dije. No estoy listo para decirte esto.—Dice aún con las manos en la cara.
—¿Que es lo que querés decir?—Volví a preguntar de manera sutil.
Apartó un poco las manos se su cara, lo suficientemente como para dejar libres sus ojos. Esas perfectas perlas cafés volvieron a fijarse en mí.
—Quiero decir qué...—Apartó la vista a otro punto, como si analizará bien las palabras que iba a usar.—No te quiero perder...
Apenas pude escuchar la última línea. Estaba en Shock, tenía el Corazón rebotando por toda mi caja torácica, mi respiración era un desastre y mi mente un lienzo en blanco.
¿Esto es un sueño, cierto?
Actuó de la manera más neutra que puedo... Para mí desgracia, esa manera "neutra" es ser cortante.
—¿Cómo?—Preguntó seca. Maldita sea, Kylie, cambia esa estúpida forma de actuar.
—Quiero estar contigo,—Se acerca de manera lenta hacía mí, como si fuera un perro abandonado.—No soportó la idea de que tengas a alguien más. Enamórate de mí, hazme sentir vivo.
¿Enamorarme de él? ¿Más de lo que estoy? ¿Acaso Joseph, no sabe que estoy enamorada de él? Esto debe ser un juego... Aunque lo puedo usar a mi favor.
—¿Que pasó con Eli?—Preguntó cortante. Después de todo me sale bien, aunque por dentro este como maquina de feria; apunto de desmoronarme.
—Elizabeth no es lo que yo necesito. Elizabeth no es lo que yo quiero.
—¿Que es lo que quieres?
—Te quiero a tí. Haré todo lo posible para que te enamores de mí.
Por un momento sentí que mi corazón dejó de latir, ¿Con que fuerzas seguía ahí parada frente a él? Hace mucho tiempo que me hubiera desmayado.
Sin embargo, este tipo de situaciones sacan lo inverso se mis reacciones e hice lo que efectivamente ni yo ni él nos esperábamos.
Emití una sonora carcajada. Él frunció el ceño.
—¿Porque estás tan seguro de qué me voy a enamorar de tí, Collins?—Pregunté desafiante.
Una sonrisa torcida se dibujó en sus perfectas facciones.
—¿Porqué estás tan segura de que no te vas a enamorar de mí?—Preguntá en el mismo tono, con esa sonrisa de engreído.
Primero nervioso, después triste, ahora engreído. Joseph Collins, tú y tu Bipolaridad siguen sorprendiéndome.
En el momento menos esperado mi teléfono empiezo a sonar. Era una llamada de Michelle, le di la espalda y atendí la llamada.
«—Aló»—Dije respondiendo la llamada.
«—¿Quieres venir a hacer una noche de chicas en el departamento de Madison?»—Preguntá Michelle al otro lado de la línea.
«—Claro, ¿A que hora?»
«—Ven en unos quince minutos o cuando esté lista.»
«—Bien, allí nos vemos.»
Colgué la llamada y me dirigí hasta Joseph. Estaba de brazos cruzados viéndome hablar por el teléfono.
Sus cejas frunciendoce esperando que dijera algo.
Trato de buscar mis palabras.
—Ya me tengo que ir.—Informó metiendo mi celular en mi bolsillo trasero.
—Sí, claro no hay problema. Yo también tengo que irme.—Se subió en el Jeep. La arrogancia y superioridad en su sonrisa me desarman.— Adiós, Conejita.
—¿Conejita?—Pregunté extrañada.
—Eres mi presa, bolita blanca.—Dice poniendo en marcha su vehículo.
Reí para mí misma, caminó hasta el edificio y subo en el elevador hasta el piso de mi departamento.
Abro la puerta, me dirijo a mi habitación y me voy a mi clóset para sacar la ropa que iba a llevar donde estaban las chicas. Acomodé todo en la misma mochila y emprendí mi viaje hasta el estacionamiento para ir por mi auto.
—Tanto tiempo sin verte chiquito.—Dije hablándole al vínculo.
Oprimí el botón de mando para quitarle la alarma, abrí la puerta, introduje la llave en su consola y empecé mi rumbo a casa de Madison. El apartamento de Madison no estaba tan lejos, me tomaba al menos unos viente minutos llegar al edificio.
Una vez ahí aparqué el coche en el estacionamiento y me metí al lobby del lugar. Hablé con el guarda de seguridad para que me dejara pasar y entre al elevador hasta llegar al piso de mi amiga. Toque el timbre y ellas abrieron.
—Hola, chicas.—Saludé dejando mochila en uno de los sillones rojos de Madison.
—¡Hola, Ky!—Responden al saludo con emoción.
—Ve a ponerte la pijama para que te sientas más cómoda.—Dice Madison tirando un cojín al suelo.
Yo asiento y me dirijo al baño. Ya había estado un par de veces a aquí. Me quité la ropa y me puse mi pijama de tirantes y short corto de color lila.
Salgo del baño y me dirijo a la sala. Ambas chicas estaban sentadas en el suelo rodeadas de tazones con comida chatarra y dos pizza familiares enmedio.
—Ya estoy lista.—Digo tirándome al piso junto a ellas.—¿Que vamos a hacer esta noche?
—Ver una película.—Respondé Michelle agarrando un puño de palomitas.
—¿Que película vamos a ver?—Pregunté llevándome unos Doritos a la boca.
—Me Before You.—Respondé Madison buscando dicha cinta en Netflix.
Puso la película y se acomodó entre Michelle y yo.
.
Ya un poco avanzada la película las tres éramos un mar de llanto comiendo helado. Nunca nos había visto así... Oh, espera. Antes ya habíamos hecho un mar de llanto comiendo helado, solo que me otras circunstancias.
—Dios mío que hermoso.—Comenta Michelle secando sus lágrimas una vez ya finalizado el largometraje.
—Que tragedia, para ver la vida amorosa de Kylie.—Dijo Madison haciendo lo mismo que Michelle.
—¡Hey!—Le doy un golpe con mi codo "indignada".
—No seas así, Madison.—Habla Michelle.—La vida amorosa de Kylie, esta peor.
Las dos ríen y yo les tiro palomitas.
—Estar soltera en mejor.—Me defiendo mantenido una cucharada de helado a mi boca.
—Simplemente ya nos acostumbramos a la vida en compañía.—Dice Madison con una pequeña sonrisa enamorada.
—Sí, por fin estamos bien en esa área.—Sigue Michelle haciendo el mismo gesto.
—¿Sienten que están en un punto estable?—Pregunte con curiosidad.
—Yo siento que sí. Cuando tú te fuiste a Milán empezamos a quedarnos con más frecuencia en la casa de Jonh y Jordan, así que arreglaron un lugar en sus clóset para nuestra ropa. Para que siguieramos quedando en su casa más tiempo.—Comentá Michelle jugando con sus dedos mientras sonreía enamorada.
—¿Creen que lleguen a vivir juntos?—Cuestioné tomando otro trozo de pizza.
—Quizás más adelante.—Respondé Madison colocando un tazón vacío sobre otro, igual con esa sonrisa enamoradiza.
—Eso es adorable.—Hice una sonrisa de lado.—Esta vez las cosas parecen ir bien. Jamás había visto a Jonh o a Jordan así de enamorados.
—Sí, así parece.—Michelle hace una pausa.—¿A tí como te ha ido, Grayson?
Suspiré pesado y me recosté en la parte baja del sillón. ¿A mí como me ha ido últimamente? Tobbias me dejó de hablar porque está enojado conmigo por Joseph. Ross Morgan el chico perfecto me pidió ser su novia y lo rechacé. Y por último Joseph me dijo que iba a hacer todo lo posible por enamorarme de él... Pero no sé si confiar.
Es la primera vez que Joseph me habla de frente en este tema, que enfrenta sus temores y me dice cara a cara que lo que quiere es a mí. Pero mi lucha interna es un infierno, una parte dice que le de la oportunidad pero por otro lado hay algo que tiene miedo que él renuncié otra vez a mí.
—Me ha ido muy bien.—Respondó restándole importancia al tema.—Tengo mucho sueño, estoy muy cansada.—Bostecé estirando mi cuerpo y metiéndome en la bolsa de dormir.—Buenas noches, chicas.
—Buenas noches, Kylie.—Responden al unísono haciendo lo mismo que yo.
Apagaron las luces junto con el televisor. Cerré mis ojos tratando de consignación mi sueño.
«Adiós, Conejita» Son la última palabras que suenan en mi cabeza antes de caer noqueada en la almohada.
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Nota de la Autora:
Ya se sabía mi gente, Joseph Collins está enamorado de Kylie. Evidentemente.
Seguimos viendo...
—K.
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