Cuatro
Recuerdo que después de que habíamos hablado, en los pasillos me halabas levemente el cabello o pasabas muy cerca de mí para rozar tu mano con la mia.
Yo volteaba a verte y tu también habias volteado a verme y me regalabas una sonrisa.
Tal vez en ese momento comenzaste a gustarme sin yo saberlo, porque era tan estúpida que pensé que me gustaba alguien más.
Pero no, siempre eras tú, inconscientemente eras tu, mi corazón te quería a ti pero se le olvido decírmelo
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