🌙 Aullidos de Amor 🌙

Capitulo 28

Hinata le gruñó y él se mantuvo quieto, aunque también descubrió los dientes. Aspiró por la nariz, notando la esencia de la hembra en el aire. Una cachorra nerviosa, asustada y también enojada.

Naruto dejó salir un pequeño gemido, queriendo transmitir que su idea no era hacerle daño. Se mantuvo en su lugar, sentado, mientras ella bajaba sus ojos claros a sus propias extremidades. Ella parecía más interesada en su forma, ya que giró la cabeza, mirando la longitud de su cuerpo ahora.

Si bien los instintos de los hombres lobo eran tan parecidos a los de un lobo de pura sangre, tenía algunas diferencias en su cuerpo. Eran más grandes, sus extremidades más musculosas; aunque tenían pelaje, no eran tan gruesos como el del animal. Sus rostros podían transmitir más emociones, así que Naruto notó la sorpresa en las de Hinata. Ella dió unos pasos hacia adelante, inconscientemente, acercándose un poco a él. Pero ella estaba más interesada en su cola. La cola de su especie, era un poco más corta, un vestigio que probablemente, en generaciones venideras no existiría. Extrañamente, la de Hinata era más parecida a un lobo real, eso lo tomó por sorpresa y se levantó en sus patas para verla de más cerca.

Hinata notó su movimiento, y rápidamente lo enfrentó, mostró sus dientes con un quejido, una advertencia que se mantuviera lejos de ella. Naruto le gruñó, mostrando los dientes, esta vez una advertencia.

A su lobo no le gustó su tono..

Ella no se amedrentó y gruñó más profundo, su pelaje erizandose en su lomo. Y él reaccionó a la amenaza. Se hizo más grande, su pelaje erizando el doble que la hembra y acercándose lo suficiente para empujarla hacia atrás. Gruñó profundo mientras abría la boca, diciéndole que bajará su tono o no le gustaría lo que haría.

Hinata se encogió contra la pared, pero permaneció enojada, también con el hocico abierto y gruñó suavemente. Más que una amenaza un pedido. Pero el lobo de Naruto no se alejó, permaneció allí con el constante gruñido, su lado alfa tomando el control.

El lobo de Naruto no pudo más que asombrarse porque ella no mostrará sumisión.

En parte lo hizo, bajó su cabeza hasta estar bajo la de él, pero seguía gruñendo y el siguiente movimiento lo dejó congelado. Ella abrió más su hocico y lo cerró en la parte baja de el de él. No lo mordió, pero apretó sus colmillos allí, encendiendo a su lobo por su falta de sumisión. Él soltó un ruido parecido a un ladrido y se zafó de su agarré para cerrar sus dientes en una de las orejas más cercana de la hembra. Hinata se crispó, su cuerpo tocó el suelo, pero siguió gruñendo. Cuando quiso levantarse de nuevo, Naruto usó una de sus patas para mantenerla abajo, soltó su oreja pero acercó sus dientes a su rostro.

Era un juego, Hinata estaba probando hasta dónde podía llegar con él y Naruto estaba más divertido que enojado por sus acciones. El siguiente movimiento, lo volvió a dejar congelado.

Hinata pasó su lengua por el costado de su hocico.

Su lobo retrocedió, algo asombrado por su acción, su pelaje volvió a asentarse sobre él y sus orejas bajaron. Hinata mantuvo la cabeza abajo, pero levantó sus cuartos traseros. Naruto miró su cola moverse de un lado hacia otro. Su gruñido salió involuntario, ella no sabía lo que le provocaba a su lobo. Ella soltó un ladrido pequeño y saltó sobre él, sólo dándole un pequeño empujón y volvió a su sintió.

Ella quería jugar...

Su lobo estaba listo para otra cosa...

Naruto peleó por el control, y le gruñó a Hinata la orden de volver a su forma humana. Como lobo alfa, tenía ese derecho y los que estaban bajo él, seguían sus órdenes.

Hinata movió su cabeza hacia un costado, mirándolo más curiosa y un tanto confusa. Él volvió a gruñir, no sabía cuánto tiempo podría controlar los instintos de su lobo. Estaba seguro que a Hinata no le gustaría que la follara en forma lobuna, aunque la sólo idea encendía la sangre de Naruto. Él podía ver en el fondo de sus ojos, la consciencia de Hinata y aulló, haciendo la orden más fuerte.

Eso pareció hacerlo.

Un gemido brotó de Hinata mientras sus uñas se clavaban en la madera, su cuerpo moviéndose contra el suelo y crujiendo. Otra vez su transformación fue más rápida y terminó desnudo, al frente de una Hinata a medio volver. Sus quejidos se hicieron más humanos mientras su pelaje se iba y su piel suave volvía. Él apoyó las manos, quedando a gatas en el suelo, escondiendo su parte inferior desnuda de Hinata, mientras ella intentaba alzarse en sus brazos temblorosos.

Ella se siguió quejando, él sabía lo dolorosas que eran las primeras transformaciones. Su camisón se había roto, estaba al rededor de ella hecho trizas, así que Naruto vió su piel clara como la nieve y tersa como la seda. Su trasero llamó su atención, ya no tenía una larga cola, pero era igual de llamativo para él.

Hinata volvió a caer cuando apenas había podido levantarse unos centímetros del suelo. Naruto se movió a su lado y acarició suavemente su espalda.

- Déjame ayudarte, Luna -, le dijo con voz profunda, su lobo aún algo cerca de la superficie.

Ella no contestó, pero no apartó sus manos, eso le dió la señal de que podía hacerlo. La giró, observó sus facciones fruncidas con dolor y suspiró al notar que estaba inconsciente. Pero ella respiraba, la tomó en brazos, su temperatura estaba un poco más elevada de que la normalmente tendría, pero era una normal para los de su especie.

Él se levantó con ella en brazos, ambos desnudos. Las extremidades de ellas cayeron hacia abajo mientras se movía al sofá cama. La acomodó con un pequeño salto en sus brazos, para tener el rostro femenino en su pecho. La observó atentamente, notando como sus facciones se habían ablandado. Parecía dormir pacíficamente ahora.

Naruto la dejó en el sofá cama, alejando sus brazos de debajo de su cuerpo caliente y suave. Él la observó, tendida en el colchón y su polla se agitó entre sus piernas. Fijó su mirada en la unión de los muslos feminos y gruñó suavemente. Recordaba como se sentía estar adentro de ella, la experiencia más deliciosa que había tenido en su vida. Pero apartó esos pensamientos y tomó las sábanas y cubrió su cuerpo, hasta dejar la suave tela justo abajo de su barbilla, justo después de ver sus pechos coronados con los duros pezones rosados.

Él se quedó al costado del sofá cama, sus manos sobre sus caderas mientras miraba fijamente el rostro de Hinata. Ignoró su polla dura, sólo preocupado por Hinata.

Ella había pasado por dos grandes pruebas... Pero faltaba lo más importante ahora. El podría ayudarla, pero ella necesitaría una hembra con experiencia. No tenía toda la información para guiar a una hembra.

Pero, lo que gruñó su lobo lo dejó en shock.

"Mía"

Continuará...