Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¿Cómo voy a olvidarme de tí?

«¿Como voy a olvídame de tí?»


Al abrir los ojos lo primero que vi fue la hermosa catedral bañada de de dorado, gracias al sol. Me senté en la cama a estirar mis extremidades, me levanté, tomé una larga y relajante ducha, me puse un atuendo veraniego. Una camisa de tirantes celeste, unos shorts de mezclilla y unos zapatos deportivos. En esta ciudad hace un calor infernal. Salí de la habitación hacia la cocina para prepararme algo de desayunar, había una nota en el refrigerador.

«Tengo que salir unos minutos, si te sientes sola llama a Tobbias. Atte: Mónica.»

Tiré la nota al basurero, mire el refrigerador, saque un poco de leche y luego vi la alacena, saque unas Pop tarts de Malvaviscos con chocolate y me puse a ver lo que ofrecía la televisión Italia, hice mi mayor esfuerzo por entender lo que trataba su "show". Saboreaba el dulce y empalagoso sabor de la Pop tart, tratando de bajar un poco su sabor con la leche. Limpiaba las migas que cayeron sobre mis piernas y el teléfono fijo empezó a sonar. A decir verdad pese que era de decoración al verse tan clásico y antiguo.

«—¿Aló?»—Contesté la llamada.

«—Ven a aquí abajo, te voy a llevar a desayunar.»—La voz de Tobbias se reproducio por el objetivo, seguido finaliza la llamada.

Tomé las llaves que Mónica me había dado del departamento y mis gafas de sol. Baje por el ascensor y salí del edificio. Tobbi se encontraba ahí, encima de una motocicleta Harley Davidson clásica. Su camiseta blanca mangas cortas pegada al cuerpo que dejaban ver sus definidos brazos tatuados, un short color negro que de igual forma dejaban ver sus largas y definidas piernas tatuadas. Me acerco hasta él.

—Buongiorno, bella Kylie.—Saluda Tobbi con su perfecto italiano.

—¿Buongiorno?—Dije imitando su saludo.

Tobbias hizo una pequeña risita divertida.—¿Lista para ir a desayunar?

—¿Iremos en eso?—Pregunté nerviosa, nunca me había montado en una motocicleta. Tobbi miro hacia cielo con algo de frustración, baja sus gafas de sol dejando ver sus preciosos ojos grises.

—Claro que no, le dije a la Mujer Maravilla que me prestara su auto invisible pero lo acabo de perder.—Contesta con sarcasmo. Ruedo los ojos con irritación.

—Ya desayuné una Pop tart con leche.—Me excusé retrocediendo de él.

Hizo unas cuantas señas de negación con su dedo índice.—Eso si que no, ninguna amiga mía va desayunar una simple "Pop tart" estando en mi ciudad, eso sí que no.—Con nervios me dirigí a la parte trasera de la moto.—Nop, Ata tu cabello con una liga y siéntate aquí delante.—Ordenó señalando un espacio delante de él.

Volví a rodar mis ojos y hice lo que me ordenó. Ate mi cabello con una liga y me senté frente a él, su respiración chocaba contra mi cuello haciendo que cada uno de mis nervios aplicarán tención. Después unos cuantos minutos llegamos a una pequeña cafetería, nos sentamos en una mesa y al instante nos atendieron. Tobbias hablo con el mesero para pedir nuestro desayuno, el mesero dejo de anotar las cosas en la libreta y nos dejó solos. Minutos muy breves apareció el mismo mesero con una canastita con pan y luego trajo dos tazas grandes con algo que parece ser capuchino. Tobbias agradece mientras yo clavo mi mirada en la canasta con pan.

—Si sigo saliendo contigo no voy a alcanzar en el avión.—Bromeo analizado la canasta. El despampanante olor del pan llega a mi sentido del olfato abrazándolo con ternura.

—Mejor, así nunca te separas de mí.—Dijo tomando una pieza de pan y llevándosela a la boca.—Es mejor que comas, te veo pálida.

En la canastita habían muchas variedades de pan, ¿Lo que todos tenían en común? Se miraban super dulces, tomé un pan cubierto con azúcar y lo dirigí a mi boca, esto era el paraíso. Sin darnos cuenta las horas, los capuchino y el pan se habían acabado. Tobbias hablaba animadamente sobre sus innumerables anécdotas de viaje, contando chistes con su sorprendentemente carisma y arrogancia, si lo sé, una combinación muy bizarra. Pedimos la cuenta y nos fuimos del lugar, dimos muchísimas vueltas por la cuidad. Comiendo comida callejera, tomando fotos para el recuerdo y conviviendo un poco más, las horas pasaban volando literalmente se nos fue el día disfrutando de la cuidad. El reloj ya marcaba las seis treintenta, Tobbias tenía que irse a su departamento así que me dejo en el edificio de Mónica. Estaba observando un poco más el Lobby del lugar, cuando empiezan a llamar a mi celular.

««Llamada entrante: Leonard :)»»

«—Hola, Leo.»—Digo a través de mi celular.

«—«Hola, Ky. ¿Como te ha ido en Milán?»—Pregunta mi mejor amigo al otro lado de la línea.

«—Me ha ido bien. La comida de este país es de otro planeta.»

Seguimos hablando durante hora y media, las pláticas con Leonard, eran simplemente interminables. Siempre había algo nuevo que comentar o destacar. Pero, no todas las noticias que salían de su boca podían ser buenas.

«—¿Que más a pasado?»—Seguí preguntando para no dejar morir la conversación. Dirigía un vaso de agua a mis labios para mantener mi boca hidratada.

«—La última noticia y me voy, tengo que hacer las compras del supermercado...Joseph y Eli están devuelta.»—La declaración de Leonard me dejó simplemente sin palabras, rápidamente escupí el agua que había en mi boca.

«—¡¿Pero qué?!»—Aún no lo podía creer.

«—Así como lo oyes, calabacita. Esos dos son novios otra vez. Bueno ya me tengo ir, luego te llamo para hablar más a fondo. Besos, cuídate.»—Fue lo último que dijo antes de colgar.

En mi pecho se acumuló un sentimiento muy extraño, algo totalmente inexplicable y nuevo para mí. No era tristeza, porque no tenía ganas de llorar...era algo más. Decepción, eso era lo que sentía. Una parte de mí se lo esperaba, una parte de mí sabía que él iba a renunciar. Salí del edificio, ni siquiera sabía a donde iba simplemente caminé. Llegue hasta un bar ¿En serio quieres esto, Corazón? Sin mucho titubeó entre y me senté en la barra.

—¿Que quiere, señorita?—Me preguntá el Bartender.

—Algo fuerte.

El hombre asintió, se dió la vuelta y regreso con un vaso pequeño con líquido transparente. Agradecí y lo tome de un golpe, el líquido empezó a quemar mi garganta y esófago, dejando esa sensación caliente en mi pecho.

—Wow, con más calma. No sólo vas a tener lastimado el corazón si no que también el hígado.—Habla una chica al lado de mí, viste unos jeans negros y una camiseta blanca. Su cabello es castaño oscuro y sus ojos están tapados por lentes de sol.

—¿Tu como sabes que...

—¿Estas pasando un mal momento amoroso?—Interrumpe con algo de obviedad, Encoge los hombros y mira al frente llevando su vasos la boca.—Instinto. Los corazones rotos son muy fáciles de diagnosticar; mirada baja, ceño fruncido, licor puro.

Yo rió por lo bajo y miro al frente.—¿Que me recomiendas?

Ella le hace una seña al Bartender, él se dirige a nosotras.

—Un whisky para mí y otro para la señorita.—Ordena la castaña. El hombre obedece y nos pasa los vasos. Ella acerca su silla a la mía un poco más y me entrega el vaso.—¡Salud!—Dice dándole un trago a la bebida. Yo imite su acción. Nuevamente el líquido quemo un poco mi pecho, pero nada como la primera vez.

—¿Que haces aquí?—Pregunte con interés.

—Pensar, olvidar, darle pausa a la vida y continuar. ¿Y tú?—Volvió a darle un trago a su bebida.

—Buscando respuestas.—Respondí imitando su acción. Me sirvió más licor y yo la miré extrañada.

—¿Qué? Se comenten más errores enamorado, que ebrio. ¿Cuál es tu historia?—La castaña vuelve a preguntar.

—La persona que yo quiero..."R-renunció a mí".—Lo último salió cortado de mi voz.

Ella frunce el ceño pensando en algo, abre la boca para decir algo pero su celular empezó a sonar. Me dió la espalda mientras hablaba por dicho aparato. Se levantó de la silla, tomo su abrigo y colgó la llamada. Rápido se acerca a mí, mientras saca dinero de su billetera.

—¿Quieres un consejo?—Pregunta poniendo dinero en la barra. Yo asiento como respuesta.—Sal esta noche, diviértete y en la mañana que ya hayas apreciado la felicidad de esta noche, renuncia tu también.—Ella comienza su camino hacia la salida.

—Esperá, ¿Cuál es tu nombre?—Preguntó antes de que ella se vaya.

Bajó los lentes de sol, dejando ver sus profundos ojos azules.—Melodía Van De Kamp, Mucho gusto.—Dijo y luego se fue.

Me quedé unos cuantos minutos en el bar, más que bebiendo, pensando. Miraba a mi alrededor las personas en él, algunas personas en la mesas estaban en pareja disfrutando la compañía, los de la barra solo bebían en silencio. Saque de mi billetera mi tarjeta de crédito y pagué por las bebidas. Al levantarme de la silla sentí un leve mareo, camine a la puerta y me fui al departamento. Subí por el elevador y entre a la casa, Mónica estaba parada al lado del teléfono al verme lo colgó.

—¿Dónde estabas, Kylie?—Preguntá Mónica acercándose a mí algo enfadada.

Yo no digo nada, mi vista está clavada en el suelo, no soy capaz de decirlo otra vez. Mónica se acerca a mí y me da un abrazo.

—No sé que es lo que pasa...pero, vas a estar bien. Todo va a estar bien, te lo prometo.—Susurrá en mi oído mientras mueve su mano de arriba abajo sobre mí espalda.

Nos sentamos en el sillón para que le explicará lo que pasó.

—¿Que pasa, Ky?

Suspiró pesado para esa respuesta.—J-Joseph...está con Elizabeth...otra vez.—Tenia cierto problema para decirlo pero ni una sola lágrima salió de mi cuerpo.

—Kylie, una pregunta seria...¿En donde carajos crees que estás?—Su pregunta me hizo reír un poco.

—Estoy en Milán.—Contestó siguiendo su juego.

—Estás en el maldito Milán. Los Carpenteri nos invitaron a un club nocturno esta noche y...

—No creo estar exactamente "bien" para salir hoy, Mónica.

—¿Enloquciste, Kylie? No te vas a quedar aquí en el departamento comiendo helado mientras vez "El diario de una pasión", Mientras lloras y lloras. Ni se te ocurra, Kylie Grayson.

Me jalo del brazo llevándome a su habitación, me senté en la cama esperando que ella sacará algo de su clóset. Saco una de esas bolsas donde guardan trajes y la abrió dejando a la vista un nuevo y hermoso vestido rosa platino de tirantes muy corto.

—Esto es para tí. El vestido de ayer y hoy son un regalo de tu tía. Junto con los accesorios.—Dice entregándome el vestido. Yo le di un gran abrazo, me dispuse a ver el vestido.

—¿No crees que es demasiado corto?—Pregunté con confusión.

—Créeme, donde vamos vas a parecer Santa Teresa de Calcuta. Mete tu trasero al baño y cepilláte los dientes, nos vamos a las ocho.

Hice un saludo militar y obedecí sus órdenes. Me metí al baño para tomar una rápida ducha, al salir me puse el vestido, con unos tacones. Até mi cabello en una moña dejando dos mechones sueltos, mientras lo hacia Mónica apareció detrás de mí con una gargantilla de oro y un dije en forma de "K", yo la miré con sorpresa y algo desconcertada.

—¿Otro regalo?—Ella asiente con emoción.

—Claro que sí. No tenemos ningún "símbolo" de unidad, así que nos compre estás gargantillas con nuestras iniciales.—Ella se puso detrás de mí para poner dicho objeto en mi cuello, mirando al espejo el enfático verde de sus ojos se fijó en mi mirada.—... siempre recuerda que eres una persona espectacular, inteligente y divertida. ¿Crees que él vaya a tener otra persona parecida a tí? No te comparas con ninguna de sus amigas o ex novias. Eres simplemente única, Kylie. Eres un maldito privilegio.

“Tu inteligencia no la tiene nadie, eres única solo con eso y más.” Las palabras de Joseph resonaron en mi cabeza, me giré hacia Mónica y la abracé. Arregló mi maquillaje y luego el suyo. Miraba con detenimiento mi reflejo en el espejo, analizaba todo lo que había pasado. Mónica pidió un Uber para irnos, al parecer está noche Mónica también se quería olvidar de su estrés.

—Sigo pensando que este vestido es demasiado corto.—Declaré viendome en el reflejo del elevador, tratando de bajar los bordes de dicha prenda para hacerlo más "largo" pero era inútil.

—Vamos Kylie, siempre segura de tí misma.—Me ánima.—Y por el grandísimo RuPaul, Camina derecha.

Eso me hizo reír. Nos subimos al Uber y luego de unos minutos llegamos al club nocturno. Entramos y en efecto. Mónica tenía razón.  Por primera vez, Mónica, No estaba exagerando. Mi vestido llegaba a cubrir la mitad de mis muslos, a decir verdad era largo comparado con el de estas chicas. La señora Carpenteri nos esperaba en un lugar la "Zona VIP", subimos unas escaleras y llegamos hasta ella.

—Benvenute.—Saludó la señora Carpenteri.

—Ciao, Giovanna.—Hablá Mónica respondiendo su saludo, se dieron un pequeño abrazo con beso en la mejilla. Giovanna hizo lo mismo conmigo.

—Kylie, los chicos te están esperando por allá. Espero que disfrutes de la fiesta.—Me dice la refinada mujer apuntado a un lugar de la zona.

Me dirigí al lugar ya señalado. Ahí estaban Ariana, Bartolomeo, Giovanni, Tobbias y dos chicos muy parecidos.

—¡Hola, chicos!—Saludé a mis amigos.

—¡Hey, Kylie!—Contestan mi saludo.

Giovanni se acerca a mí.—Ven, Kylie. Quiero presentarte a alguien. Ellos son Riccardo y Romeo Rizzo.

Giovanni señaló a ambos chicos, ambos tenían rasgos similares, ambos eran muy atractivos.

—Romeo, Mucho gusto.—Dice con mucha seguridad el chico alto de cabello negro y ojos avellana, o eso es lo que distingo en la oscuridad del lugar. Vestía una camiseta negra de botones muy pega al cuerpo resaltando sus músculos, unos jeans azules y zapatillas.

—Kylie Grayson, un gusto.

—Yo soy Riccardo, pero mis amigos me dice Rico. Un gusto, Miss Grayson.—Saluda el chico de cabello negro y unos destellantes ojos avellana con la diferencia de tener un poco más de verde en su iris. Vestía un pantalón banco y una camiseta azul marino, resaltaba sus definidos brazos.

Platicamos un rato aunque la música del lugar no nos dejaba hacer eso en lo absoluto. Los chicos bebían y bailaban mientras yo los observaba.

—¿Quieres algo de beber?—Habló Riccardo cerca de mi oído, Sostenía dos bebidas azules.

—No, Gracias.—Dije de la misma manera.

—Vamos diviértete un rato. Aquí todos somos pecadores, nadie te va a juzgar. —Me ofreció la bebida en su mano.

¿Planeaba beber está noche O nada más iba a verlos divertirse?

«Reglas para beber: 1- Bebé mucha agua para no alcoholizarse tan rápido. 2- No bebas con el estómago vacío y 3- Diviértete.» Recordé las "recomendaciones" que me dijo Leonard antes de irme, de todos modos él es el experto. Acepté la bebida de Riccardo y la tomé, su sabor era una combinación suave de dulce y ácido. Luego él me extendió la mano para llevarme a donde estaban bailando los chicos, los siete bailábamos y cantábamos juntos.

—¡Hey, Bart!—Llamé la atención de Bartolomeo, él se acerca a mí.—¿Te puedo llamar "Bart", cierto?—Pregunté con diversión.

—¿Como el de los Simpsons?—Preguntá riendo por lo bajo. Yo asiento como respuesta.—Sí, claro.

Los dos nos reímos y empezamos a bailar juntos, después Giovanni se pone a bailar con nosotros, luego se va a la barra y trae tres bebidas y me entrega una.

—¿Como se llama ésta bebida?—Preguntó una vez en mis manos.

—Fammi peccare.—Contestá en un italiano Jodidamente sexy.

—En español.—Reí porque no entendí nada. El me regala una hoyuelada sonrisa.

—Hazme pecar.—Si su Italiano era Jodidamente sexy, su español en ese momento era otro maldito nivel.

—Amén.—Decleré llevándome el vaso a los labios.

Seguimos bailando un rato más. Bart y yo nos dirigimos al karaoke, cantábamos y bailábamos Burn love de Elvis Presley, Bart era super divertido, muy lleno de energía. Posteriormente de unas cancion y fáciles graciosos, me puse a bailar con Tobbias. La canción Skechers de Dripreport empezó a sonar por los altavoces del local, por alguna razón las bebidas me dieron más energía, más electricidad. Movía mi cuerpo al ritmo de la música. Tobbias sujetaba mis caderas para pegarme más a él, nuestros cuerpos se estrellaban con sensualidad. Sumamos viajaban de mis caderas hasta mis muslos. Una vez que terminó la canción me dió la vuelta. Y sin buscarse, sus labios y los míos se encontraron en un beso apasionado y feroz, me jaló del brazo llevándome a través de la multitud. Llegamos a un lugar algo apartado y volvió a besarme apasionadamente, sus labios bajaron de mi mentón hacia mi cuello pasando a mis clavículas. Puse mis manos en su amplio pecho para apartarlo de mí. Tobbias me miró desconsertado.

—N-no, Tobbias.—Mi voz salía agitada ante la falta de aire.

—¿P-porqué no?—Su voz salía de la misma manera.

—Por que eres como mi hermano mayor. No quiero arruinar nuestra amistad.—Dije lentamente para hacer menos incómoda está situación.

Frunció el ceño con algo de enojo, suspiró pesado caminado lejos. Estabilice mi respiración y me volví a dirigir a los chicos para buscarlo pero me dijeron que se había ido. Los chicos y yo nos sentamos en unas sillas detrás de una mesa para beber agua y jugos naturales.

...

Las hora pasaron rápidamente, Yo estaba en un lugar muy apartado de la multitud besandome con quién sabe quién. Lo más destacable es que sus labios son carnosos y suaves, su cabello suave y sedoso. Además de tener un ligero sabor a mentas, para ser exacta, mentas Altoids WinterGreen. Nuestras bocas seguían teniendo su "momento" mientras la canción How Do You Sleep? De Sam Smith retumbaba por todo el lugar. Por un momento con mis ojos cerrados Joseph vino a mi mente, imaginaba que la persona frente a mí era él. Para finalizar el besuqueo y no volver a tener el mismo incidente mordí su labio inferior con mucho cuidado, me separé de él y me dirigí a la barra. ¿Que te sucede, Kylie? ¿ahora vas a las discotecas a besar desconocidos para luego irte como si nada?

Silencié mis pensamientos y me dirigí al Barman, apunte cualquier licor y pedí una bebida rehidratante, puso las dos cosas frente a mí y agradecí. Me giré sobre la silla para ver a los chicos. Ariana bailaba con Romeo muy juntos, Riccardo bailaba con una chica rubia y por último Bart y Giovanni comían nachos en una mesa. Ariana fija su mirada en mí y le regaló una sonrisa pícara señalando a su acompañante, ella se sonroja y esconde sus rostro en el cuello de Romeo. Levanto mi trajo y lo extiendo como un brindis. Lo tomo de un golpe, mis papilas gustativas reconocieron el licor al instante. Sumergiendo mi cabeza en recuerdos.

_«Estabamos en la casa de Jonh teniendo nuestra respectiva reunió de amigos, Leonard, Jordan, Axel, Madison, Michelle, Joseph y yo. Habían traído una botella de vodka y otra de ron. Jugábamos verdad o reto en la sala de estar._

_—Joseph, es tu turno. ¿Verdad o reto?—Comenta Michelle._

_—Reto.—Contestá con valentía._

_—Tienes que pasarle un trago de Vodka a Kylie, de boca a boca.—Dice Jonh con malicia. Yo arqueó una ceja con confusión. Jonh me apunta a Axel, mi reciente exnovio, haciéndome una señal de que a Axel le dará celos. Yo entendí el plan y no proteste._

_Joseph lleno sus mejillas con el licor y se acercó a mí, nuestro labios se conectaron en un apasionado beso. El vodka se había mezclado con su propio sabor, haciendo una combinación explosiva. Nuestras leguas tenían una larga guerra por obtener ese sabor._

_—¡Busquen un cuarto!—Protestá Axel con algo de irritación._

_—A alguien le masacraron el orgullo ahorita.—Comentá Leonard de forma burlesca._

_Los chicos se ríen, yo solo me concentro en los ojos marrones de Joseph, su mirada encuentra la mía y me regala una sonrisa socarrona, yo imitó su acción mientras el aprieta mi mano...»_

—¿Kylie, estás bien?—Ariana me sacude un poco para sacarme de mis recuerdos.

—Sí, estoy bien. Solo necesito un poco de aire fresco.

Me dirigí a la terraza, me apoye en el balcón para ver la ciudad, el frío aire chocaba en mi rostro. Podía sentir la mira preocupada de Ariana fijándose en mí.

—¿Todo bien?—Pregunta con preocupación.

—¿Ari, que tan buena eres dando consejos de amor?—Preguntó sentándome en una silla de metal.

—Mmm medianamente buena.—Ella imitó mi acción.

...

—...Y ahora ella está con él.—Termino la anécdota de Joseph y yo.

Había pasado horas y horas hablando con ella sobre ese tema mientras bebíamos bebidas rehidratantes y unas hamburguesas.

—Wow, deberías de escribir un libro.—Dice metiendo un puño de papas fritas a su boca.

—Gracias por escuchar.—Digo regalándole una sonrisa.

—De nada.—Sonrió devolviendo mi gesto.

Escuchamos que alguien se acerca. Romeo, Riccardo, Bart y Giovanni vienen a nosotras.

—¿Que pasa? ¿Ya es hora de contar anécdotas de viaje o de desamor?—Preguntá Riccardo con diversión.—Porque yo tengo un par.

Hablamos unas horas más sobre el tema del desamor mientras mirábamos la ciudad con detenimiento.

—...Y es así como me fue infiel con dos chicos del supermercado.—Esta vez fue Riccardo quien finaliza su historia. Bart se aparta de nosotros y llama nuestra atención.

—Bueno, Chicos. Debemos de hacer un brindis.—Anunciá Bart llenando nuestros vasos con más Jack Daniels.— Brindo por qué ya no tengamos más desgracias amorosas.

—¡Salud!—Decimos todos antes de beber.

—Yo brindo por qué al amanecer no tengamos un coma etílico.—Dice Giovanni sirviendo más alcohol.

—¡Salud!—Decimos todos para volver a beber.

—Brindo por que el amor es un asco.—Digo llenando los vasos de alcohol.

—¡Salud!

—Brindo para ya no seguir brindando por qué me duele la garganta.—Comenta Arana.

—¡Salud!

Reímos y nos acomodamos detrás del barandal para ver el amanecer, hacemos una pequeña cadena abrazandonos. Viendo la cuidad vuelve a mí el recuerdo de Josep, la última vez que nos vimos cara a cara en el aeropuerto. Su perfecto y perfilado rostro siendo iluminado por las luces de la cuidad, el viento acariciando su cabello. ¡Maldita sea! ¿Como voy a olvídame de tí?

X--------------------------------------X

Hola, gente bonita!

Tenemos nuevo capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro