Capítulo 18
🌙 Aullidos de Amor 🌙
Capítulo 18
Naruto prácticamente rompió el cierre de su campera cuando se la arranco apenas entró en su casa arriba del negocio. Sus ojos se afilaron mientras observaba a Hinata jugar con él, mientras bajaba lentamente el cierre de la suya mientras daba pasos hacia atrás. Se mojó los labios secos cuando sus ojos bajaron a la camiseta ajustada de color lila, mostrando sus pechos redondos y pesados. Sus manos hormiguearon por cerrarse sobre esos dos montes. Rápidamente tomó su camiseta y se la sacó con un movimiento fluido y lo lanzó a algún lado de la sala. Su cuerpo estaba duro, en todo sentido, sólo la idea de tener a Hinata bajó él le estaba quemando la cabeza.
Movió uno de sus brazos y encendió el equipo de música, dejando que la música sonará alta. Quería gruñir mientras veía que Hinata sacaba su campera, dejando al descubierto sus curvas. Dejó salir un profundo sonido cuando la música llenó la habitación.
Hinata se detuvo y miró al equipo y luego a él. Naruto sonrió mientras caminaba hacia ella y la tomaba de la cintura para golpearla contra su tórax. Acercó su boca al oído de ella y pasó la lengua por el lóbulo para luego chuparlo un poco. Su polla se agitó cuando la sintió temblar contra él, su gemido le tironeo de las bolas.
—No quiero que los vecinos te escuchen gritar— le murmuró con voz profunda.
Una escusa buena, ya que en realidad no quería que ella lo escuchará hacer los ruidos que sabía que haría.
Las uñas de Hinata marcaron sus bíceps mientras las cepillaba por su piel. No pudo contenerse más y cerró una de sus manos en uno de sus pechos y apretó la piel, por sobre la ropa y sostén. Miró a sus hermosos ojos con intensidad mientras pasaba su pulgar por la piedra que era su pezón, disfrutando al ver cómo sus ojos se volvían más oscuros y su dulce boca se abría con un gemido silencioso.
Naruto retumbó mientras observaba como su rostro se sonrojaban con pasión, pero ella parecía tener un problema para moverse, ya que sólo apretó más las uñas en sus brazos. Pero él no tenía ese problema, se movió hacia adelante, llevándola con él hasta que entraron a su habitación.
Dejó la lámpara apagada, no le importaba, podía observarla con la poca luz que entraba por la puerta. Bajó lentamente la mano que estaba jugando con su pezón para apretar su coño por sobre la ropa. Él gruñó mientras ella gemía y cerraba los ojos, tirando la cabeza hacia atrás. Sintió con sus dedos el calor que desprendida ese delicioso lugar y, la sóla idea de sumergir su cabeza allí le hacía salivar.
La dejó caer en la cama, Hinata soltó un ruido asombrado pero no se quejó cuando él sacó su camiseta por arriba de su cabeza y atacó su boca con desesperación. Jugó con su boca mientras sus manos se encargaban de sacarle el sostén, gruñendo contra ella cuando sintió los pesados globos quedar libres. Sintió como sus colmillos reventaron en sus ansias y separó las bocas rápidamente, intentado no lastimarla.
Hinata dió un pequeño chillido de protesta, pero él siguió repartiendo besos por su cuello. Su lobo gruñó cuando sintió su fuerte latido contra su boca, queriendo hundir los dientes. Pero él lo tiró hacia atrás y bajó por la clavícula, disfrutando de su sabor dulce y salado.
Mientras Hinata pasaba las uñas por su espalda, él bajó las suyas hacia el botón del pantalón de ella. Llevó a uno de los duros pezones rosados a la boca y lo chupó profundamente, arrancando un grito ahogado de Hinata mientras ella lo rodeaba con las piernas, intentando que pegará más su cuerpo a ella. Naruto jugó con su pezón, su lengua rodeando y su colmillo mordiendo levemente. Eso pareció volverla loca porque se agitó y pegó un chillido más fuerte. El olor de su excitación se hizo mucho más fuerte y su polla peleó por salir al darse cuenta que ella se había corrido con sólo tenerlo a él jugando.
Gruñó y se levantó para sacar los pantalones vaqueros junto con las bragas de un tirón. Hinata abrió los ojos para mirarlo desde la cama, Naruto se apretó el contorno de su miembro por arriba de su pantalón de algodón mientras observaba su cuerpo sonrojado y relajado mientras sus pechos se agitaban por los jadeos fuertes. Él volvió a apoyar sus rodillas en la cama y sólo le dió como advertencia una sonrisa antes de abrir más los muslos con sus manos duras y sumergió la cabeza.
Hinata estaba un poco avergonzada por haberse corrido tan fácilmente con Naruto, pero rápidamente olvidó todo cuando él se sumergió entre sus piernas.
Gritó su nombre mientras sus manos arañaban las sábanas a su costado, Naruto no tuvo piedad con su lengua. Llendo directamente a su sensible clítoris y atormentándolo con golpes duros y largos lenguetasos que le hicieron ver estrellas en sus ojos fuertemente cerrados. Ruidos indefensos salieron de su boca abierta, no se preocupó en ser demasiado ruidosa, la música que sonaba de fondo tapaba todo. Ella había creído que él estaba alardeando cuando le había dicho esas palabras al oído, pero en ese momento se lo agradeció. No podía controlar los ruidos que salían de sus labios.
—¡Oh Dios mio!— gritó cuando Naruto volvió a cerrar sus labios al rededor de su clítoris y lo chupó sin piedad, dando pequeños golpes con su lengua.
De repente sintió una vibración en su coño que le hizo poner los ojos en blanco y se tensó completamente. Ella no entendía que le estaba haciendo, pero se corrió con fuerza con un grito que podría hacer sangrar su garganta. Estaba bastante segura que gritó su nombre, aunque no podría decirlo con claridad. Ella siguió quejándose cuando Naruto soltó su clítoris y bajo su lengua a la entrada de su coño y sumergió el músculo. Gimió mientras su lengua peleaba un poco con las contracciones de su vagina que se sentía ansiosa por algo más grande y duro.
A ciegas, alargó la mano y lo tomó de los mechones cortos y rubios y arrancó su cabeza de su coño sensible. Él parecía no poder tener suficiente, aunque no había tenido la fuerza para sacarlo de allí, Naruto le dió una pequeña mordida en su muslo antes de separar su cabeza. Contrario a lo que creería, después de correrse dos veces de una manera tan brutal, su mordida la encendió más.
De repente, su mundo giró cuando Naruto la tomó de la cintura y la dió vuelta con violencia. Ella simplemente no podía moverse, pero él no se hizo problema por ello. La acomodó como quiso, abrió un poco sus piernas, subió su trasero y puso las de él por afuera de las de ella. Hinata gimió y movió el trasero para instarlo a penetrarla cuando sintió algo duro contra la entrada mojada de su coño.
— Por favor...— rogó, aunque no creía que él la escuchará por la música.
Un cuerpo duro cayó sobre su espalda, el colchón se hundió a los costados de su cabeza con las manos de Naruto y tembló entera cuando sintio el aliento caliente golpear contra su oído.
— Dime si voy muy rápido— dijo Naruto contra su oído, su voz profunda y llena de pasión.
Ella gimió en repuesta, sintiendo que su coño tenía espasmos en nada, quejándose al sentirse tan vacía. Su voz la volvía completamente loca de deseo, podía sentir a su clítoris palpitar de nuevo. El hombre podía hacerle correrse con su sola voz profunda. Hinata asintió, ansiosa.
Ella volvió a sentir que algo vibraba, esta vez en su espalda, aunque olvidó eso cuando sintió la presión en su entrada.
— Naruto..— gimió mientras él besaba su cuello y empezaba a estirarla con su gruesa polla.
Hinata apretó la cara contra el colchón mientras alzaba más su culo al aire, para darle un mejor acceso. Hizo puños con la ropa de cama mientras su coño se estiraba mucho más de lo que nunca le había pasado con anteriores amantes. Un ligero ardor le hizo quejarse, pero luego gimió de placer cuando Naruto salió un poco y volvió a sumergirse lentamente y un poco más.
Su cuerpo reventó en piel gallina cuando Naruto jadeó en su oído e hizo un ruido profundo parecido a un gemido.
— Tan apretada..— se quejó mientras se volvía a detener.
Ella creyó que estaba totalmente adentro, pero cuando volvió a moverse se dió cuenta que no era así. Por un momento, la preocupación floreció en su interior, pero se marchito rápidamente con el éxtasis de los movimientos lentos de las caderas de Naruto.
— Tan caliente. Estás hecha para mí. Perfecta — jadeó mientras su cadera al fin tocaba su trasero.
Hinata apenas podía darle sentido a sus palabras, de ella sólo salían ruidos incomprensibles. Ella sólo podía sentir.
Naruto movió su cuerpo, alejando el pecho de su espalda y cerró sus manos en su cadera, aún profundamente sumergido en ella. Hinata jadeó con fuerza mientras sacaba su cara del colchón, mientras una de las grandes manos de Naruto acariciaba su estómago y las yemas de sus dedos bajaron hasta tocar su clítoris.
Hinata gritó cuando él empezó a mover los dedos, sin moverse ni un centímetro de dentro de ella. Movió su trasero, intentando aflojar la enorme presión que sentía en su interior con su enorme polla dentro de ella. Pero Naruto la mantuvo en su lugar sin esfuerzo.
— Me voy a correr— gritó, aunque era una observación bastante tonta, ya que eso era lo que él estaba buscando.
De repente fue mucho y gritó mientras su coño se apretaba teniendo su polla dentro. Ella prácticamente podía ver las fuegos artificiales explotar en sus ojos mientras una deliciosa sensación le recorría. Todo su cuerpo tembló entero, pero le pareció escuchar un ruido extraño a su espalda, aunque no estaba segura.
Naruto alejó sus dedos de ella y la tomó de la cadera, sus dedos hundiéndose en su carne, y comenzó a moverse con violencia. Hinata tomó aire con desesperación mientras la habitación se llenaba del ruido de las carnes golpeando y el cabecero de la cama chocando contra la pared con fuerza. Ella no podía tomar el suficiente aire mientras las sensaciones la recorrían entera.
Gritó mientras se volvía a correr.
Ella escuchó perfectamente el gruñido en su espalda, aunque no tuvo miedo. Estaba más ocupada sintiendo el orgasmo más largo de su vida. Sus uñas rasguñaron la ropa de cama mientras Naruto seguía golpeando en su trasero, como si no tuviera botón de apagado. Su polla acariciaba cada lugar correcto y cada terminación nerviosa que ni siquiera sabía que existía.
La negrura bailo a los bordes de sus ojos mientras Naruto se volvía un poco más violento. Su pesado cuerpo cayó en su espalda, soltando el agarre de fierro que tenía en su cadera. Su polla no salía mucho de ella, pero siguió golpeando, esta vez un lugar que le hizo gritar casi sin voz.
— Caliente.. Apretada.. Mía..— gruñó Naruto con cada embestida mientras ella no podía tomar el suficiente aire para decirle que no podría aguantar más placer.
De repente, los dientes de Naruto se cerraron en la unión de su hombro con su cuello y ella volvió a correrse. El dolor mezclándose con el placer. Un ruido ahogado, entre un quejido y un gemido, salió de Naruto cuando se detuvo, de golpe, profundamente en ella.
A pesar de estar en lo más alto, Hinata pudo sentir como su cuerpo temblaba sobre ella y como se corría en su interior.
Su cuerpo quedó completamente laxo, inservible, la había arruinado para cualquier otro hombre y no en el mal sentido. Naruto aflojó sus dientes de su carne, aunque no había roto la carne, sintió que besaba suavemente el lugar. Ambos jadearon, intentando recuperar la compostura.
Naruto sostenía su cuerpo, pero podía sentir un poco de su peso en su espalda. Él movió un poco las piernas, y ella tembló de nuevo cuando él apoyó sus manos en su cintura y las bajo en una lenta y suave caricia hasta las mejillas de su trasero. Él las apretó mientras besaba su cuello. Hinata tembló, su coño se apretó y ella abrió los ojos al notar que Naruto parecía estar duro todavía en su interior, se asombró.
— No he terminado contigo—, le murmuró al oído con voz cruda y dura.
Un escalofrío corrió por su columna, terminado en su baja espalda. Ella gimió cuando él salió un poco y volvió a entrar lentamente.
Hinata se mordió el labio. Tal vez no sobreviviría a lo que Naruto quería hacerle.
Pero era una buena manera de morir, decidió mientras Naruto comenzaba a seducirla de nuevo.
Continuará...
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