Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Alguen más

«Alguien más»

Joseph y yo estábamos sentados sobres los taburetes de madera al frente de la gran isla de mármol blanco, desayunando. Leonard se había ido temprano para ayudarle a su madre con cosas de su oficina.

Lo único que escuchábamos era el crujido del cereal en nuestras bocas sobre el pleno silencio. Comíamos Cinnamon Toast Crunch en tazones de zombie y cerebro,  situación que se nos hizo muy cómica. Al termina de comer, Joseph poné su cuchara sobre el "cerebro" de cerámica, se giró a mí y lentamente apartó mi cabello poniéndolo detrás de mi oreja.

Yo aún seguía comiendo mi desayuno, con las mejillas llenas de cereal lo mira con confusión. Una pequeña sonrisa de lado se dibujó en sus labios mientras sus dedos jugaban con mi cabello, él noto mi confusión y suavemente desacomodó su postura para dirigirse nuevamente al tazón vacío.

Yo seguí comiendo tratando de ignorar su comportamiento pero aún así podía sentir su mirada sobre mí. De sus labios salió una pequeña risita, tomó su cuchara con gomas de LEGO.

Sip, al parecer todo en la cocina de esta casa tiene esa atmósfera infantil. Tazones de caricaturas, cubiertos con gomas de LEGO y gomas imitando los mangos de herramientas.

—Díganos, señorita Grayson.—Joseph rompe nuestro silencio usando su cuchara a modo de micrófono.—¿Que se siente comerle el cerebro a un zombie?

Reí ante su interpretación de periodista, le señale una pausa para terminar de masticar los restos cereal que quedaban en mi boca.

—Primero: Me siento muy afortunada por qué la situación no fuera al revés. Segundo: sabe muy rico. Tercero y último: si lo miras de esa forma es muy perturbador.

Ambos reímos con suavidad, tomé mi tazón y lo dirigí a mi boca para beber la leche. Joseph hizo lo mismo y chocamos los bols a modo de brindis. Él limpió los restos de leche que escurrían por la comisura de mis labios.

Yo sonreí ante su gesto, él me devolvió la sonrisa. Ruidos de pasos se escucharon en el pasillo principal que daba hasta las habitaciones. Joseph y yo nos concentramos en ese punto. Sin mucho misterio las figuras que aparecieron fueron las de Madison, Jordan, Michelle y Jonh.

Los cuatro con el cabello húmedo, Michelle y Madison con camisetas que efectivamente son de Jonh y de Jordan, y con pantalones de mezclilla. Al vernos, las mejillas de las chicas se coloraron ligeramente mientras los chicos evitaban nuestras miradas.

—Buenos días.—Saludó amablemente con una mirada burlona.

—Buenos Días.—Contesta Michelle condescendiente. Sonrió de forma victoriosa, sé que está a la defensiva.

—Iré a tomar una ducha.—Dice Joseph levantándose de la silla.

Se dirige al lava platos, lava el tazón de cerebro junto con la cuchara y se va por el pasillo.

—¿Jordy, dónde está el café?—Preguntá Madison viendo la alacena.

—Lo siento, Pastelito. Aún no hemos ido al supermercado.—Respondé Jordan sirviéndose leche.

Madison hace un puchero viéndolo, Jordan le da un abrazo y un beso en la mejilla. Por otra lado, Jonh abrazaba por detrás a Michelle cómo si fuera una mochila, mientras le hablaba al oído y ella reía. Estaba de sobra decir lo sola e incómoda que me sentía en esa situación.

—¿Jonh, Donde puedo tomar un baño?—Pregunté tratando de ignorar su derrame de miel.

—Báñate en el baño principal. A Joe le dije que se bañara en mi baño. El baño queda al fondo del pasillo.—Contesta el pelinegro.

Yo asiento, tomó mi mochila y me dirigí al cuarto de baño. Abrí la puerta y la volví a cerrar rápidamente, Joseph esta dentro del baño con una toalla en su cadera. Las mejillas me empezaron a arder, rápidamente me dirigí a la habitación de Jonh para evitar el bochorno de la situación.

Nuevamente me sorprendó, sus paredes son blancas y las fundas de su cama son negras. En las repisas hay muchas figuras minimalistas en negro y blanco, muy perfecta para ser la habitación de Jonh. En el escritorio negro habían fotografías del él con su familia, con su grupo de amigos, con Jordan y con Mitchell.

Las últimas llenaron mi ser de ternura, apresuré mi paso para ir al baño. Dejé que el agua bañara por completo mi cuerpo, salí del baño y me vestí con la ropa que traía en la mochila. Salí del cuarto y me dirigí a la sala, Joseph, Madison y Michelle estaban sentados en el sofá viendo una comedia de Stand Up.

Pon un momento la mirada de Joseph se cruzó con la mía, sus mejillas estaban levemente enrojecidas. Rápidamente la apartarte por la situación pasada.

—¿Y los chicos?—Pregunté al no ver a Jordan y Jonh.

—Fueron a traer unas cosas a su universidad, nos alcanzan a almorzar en el Burger King del centro comercial.—Contesta Michelle apagando la televisión.

—Hablando de eso, tengo que ir al centro.—Dice Joseph levantándose del sofá.

—¿Que vas a hacer al centro?—Preguntá Madison haciendo lo mismo.

—Tengo que hablar con Elizabeth, es su hora y la tengo que aprovechar.—Hace un suspiro cansado, toma sus llaves y se dirige a la puerta.—¿A que hora en el restaurante?

—En media hora.—Avisa Michelle dirigiéndose a la cocina. Joseph asiente y sale por la puerta.

Creo que después de todo él siempre va a elegirla ella, sin importar cualquier cosa. Voy a tener que trabajar metiéndome en la cabeza que él ya no es mío, que renunció a mí por completo y no tengo nada más allá de una amistad con él.

Las chicas y yo nos quedamos unos minutos en la casa para luego ir a un Starbucks en el centro comercial. Nos sentamos en una mesa y pedimos café, Yo pedí un latte, Madison un café negro y Michelle un capuchino.

—Y bien, ¿Qué tanto hacían en la cocina y en la cochera?—Pregunté con sarcasmo.

Las mejillas de ambas chicas se pusieron en un tono rojo, mientras analizaban su respuesta.

—No empieces, Grayson.—Me advierte Michelle.

—Lo siento, tengo curiosidad. No puede pasar más de ocho horas en una cochera o estar más de ocho horas en la cocina y no ver tu presencia. Quiero chisme.—Moleste un poco más.

Ambas chicas estaban apunto de hablar pero en el momento menos esperado, Leonard se sentó en nuestra mesa.

—¡Hola, Preciosas!—Saluda sonriente el castaño abrazandonos y dándonos besos en la mejilla.—Escuché chisme y aquí me tienen, ¿De que hablaban?

—De cómo a Madison se la comió la cocina y de cómo Michelle se quedó en la cochera.—Contesté en tono burlón.

—A mí me parece que a Madison, se la comió algo más que la cocina. Y qué Michelle durmió en otro lugar más que la cochera.—Comentó Leonard de forma pícara.

Las mejillas de las chicas estaban al rojo vivo, mantenía la mirada baja con una sonrisa evitando nuestra mirada, sólo se limitaron a lanzarnos bolas de servilleta.

—¿Porque tenían la música a todo volumen?—Madison cambia de tema.

—Resulta que la casa está embrujada porque a medianoche se escucha "lamentos" de gozo.—Responde Leonard cargado de picardía.

Nuevamente las chicas nos lanzan servilletas para que dejemos de reírnos, ella también empezaron a reír.

—Par de solterones, nunca van a cambiar.—Dice Michelle acabado de reír.

—Madison cambió, ¿Acaso nos tienes tan poca fe?—Bromeé terminando mi último trago de café.

—Kylie tiene razón. No somos un caso tan perdido.—Leonard me siguió la corriente.

—¡Hey!—Se queja Madison.—Bueno, por parte es cierto.

Pasamos un rato más hablando hasta que nos tuvimos que ir a almorzar. Fuimos al restaurante, ahí ya estaban John, Jordan y Joseph. Igualmente platicábamos sobre todas las actividades del día y todo lo que haríamos.

Yo saboreaba mi Whopper tejana mientras escuchaba a las chicos. Los minutos pasaban al igual que nuestras palabras, de un momento a otro mi celular empezó a recibir una llamada. Era un número que no tenía registrado, lo cual me parece un poco extraño, limpia mis labios con una servilleta y conteste la llamada.

«—¿Hola?»—Pregunté con confusión.

«—¡Cioa, Kylie!»—La voz de Giovanni se escuchó al otro lado se la línea.

«—¿Mentas?»—Pregunté con entusiasmo levantándome de mi asiento y caminando a un lugar apartado.

«—¿No olvidarás ese apodo, cierto?»—Preguntó haciendo una pequeña risita.

«—Claro que no, nunca lo voy a olvidar.»

Pasamos unos cuantos minutos hablando, más que nada era para saber cómo estaba y como me había ido en el viaje. La plática no duró más de quince minutos, colgué la llamada y me devolví a mi asiento.

—¿Mentas?—Preguntó Michelle con Interés.

—Es un amigo.—Contesté restándole importancia y tomando una bolsa de papitas fritas.

—Amigos sin testigos.—Dice Leonard en tono burlón y guiñando el ojo.

—No empieces, Leonard.—Lo detengo tirándole una papita frita. Él la atrapa con la boca de forma exitosa.

—¿Ves lo que se siente?—Preguntó Michelle dándome una mirada asesina.

—No es mi culpa que ahora tú y Jonh estudien mecánica a media noche.—Dije sarcástica.

—¿Mecánica a medianoche?—Preguntá el mencionado.

—¿Qué más harías en una cochera?—Pregunté con cierto tono de obviedad. John rió por lo bajo.

—¿Y tú estudiabas ciencias del lenguaje con el italiano?—Atacá la castaña.

Simplemente me quedé callada sin ningún argumento, por alguna razón dirigí mi vista a Joseph. Sus ojos conectaron con los míos, esperaba mi respuesta.

—¡Ja! Toma eso, Kylie.—Dice Madison como narrador de fútbol.

—¡Cállate, máster Chef!—Digo a la defensiva.

Madison me saca el dedo corazón y yo le sacó lengua. Volteó a ver dónde se supone que debería de estar Joseph, pero esta vacío. Después de unos minutos olvidándonos del tema, Joseph volvió a sentarse en la mesa.

—¿Ya terminaron de pelear, niñas?—Preguntá Joseph bebiendo su soda.

—Sí, ya estamos bien.—Michelle dandonos una sonrisa reconfortante.

Terminamos de comer y de charlar, cada uno íbamos a ir a nuestros respectivos hogares.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?—Preguntó Joseph acercándose a mí.

—Si no tienes ningún problema, por mí está bien.

Él me regaló una sonrisa de boca cerrada, no subimos a su auto y emprendemos marcha a mi departamento. Yo prendí la radio para poner la música del teléfono de Joseph. Somebody else de The 1975 retumbó por todo el Jeep. Joseph tarareaba el inicio de la canción.

—I Don't want your body, but i hate to think about you with somebody else.—Canta Joseph animadamente. Sin pensarlo empecé a cantar la canción también.

En cuestión de minutos llegamos a mi edificio, bajé del auto y él bajo también. Por alguna razón nos quedamos platicando en el estacionamiento del edificio, como si no quisiéramos separarnos.

—Kylie, tengo algo que decirte...

El nerviosismo en su voz me alarma, dirijo mi mirada a él para que prosiga.

—...Lo que te diré será una completa locura pero... Sé hay alguien más y que no merezco nada de lo que me has dado pero... Esto me está poniendo extremadamente mal... No puedo imaginar que estás con alguien más y no querer que  ese "alguien" sea yo...

X--------------------------------------X
Nota de autora:

Wow, pequeña Joseph, ¿Que traes entre dientes?

Veremos qué pasa...

✨No olvides tomar agüita y nunca dejar de sonreír ✨

—K.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro