Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 24

Aullidos de Amor

La nieve se metió hasta bajo sus uñas mientras Naruto corría en sus cuatro patas. Cuando Hinata ya no le contestó el teléfono, no dudo en tirar el aparato y lanzarse a la ruta a medio cambiar. Se fue a lo oscuro, a un lado de la calle para terminar de cambiar en un parpadeo y correr lo más rápido que había hecho en toda su vida.

Sus dientes apretados mientras gruñía, su lobo loco de necesidad por llegar junto a Hinata. Tuvo que girar de manera brusca para saltar la valla que separaba la ruta del bosque. Sus uñas intentando hacer ancla en la nieve, pero no era lo suficientemente espesa, así que derrapó un poco. Se recuperó rápidamente y siguió corriendo, dejando que sus instintos de lobos lo guiarán.

Sus ojos se adaptaron fácilmente a la oscuridad mientras esquivaba ramas caídas, árboles y arbustos. Los árboles eran apenas un borrón a sus costados mientras corría.  Sus orejas se movieron al sonido cuando escuchó el aullido. Se giró a esa dirección y obligó a sus patas a ir más rápido.

Cada aullido tenía su significado, y el de ese en particular le hizo hervir la sangre.

Un alfa estaba llamando a su mandada para follar a una hembra. Naruto captó la furia al final del sonido. La hembra no sobreviviría por la amenaza del alfa. Escuchó la respuesta de los machos, en total cinco aullidos más.

Naruto gruñó y se detuvo para también mandar una señal. Dejó su cabeza ir hacia atrás y lanzó su aullido, lleno de amenaza de muerte y dolor.

"Nadie toca a mi hembra"

Hinata se ayudó con el tronco, apoyando las plantas de sus pies, con sólo las medias para ir más arriba a la segunda rama.

Ella había llegado a ver cinco más de esas criaturas entrar al lugar donde la tenían retenida. El miedo tomó control de su cuerpo y ni siquiera recordaba en qué momento había saltado para agarrarse de la rama más alta. Un jadeó se escapó entre sus labios cuando pudo apoyar su vientre en la segunda rama y pataleo sin saber cómo terminar de subir.

Miró hacia abajo, sólo para notar a uno de ellos parado justo abajo, mirándola de manera amenazante, mostrando largos y aterradores caninos. No lograba sincronizar su cuerpo para sentarse en la segunda rama y simplemente se quedó allí, con su vientre contra la áspera rama y sus piernas colgando del otro lado.

Un sexto aullido más lejano se escuchó, aunque era diferente a los que había escuchado hasta ese momento. Este le hizo reventar la piel de gallina en todo el cuerpo, no pudo apartar la mirada del lobo-hombre que estaba bajo su rama, notando que ese sonido le provocó algo. Ellos aún estaban en sus pies, pero sus ojos se abrieron más al notar como un horrible sonido brotaba de abajo de ella. Ruido de huesos rotos mientras observaba, entre fascinada y horrorizada como la columna parecía romperse en varios lugares, la ropa se rompió mientras el cuerpo parecía pasar por una transformación.

Un hombre lobo...

Ella había leído las leyendas, y hasta algunas historias románticas. Está mierda que estaba viviendo no tenía un carajo de romanticismo.

Hinata sólo pudo ver cómo ese hombre se transformaba en algo parecido a un lobo. Sus cuatro patas eran más largas comparadas a un lobo real, un tanto huesudas. Su lomo curvado, de un lado una larga cola con pelaje áspero y esparcido. Su rostro ya no tenía nada humano, su hocico y nariz alargado y sus ojos oscuros y luminosos cuando le dió algún reflejo. El hombre lobo mostró peligrosos colmillos caninos mientras le gruñía.

Ella no podía moverse, apenas se recordó de respirar cuando el animal flexionó sus patas y saltó. Jadeó, casi queriendo tirarse hacia atrás cuando el casi la alcanzó con sus largas garras. Tirando un tarrasconazo de frustración cuando no llegó, justo antes de caer de forma poco elegante al suelo. Su lomo golpeando el suelo con un sonido sordo.

A su cerebro un poco aletargado le llegó la señal que el hombre lobo no podría alcanzarla allí y giró su cabeza para ver a los demás. Todos se habían transformado a su forma animal y rodeaban el árbol, tal vez intentando pensar cómo llegar a ella. Otro lobo se acercó al que estaba bajo su rama e intentó saltar con el mismo resultado que el anterior. Hinata apretó sus piernas contra la rama, iba a intentar subir completamente a la rama para abrazar la madera, así tendría menos probabilidades de llegar o tomar sus pies.

Intentó hacerlo, pero debía mover su vientre de la rama y ponerse un poco de costado. Eso casi la hace caer y ella pegó un pequeño chillido de miedo. Los lobos hicieron un gruñido grupal, esperanzados que ella sólo se cayera con su intento de ponerse más lejos de ellos. Pero sus ganas de sobrevivir eran más fuertes, y jadeó llena de euforia cuando pudo pasar una pantorrilla sobre la rama. Pero en medio de su entusiasmo, se olvidó de mantener la otra pierna flexionada cerca de la rama.

Un grito lleno de dolor y miedo broto de su boca cuando afilados dientes tomaron su pantorrilla. Gritó más fuerte cuando el pesado lobo quedó colgando de su pierna. La mitad de su rostro se apretó contra la áspera madera, lastimando su tierna carne, mientras intentaba resistir. Ella volvió a gritar mientras sus manos y su cuerpo se deslizaban de la rama hacia abajo.

Su pantorrilla quemaba, líquido caliente, ardía, dolía como el maldito infierno.

Por encima de sus gritos se escuchó un rugido, pero ella no podría estar segura si era cercano o no. Su cerebro casi deja de funcionar cuando el lobo agitó su cuerpo. Su visión se volvió borrosa cuando lacerante dolor subió desde donde la tenía con su fuerte mandíbula y ya no pudo sostenerse.

Su cuerpo cayó, primero golpeando su brazo con la primera rama antes de caer al suelo mojado y frío. Estaba nadando entre la consciencia y la inconsciencia cuando abrió los ojos. Su visión tenía grandes puntos negros nadando por todos lados y lo único que sentía era dolor.

¿Ella moriría?

Parpadeó intentando saber qué estaba pasando, giró su rostro a un lado sólo viendo el suelo lleno de nieve y árboles. Escuchó los gruñidos algunos golpes, volvió a girar su rostro para notar que el lobo que la había bajado estaba empujando a los otros cuatro. Su pierna ardía, estaba caliente mientras el resto de su cuerpo estaba helado. No podía moverse, aunque gritaba en su mente que lo hiciera. Se sentía drogada, ya que pronto el dolor de su pierna había desaparecido, pero no podía moverse. Parpadeo, intentando seguir consciente. Sus dedos raspando la nieve, el único movimiento que logró hacer mientras observa que el lobo que parecía estar al mando mandaba volando a los otros a otra dirección.

Ella había visto en un documental que el lobo alfa siempre era el primero en comer, no compartía su cena hasta que estuviera lleno. ¿Tal vez era eso?

Los otros cuatro gimieron, bajando la cabeza cuando el lobo más grande se impuso y al fin se giró a ella. Estaban a unos metros de distancia, pero pudo notar casi la sonrisa en su hocico.

—No.. — murmuró apenas. Movió sus labios con un silencioso "Por favor" pero las palabras no salieron.

El lobo sólo llegó a dar un paso hacia su dirección, cuando Hinata sintió una ráfaga de viento pasar por sobre ella. Cuatro patas aterrizaron entre el lobo que quería comerla y su cuerpo. Ella sólo pudo ver una esponjosa cola color blanca. El nuevo gruñó, levantando su parte trasera y apuñalando la nieve con sus garras de las patas delanteras.

Hinata sólo llegó a escuchar un rugido un poco más cerca cuando la oscuridad la tomó por completo.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro